Cultista
Currículum
Podemos optar a definir el cultismo como una distinguida manera de vocablo, de forma o causa que resulte arduamente alcanzable para oídos menos refinados que los del parlante propiamente dicho llegar a discernir el tema propuesto.
En comparación a la tosca habla que se recita en otros lares, el cultismo, denominado con intención claramente despectiva y ofensiva "pedantería" (no confundir con el vocablo empleado para designar a cierto gas en el acto de salir del intestino) difiere de ella al ser más docta, soslayando la necesidad de recurrir a términos de ámbito concupiscente entroncados directamente con las heces o el más bajo instinto humano.
Memorándum
In retro, la historia ha perdurado causándonos siempre hechos erróneamente calificados de fortuitos. Ya en la edad helena, los filósofos novicios, los cuales portaban excesivas dotes de intelecto, eran despectivamente tratados por parte del populacho; el cual estaba compuesto mayoritariamente de personas poco doctas que eran incapaces de apreciar la gran sabiduría impepinable de estos doctos discípulos. Empero, los sacrificados prohombres nacidos en la gloriosa y cruel Grecia realizaron la titánica labor de transmitir su saber a las posteriores generaciones, legándonos para siempre la gloria de su lenguaje culto.
A posteriori, en las añadas del medievo, los ya caducos sapientes de la corte sufrían el impacto de las pezuñas de la incomprensión de los insufribles cretinos de la corte en sus posaderas, para gozo de truhanes, malandrines y demás gentes de baja calaña o estofa.
Ergo, nuestro glorioso e insigne movimiento cultista alcanzó cumbres nunca soñadas a mediados del decimoséptimo siglo; por esta causa es justificadamente conocido como el "Siglo de Oro". Por estas remotas épocas tuvo lugar la tan gloriosa y alabada corriente artístico-literaria denominada "Barroco" en honor del ilustrísimo Franz Barrock (quien popularizó su arte y lo hizo accesible a las masas en su conocidísimo libro "La majestuosidad del deslizamiento angélico a través del infinito e insondable espacio celestial"). En el transcurso de ésta época los cultistas eran venerados como personas cognoscientes que dedicaban la mayor parte de su existencia a la composición de odas, loas y alabanzas para mayor prez y gloria de los grandes prohombres del momento.
Sin embargo, la envidia de la plebe era grande, lo que condicionó la caída del movimiento en terrible y ultrajante decadencia; situación que nos ha acompañado fatalmente durante gran parte de la historia moderna y contemporánea.
A la llegada de la decimonovena centuria, la tesitura se agravó. En la Revolución industrial, los pedantes vieron sus grandes acúmulos de capital fieramente atacados por la palabrería procaz y chocarrera en boca de un ente mefistofélico, por mal nombre Karl Marx. Azuzados los proletarios por las impiedades que este ser profería, procedieron ipso-facto a emplear a los cultistas, sus benefactores (quienes tenían la misericordia de compartir sus bienes con las incultas e impías masas, pese a la tradicional incomprension que del papel del pedante tuvieron éstas tradicionalmente) para caldear las forjas de las manufacturas.
Ultimatum
Nuestra situación permutó súbitamente. Un adalid, anomenado Academio de la Lengua, Real, concibió una confabulación contra los poderes baldíos. Cual paladín de la equidad, fue desmoronando los pilares de los mentecatos, juntamente con sus apéndices pensantes, en la Segunda Confrontacion Histórica A Nivel Mundial hasta obtener la definitiva victoria desde las líneas de la Muy Ilustre Coalición De Estados Aliados; con esta valerosa acción se logró la justa consonancia entre cultistas y papanatas.
En la contemporaneidad, dicha proporción aun se retiene. No obstante, añejas remembranzas aun nos galantean por nuestras cabezas, y en nuestros corazones.
A posteriori, los cultismos han adquirido una plusvalía que los ha locado como lo más tópico del léxico. Actualmente se adhieren ad náuseam a la vox populi. Cálculos a grosso modo por parte de un grupo de doctos cientistas, indican que este tipo de vocablos alcanzarán un status normalizado, llegando los vulgarismos a un status tal que unicamente sean emitidos por lapsus. Así, el lenguaje futuro se caracterizará por su déficit de palabras de origen no latino ni griego.
