Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal

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Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal
Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull
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En la parte inferior de la imagen se ve a Indy huyendo, como deberías hacer tú.
Ficha técnica
Dirección Steven Spielberg
Producción Paramonut Comedy
Intérpretes Harrison Ford, Karen Allen, Cate Blanchett y el niñato de Shia LaBoeuf.
Guión David Koepp intentando salvar las disparatadas ideas de George Lucas.
Música John Williams, tatarataaa tataraaaa (por cuarta vez).
País
Fecha de estreno En 2008, la catástrofe dejó a la crisis subprime en una broma.
Género Aventura, relaciones parternofiliales muy dudosas, profanación de objetos sagrados, aliens.
Calificación La han calificado de muchas maneras, y pocas bonitas.
Premios Premio Razzie a la película más decepcionante.
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Indiana Jones y la última cruzada
Indiana Jones y el dial del destino
Cita3.pngCuanto tiempo pierde el ser humano esperando.Cita4.png
Fan de la saga tras esperar 19 años ilusionado por esta película.
Cita3.pngPara ser un viejo no pelea nada mal.Cita4.png
Fan de la saga resignado.
Cita3.pngLlegamos a una edad en que la vida deja de dar y empieza a quitar.Cita4.png
Fan de la saga nostálgico.

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull en el original) es una película de aventuras norteamericana, dirigida por el ínclito Steven Spielberg y protagonizada Indiana Jones o por Harrison Ford, ya que a estas alturas son indistinguibles el uno del otro.​ Fue la primera película de Steven Spielberg en ser proyectada en el Festival de Cannes desde que décadas antes de hiciera E. T. el Extraterrestre, lo cual nos muestra cuánto gusta lo alienígena en ese estirado certamen. Es la película más taquillera de la popular franquicia del arqueólogo del látigo, y paradójicamente también la más odiada. Algunos fans incluso fueron a ver la película varias veces al cine para poder odiarla más en un segundo visionado y así poder vomitar su odio con más detalle en diversos foros de internet.

No desvelaremos el argumento, ya que nos reservamos los spoilers para las siguientes secciones de la página, pero baste decir que todo gira alrededor de sustituir a los nazis por comunistas y elementos mitológicos por marcianadas. El resultado mostró que mientras los nazis son malvados universales con los comunistas hay más disparidad de opiniones, y algunos se pusieron de parte de los villanos y no de nuestro simpático aventurero. También, sorprendentemente para Spielberg y Lucas, unos seres de otra dimensión de los que nada sabemos no resonaron tanto en los fans como el Santo Grial o el Arca de la Alianza.

La producción de la película estuvo programada desde que se estrenó la anterior de la saga, pero Spielberg, Lucas y Ford no se ponían de acuerdo con el macguffin, y lo que a uno de ellos le parecía una genialidad a los otros les parecía una gilipollez y así. De esta manera estuvieron peleándose casi veinte años como los tres chiflados hasta que David Koepp logró realizar un guión que les gustara a los tres y que disgustara a la mayor parte de la base fan.

La promoción de la película se basó en provocar la nostalgia de los seguidores de la serie. Si no de qué, si la última película tenía ya casi dos décadas. Los detalles del argumento fueron mantenidos en la estricta confidencialidad para que fuera una sorpresa, y cuando se revelaron la policía tuvo que desalojar hordas de insatisfechos que se acercaban al rancho Skywalker con intención de vandalizarlo. El secreto fue mantenido con tanto celo que incluso un hombre fue detenido por el robo de una computadora que contenía, supuestamente, diversos documentos relacionados con la producción de la película. Al comprobar que el ordenador no guardaba relación con la película ni sus productores y que en lugar de documentos relacionados con la misma contenía un listado de entregas de alijos de cocaína llegados de Colombia los agentes liberaron al hombre en primera instancia, si bien abroncados por sus superiores inmediatamente le volvieron a detener.

Argumento

Advertencia: Esta sección contiene detalles de la trama y el argumento; si eres tan rarito que prefieres leer el libro o ver la película antes, no te recomiendo que leas esto.

Nevada

Nevada, sí, y no por la farlopa, por el desierto, del que vemos salir lo que parece un roedor y se nos indica que es el año 1957. Allí va un convoy militar que se pone a hacer una carrera absurda con unos rocabillys que quieren impresionar a unas pinups que llevan en su buga. Los rocabillys estampan su coche contra una señal de ceda el paso mientras las pinups salen volando por los aires y los del convoy, descojonados de risa porque a las pinups se les han visto las bragas, se desvían por otro camino sin detenerse a socorrerles. Por retarles.

