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El Templo de Kiyomizu, situado en Kyoto, fue construida en un principio como un templo budista, pero luego pasó a ser residencia de emperadores y shogunes por miles de años, hasta que los echaron cagando por falta de dinero para financiar tal mansión (sólo comparable a la Mansión Playboy en esos tiempos). También fue por muchos años una connotada casa de citas de emperadores nipones donde cobraban 30000 yens las 3 horas. También es una de las pocas construcciones que no fue demolida por las guerras, las termitas y otros japoneses locos, permaneciendo intacta por muchísimo tiempo hasta el día de hoy.

Este hermoso (y carísimo) templo fue uno de los nominados a ser una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, pero lamentablemente no quedó dentro de la selección, siendo desplazado por otros monumentos más importantes como Tepito y El Cristo Suicida. Esta decisión ha provocado que la tasa de Harakiris dentro de los japoneses (específicamente los que viven en Kyoto), haya empezado a aumentar en un 35% desde el momento de la decisión final.