Vía accesible para la consecución del privilegiado status de Cultista
Ante la alarmante predicción de los tiempos venideros para nuestro Glorioso Movimiento, nuestra voluntad y gran valentía a la hora de afrontar terribles vaivenes del voluble Destino nos impulsa noblemente y sin ánimo de obtener beneficio alguno a situar a disposición del populacho (lamentablemente abundante en estas degeneradas eras) nuestra Gran Guía para la Iluminación Última del Ser, también conocido por el no tan apropiado ni veraz nombre de "Hágase Cultista En 15 Días"
- Su parla ha de alcanzar niveles de complejidad tales que la gran mayoría de seres incultos que habitan el Universo sea incapaz de establecer su significado. Para lograr tal ínclito final, haga del cultismo una práctica habitual en todo espacio y tiempo. A modo de ilustración: nunca solicite al hombre encargado de la manutención en su emplazamiento habitual de desayuno un "café"; este vocablo resulta extremadamente vulgar y chocarrero. En su lugar, solicite delicadamente un "recipiente semicircular provisto de asa, cuyo contenido sea destilado del elixir de las semillas que brotan en los legendarios árboles de Colombia" El desayuno le sabrá mucho mejor.
- La Mayúscula Es La Forma Más Estilizada, Elegante Y Bella De Escritura, A Pesar De Lo Cual Es Harto Erróneo Caer En La Vulgaridad De Escribir La Extensión Completa De La Palabra En Letra Capital. Una Mayúscula Por Palabra Escrita Proporcionará A Su Discurso Un Innegable Aire Intelectual.
- La gran obra del paladín Academio de la Lengua ha de sentar presencia inexcusable en la morada de todo buen cultista aficionado o profesional; el volumen debe hallarse en emplazamiento vislumbrable para los ojos de ocasionales visitantes, y ha de encontrarse convenientemente desgastado a fin de que su propietario sea identificable como persona con grandes inquietudes cogniscitivas. No se deje, sin embargo, llevar por su excesivo impulso destructivo; si el ejemplar se encuentra francamente deteriorado, amén de resultar antiestético, puede producir en el visitante no informado la falsa impresión de que Usted necesita recurrir frecuentemente a tal medio de información, lo que no repercutirá favorablemente en su renombre.
- Si es usted hombre, desprecie las poco elegantes vestiduras modernas; no se encuentran a la altura de su catadura moral. Hágase con un refinado chaqué y lúzcalo a todas horas. En la intimidad de su hogar se relajará con una informal bata y unas zapatillas, teniendo siempre presentes que éstas han de lucir cuadros. Así demostrará a ocasionales visitas su afición no sólo por las grandes obras literarias, también por las pictóricas.
- Si es usted mujer, su vestimenta puede ser mucho más relajada; sin embargo, no caiga en la vulgaridad de vestir en pantalón a menos que desee dar la impresión de que apoya esta moda definitivamente antifemenina. Vista siempre falda, preferentemente de colores oscuros y siempre de longitud mayor a la de la rodilla, pues de lo contrario su moral podría verse gravemente perjudicada.
- Cómprese un piano. Los modelos con apéndice trasero son recomendados para bolsillos fuertes, pero si pretende impresionar a sus conocidos desde la puerta de entrada, cómprese uno. Si pese a sus esfuerzos su salario no le permite tales dispendios, compre uno de pared; pese a ser menos impresionantes, logrará un gran golpe de efecto si consigue que un familiar de menor edad (preferentemente hijo o nieto) ejecute en él temblorosas interpretaciones del himno de su nación. NUNCA, repetimos, NUNCA, compre un piano eléctrico, a menos que su intención sea dar a entender que tiene un descendiente rockero (altamente desaconsejable) o se gana la vida tocando por ferias itinerantes.
Paradigmáticos paladines del cultismo
- Daddy Yankee: Cuya refinada lírica, exponente máximo del cultismo, se basa en la métrica de la Ilíada.
- Tales de Mileto: A quién se le había introducido en el encéfalo fablar en griego acerca de silogismos.
- Miguel de Cervantes Creador de un personaje cuyo discurso agotaba inclusive a los molinos.