Llegan entonces una base militar con grandes carteles y neones que indican que de prohibido el paso, alto secreto y Área 51, donde entran de una forma que no puede decirse que sea ni discreta ni amistosa: montan un baño de sangre que nos hace penar que los rocabillys de antes han sido incluso afortunados. Una vez dentro sacan a un tipo del maletero y le arrojan al suelo, y luego le tiran su sombrero también. No es el típico colega que se haya pasado de beber y hayan metido ahí por no aguantarlo, es Indiana Jones, el famoso arqueólogo. De otro maletero sacan a otro tipo gordo y bigotudo que se llama Mac, igual que los ordenadores de Apple. Según se ponen de pie, los soldados les apuntan con sus armas y uno de los que parece mandar dice llamarse Dovchenko y pregunta con un acentazo ruso a Indy que si ha estado allí antes. Indy se dirige a Mac y le dice: –Creo que estos no son americanos, sino soviéticos. –Oh, Indy, esta es una deducción brillante, digna de tu prestigioso intelecto. Hagamos como cuando estuvimos en Berlín –Responde Mac–. Se abre paso una tía buena con un sable que se presenta. –Soy la corronel Irina Spalko, trrres veces ganadorrra del Prrrremio Lenin. Indiana Jones muestra cierto sarcasmo e indiferencia pero Mac se aproxima a puntualizar que él ganó el tres veces el premio de tarjetas navideñas en su colegio cuando era pequeño. Irina Spalko entonces se pone a hacer unos pases extraños con las manos y a mirar a Indiana Jones bizqueando. –Su mente es muy difíssil de leer, Dr. Jones. Indy agradece íntimamente el haber estado pensando distraídamente en el último partido de los Dodgers mientras la coronel hacía lo suyo.

Gocemos una vez más de la escena del frigorífico, inmortal joya del arte cinematográfico.

La coronel explica a Indy que sabe que él estuvo hace años envuelto en el asunto ese de la nave alienígena que hizo un aterrizaje un tanto chapucero en Roswell. Indy finge no saber de qué le habla pero la coronel amablemente le dice que o encuentran el sarcófago con el cadáver del marciano o llena a Indy de plomo. Entonces Indiana parece hacer memoria y pide pólvora a los rusos ya que el sarcófago es altamente magnético, más todavía que las fichas del parchís, y al lanzar la pólvora al aire ésta irá hacia donde esté el sarcófago. Los rusos agradecen, ante tal información, ser hombres recios y viriles de vieja escuela y no llevar piercings en los pezones, por lo que pudiera pasar.

Entran en el almacén lleno de cajones de madera que reconocemos como aquel en el que terminó la primera película, aunque parece que el empleado al que se le veía la hucha se ha jubilado, ya que no se le ve por los alrededores. Tal vez se haya introducido en otra caja de madera a echar la siesta. Como dijo Jones, al echar la pólvora al aire, ésta sale volando en una dirección muy concreta, mientras ellos la persiguen al trote cochinero. Indy piensa que con un poco de suerte vaciará todos los cartuchos de los rusos antes de llegar al sarcófago, pero finalmente éste aparece muy pronto, se ve que no se molestaron mucho en ponerlo en un lugar muy recóndito. Esas cajas esconden tantas rarezas que un extraterrestre magnético refrigerado es un día más en la oficina. Irina Spalko abre el sarcófago con un abrecartas y comprueba que dentro hay un alienígena bastante cabezón y feo, al que intenta hipnotizar. Indy se queda con la duda de cómo puede hipnotizarse a un muerto, por muy alienígena que sea, pero decide no formularla y tirar por lo audaz. Le quita el arma a uno de los rusos y apunta directamente hacia Irina... pero un arma fuera de plano apunta a Indy. Es Mac. –En Estados Unidos somos capitalistas a muerte y tenemos que hacernos un plan de pensiones porque si no en unos años nos moriremos de asco, Indy, y estos tipos me pagan más que nuestro miserable Gobierno.

Entonces Indy dice "I like Ike", y mientras los rusos se preguntan si se ha atragantado o qué, escapa y comienza a saltar por las cajas causando destrozos varios, incluso abriendo, sin darse cuenta, una que contiene el Arca de la Alianza, que ahora a nadie le importa. Tras una persecución bastante mamarracha por el almacén en la que varios objetos de valor son destruidos y algunos rusos espachurrados, Indy y Dovchenko terminan en un reactor que activan sin querer mientras se están dando patadas en los cojones. Este reactor impulsa por unos raíles la vagoneta por la que van y terminan en mitad del desierto. Dovchenko inconsciente, Indy sale por piernas. Irina Spalko, mientras ha huído también con sus camaradas y con el sarcófago del alienígena, a quien intentará hipnotizar en nuevos actos de fetichismo.

