Hablar piedras
Hablar piedras es un arte verbal practicado en algunas partes de américa desde tiempos preincas. Cuenta la leyenda que Ayar Cachi causaba derrumbes con sus gritos. La verdad era que, como estrategia de batalla, los tramoyistas de Ayar Cachi, desde las cumbres colindantes al campo de batalla, arrojaban piedras a su señal sin dejarse ver, provocando serias bajas en los ejércitos Chancas. De ahí se corrió el rumor, cual teléfono malogrado; en, más o menos, el siguiente orden:
- Las piedras caen de los cerros cada vez que Ayar Cachi grita.
- Las piedras se derrumban cada vez que Ayar Cachi abre la boca.
- Salen piedras de su boca cuando Ayar Cachi habla.
- Ayar Cachi habla piedras.
Desde entonces los pueblerinos hablaban piedras sobre los poderes de Ayar Cachi, y esas mismas piedras son enseñadas a los infantes peruanos en las escuelas, hasta hoy.
Rasgos etimológicos
Se cree que la frase "hablar piedras" lingüísticamente proviene del grindio "to talk though the back of one's head". Que en buen quechua se entiende como tu tak tu ti bachk ojuan jed, que traducido es "enunciar huevadas conceptos de dudosa credibilidad con alevosía y baja calidad". La doctora Martha Hildebrand nos lo resume:
Hablar piedras es hablar con presunción e ignorancia a la vez. Si la presunción es tan grande como la ignorancia entonces hablarás piedras con mucho éxito. Por aquella única razón es que te considero que <inserta tu nombre aquí> es una persona de éxito.
Hermanos Ayar AF (Antes del Floro)
Se sabe que la gente hablaba piedras desde antes que se inventara el floro. Tanto así que hoy por hoy se sabe que para hablar piedras no se necesita floro, pero para que exista un buen floro es necesario hablar piedras.
El floro respecto a los Ayar vino varias centurias después de la pluma de Inca Garcilazo de la Vega, que en su obra cumbre, "Los cuentos de mi abuela y otras historias calientes", contaba las aventuras de su abuela, conocida en antaño como "la rompehogares del Qosqo", seduciendo a los hermanos Ayar para hacerlos pelear entre ellos y sonsacarles la fórmula para preparar "la chicha de la eterna juventud".
Los libros de historia se preocupan de Inca Garcilazo, y si lo que escribía en el Hi5 de sus amigos eran comentarios reales o no. Pero lo que la historia no cuenta es sobre el paradero de su abuela. Errante y maldita ha vagado por siglos buscando de pueblo en pueblo, de playa en playa, de semáforo en semáforo, para saber ¿dónde está Wally? y poder por fin descansar. Los antropólogos, luego de estudiar concienzudamente los antros debidos, no han logrado hallar evidencia suficiente para deducir si la abuela de Garcilazo hoy se hace llamar Monique Pardo, Tigresa del oriente, Yola Polastri o Fulvio Carmelo. Pero de lo que si están seguros es que ¡está bien vieja!
¿Sabías que...
- ... los japoneses ya lograron viajar en el tiempo?
- ... el Papa sabe cuando será el fin del mundo?
- ... Fujimori ¡ES INOCENTE!?
- ... Google tiene todas las respuestas?
- ... San Judas Tadeo realiza milagros imposibles?