Cantar de Mío Cid
El Muy Suyo Mio Cid, el Campeador de Vivar, el que en Valencia mandó
A ciencia cierta se sabe que existió, y también que su LEYENDA los hechos superó. Amo y Señor del Campo que corrió, con Martín Antolínez, el burgalés de pro, con Álvar Fáñez Minayaa y con Muño Gústioz, y otros muchos tales que la memoria olvidó, no así sus acreedores y la Innombrable que sus cánones cobró.
Cantar Primero
De cuando unos gilipollas envidiosos y malcurrantes dieron en calentarle las orejas al Rey de Castilla para indisponerlo contra el Cid
Y esto ocurrió que dice así que Mio Cid Campeador le rompió el lomo a cuanto caballo árabe halló, al Rey de los Bereberes la barba mesó, y que de sus enemigos hacía morcillas pa' comerlas con arroz. Esto a algunos otros malandrines no gustó, en vergüenza les dejaba Mio Cid Campeador. Aprovechando la hora de descanso que se ganaba su Señor, estos fascinerosos fueron a ver al Rey de Castilla la Mayor(Alfonso VI). Le dijeron que el Cid lo dejaba en ridículo con frases tales como "ese muy Rey será, pero nunca será Campeador" y otros insultos altisonantes. El Rey condenó al Cid al destierro apenas llegó, pero le dio de todas formas la oportunidad al Campeador, de que consiguiera unos duros para el viaje. Minaya le dijo a su Campeador que estafara a unos judíos que después de todo ya eran ladrones y ladrón que roba a ladrón es igual de ladrón. Estafaron sin misericordia a los judíos y partieron en busca del destierro, pues el Mundo era la morada del Campeador. Al pasar por Burgos vieron la corneja diestra. Avanzando por Castilla vieronla siniestra. Asaron la corneja y les resultó indigesta. Son malos presagios para el Campeador.
El Campeador encuentra moros en el camino a los cuales va cortando en dos. Deja a las mesnadas de los bereberes regadas por todo el rededor. De lo que gana prepara un regalo y lo envía al Rey de Castilla la Mayor, demostrando lo buen siervo que siempre ha sido el Campeador. Al Rey no se le quita la bronca, pero acepta gustoso el regalo del Cid; "ojalá todos quienes habitan estas tierras me tuviesen tanta envidia como se encarga de tenerla aquel al que envié al Destierro" comenta, sin ánimo de ironía en su voz. Pero los malcurrantes le dicen "mirad los burros que mandó; con los caballos y las ricas pieles se ha quedado y ha enviado lo menos valioso a su Señor". Pliegue a Dios que pueda volver pronto el Campeador a romperles los pescuezos a quienes le levantan calumnias frente a su Señor.
El Cid llega a Valencia y como le gustó, una paella para el almuerzo pidió. Mas Valencia estaba tomada por los moros y le dijeron que allí solo se almorzaba al gusto moro, esto es, morcilla de cabra soltera con arroz quemado. ¡No le place al Campeador que de Burgos salió! Monta en Babieca, su fiel corcel, y se va hasta la Meca a cristianizar a los Moros repartiendo unas hostias que parecían panes. Le siguen Minaya, Muño Gustioz, Martín Antolínez, burgalés de pro. A diestra y siniestra van destazando Moros mas feo que Jack el Destripador. Vuelven a Valencia con el codo chorreando en sangre. Desmonta el Cid de Babieca y ordena que la paella sea patodos los que fueron a la Meca y se queda con Valencia. Le envía de regalo al Rey de Castilla la Mayor Ofrenda jamás vista. El Rey perdona al Cid y le nombra Gobernador de Valencia, y le ordena que le envíe todas las paellas que pueda preparar en una semana para tomar a los malandrines y servirlos en ella, hechos morcilla.
Cantar Segundo
Unos Infanzones harto maricones toman por esposas a las hijas del Cid.