Tras pasarse la noche corriendo por el desierto como un pollo sin cabeza, Indy da con lo que parece ser una población muy bonita. Casitas ajardinadas con un césped perfecto... pero los habitantes parecen un tanto secos e inactivos. Indy repara en que son maniquíes cuando llegan los rusos, que le venían persiguiendo, con lo que se esconde. Justo en ese momento se oyen señales de alarma que llaman a evacuar la zona porque va a empezar la prueba nuclear. Los rusos pasan entonces de Indy, aceleran sus jeep y ponen pies en polvorosa, mientras que es ahora Indy quien les persigue al grito de "¡No me dejéis aquí, hijos de puta!¡Aún podemos ser amigos!¡Vivan Mao, Stalin, Marx y el Estrella Roja de Belgrado!". Menos mal que no estaban los de la CIA cerca para registrar estas palabras. El caso es que al verse solito, y sabiendo su muerte próxima, Indy no tiene mejor ocurrencia que meterse en un frigorífico a llorar.

Explosión nuclear. El poblado queda reducido a la nada y los maniquíes son requemados. El frigorífico sale volando a tomar pol culo. Indy sale del mismo ileso y ve el hongo de la explosión en lontananza. La que se ha liado. Eso sí, seguro que los comunistas no tienen frigoríficos como los que tenemos los capitalistas –Se dice a sí mismo–.

Más adelante vemos a Indy en las oficinas del FBI, donde le dan una ducha para quitarle cualquier resto de radiactividad y hasta le frotan la pirindolina con un cepillo. Le dicen que no les importa una mierda cuántas medallas haya ganado ni cuantos nazis haya esmochado en el pasado, le van a tener vigilado porque sospechan de que es un rojo peligroso al haber estado en una base secreta en compañía de rusos y de Mac, a quien tienen echado el ojo (por su pasado como transformista). Y de hecho, el que haya esmochado nazis, le hace más sospechoso.

En el campus

¿Alguno de tus profesores es tan enrollado como para entrar así en la biblioteca?

Indy ha vuelto a la universidad donde está haciendo eso que él llama dar clase, sin despertar las pasiones que en el pasado tanto calentaran el botón a sus alumnas: el tiempo pasa para todos. El rector de la universidad, Charles Stanforth, le llama a capítulo, e Indy sale al pasillo. Desde el aula se oyen los gritos. El rector le dice que los del FBI le han suspendido temporalmente por ser un rojo sospechoso. Indy hace protestas de ser más de derechas que la ropa interior femenina que Edgar Hoover lleva en la intimidad. Cuando su amigo Charles le confiesa que ha renunciado a su trabajo para lograr que Indy no sea expulsado sin más, Indy le pasa una mano por el hombro y le dice que no se preocupe, que se irá a enseñar a alguna universidad alemana, donde le guarda gran cariño una parte de la población (y resentimiento otra parte). Indy reflexiona que han sido años muy duros tras la pérdida de su padre Henry (con quien ya nunca más podrá, ay, compartir una novia) y de Marcus, de quien hizo presa finalmente la diabetes. También le dice a Charles no se preocupe, que seguro que encuentra alguna cosa, aunque sea como camarero en un MacDonalds. Le da cinco dólares para que vaya tirando mientras y se larga.

Cuando Indy ha subido ya en el tren que se lo lleva de ese lugar plagado de nostalgias y recuerdos, irrumpe un jovenzuelo que imita torpemente las maneras de Marlon Brando en Rebelde sin causa. Este niñato se presenta como Mutt Williams y le pregunta por un tal Harold Oxley. –¿Oxley? ¡Pero si es muy amigo mío! ¡Fuimos compañeros de estudios y siempre nos tocaba besarnos cuando jugábamos a la botella!–. Así que Indy se baja en marcha del tren y va a una cafetería con Mutt para que le cuente más.

Resulta que a Mutt le ha mandado una carta su mamá con unos mensajes de Oxley que son un galimatías precolombino que, según su mamá, Jones sabrá leer. Tanto la mamá como Oxley han desaparecido misteriosamente. Jones se ufana en lo que la mamá del muchacho sabe de él, seguramente será uno de los muchos ligues que se echó en el pasado, jeje. En estas están cuando unos tipejos trajeados se abalanzan sobre ellos. Jones piensa que son los del FBI pero por el acento descubre que en realidad son de la KGB. Mutt se arregla el tupé con un peine mojado en cocacola y mientras las moscas se arremolinan en torno a su cabeza comienza una loca persecución por el campus que culmina con Jones y Mutt escapando de los agentes, tras destrozar una estatua de Marcus y entrar en la biblioteca en motocicleta. –No te preocupes, yo siempre entro en moto aquí. –Dice Indy–.

