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Depresión de George Lucas
La Depresión de George Lucas es una conspiración a escala mundial en la que se hizo creer al gran público que el famoso creador y productor de la trilogía original de Star Wars, George Lucas, sufrió una gran depresión tras acabar la trilogía de precuelas, es decir, los episodios I, II y III. La razón real fue para dar pena a todo el mundo y vender su franquicia a Disney. Así se podrían seguir haciendo más películas de Star Wars para poder satisfacer el onanismo de Lucas y la usura de Kathleen Kennedy.
Antecedentes e indicios
En 2005, cuando Lucas acabó de filmar su trilogía de precuelas (es decir, las pelis referentes a los episodios I, II y III), todo el mundo le recrimó lo mierdosas y malas flojas que estas eran en comparación con la trilogía original (Excepto el episodio III, que incluso supera al VI) , la de finales de los 70 y de principios de los 80 (es decir, respecto a los episodios IV, V y VI). (¡¿Quedó claro, neófito burro de Star Wars?!)
A pesar de las malas críticas recibidas por estas películas, a George Lucas, el director de las tres, le continuaban lloviendo millones por su franquicia y se la traían floja las malas críticas. Cierto día, la presidenta de su imperio Lucasfilm, Kathleen Kennedy, llamó a su puerta mientras Lucas estaba practicando el propio sexo viendo la adaptación porno de El retorno del Jedi en la que todos los criminales del Palacio de Jabba le practican un bukake colectivo a la princesa Leia. Kennedy le traía a Lucas una idea multimillonaria...
La usura de Kathleen Kennedy
Analizando las malas críticas de la precuela con los 5 000 analistas de Lucasfilm trabajando día y noche, Kennedy tuvo la gran idea de que el propio Lucas saliera por todos los medios de comunicación haciéndose la víctima generando aún más polémica para vender su franquicia a Disney y ganar aún más dinero con la saga. En un principio Lucas le dijo que no, que estaba cansado ya de tantas navecitas, sables lásers y surrealismo espacial, pero Kathleen le dijo que si aceptaba esta le enseñaría sus nuevos y recientes implantes de tetas senos a Lucas e, incluso, que dejaría tocárselos (y hasta chupárselos). Entonces Lucas aceptó ante las peticiones de Kennedy y, después de hacer lo que le había prometido Kennedy, ambos empezaron a maquinar su plan multimillonario.
Los productores vislumbraron que ese plan tan solo podría funcionar si se maquinaba a manera de conspiración a escala planetaria. Tendrían que hacernos creer a todo el mundo que Lucas realmente se sentía triste y deprimido por los resultados obtenidos con la trilogía de precuelas, cuando realmente no era así. Entonces Kennedy le sugirió a Lucas la brillante venta de Lucasfilm a Disney para que todo el mundo viese que él mismo quería deshacerse de todo lo que había hecho hasta ahora con Star Wars, con la única intención de que Disney hiciese más películas y poder seguir viviendo del cuento ellos, sus hijos, sus nietos y algunas generaciones más de sus familias.
Pruebas y hechos
Tras haber cerrado esta venta multimilloria (Lucas vendió a Disney todo su patrimonio por ¡¡¡4,05 BILLONES DE DÓLARES!!!), comenzó la segunda fase del plan de Kennedy y Lucas. Lucas empezó a escribir su propia autobiografía que tituló: George Lucas: Me, the loser (traducido al español: "George Lucas: Yo, el perdedor").
Cuando se estrenó el primer filme de la nueva trilogía (es decir, el episodio VII), a Lucas realmente le encantó y se hizo un par de pajas pero Kennedy, la pérfida usurera, le prohibió expresar sus verdaderos sentimientos a la opinión pública para poder seguir con su maquiavélico plan que años atrás habían tejido juntos. Kennedy firmó una entrevista con el mítico entrevistador Charlie Rose para que Lucas saliera a despotricar abiertamente del episodio VII, pero a Lucas se le fue la mano... George se refirió a Disney como unos: "esclavistas", y aquello no les gustó nada a los magnates del imperio del ratón, que estuvieron a punto de romper el trato con Lucasfilm por haberse sentido produndamente ofendidos. Por suerte, Kathleen Kennedy reaccionó a tiempo y se pasó por la piedra habló con algunos directivos de la Disney para que reconsideraran su opinión. Estos accedieron y Lucas prometió calmarse en sus declaraciones a partir de entonces. La prueba está en que el The Hollywood Reporter publicó las nuevas declaraciones de Lucas sobre el nuevo episodio VIII el cual calificó como: "beautifully made" ("bellamente hecho").
Depresiones "reales" sufridas por George Lucas
Por otra parte, Lucas sí que sufrió algunas depresiones reales a lo largo de su vida que a continuación se exponen:
- El fracaso artístico y comercial de Howard the Duck (1986), dirigida por su colega Willard Huyck.
- El fracaso artístico
y comercialde Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008), dirigida por su colega Steven Spielberg. - El fracaso
artístico ycomercial de Red Tails (2012), dirigida por su colega negrata Anthony Hemingway. - Venderle Star Wars a Disney solo para que estos hicieran un trabajo mucho peor.
Véase también