Extremoduro

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BanderaEspaña.png Este artículo contiene una alta dosis de humor español.
Si no eres de esta casta tierra, probablemente pierdas el tiempo leyendo esto.


Cita3.pngNo hay un desierto; hay un vergel lleno de flores de papel. Pensaba que sería frío el amanecer; te equivocabas otra vez: quemaba. Cita4.png
Robe Iniesta Amaneciendo de fenciclidina por lo menos.
Cita3.pngY yo me siento extranjero fuera de tus agujerosCita4.png
Robe Iniesta en la vez que le pararon en la aduana por llevar droga.
Cita3.pngAmor, chorros de lefa.Cita4.png
Otra perla de Robe , mostrando su lado más romántico.
Cita3.pngY me encuentro a mi princesa, hablando con la luna, echándose carreras a ver quién es más... ¡PUTA!Cita4.png
Romeo Iniesta en acción.
Rueda de prensa.

Extremoduro es un grupo de rock español formado por Roberto Iniesta y otros tres yonkis a elegir. Últimamente los otros tres yonkis se van estabilizando. Algunos dicen que ya ni siquiera son yonkis. Otros dicen que tampoco son demasiado extremoduros. Pero bueno, algún disco que otro siguen sacando. El grupo tiene una historia peculiar, ya veréis, ya... Hay un poco de todo, muy cinematográfico. Vamos a contarla muy mal, simplificándolo todo mucho y sin apegarnos demasiado a la realidad.

Los inicios

Los primeros miembros.

A finales de los 80, Roberto Iniesta Ojea (Rey de Extremadura) trabajaba de chapista con su padre en su Plasencia natal, y tocaba la guitarra con la gente guapa del barrio. Cuando se cansó de dar la chapa, alquiló una furgoneta para vender golosinas a los niños. No vendió muchas golosinas, pero engañó a unos cuantos niños para comprar un disco que todavía no se había grabado. Tenía grandes dotes de persuasión, y una navaja muy afilada, así que vendió 250 vales de a talego la unidad, y con la pasta se pegó un fiestón de seis días con sus colegas. La mayor parte murieron, así que los sustituyó por otros, y con lo que sobró se grabó una maqueta titulada Rock transgresivo. Algún ejecutivo discográfico iba suficientemente borracho como para interesarse, y grabaron un disco con las mismas canciones de la maqueta que al principio se iba a titular Tú en tu casa, nosotros en la higuera y al final se tituló casi casi igual. Al año siguiente vuelven a morirse todos los yonquis acompañantes, y Roberto Iniesta vuelve a sustituirlos por otros menos estropeados para grabar el segundo disco del grupo, Somos unos animales. Los rebuznos, relinchos y berreos que hay entre canción y canción recibieron críticas más o menos buenas por parte de la prensa especializada y del Mondosonoro y del Rockdelux también.

La era del caos

En todas las carpetas de las nenas.

El grupo ficha por una multi (bueno, sí, DRO, los de Servando Caballar, por aquel entonces todavía eran Discos Radiactivos Organizados y no se habían vendido a la Warner), pero todavía estaban lejos de convertirse en el fenómeno de masas que serían con el tiempo y una caña. En 1992, Roberto Iniesta roba unas cuantas letras de poetas desconocidos y/o terminales, y así se fragua Deltoya, un disco doble de temática erótico-festiva. La idea de Iniesta era hacerse un grupo paralelo llamado Extremozoide, pero se tuvo que joder y sacarlo como Extremoduro. El disco comienza a darle fama al conjunto entre la muchachada, que acude en masa a los divertidísimos conciertos en los que todo puede suceder (como cuando ibas a ver a Jim Morrison por si se sacaba la chorra).

Al año siguiente, en 1993, los camellos de Roberto Iniesta deciden dejar de fiarle (no se lo cuentes a nadie), por lo que nuestro trovador se traslada a Bilbao en busca de proveedores frescos. Allí se encuentra con otro grupo de yonquis con los que graba una canción de media hora. La idea de Iniesta era hacerse un grupo paralelo llamado Pedrá, pero se tuvo que joder y sacarlo como Extremoduro (eso sí, más adelante). Ese mismo año, hasta los huevos de vivir, se va a Barcelona y por fin logra hacerse un grupo paralelo llamado los Q3. Lo malo es que nadie les saca un disco, así que se tiene que joder una vez más. Como está visto que no hay más remedio que publicar como Extremoduro, lo que hace es sustituir a los yonquis de Extremozoide por los yonquis de Q3, y grabar con ellos lo que sería el cuarto disco de Extremoduro, ¿Dónde están mis amigos?.