Ya más reposados allí donde a nadie se les ocurrirá buscarles (en casa de Indy), leen los mensajes de Ox. Indy descubre que hablan de una calavera de cristal que debieran encontrar en Nazca, Perú. También la carta dice que Oxley dibujó todo eso en un manicomio. Lo lógico ante unos signos crípticos pintarrajeados por un perturbado es tomarlos completamente en serio. Así que para allá que se van.

Nazca, Perú

Mutt, soy arqueólogo y te puedo asegurar que esto es un esqueleto antiguo.

Indy y Mutt llegan a Perú donde, bien por un bonito intercambio cultural o bien porque en Hollywood todo lo que suene a hispanohablante es la misma cosa, hay unos mariachis tocando. Aprovechan el viaje para conocerse mejor. Mutt, mientras se peina por enésima vez el tupé, le cuenta a Indy que ha decidido no ir a la universidad, que su afán es poner un taller mecánico, pues tiene muchas mañas para estafar a los posibles clientes (lo típico, arreglar una avería y provocar sutilmente otra, retenerles el vehículo si se niegan a acceder a la estafa, etc.). Jones le dice que si ese es su sueño, que nadie se lo quite de la cabeza, ya que lo que sí se va a quitar de la cabeza es el pelo del tupé, que se le va a caer más pronto que tarde de tantas mierdas que se echa al mismo cada vez que se lo atusa.

Entonces entran al manicomio donde estuvo recluido Oxley, que es el típico sanatorio peruano. Para caerle uno el alma a los pies: unas mazmorras sórdidas vigiladas por monjas siniestras con un agujero en el suelo a modo de inodoro. La celda de Oxley está llena de pintarrajos extraños que Indiana Jones interpreta como unas pistas que conducen, inequívocamente, al lugar donde reposan los restos de Orellana, el conquistador.

Llegan al cementerio que lejos de ser un majestuoso mausoleo para guardar los restos de tan insigne personaje es un lugar bastante cutre. Allí les atacan dos tipos con máscaras y que visten un taparrabos como el de Gollum que Jones toma por los guardianes de la tumba de Orellana, pero que en realidad son dos mendigos con malas pulgas que pasaban por allí. Jones mata a uno soplándole en la cerbatana (no piensen mal) y haciéndole tragar uno de sus propios dardos y el otro se asusta y huye a cuatro patas.

Entran en los subterráneos del cementerio Indy y Mutt y descienden hacia la tumba. Entonces un escorpión pica a Mutt, con lo que Mutt se pone a chillar de pánico. Jones le pregunta por el tamaño. Del escorpión, queremos decir. Mutt dice que era enorme. Jones le responde que esos no son venenosos y que no hay de qué preocuparse. Y añade un "lástima" entre dientes. Ya en la tumba, hay siete cadáveres encapullados. Jones abre uno de los capullos y el cadáver sale incorrupto, pero se descompone en el acto. Indy explica a Mutt que esto es porque el capullo les guardaba del oxígeno, y se pone a abrir todos los demás capullos para que Mutt vea el rápido proceso de descomposición y por diversión también. Mutt le señala uno de ellos que ya estaba abierto. Indy lanza unas monedas de oro de las que hay por el suelo de la tumba al aire y van hacia el cadaver –Ajá –Dice Indy– Mira cómo las monedas son atraídas por el cadáver. Indy entonces manosea el cadaver y descubre que guarda una calavera de cristal semejante a la del cuerpo del alienígena que se llevó Spalko para hacer con él vete a saber qué cosas sucias. Indy entonces se dice –Pero si el oro no es magnético... –Díselo a los guionistas, a mí que me cuentas. –responde Mutt. –Mutt, esta extraña calavera, todo este oro por aquí... ¡Orellana estuvo de turismo sexual en la legendaria ciudad de Akator, a. k. a. El Dorado, y Ox nos lo está indicando! –dice Indy– obteniendo por toda respuesta de Mutt otra peinada de tupé. Cuando salen de la tumba se ven rodeados de soviéticos, con Mac, Dovchenko e Irina a la cabeza. –¿Y ustedes de donde salen? –les dice Indy. –Estábamoss agazapadoss esperrando a que hiciérraiss lo vuestro ¡Jajaja! –Responde Irina.

Ilha Aramaca, Brasil

Rodeada de enemigos y sigue sonriendo. A Marion ya todo le suda el coño.

