Benedicto IX
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ATENCIÓN: El siguiente artículo es texto sagrado para una o más religiones.
AVISO DE CONTENIDO: Posiblemente contenga encíclicas describiendo o incitando al |
Benedicto IX
 Papito |
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| Religión | Iglesia Católica |
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| Mandato divino | Hasta tres veces, tres Papas en uno. |
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| Residencia | El burdel papal. |
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| Hechos | Vender el papado por una buena suma, y en estado de ebriedad, que tiene más mérito. |
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| Poderes | Era muy recalcitrante y el tío volvía siempre por más que lo botaban. |
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| Predecesor | Sucesor |
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| Nombre de verdad | Teofilacto, todo el día haciendo el acto |
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| Estado actual | Esperando el juicio final, pero con pocas esperanzas de éxito. |
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| Nacimiento Defunción | Roma Un monasterio por ahí |
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| Causa de Muerte | De viejo, se piensa, pero seguro que de una enfermedad venérea. |
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| Relaciones | Con su hermana, con su prima, con mujeres, con hombres, con todo lo que se moviera. |
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| Enemigos | Los romanos, que les llenaba la ciudad de ladillas. |
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Benedicto IX, cuyo nombre civil era Teofilacto (que ya es putada) pertenecía a la familia Túsculo, familia que ciertamente fue una pústula en el seno de la Iglesia Católica. A falta de una, ni siquiera fueron dos, sino que fue Papa en tres ocasiones, cómo te quedas. Fue uno de los pontífices más jóvenes en acceder a tal dignidad (es un decir) papal, tal vez el más joven, que vamos: que era un niñato. También fue el único que vendió el papado y el primero en renunciar a él, en unas circunstancias poco honorables. Siguió la doctrina pastoral de su tío-bisabuelo, el también Papa Juan XII, con quien tenía mucho en común, como veremos, entre otras cosas su adicción al sexo.
Infancia
Las crónicas de la época le describen como un niño insoportable. Chulito, respondón y propenso a la gamberrada y al destrozo de mobiliario público. Y a atar cacerolas al rabo de los perros. Como se ve, apuntaba maneras.
Papados
Su vida transcurre bastante paralela a la de su pariente Juan XII. Al igual que éste era un asco de niño a quien su padre, hermano de los dos últimos papas, consiguió que le enchufaran en el trono de Pedro a base de chanchullos y sobornos, y eso cuando tenía doce años, que se ve que se lo quería quitar de encima antes de que entrara en la edad del pavo. Y hacía bien.
Papado I
Y vaya que su padre acertó. Coincidió su entronización con el momento en el que le bajaron los huevos, y lo primero que se le ocurrió, para celebrarlo, fue organizar una orgía en la sede papal. El resto de su primer pontificado se resumió en tirarse a cuantas putas se le cruzaron, tirarse a su hermana, organizar atracos a peregrinos y asesinatos no ya a rivales políticos, sino a personas elegidas aleatoriamente ¿hay que divertirse, no?.
El caso es que los ciudadanos de Roma acabaron hasta los cojones de él porque, según decían, la sede papal constituía un problema de salud pública, ya que todas las enfermedades venéreas que asolaban a la ciudad tenían su origen allí, por lo que le montaron una revuelta. Acojonado, nuestro personaje, salió por piernas... pero no se conformó, no.
Papado II
Efectivamente, logró volver. Reunió un ejército de sicarios y matones que echaron a hostia limpia a su sucesor. Aunque es verdad que esta vez duró menos que un pedo en la mano. Un mes después de su retorno estaba celebrando que era de nuevo el Papa en medio de una orgía, en evidente estado de ebriedad. Así que le dio por retar a un tipo que pasaba por allí diciendo que por 1500 leros le vendía el papado, que a él lo que le apetecía no era ser Papa sino casarse con su prima, que a la prima se le arrima. Dicho y hecho, el otro, que era un tipo de posibles, le dio los 1500 leros y Benedicto se marchó de Roma. De la prima la verdad se cansó pronto y se la entregó a unos proxenetas nómadas.
Papado III
No obstante, logró volver. Reunió de nuevo a su ejército de matones y se plantó nuevamente en Roma. Dijo que el Papa era él y que de lo anterior, pelillos a la mar. De primeras le aceptaron pero había otra familia de mafiosos, los Crescencios, que, en su ausencia, se habían crecido bastante. Así que se desarrolló una guerra cruenta y, tras unas cuantas partidas al risk, le echaron para que nunca más volviera.
Muerte
En un monasterio muerto de asco. Las versiones más amables dicen que allí se arrepintió de sus pecados y su vida depravada. Las más realistas que daba por el culo a todos los monjes con asiduidad.
Doctrina
Su objetivos pastorales se centraron en retomar los principales puntos doctrinales de su pariente Juan XII, así como ampliar la labor de éste. De esta manera:
- Se piraba a un bosque cercano donde acostumbraba a invocar espíritus malignos a través de la necromancia, porque hay que amar la naturaleza y a los enemigos, aun al mismo Satanás, como a tí mismo.
- Se follaba por igual a hombres, mujeres o animales (preferentemente cabras y caballos) porque hemos de imitar a Dios que ama a todas sus criaturas por igual.
- Incitaba a mujeres piadosas a la lujuria, como parte de su plan de ocio para las señoras aburridas. Una gran labor social.
- Sodomizaba en su palacio a nobles, soldados y vagabundos por igual, pues no creía en la división de clases (salvo cuando le convenía, claro).
Que la verdad, a la vista de todo esto, no se entiende cómo es que los romanos no le querían.
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