Federico Müller-López Sáenz de Heredia

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Federico Müller-López Sáenz de Heredia (Madrid, 1895 – Miranda de Ebro, 1943). Militar de carrera, poeta hermético y libretista falangista, su vida fue una carrera contrarreloj hacia una idea que él llamaba "la Unicidad": un principio que mezclaba la precisión suiza de su abuelo, la magia sexual de Aleister Crowley y una visión muy personal de la metafísica. Todo acabó en una ópera bufa que, lejos de llevarle al cumplimiento de sus ideales, le condujo a un triste final en una letrina de un campo de concentración.

Orígenes y la Fijación Monádica

Federico creció en un piso de la calle Príncipe de Vergara donde no se percibía el paso del tiempo, tal era el aburrimiento que imperaba en su hogar. Su abuelo paterno, Klaus Müller, un relojero de Leipzig instalado en Madrid, había legado a la familia algo más que el apellido: la convicción de que sus relojes eran una metáfora del universo, como mecanismo anhela la sincronización perfecta. "Cada desviación es un pecado contra el orden", solía repetir el anciano, mientras ajustaba con precisión cajas de música que repetían tonadas de Tchaikovsky.

Müller-López ingresó en 1912 en la Academia de Infantería de Toledo, donde sus dotes castrenses se distinguían por un muy personal método para desfilar (solo movía sus pies cuando el instructor marcaba “uno”, pero nunca cuando marcaba “dos”) así como a la hora de hacer puntería, pues si la primera bala fallaba el objetivo, nunca intentaba un segundo tiro. España, no obstante, no estaba en situación de despreciar efectivos y fue enviado a la guerra de África. En el Rif se aficionó a lecturas de autores como Nietzsche o Helena Blavatsky, las cuales, unidas quizás a una excesiva exposición al sol le llevaron a concebir su Teoría de la Cohesión Granular: "Solo una voluntad unitaria que penetre en todo movimiento social como el agua entre cada grano de arena puede elevar a la humanidad hacia la superhumanidad, de lo contrario los hombres se dispersarán como granos de arena en el desierto, donde al no haber agua no pueden construirse castillos como en la playa".

Aunque el título se refiere a un peñón, la opinión más extendida entre sus lectores es que era un peñazo. No obstante supieron sacarle provecho.

Durante la Guerra Civil española su papel estuvo más en la retaguardia que en el frente, lo que le permitió, entre “paseos” y humillaciones con aceite de ricino a detenidos del otro bando, desarrollar sus teorías. El resultado fue la obra "El Peñón de la Unicidad: manual de fortificación ideológica nacionalsindicalista" que le permitió ser nombrado Coronel de la Guardia de Asalto, pues fue impresa en un papel-offset muy ligero que tuvo gran aceptación entre sus camaradas en aquellos momentos en que no siempre era abundante la celulosa que permitía aliviar la higiene íntima más básica.

La Conexión Crowleyana

López-Müller fotografiado por su esposa en su biblioteca personal leyendo la obra de Crowley. Profundamente conmovido, diríase que al borde de las lágrimas.

A partir de este expediente, Ramón Serrano Súñer le toma en consideración como agregado cultural en su séquito, y así asiste al encuentro en Hendaya entre Francisco Franco y Adolf Hitler. Ese encuentro supuso para él una revelación: servicios médicos de ambos regímenes le confirmaron, extraoficialmente y en conversaciones informales, que ambos dictadores compartían una singular característica: la monorquidia. Müller-López, quedó fascinado por esta común y unitaria condición biológica en ambos caudillos, que según su visión de lo Uno no podía significar más que una elevada singularidad espiritual y de destino. Quizás por ello, la decepción fue también más dolorosa, la falta de acuerdo en Hendaya no era un fracaso político: era una traición de la materia contra su propia forma. Se refugió entonces en una sociedad hermética llamada "El Ordo del Lábaro". Allí descubrió a Aleister Crowley.

La correspondencia entre ambos —conservada en un archivo privado de Zaragoza— es escalofriante. Crowley le llamaba "Frater Monas" (Hermano Uno) y alentaba sus teorías. "Tu intuición sobre la unicidad gonadal es pura magia sexual", le escribió el Mago el 3 de diciembre de 1940. "Eleva el acto político a un acto mágico y transformador". Müller-López le respondió con diagramas de fortificación sexual: "La Unicidad es la finalidad última del universo. La dualidad es la desviación que lleva al desastre".

Crowley le envió un péndulo adivinatorio que, según dijo, había pertenecido a John Dee. Müller-López lo usaba para "medir la vibración sexual" de los líderes. Los resultados: ambos vibraban en una frecuencia única. Incapaz de aceptar el fracaso, convirtió su obsesión en dogma: la monorquidia no era una condición, era un destino.