Tras ver unos planos de esos en los que una línea roja nos muestra la trayectoria que los personajes realizan por el globo vemos que llegan a la Ilha Aramaca, en Brasil, en medio de la jungla. Ahí los rusos tienen un campamento. Indy está atado en una tienda a lo que parece ser una especie de silla de dentista. Fuera están de juerga. Mac entra con más vodka encima del que su hígado puede procesar y le dice a Indy. –Como en Berlín, amigo. Indy responde –¿Como en Berlín qué? ¡Te voy a dar una hostia que te voy a vestir de torero según me suelten, rata inmunda!. Entonces entra también Irina y aparta a Mac de un empujón. Explica que la calavera no fue hecha por manos humanas, que no tiene puntos de enganche y va de una pieza, y para demostrarlo abre el cadáver del alienígena que robó en el Área 51 y empieza a sacarle huesos, que también son de cristal. –Esto no nos sirrve ni parra caldo –Lamenta– perro gracias a los poderres hipnóticos de la calaverra podrrremos converrtir a todo el mundo en comunista. Cuando Indy le va a preguntar si piensa aplicar la hipnosis extraterrestre-marxista-leninista a los habitantes del planeta uno a uno o por grupos, para abreviar, Irina le pone el cráneo delante de los ojos e intenta hipnotizarle a él a ver qué información le pueden sacar, pero a lo visto la calavera no le ajunta a Indy, lo cual hace rabiar a Irina. Entonces entra Oxley, que también estaba en la fiesta, demenciado y con pinta de viejo chiflado. Indy lo constata con pesar, pero Ox dice que hay que llevar la calavera de vuelta a Akator, con lo que se le iluminan los ojillos a Irina. Por orden de ésta, Mac suelta a Indy de la silla de dentista, recibiendo de Jones una hostia que le vieste de torero, ya que Indiana siempre cumple sus promesas.

Spalko dice a Jones que si no le ayuda a llegar a Akator matará a Mutt (quien se peina una vez más) mientras a Indy empieza a entrarle la risa. Irina se da cuenta de que quizás tenga que tocar un punto más sensible, y no nos referimos a ninguna parte del cuerpo de Indy. Hace traer a la madre de Mutt que resulta ser ¡Marion Ravenwood!. –¡Marion tú por aquí| ¿Cómo te ha ido? –¡Me dejaste plantada en el altar, so hijo de puta! ¿Cómo que cómo me ha ido?. Irina tercia diciendo que dejen de discutir sus mierdas y se pongan a lo de Akator o que mata a Marion a la de ya, para que se calle. Jones y Spalko se ponen a decir gilipolleces sobre un mapa y deducen que tienen que recorrer la vereda del amazonas. Mientras hacen esto, Mutt golpea a un soldado soviético con su peine, lo que da pie a la huída del grupo, que se frustra porque Indy y Marion caen en unas arenas movedizas o algo similar. Pensando que van a morir, Marion confiesa a Mutt que Indy es el hijo no solo de ella, sino que también de él, que se recuerde de cuando hacían cositas sin protección, que el chico en realidad se llama Henry Jones Tercero. también le dice que esta escena tan absurda solo sirve para motivar esta confesión y que Indy sepa de su paternidad. Mutt llega justo en ese momento y les saca lanzándoles una serpiente a modo de soga, la cual logra agarrar Jones a pesar de su miedo melindroso por estos simpáticos reptiles. Según salen llega Oxley con los refuerzos para salvar a todos: los Soviéticos. En su caso no hace esto por ser un traidor como Mac, sino porque está agilipollado, recuerden.

Camino a Akator

Tras esta escena queda claro que Indiana Jones puede que tuviera un hijo, pero jamás tendría nietos.

Entonces los soviéticos levantan el campamento y se ponen en marcha hacia Akator. Llevan delante suyo una desbrozadora que va deforestando el Amazonas que es un primor, para que se vea que no son los capitalistas los únicos que maltratan el planeta. En un Jeep van con Spalko el demenciado Ox con la calavera y el traidor Mac, que parecen la pandilla basura. En otro van, prisioneros y custodiados por Dovchenko, Indy, Marion y Mutt. Aprovechando el tedio del viaje Marion se decide a contarle a Mutt quién es su verdadero padre, guardando el rictus ante la cara de ascopena del muchacho. Indy por su parte añade: –Tercero, olvídate de lo del taller, te irás a estudiar Teleco a la universidad. –No voy a hacer eso ¡y no me llames Tercero! –responde Mutt–. –¡Es tu nombre y harás lo que yo te diga! –contesta Indy–. Dovchenko interviene y dice que o dejan de ponerle la cabeza como un bombo o les tira abajo de la furgo. Padre e hijo aprovechan la pérdida de autocontrol del soviético para dejarle K.O. de dos patadas en los morros y de paso desatarse. Indy va a tomar control del aparato, pero Marion le dice que habrá tenido muchas mujeres después de ella, e Indy le responde –Sí, pero todas tenían un defecto. No la chup... digo... no eran tú. Marion pone ojillos. Ya se la ha camelao otra vez, qué tunante.

