Arzobispo
ATENCIÓN: El siguiente artículo es texto sagrado para una o más religiones.
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Los arzobispos son depredadores muy activos de la especie arcobispus paquicefalus (Rouco, 1984), del orden hierarcocatholicae.
Se supone una especie descendiente directa del obispo común (obispus manifestantis), con hábitos más sedentarios. Mientras que se pueden hallar obispos en cualquier ciudad con sede episcopal (una suerte de guarida de gran tamaño), sólo algunas ciudades llegan a tener arzobispos.
Parecidos y diferencias, un mundo inquietante
El parentesco entre ambas especies se ha demostrado en varias ocasiones (documentales de la serie Naturaleza Sorprendente de Televisión Vaticana), por la aparentemente casual presencia de los individuos de este filum junto a peperos comunes y sobre todo obispos en las reuniones de apareamiento de esta última especie: las manifestaciones obispiles.
Morfología y Reproducción
La morfología arzobispal es muy semejante a la del género obispus, y aparentemente se alimentan y reproducen del mismo modo. El aspecto exterior es incluso muy semejante, si bien el arzobispo común tiene una casulla más vistosa, y su porte es más elegante.
La comunidad hierarcocatólica, única en el mundo natural que agrupa en un mismo grupo a diferentes especies, muestra un mayor respeto a los individuos de la especie arcobispus que a los obispus, lo cual ha dado nombre a este depredador insaciable y sanguinario, pues significa "más obispo que el obispo", ya que a diferencia de ellos, el arzobispo al clavar sus quelíceros en la presa e inyectar doctrina cristiana la deja irreconocible.
Varios investigadores paraanormales y algunas investigaciones científicas insisten en que el arcobispus es el desarrollo al antepenúltimo estadio de la perfección eclesial, siendo pues, una pokeevolución de un tipo concreto de obispus (no cualquier obispus puede llegar a ser arcobispus, deben tener una capacidad natural para el peloteo a los arcobispus ya existentes que poco se da en la mayoría de individuos del rebaño).
Los arzobispos hablan común, infracomún, abisal, dracónico y pitufo.
Información adicional
En la mayoría de los casos, los arzobispos nacen siendo arzobispos, por lo que cualquier intento de hacerse uno es infructuoso, los obispos comunes no tienen que hacerles caso, así como los arzobispos de otras regiones tampoco, pero es necesario darles mucho respeto y beneración, de la cual se alimentan y con la cual pueden sostener esos gorros gigantes.
Al mismo tiempo suelen ser seres muy territoriales, controlando cada uno una ciudad completa, los arzobispos de otras ciudades no tienen jurisdicción en una que tenga su arzobispo propio, teniendo que pedir permiso y alhagando el bonito calzado del natural para poder ser recibido y alimentado, para luego irse a su propia casa.
Encontrar a uno
Estos seres tienen vidas ocupadas, si no están dentro del estanque de agua bendita, están dandose un baño de incienso. La manera más fácil de contactarlos es volviéndote apostata, eso mismo, es pedir una carta donde te desbautizan; los asuntos de dejar católicos fuera de las estadísticas económicas les preocupa mucho y prefieren llevar las cosas personalmente, el tratará de convencerte mediante movimientos arzobispales ya ensayados, pero aunque no lo consiga, ya haz visto uno en persona.