Ya estamos en 1994, y Roberto Iniesta, que no quiere estar metido en una caja, secuestra a Iñaki Uoho, a la sazón guitarrista de Platero y Tú que se veía venir que Fito iba a tomar las de Villadiego y se decidió a buscarse las lentejas con el bueno de Iniesta, por si acaso. Regraban los primeros discos y se dedican a darle fuerte al jaco, hasta que la discográfica, viendo que no había manera de que estos elementos dejaran de hacer el vago, decide sacar Pedrá en el año 1995, para ver si rentabilizan las dietas. Durante la gira de ese año, Iniesta, a quien le sirven las aceras por almohadas, se queda sin yonquis acompañantes, que le inflan a hostias por no compartir royalties. Así que tras recuperarse de la somanta, vuelve a llamar a Uoho para grabar algo. Esta vez tienen suerte, y llega la pasta gansa.

Fama, putas, dinero

Crucificado a base de pastillas.

El disco se llama Agila, y hasta sale en los 40 principales. Al fin los medios se rinden a la evidencia y les llaman para hacerles entrevistas muy graciosas. El disco se vende como churros, las mujeres hacen cola a la puerta de sus camerinos, el caballo iraní sustituye al crack cortado con detergente. Hasta les da para pagar a los niños que habían comprado aquellos vales de a talego la unidad, y para rendir cuentas con los camellos de media España. Así que estirando el chicle, se deciden a grabar un directo (que siempre viene bien para hacerse unos durillos sin trabajar demasiado) bajo el delicado título de Iros todos a tomar por culo (a ver qué les dicen después). Con el bolsillo bien forrado, Iniesta y Uoho se trasladan al País Vasco definitivamente, y junto a Miguel Colino y José Ignacio Cantera, se conforma la que sería formación definitiva del grupo (hasta hoy, que nunca se sabe...).

En 1998 graban «Canciones prohibidas», y las niñas de quince años que les habían conocido con Agila empiezan a criticarles, por ser unos cabrones vendidos que meten cuartetos de cuerda en las canciones. Así que se lo empiezan a tomar con calma, y entre salir, beber, el rollo de siempre... pasan cuatro años más hasta que se dignan sacar algo nuevo. Era el año 2002 cuando ve la luz Yo, minoría absoluta, y como el esfuerzo fue muy grande, esperaron otros seis años para sacar algo más.

Pero no todo era haraganear, no. Entre medias había que pillar por algún sitio, así que Iniesta monta una productora, escribe un libro, planta un pino y saca medio kilo de recopilatorios y versiones de viejos temas, entre los que se encuentran Canciones sin voz, Canciones sin guitarra, Canciones sin música y Canciones sin Voz II: Los remixes.

De vuelta al curro

Los actuales miembros.

Tras estos años de relajación, se ponen manos a la obra y sale una movida muy rara titulada "La ley innata". En la presentación del disco, Iniesta sorprende a los medios mostrando su sobriedad, su sapiencia, sus conocimientos de latín y griego clásico, y la piscina olímpica de su chalé de la sierra. La falta de inspiración parece haber llegado a su fin, y el disco conceptual se desarrolla a lo largo de cuatro movimientros, introducción y coda. No es pretencioso, es que los yonquis tenemos solera. Desde entonces, los chiquillos no se acercan a ellos.

Después fue cuando sacaron una cosa titulada Material defectuoso que al final parece que se confirma que era un disco de broma a pesar de su nueva obsesión por el rock sinfónico y de ser los Pink Floyd españoles pero con el triple de porros, y que el bueno vendría a los pocos meses. Este era solo para hacer una gira con entradas a cuarenta euros y sacar una App para el smartphone tope chula. No hay imágenes de sus conciertos en YouTube, hay que bajarse la App, que es tope chula. No colabora la de la Oreja de Van Gogh ni nada, pero no desentonaría mucho. Les ponen bien en Rockdelux y Mondosonoro, que es lo que importa, ¿eh?

Así que a eso de finales de 2013, y tras un año entero dedicado a realizar una mastodóntica gira de cinco conciertos por Sudamérica, vio la luz el esperadísimo Para todos los públicos que, haciendo honor a su nombre, y por si había ciertos públicos que no fueran a poder desembolsar sus buenos veinte leuritos para hacerse con él, pudo ser descargado de Internet por todo quisqui varios días antes de su salida a la venta. La tan prematura filtración del disco a la red de redes se antoja misteriosa: algunos opinan que a uno de los CDs de la cadena de fabricación le salieron dos patitas digitales y saltó por la ventana hacia la calle, donde fue recogido por un keniata con una manta que lo puso en circulación (sí, y cada vez más lejos). Otros piensan que el propio Iniesta decidió terminar amistosamente su relación con la Warner y subir el disco a ForoCoches a cambio de una invitación al foro. El caso es que hay menos sintetizadores y más guitarras, y a lo mejor hacen gira y todo... Bueno, vale, no pidamos peras al olmo.

Véase también


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Este artículo ha sido destacado en la Portada Española por el pueblo.
Por lo tanto, se trata de un artículo de Pata Negra, rico rico, y con fundamento.