Las hormigas dándose un banquete de Dovchenko. Había una imagen similar a esta en American Beauty, ¿no?. Nah, olvídalo.

Lo siguiente que viene es una grotesca persecución en la que Mutt e Indy luchan con los Soviéticos. Indy rescata a Oxley y Mac se les pega diciendo a Indy –Te dije como en Berlín ¿qué eramos en Berlín? ¡Agentes dobles, y yo además, transformista!. Por su parte Mutt va recorriéndose la jungla de liana en liana junto con unos monos como si fuera Tarzán y al final tiene un duelo de esgrima con Spalko con un pie en el vehículo que conduce su madre y con otro pie en el que va Spalko, y eso tiene mucho mérito porque el follaje le va golpeando mientras en las pelotas. Indy por su parte termina luchando con Dovchenko junto a un hormiguero de hormigas rojas gigantes, mientras recupera la calavera, que se le ha caído a Spalko en el duelo con Mutt. Es el típico duelo en el que Indy se pega con un tipo mucho más fuerte que él y le gana por chiripa. En este caso porque a las hormigas rojas les da repelús la calavera, pero no Dovchenko, a quien se llevan a su hormiguero para comérselo. Indy dice –¡No querías una sociedad igualitaria de rojos obreros, pues ahí tienes a las hormigas de los cojones!. No obstante, todos compadecen a las hormigas por la estomagada que les espera, incluídos los soviéticos.

Indy rápidamente sube al anfibio robado a los soviéticos que conduce Marion. Allí están todos: Tercero, digo Mutt, Ox y Mac, cuya torpe excusa parece que dan por buena. Marion mete el anfibio en el amazonas y Ox dice –Cae tres veces. Marion ve venir una cascada y con una risa desquiciada se dirige rauda hacia ella, ante el acojono de los demás. Caen y ahí siguen, mojados pero en el anfibio. Vuelven a caer e incluso una tercera vez. Chapotean en la laguna pero Indy no ha perdido el sombrero, ni Mutt el tupé.

Akator

¡Una calavera de cristal encaja en un esqueleto de cristal sin calavera!¡Nunca lo habría pensado

Oxley señala una cascada que sale de una curiosa formación rocosa con forma de calavera y dice "a través de los ojos que con lágrimas vi". Así que para allá que se meten todos. Según desaparecen nuestros héroes se presentan los rusos con una máquina que hace bip bip, e Irina se felicita de haberles colado a Mac con un "localisadorrr" en el grupo.

En la caverna que atraviesan nuestros amigos ven pictogramas que representan seres con cabezas alargadas que enseñan a hombres primitivos y un tanto tarugos a labrar. Jones las examina y llega a una conclusión que nos muestra su erudición como arqueólogo: "son grafittis viejos de cojones". Salen a una explanada en la que hay una pirámide y se dirige hacia ellos una horda de tipos en taparrabos, pero a Oxley se le ocurre sacar la calavera y ponerla en alto y es como decir "burrito blanco", pues los salvajes atrabiliarios salen despavoridos con solo verla. Indy y sus amigos salen a lo alto de la pirámide y se les ocurre destrozar unas bonitos relieves que hay alrededor de la picorota de la misma a pedradas. Resulta que la picorota interiormente es un silo y empieza a salir arena y a abrirse un camino para descender al interior de la pirámide. Esto hacen cuando las escaleras desaparecen bajo sus pies y tienen que darse más prisa. Si quien diseñó esto quería entrar ahí de vez en cuando se ve que era amante de los retos. Mientras esto sucede, vemos que fuera los rusos, a falta de calavera para espantarlos, han aplicado jarabe de ametralladora con los del taparrabos, los pobres ya no brincarán más.

Nuestros héroes por su parte llegan a una especie de almacén que tienen los alienígenas que construyeron el templo lleno de obras de arte famosas de todas las épocas. Sin que nadie se pregunte cómo es que están aquí y a la vez en los mejores museos de todo el mundo, Jones exclama –¡Eran arqueólogos! –A mí me parece que lo que eran es unos chorizos de cuidado ¿es eso lo mismo que ser arqueólogo –Replica Mutt–. –¡Tú calla, Tercero! –¡Que no me llamo Tercero!. Ya estamos otra vez. Mientras esto sucede, Mac está arramplando con todo lo que puede que piensa que puede tener valor en el mercado negro. En esas Oxley agarra el cráneo y lo pone frente a un curioso mecanismo y una puerta comienza a abrirse. Menudos alienígenas con reconocimiento ocular.