Una vez los malcurrantes hechos morcilla, dio que estaban Fernán y Diego González buscando una boda conveniente para acallar los dichos de la corte que ponían en duda la virilidad de los hermanos, que ya frisaban los cuarenta años y aún eran llamados los Infantes de Carrión. Encontraron al Rey borracho y le pidieron en matrimonio a las jóvenes hijas del Cid, a lo cual el Rey accedió. Envió a llamar a Mio Cid el Campeador, para señalarle de la alta y conveniente boda que para las hijas de Rodrigo el Rey organizó. El Cid al saber de los Infantes de Carrión dijo "si eso quiere el Rey, mis hijas él casará, pero que se sepa que mi consentimiento no lo otorgo, es el Rey el que lo da". Los Infantes han llegado a casarse con las hijas de Mio Cid, doña Elvira y doña Sol. Son hermosas doncellas las hijas del Campeador. No existen mujeres así aunque las busquen en Carrión. Mio Cid les regala las Espadas Colada (llamada así por su buen uso en dejar a los árabes como colador) y la Tizona a los Infantes de Carrión.Entre ambos no pueden levantar una sola de las dos. Y vinieron unos moros a atacar Valencia; ahí probarían su valentía los Infantes de Carrión. Como corrían esos dos Infantes buscando salvación. Los moros fueron vencidos fácilmente, y a los Infantes nadie los extrañó. Otros días sucedió que de su jaula escapó un León. Los amigos de Ruy Díaz lo rodean para proteger a su señor. Hay que ver como chillaban los Infantes de Carrión. A las mesas escalaban y tras las faldas de sus esposas se escondían. Ante tanto alboroto se despertó el Campeador. Al verlo así tan grande se asustó hasta el león, que en seguida bajo el pescuezo en señal de sumisión. Rodrigo Díaz de Vivar, Mio Cid el Campeador, lo tomó por el cogote y a su jaula lo mandó, diciéndole solemnemente "ahí te quedas por huevón". Pregunta entonces por sus yernos, los Infantes de Carrión. "Han ido a cambiarse los calzones, mi señor, pues se mearon del susto cuando se escapó el león". Los Infantes han planeado vengarse del Campeador, y como valientes que son se llevan a doña Elvira y doña Sol. En el Robledal de Corpes consumaron la traición, las bajaron del carruaje y las golpearon sin compasión. Doña Elvira les responde "Ya sabía de la fama de los Infantes de Carrión, además de maricones por escapar del león, castigan a sus mujeres que no tuvieron participación. Pliegue a Dios que los encuentren y así paguen lo que pasó, y yo me aseguraré que todo el mundo sepa lo impotentes que son los yernos del Campeador".
Los Infantes de allí escapan, pero a doña Elvira y doña Sol, las ha encontrado un primo que mandó el Campeador, que sospechó algo muy raro cuando se fueron los de Carrión y se encontró con unos corpiños de cuero que no podían pertenecer a las hijas de mi Señor. Doña Elvira y doña Sol regresan a Valencia, y con amor. Todo el mundo las consuela y les entrega bendición. El Cid hierve de ira, toma a Babieca y, por pura diversión, se va de nuevo a la Meca a ganar de Dios el perdón. Después de haber muerto mil moros se dirige el Campeador a pedirle audiencia al Rey de Castilla la Mayor.
Cantar Tercero
Mio Cid Campeador sostiene diálogo con el Rey Alfonso acerca de lo ocurrido y pide Cortes
"Mi buen Rey don Alfonso, gobernante, mi señor, con la boda que arreglásteis me haz hecho flaco favor". "De qué habla don Rodrigo, Mio Cid el Campeador, diciendo aquí que el Rey una cagada se mandó". "Una cagada, sí, eso fue lo que ocurrió, por culpa de los maricones de los Infantes de Carrión".
"Que no son modelo de viriles, eso ya lo sabía yo, mas qué han hecho para ganarse la enemistad del Campeador" "Os encargo, Su Excelencia, para no hacer perder tiempo al lector, que visitéis en la Inciclopedia, el Cantar Segundo de Mio Cid Campeador, y así os haréis la idea, de lo mal varones que son ese par de maricones que me han golpeado a mi Elvira y a mi Sol" "Y qué puede hacer, Rodrigo, el Rey en tu favor" "Exijo Cortes, mi Señor" "Llamaremos a Cortes en Toledo y citaremos a los Infantes de Carrión" "No esas Cortes, mi Señor...exijo cortarles los cojones a Diego y a Fernán, con la Colada y la Tizona que tuve la mala ocurrencia de regalar" "Lo siento, Don Rodrigo, pero eso no te lo puedo dar...mas a un juicio de ganador de Combate si te puedo citar" "¿Un combate, Rey Alfonso?" "Un combate o Juicio de Dios...¿acaso duda el Campeador de poder vencer en combate a los Infantes de Carrión?" "Jamás tuve duda alguna, que a ese par les gana hasta el paje que tengo para que me prepare las morcillas" "Cortes en Toledo, dentro de treinta veces en que se vuelva a poner el sol" "¿Como dice, mi Señor?" "Dentro de treinta días, don Rodrigo Campeador" "Hablad en Castellano que eso es lo que entiendo yo".
