Palacio de Potala
Potala son unos pendientes que al ponérselos dos personas se fusionan para siempre, esa sería tu respuesta, desgraciadamente estás equivocado. Potala es un hotel de 12 estrellas[1] situado en el Tibet a 2 kilómetros del primer badulaque (Kwik-E-Mart o Minisúper). Allí vive desde hace 500 años el Dalai Llama con su ropa naranja que ha inspirado a sus seguidores.
Tiene cientos de plantas con las paredes de oro y bañadas en más en chocolate. Tiene vistas a la desembocadura del Ganges que lleva su agua cristalina al mar. A veces es preciso ir con una bombona de aire para poder sobrevivir en las alturas. Esta bombona sirve para golpear a los que te acompañen y robarles el oxígeno.
Construcción
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Para los interesados en la versión menos seria y verídica, Wikipedia tiene un artículo sobre: Potala |
Según recientes estudios, en el año 123 d.C. un hombre que había sido desterrado de su ciudad natal no tenía en donde vivir. Se encontraba solo en el Himalaya y la única comida que tenía para los próximos 2 meses eran ranas. Para más inri las ranas producían alucinaciones. El hombre, gracias a que era joven, pudo sobrevivir varios días a base de chupar ranas.
El hombre vio en sueños como una voz le llamaba y al seguirla el hombre volaba. No se sabe cómo los científicos han podido descubrir que soñaba, seguramente probaron las ranas ni cómo pudo ver la voz.
Seguramente el pobre hombre volaba al caer desde una altura de 4000 metros, se salvó porque llevaba casco campaña de tráfico: lleva el casco.
Tras acostumbrarse a la vida en la montaña decidió construir una casa porque era muy incomodo dormir bajo una roca gigante. Ese mismo día construyó el palacio de Potala con cientos de habitaciones sin ventanas y con cuadros de payasos llorando. Era un lugar muy acogedor sobretodo por sus paredes negras y por los cuervos que vivían en el jardín de flores muertas. Como no tenía ni un duro decidió convertir su casa en un hotel especialmente dirigido a los niños. El primer año los pocos niños que salieron sin pegarse un tiro en la sien se volvieron locos o tenían depresión.
Para poder saber lo que le faltaba a su pequeño palacio hizo una encuesta. La hizo de uno en uno en una habitación pequeña como en un interrogatorio, pero con la diferencia de que solo estaba el poli malo y loco. Los desgraciados interrogados le contaron cómo mejorar su casa y así lo hizo. Más tarde les invitó a una cena en la que podían degustar paja de la cuadra del hotel.
En su segundo año de existencia se cambiaron los colores, se añadieron escaleras mecánicas que solo iban para abajo y el dueño se convirtió en Dalai Llama. El dueño del hotel adquirió grandes poderes al convertirse en Llama con lo que convenció a la gente para que fuera a su hotel de 12 estrellas y se tirara por los barrancos para llegar al valle de las serpientes.
Actualidad
Se ha convertido en uno de los lugares más visitados del Himalaya. La gente que se acerca a esta región para disfrutar de sus temperaturas visita el palacio y paga la miserable cantidad de 400.000 €. En ese tiempo el cliente puede recibir gratis una sesión de latigazos o de mordiscos de perros rabiosos (solo hay perros que superan el metro y medio de altura).
En los exteriores hay unos baños termales originados por el magma que ha sido expulsado a la superficie. Se dice que quien acude a esos baños no vuelve. Los tigres que corretean por los pasillos hacen las delicias de los turistas que disfrutan viendo salir la sangre a borbotones de sus cuellos. Se está pensando en construir unos cohetes que impulsen la estructura hasta el espacio para que los visitantes se libren de la presión de sus vidas.