Müller-López aplicó estos conceptos de magia thelémica a la creación de su propia familia. Casó en este tiempo con Pilar de la Cruz Ruiz de Alarcón, con quien hubo a su única hija a quien puso el nombre de Ena Gloria. Según testimonios de sus camaradas, fanfarroneaba de haberla engendrado la única vez que hizo el amor con su mujer. En una carta posterior a Crowley llegó a confesar: “La concepción de mi Ena Gloria fue perfecta porque fue de una vez. De no haberse dado, un segundo intento hubiera carecido de sentido”.

Entre los dos hacen dos: La Ópera como Ritual Thelémico-Gonadal

La primavera de 1941, durante el intermedio de La Gran Vía en el Teatro de la Zarzuela, el compositor Hans Jürgen Von Streber escuchó a Müller-López hablar de "monorquidia como destino histórico" con un grupo de falangistas. El músico, fascinado, se acercó. "Usted entiende la unicidad de las esferas, que es lo que se traduce en su música", le dijo. Desde entonces, sus reuniones en el Café Gijón fueron sesiones de alquimia monádica. Su comunión espiritual fue tan perfecta que tuvo, también, un solo fruto: Entre los dos hacen dos.

La ópera —estructurada en 3 actos y un epílogo, reflejando la fórmula mágica "Abrahadabra"— era un rito:

  • La Estática de la Unicidad Frustrada: Las sillas de Franco (palo santo, tallada con un único águila) y las de Hitler (nogal, con un solo reposabrazos central) no lograban acoplarse. "Asiento único, poder partido / quien no es Uno, está vencido".
  • El Patter-song del Traductor Fallido: Cuando el intérprete gritaba "¡Que un testículo ausente los pueda unir de tal manera!", un golpe único de mazo de bombo en el arpa del piano disparaba todos los armónicos del mismo, creando el efecto de unicidad sobre el total sonoro.
  • El Metrónomo de Crowley: En el epílogo, un metrónomo gigante cuyo peso oscilante tenía la forma de un enorme huevo oscilaba en el centro del escenario, marcando un compás de 60 BPM (un latido por segundo) entre dos spots de luz que nunca se fundían en uno. Müller-López había determinado que esta era la frecuencia exacta del "ritmo cardíaco del poder único", demostrando cómo dos voluntades que laten al mismo compás pueden, sin embargo, mantener sus focos separados.

Caída, Detención y Muerte

El estreno fue un escándalo que el régimen intentó silenciar. Si bien la obra pudo llevarse a cabo, ya que viniendo de autores probadamente afectos al régimen los presentes siempre esperaron que remontara y finalmente los líderes fueran glorificados aun por encima de la parodia, al finalizar la misma el coronel de orden público gritó: ¡Detengan a los responsables de esta bufonada, por mis cojones!. Al día siguiente se dio la orden a la prensa del régimen de que no reflejara el estreno. Oficialmente, aquello no había ocurrido. No obstante tanto la cartelería del evento conservada en la clandestinidad, así como los pasquines antifranquistas de época atestiguan que así fue. Por si eso no fuera poco existe una grabación pirata y una fotografía tomada durante la función que no llegó a ser requisada.

Müller-López fue arrestado por la Brigada Político-Social. Consta en su ficha que durante el interrogatorio dijo: "Mi intención era exhortar a la unicidad a los caudillos, animarles a reconsiderar lo necesario de la unicidad como destino en lo universal". No se retractó. Le aplicaron la bañera —ahogamientos simulados—, pero insistía en que todos los segundos en que su cabeza bajo el agua, eran, en definitiva, uno.

En febrero de 1943 lo enviaron al Campo de Concentración de Miranda de Ebro. Allí, según testimonios de presos, recitaba poemas que improvisaba en voz alta, como cánticos a la Unidad Imperfecta. Esto le valió ser maltratado físicamente en más de una ocasión. Murió el 19 de noviembre de 1943, víctima de cólera. El carpintero del campo, recordó: "Lo último que hizo fue grabar con la cuchara en la madera. como si fuera un buril”. El poema, memorizado y reproducido por el conmovido carpintero, decía así: 'Aquí lo uno se descompone/ de las tripas brota una oscilación / cae finalmente en el sumidero / lo que pudo ser uno, fue dos'". Firmó: F.M-L.S.H., monádico. Tras oir un golpe seco el carpintero le encontró desplomado, sobre sus propias heces.

Bibliografía

  • Archivo Privado de Zaragoza. Correspondencia Crowley-Müller-López (1940-1941).
  • Testimonios del Campo de Miranda de Ebro, 1943. Archivo Histórico Nacional, Sección Guerra Civil.
  • Cartelería clandestina del Teatro de la Zarzuela (1941). Colección particular.