Carlos Ibáñez del Campo
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Presidente de Chile |
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Mandato | La década de los lejanísimos 20's y unos añitos en los 50's |
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Residencia | Palacio de la Moneda |
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Poderes | Sable rebanador de opositores, escoba anticorrupción |
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Anterior | Siguiente |
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Nacimiento Defunción | Lunares, Chile Santiago, Chile |
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Afiliación | Los nazis, socialistas, comunistas, radicales, demócratas, fascistas, populistas, conservadores, liberales, independientes, militares, católicos, masones, Dios, el diablo... en fin |
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Estado actual | Muerto, por suerte |
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Relaciones | Daniel López |
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Carlos Ibáñez del Campo, alias "El Caballo", fue un dictador militar y dictador político chileno. Este DICTADOR buen hombre ocupó la presidencia de la República en dos ocasiones: la primera vez fue a la mala (tras un golpe militar) y la segunda fue aprovechándose de la mala memoria del pueblo chileno. En resumen fue un tipo que valió verga, pero es parte de la prueba irrefutable que los chilenos son sacos de hueas un pueblo que no sabe votar. Es cosa de ver a Piñera, que también fue elegido dos veces (nos merecemos todos los terremotos del mundo).
Carrera militar
Nacido Carlos Evans del Campo, se tuvo que cambiar el apellido a "Ibáñez" porque con su cara de chileno no engañaba a nadie. A temprana edad descubrió que lo suyo era recibir órdenes y sufrir maltratos físicos, así que se unió al ejército, inscribiéndose en la Escuela de Caballería. Cuando los caballos pasaron de moda, viajó a El Salvador para matar campesinos revoltosos, alcanzando el grado de teniente coronel, pese a que en Chile no llegaba ni a teniente segundo.
Trayectoria política
Hombre fuerte de Alessandri
En 1924 entraron los militares al Congreso y empezaron a golpear sus sables contra el suelo sin razón aparente. Los parlamentarios se sintieron tan ofendidos que se largaron a llorar y huyeron del país, poniéndole fin a la República Parlamentaria. En 1925 un sector del ejército dio un golpe de Estado que derrocó al presidente Arturo Alessandri, apodado "El León de Tarapacá" por su larga melena y su gusto por la carne humana, pero Ibáñez entró al Palacio de la Moneda y mató a todos los golpistas con su sable. Alessandri en agradecimiento le ofreció el Ministerio de Guerra.
Aunque nominalmente Chile estaba ahora bajo una República Presidencialista y no bajo una dictadura parlamentarista, Ibáñez se había convertido en el verdadero hombre fuerte del Gobierno. Era Ibáñez el que tomaba las decisiones, el que hacía las movidas dentro del gabinete y hasta el que se acostaba con la esposa del presidente Alessandri.
Alessandri intentó revertir esta situación planificando la destitución de Ibáñez. Para esto, pidió que todos sus ministros firmaran un documento en blanco que en realidad era una carta de renuncia escrita con tinta invisible. Ibáñez era un militar bruto que no sabía escribir, así que no firmó, por lo que quedó como el único ministro del gabinete. Evidentemente a Alessandri el tiro le salió por la culata y el que terminó renunciando fue él, mientras que Ibáñez siguió en el puesto durante la presidencia de Emiliano Figueroa Larraín, alias "El Hombre Menos Interesante del Mundo". En 1927 Figueroa renunció, permitiendo a Ibáñez tomar el poder ya que nadie más se ofreció.
Dictadura de Ibáñez (1927-1931)
Ibáñez siguió la tendencia de moda en países bananeros de principios del siglo XX de implantar una dictadura personalista y pseudofascista, pero dando ciertas concesiones populistas para que el populacho no se alce. Como no podía depender exclusivamente del ejército para reprimir brutalmente a la oposición, en 1927 fundó el Cuerpo de pacos culeados Carabineros de Chile, organización que en países más desarrollados y menos chupafusiles se conoce como policía; el general Ibáñez, humilde como él solo, se autonombró primer director general de la institución. También se hizo el lindo con el gobierno peruano, regalándoles Tacna para que no invadieran Arica y firmando una tregua en 1929, que desde entonces debe ser renovada cada vez que hay elecciones presidenciales en Perú.
Durante la dictadura de Ibáñez, Chile vivió una bonanza económica gracias a la exportación de salitre a precio de robo, tanto así que los mendigos vestían harapos de diseñador y se abrigaban quemando billetes de 20.000 escudos. Pero entonces a los alemanes se les ocurrió inventar el salitre sintético, mucho más barato de hacer, y la economía empezó a derrumbarse; después vino la Gran Depresión en 1929 y el país volvió al triste pozo de estiércol del que hasta hoy no ha podido salir.
Como la economía estaba mal, los oligarcas no tenían razón para seguir defendiendo a un dictador y se unieron al proletariado para darle una tierna PLR.
Lavado de imagen e intentos por volver a la presidencia
Ibáñez aprovechó su derrocamiento para turistear por Argentina. Tras 6 años de exilio, decidió volver a Chile, pero primero se quitó el uniforme militar y para no andar desnudo por la calle se disfrazó de demócrata. En 1938 intentó presentarse como candidato a la presidencia con el apoyo de los nacionalsocialistas, pero un feliz acontecimiento conocido como la masacre del Seguro Obrero puso fin al incipiente movimiento nazi-wannabe en Chile y de paso sepultó las ambiciones presidenciales de Ibáñez hasta 1942, en que de nuevo perdió la presidencia, debido a que su ex lacayo jefe y también candidato frustrado, Arturo Alessandri, le quitó algunos votos.
Segundo mandato (1952-1958)
Volvió a presentarse como candidato a la presidencia, garantizándole a la derecha y al Tío Sam que mantendría a Chile lejos de los diabólicos rojillos ateos, pero viendo que a pesar de sus métodos poco ortodoxos el movimiendo izquierdista siguió creciendo, decidió tragarse su orgullo y solicitarle apoyo electoral a una de las 3.600 fracciones del Partido Socialista, y hasta aseguró que, si era elegido, derogaría la Ley Maldita anticomunista que había aprobado su colega Gabriel González Videla. Este acuerdo permitió a Ibáñez ganar la presidencia con un sorprendente 4% de los votos, e impidió que otro candidato porfiado optimista, el socialista Salvador Allende, resultara elegido en 1952 ("La cuarta es la vencida", dijo Allende).
Ibáñez prometió no repetir los excesos autoritarios de su primer mandato, anunciando medidas populistas. Por ejemplo, en 1953 se comprometió a repartir mujeres para todos los chilenos, mediante la creación de un Ministerio de Minas. Aún así, este segundo período no estuvo exento de medidas controvertidas, entre las cuales figura la implementación del Programa Nacional Anti-Hemorroides (1954) que prohibió el sexo anal y la homosexualidad bajo pena de cárcel en una prisión de mujeres o muerte por fusilamiento. Muchos homosexuales prefirieron lo segundo.
Ocaso
Para cuando dejó la presidencia (esta vez por la puerta del frente de La Moneda), el viejo Ibáñez tenía políticamente hablando menos peso que un paquete de cabritas. Ya retirado del servicio público, en 1960 se dio cuenta de que estaba vivo, así que se murió.
Legado
Augusto Pinochet reconoció la influencia de Ibáñez al momento de realizar el golpe de Estado de 1973, aunque le dio un toque personal al incluir un bombardeo aéreo como parte del espectáculo. En 1974 rebautizó la región de Aysén como XI Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo, sólo para ver cómo los pendejos de enseñanza básica se atragantaban al intentar pronunciar el nombre completo (así de malo era).
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