Entran en una cámara que se abre donde hay trece esqueletos de cristal sentados en círculo en tronos. Uno no tiene cabeza, y Oxley va a depositar el cráneo donde correspondería, pero entonces Mac le apunta y le dice que nanai. Indy pregunta a Mac si es agente triple, y este le responde que no, que siempre fue un vil traidor sin más, que lo de agente doble era mentira (pero no lo de transformista). Entran Spalko y los suyos. Spalko se admira por los alienígenas y comenta "Son una mente colmena, tienen cuerrpos separrados perrro una sola mente". Indy dice: -Pues entonces como nosotros, que somos unos cuantos pero en lo que a inteligencia se refiere entre todos no hacemos uno.

Irina entonces le arranca el cráneo de las manos a Oxley y lo coloca en su sitio, que para esto se hubieran estado peleando menos durante toda la película. Oxley empieza a hablar en lo que parece una jerga ininteligible pero en realidad es maya. Indy traduce: -La calavera agradecce que hayamos dejado de pasearla por ahí y la hayamos puesto en su sitio de una bendita vez, quiere hacernos un regalo. Mac se está frotando ya las manos pensando en las riquezas que le va a pedir, pero Irina le chafa pidiendo que le otorguen todo el conocimiento que ellos tienen, pues quiere ser todavía más sabihonda y poder ganar más premios Lenin. Entonces Mac se va a la cámara anterior a seguir robando. La habitación empieza a girar y entre todos los esqueletos forman un solo alienígena con piel, pestañas y todo, mientras fijan sus ojos en Spalko y le descargan ahí toda la Wikipedia, la Inciclopedia, el Manual de Carreño, el Calendario Zaragozano y todos los tratados más importantes que uno se pueda imaginar. Cuando todos están cagados de miedo Oxley recupera la cordura y dice que los alienígenas no son extraterrestres, sino extradimensionales. Indy responde -Lo mismo me da, lo que tengo claro es que por aquí no hay frigoríficos capitalistas donde cobijarse, así que más nos vale salir por piernas. Salen justo a tiempo, cuando la habitación es succionada hacia otra dimensión y a Spalko se le desintegra la cabeza por tanto saber acumulado y el resto de rusos mueren en el torbellino.

Para, Marion, que se me ha puesto dura.

Mientras el templo sigue colapsando, Mac sigue saqueando. Indy le dice que le perdona por lo de traidor y que valora su faceta de transformista, que salga con ellos rápido. Mac responde que todavía hay allí mucho que robar. Cuando todos huyen es succionado también hacia otra dimensión. Finalmente Ox, Mutt, Marion e Indy logran salir a tiempo para ver desde lejos cómo toda Akator termina de colapsar y una nave interdimensional emerge de la ciudad para irse a un universo para lelos de esos. Allí se produce una bonita escena familiar. Indy abraza a Marion y dice a Mutt, que se quiere largar ya –No te vayas, hijo. –¿Por qué te fuiste tú, papá. –Porque me acojoné, por qué va a ser. Ay, si nos viera ahora tu abuelo. –¿Si nos viera justo ahora que estoy con el tupé descompuesto y he perdido el peine en el templo?. Todos ríen.

Bodorrio final

De vuelta a la universidad vemos que Charlie Stanforth ha sido restituido al puesto de decano y que un currante está pintando en el despacho de Indy una inscripción que pone que es vicedecano. Se ve que el FBI y la CIA ya no consideran a Indy sospechoso de ser un rojo gracias a que él les ha contado su aventura de la que no tiene pruebas y ellos se la han creído, o bien ya no consideran a los soviéticos una amenaza y se han hecho amigos suyos de la noche a la mañana garantizado la paz mundial. Charlie le pide al operario que añada algún chascarrillo a modo de broma, como "tonto el que lo lea" o así. Va corriendo porque llega tarde a la boda. Indy y Marion se casan ante la felicidad de todos, pues están todos invitados, hasta el frigorífico. El único que no está presente es Sallah que está resolviendo unos asuntillos con los de inmigración. Cuando se van, las puertas de la iglesia se abren de golpe y el sombrero de Indy, que está en un perchero, cae al suelo a los pies de Mutt. Cuando Mutt va a ponérselo Indy se lo quita y le guiña el ojo mientras le dice que él siga con su tupé y su peine que Indiana Jones no hay más que uno. La película termina así con esta última acción del héroe que sin duda alivia al espectador, ya que Mutt es algo así como el Jar Jar Binks de la saga del arqueólogo.

