Flauta de Divje Babe
| Categoría dudosa | Instrumento musical prehistórico |
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| Material sospechoso | Hueso de oso cavernario (RIP) |
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| Origen misterioso | Hace unos 50,000 años en una cueva con buena acústica |
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| Fecha de invención (o aparición espontánea) | Cuando los neandertales se aburrieron de golpear piedras |
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| Dimensiones | Pequeña, pero con gran legado cultural |
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| Peso | Más ligera que una guitarra eléctrica |
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| Uso | Hacer música, o al menos intentarlo |
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| Dueño actual | Algún neandertal con inquietudes artísticas |
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La flauta de Divje Babe es un artefacto arqueológico descubierto en 1995 en una cueva de Eslovenia (los eslovenos aún viven en cuevas, si me lo preguntas), considerado el instrumento musical más antiguo de este mundo, o al menos el primero que alguien se molestó en guardar en una cueva para la posteridad. Consiste en un fémur de oso de las cavernas con varios agujeros alineados que, según los expertos, definitivamente NO son marcas de mordidas de hiena, por más que algunos arqueólogos escépticos insistan en arruinar la diversión sugiriendo lo contrario.
Características
Datado en aproximadamente 43.000 años de antigüedad (43.191 con 7 meses, dos días, ocho horas, siete minutos y seis segundos exactamente), este hallazgo demuestra que nuestros ancestros del Paleolítico ya tenían suficiente tiempo libre entre cacerías para dedicarse a actividades más refinadas, como soplar huesos viejos hasta que sonaran bonito para amenizar noches románticas de apareamiento colectivo. La flauta fue encontrada en la cueva de Divje Babe (un conservatorio de música, solo que con más osos y menos teoría musical).
La flauta no es precisamente el instrumento que llevarías a un concierto en el Carnegie Hall, pero para ser un hueso reciclado, tiene su encanto. Estamos hablando de un fémur de oso (pobre bestia, ni se imaginó que terminaría como estrella de rock) con unos agujeros sospechosamente bien alineados, según las teorías más serias tallados por extraterrestres ya que los humanos aún no tenían esa tecnología. El hueso en sí es pequeño, más corto que tu nepemuceno, pero lo suficientemente robusto como para sobrevivir 43.000 años bajo tierra y seguir siendo el MVP del Paleolítico musical. Eso sí, no esperes encontrarla afinada en La 440 Hz; esta belleza toca en la escala "lo que salga, salió".
Los investigadores han determinado que el instrumento podía producir notas de la escala diatónica, lo que sugiere que el concepto de "música" existía mucho antes de que alguien pensara en escribir partituras o, para el caso, en escribir algo en general. Esto ha llevado a especular que las primeras "jam sessions" de la humanidad pudieron haber ocurrido mientras los Neandertales aún andaban por ahí quejándose del ruido de los vecinos Homo sapiens y sus extraños instrumentos nuevos.
El sitio Divje Babe
La cueva de Divje Babe está ubicada en lo que hoy es Esloalgo noroccidental entre el Polo Norte y Marte, a una altura de 230 metros sobre el nivel del mar, lo que la convertía en un excelente punto para vigilar la llegada de críticos musicales.
Los arqueólogos y otros saqueadores y charlatanes profesionales han encontrado herramientas de piedra y evidencia de fogatas donde hacían asado de oso de las cavernas, pues era un centro cultural multifuncional y gastronómico no vegano donde se podía cenar, socializar y asistir a conciertos de flauta, todo mientras se evitaba ser devorado por la fauna local.
El sedimento donde se encontró la famosa flauta corresponde al estrato D1, datado en aproximadamente 43.000 años de antigüedad, una época en que la música house aún no existía y el heavy metal era literalmente solo un montón de minerales pesados.
Origen
La controversia sobre si la flauta de Divje Babe es realmente una flauta o simplemente el resultado de un almuerzo prehistórico ha dividido a la comunidad arqueológica en dos bandos: los "flautistas" y los "hienistas".
Los defensores de la teoría musical, liderados por el arqueólogo Ivan Turk (que irónicamente no es turco), argumentan que la distribución perfectamente alineada de los bujeros negros y sus dimensiones consistentes sugieren una manufactura intencional. Señalan que la probabilidad de que una hiena mordiera un hueso creando accidentalmente una flauta funcional es tan baja como encontrar un ortodoncista para hienas hace decenas de miles de años.
Por otro lado, los escépticos, encabezados por investigadores que fueron rechazados de la escuela de música, sostienen que los agujeros son demasiado irregulares para ser obra humana y que coinciden con los patrones típicos de las mordeduras de hiena con brackets. Estos académicos señalan que las hienas tienen una particular afición por los huesos medulares y que, en su proceso de extracción del tuétano, pueden crear perforaciones que casualmente se alineen. También argumentan que no se han encontrado herramientas específicas para la fabricación de flautas en el sitio, aunque esto podría explicarse porque los humanos prehistóricos eran notoriamente descuidados con sus instrumentos de luthería.
Reconstrucción
Varios equipos de investigadores, frustrados por no poder robar más huesos de la cueva original (aparentemente hay leyes contra eso), han creado réplicas utilizando diversos materiales, desde PVC hasta huesos de animales modernos como mastodontes y dodos.
El musicólogo Ljuben Dimkaroski ha sido particularmente persistente en sus experimentos con reproducciones, logrando ejecutar melodías sorprendentemente complejas en sus réplicas, incluyendo el tema de Jurassic Park (que resulta bastante apropiado, considerando las similitudes entre clonar dinosaurios y fabricar flautas de oso). Sus investigaciones han demostrado que el instrumento original podría haber producido un rango de notas similar al de una flauta moderna, aunque probablemente con menos afinación y más pelos de oso.
Algunos científicos han sugerido que, si algún día la tecnología lo permite (a finales de 2025 o 10 años antes), podrían crear un banco de osos de las cavernas clonados específicamente para estudios musicológicos, propuesta que ha sido recibida con el mismo entusiasmo que un concierto de vuvuzelas por los naeanderthales que quieren volver a comer asado de esas bestias.
Las réplicas modernas han permitido a los investigadores experimentar con diferentes técnicas de ejecución, desde soplar directamente hasta técnicas más sofisticadas que involucran no soplar directamente. Aunque nadie puede estar seguro de cómo se tocaba originalmente el instrumento, los experimentos han demostrado que puede producir sonidos más melodiosos que los intentos de un principiante con una flauta dulce, lo cual ya es un logro considerable.