Cantar Cuarto
Juicio de Dios en Toledo. Los amigos de Mio Cid el Campeador dan por el suelo con los Infantes de Carrión. Les devuelven las espadas y es disuelto el matrimonio de doña Elvira y doña Sol, que ya han sido solicitadas por los Infantes de Navarra y de Aragón. Esos sí que son varones, excelentes plugo a Dios. Mio Cid es satisfecho y fue lavada la traición. Con una mano por delante y la otra por detrás se regresan a sus casas los Infantes de Carrión, humillados y vencidos por andar de maricón. Mio Cid vuelve a Valencia, el Rey a Castilla la Mayor, los pericos a sus estaca y el burro al establo volvió
Pues nada, que este Cantar va de eso mismo, así que ya sabéis.
Cantar Quinto
Para los interesados en la versión menos seria y verídica, Wikipedia tiene un artículo sobre: Cantar de Mío Cid |
Mio Cid el Campeador gana su última batalla
Han pasado muchos años, ya esta viejo el Campeador. Aunque pelea igual que antes y cabalga con vigor, necesita de ayudantes para ir al tocador. Los moros saben esto, y desean vengarse de todo lo que Rodrigo Díaz les ha hecho. Sin aviso previo atacan Valencia, sale a recibirlos Mio Cid el Campeador, junto a toda su mesnada, Minaya, Muño Gustióz, Martín Antolínez, el Burgalés de pro, y Sancho Bermudez que también se animó. Van matando moros como en toda ocasión, mas en pleno campo de batalla le ha dado un infarto al suyocardio a Mio Cid Campeador. Minaya Alvar Fáñez reconoce muerto a su Señor. No es hora de derramar lágrimas, no lo quisiera el Campeador. Toma unos hilos de cáñamo que llevaba para la ocasión, amarra al Cid al caballo en guerrera posición, la cabeza de un moro le amarra a la izquierda para llamar la atención, y aprovechando el rigor mortis la derecha le deja en amenazante posición. Le da un latigazo al caballo que corre sin precaución, los moros huyen aterrorizados ante tal aparición, y gritan desesperados "No veré Carrión".
Tras la batalla es sepultado Mio Cid el Campeador; acuden al entierro los hijos de doña Elvira y doña Sol, que son Príncipes de Asturias, de Navarra y de Aragón, nietos del Cid estos son. En la lápida que cubre la tumba del difunto Campeón, un artista ha tallado la siguiente Inscripción: Aquí yace Rodrigo Díaz, Mio Cid el Campeador, que nació allá en Vivar en un año que el tiempo olvidó. Vivió de forma gloriosa, tanto así que batalló, si hasta después de muerto su última batalla ganó. Nos deja su leyenda, su legado de honor, y nos deja buena hacienda para los herederos del Señor. Y para que su historia nunca sea olvidada, es su última voluntad, que su leyenda sea contada por toda la eternidad
Y es así como en Inciclopedia hemos venido a cumplir la última voluntad de Mio Cid Campeador.
Teorías Conspiranoicas Relacionadas con el Cid
Existe una secta reptiliana que propone que el Cid vino de Marte, pero no de Marte de quien ustedes creen. Marte es el planeta del dios de la guerra. Además dice que nosotros fuimos creados por un ser superior a Dios, y que los Infantes de Carrión son una representación de los Pleyadianos, pues vienen por causa de grandes orgías realizadas por las hijas del Cid como parte de un ritual iniciático Illuminati. En 2006, un fanático loco seguidor de esta secta decía que Luis Carlos Campos era la reencarnación de Alfonso VI, y que cuando cumpliera los 6 años con 6 meses y 6 días, mandaría en exilio al representante y amadísimo líder de la secta llamado Rosamel Fierro Delgado, también conocido como Lord Maitreya.
Véase también
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