Producción

Génesis argumental

Algunos fans reaccionaron así a la película...

Mientras estaba produciendo la serie Las aventuras del joven Indiana Jones a Lucas se le ocurrió que sería divertido que Indiana Jones fuera persiguiendo marcianitos y calaveras de cristal, así como que sentara la cabeza, se casara, y su padre acudiera a la boda mostrándose feliz de los logros de Junior mientras tras la ceremonia tirará los trastos a Marion. A Spielberg y Ford esto les pareció una pastelada y, no llegando a acuerdo, todos se dedicaron a otros proyectos quedando la producción postergada indefinidamente.

Pasaron los años y al final los viejos colegas se echaban de menos. Así que Lucas contrató a varios guionistas para que dieran forma a sus ideas, juzgando Spielberg el guión elaborado por uno de ellos, Frank Darabont, como el mejor que había visto sobre el personaje. Este guión incluía ex-nazis y ciudades perdidas. Fue por esto que Lucas rechazó el guión y volvió sobre su idea original, para que quedara claro quién mandaba aquí. Finalmente contrató a David Koepp que hizo una mezcla entre las ideas más chifladas de Lucas y las aportaciones más lúcidas de Darabont llegando a la historia final.

Producción y reparto

... y otros reaccionaron de esta manera.

Los grandes fichajes para la nueva película, además de recuperar antiguos actores de la saga como Karen Allen, fueron Cate Blanchett para interpretar a Irina Spalko, papel que aprovechó la intérprete para hacer una versión malvada y caótica de su propia Galadriel, décadas antes de que Los Anillos de Poder echaran a perder el personaje concebido por Tolkien. El otro fichaje fue Shia LaBeouf, actor llamado a crear su propia saga, spin off de ésta, como Mutt, que por lo que sea salió bastante rana.

Sean Connery fue inicialmente invitado a hacer un cameo retomando su papel como Henry Jones Sr. pero rechazó porque estaba muy a gusto jubilado tomando mojitos. También fue invitado Delholm Eliott, actor que interpretó a Marcus Brody en anteriores películas, pero el estar muerto fue un impedimento de orden mayor para su aparición en la película. Así que los guionistas decidieron matar a estos dos personajes porque, total, para tener viejos ya tenían a Harrison Ford. John Rhys-Davies fue invitado para interpretar a Sallah nuevamente, pero solo en la escena de la boda, pero declinó porque él, desde que hizo de Gimli, para un cameo enano como ese no se levanta del sofá, que o le se le da un papel en condiciones o nada.

John Williams se encargó una vez más de la música, lo que es de agradecer porque sus partituras levantan las películas con más eficacia incluso de lo que Sharon Stone levantara en su día otro tipo de cosas. Así que tuvimos más del tatarataaa, tataraaa.

Spielberg declaró que la película no tendría muchos efectos generados por CGI para preservar la estética de la saga, pero luego se lo pensó mejor e hizo todo lo contrario, dándonos hormigas rojas grandes como croquetas a mansalva. Por otra parte, a Spielberg no le apetecía viajar esta vez, así que toda la película se rodó en Estados Unidos. Así que las escenas de la selva no son realmente de Perú, sino de un set al que hay añadido muchas plantas.

Recepción

Como se dijo antes, la película fue preestrenada en el festival de Cannes, culminando la proyección de la misma con un silencio educado de la audiencia. La recepción fue bastante polarizada, desde nostálgicos entusiastas hasta fans enfurecidos, y la obtención de un premio Razzie. El ministro de relaciones exteriores de Perú abominó de la cinta por lo de los mariachis y recomendó no ir a ver la película ya que Spielberg y Lucas no habían estudiado sobre la cultura de su país, a lo que éstos contestaron que no tenían nada contra Perú, y que para no discriminar a los peruanos se habían documentado exactamente lo mismo que para las anteriores entregas: nada.

La recepción irregular de la película se completó con las rajadas de Shia LaBeouf, quien se dedicó a llamar a Spielberg de todo menos guapo, diciendo que "es más una puta empresa que un director", que lamentaba las críticas recibidas diciendo que "sentía que había arruinado la saga" y que él no era "Mark Hamill para tener los bolsillos llenos de alegría y que le suden la polla las críticas". Por todo esto, Spielberg se juró que este niñato imbécil no volvería a trabajar en una película de Indiana Jones nunca más, ni mucho menos a tener su propia saga como habían pensado. Hemos de decir, que no conocemos a nadie que lamente que la blandenguería y quejitos de LaBeouf hayan acabado de facto con Mutt.

Eso sí, fue un taquillazo, y la película ha llegado a ser muy querida por los fanáticos de la saga, que la consideran una parodia de la trilogía original.