Hilma af Klint

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BanderaSuecia.png Esten articulä havën humorn lika Sueciå som dificultå bien slingrar sig från fönstret.

Om du inte förstår någonting alls, gå till ett annat IKEA.

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Hilma af Klint
BanderaSuecia.png
Hilmaautorretratoazul.jpg
Autorretrato de la artista embobada. Hilma también fue plagiada en la etapa azul de Picasso.
Personal
Nacimiento Defunción Suecia
Estado actual En otra dimensión más espiritual.
Lugar de residencia En su estudio.
Sobrenombres Hilmaquién?
Su obra
Se dedica a Artista pintamonas y magufa.
Origen Hija de milico, por eso salió tan alternativa ella.
Hazañas logradas Inventar la abstracción sin que apenas nadie se enterara.
Relaciones Con algunas amigas especiales.
Enemigos Rudolf Steiner, aunque ella no se enteró.


Poderes Esquematizar formas y colores con acojonante resultado.
Objetos Pinceles y faldamentos.

Hilma af Klint (Solna, Suecia, 1862-Danderyd, también Suecia 21 de octubre de 1944) fue una artista sueca especialmente desconocida durante mucho, mucho tiempo, a pesar de ser la inventora de esas pinturas que miras y crees que no entiendes nada (arte abstracto), que se diferencian de aquellas otras en las que miras y tampoco entiendes nada pero crees que sí (arte figurativo). Sí, la culpa se les suele echar a Wasilly Kandinsky, Piet Mondrian o Kazimir Malévich, pero ella ya lo había hecho antes que estos tipos.

Las pinturas de Klint no fueron redescubiertas hasta 1986. Su marginación, en parte autoinfligida, tuvo que ver bastante con su condición de mujer, y tal vez todavía más con su condición de magufa. Pero en eso ya entraremos más adelante.

Biografía

Inicios.

Hilma af Klint nació en Solna allá por 1862, siendo la cuarta de los cinco hijos de su madre y su padre. Su padre, Victor af Klint, era un almirante que trabajaba en la Academia Militar Sueca enseñando a los cadetes todo lo referente al noble oficio de soldado: desfilar, presentar armas, hacer bromas pesadas a los novatos y obedecer sin rechistar órdenes estúpidas.

La infancia de la pequeña Hilma transcurrió en Estocolmo donde asistió, para colmo, a la Escuela Normal, donde aprendió cualquier cosa menos a ser normal, pues ella siempre fue un tanto especialita. Los mejores momentos eran los veranos que pasaba en la finca de su familia, en la isla de Adelsö en el lago Mälaren, donde aprendió a amar la naturaleza y a sentir una comunión con el cosmos (andaba todo el día en pelota por ahí).

Este amor por la naturaleza orgánica le llevó a desarrollar unas fuertes inclinaciones artísticas. Es por ello que primero sus padres la matricularon en la Universidad de Artes, Oficios y Diseño, a ver si se desanimaba. Como era obstinada y persistente, después de eso se fue a la Real Academia de Bellas Artes de Estocolmo donde estuvo cinco años aprendiendo a pintar retratos, paisajes y cuadros de estos que gustan las abuelas tener en el salón de su casa. Debido a su habilidad para estas tareas se graduó con honores y hasta le pusieron una medalla muy hortera con una banda a juego, como era costumbre en la época.

Sus maestros la tenían tanto aprecio que le consiguieron una plaza en una residencia artística muy chula, donde podía colaborar con otros pintores. Ahí empezó a vender retratos, paisajes y dibujos de cosas de botánica para enciclopedias de esas que en tiempos se iban vendiendo a domicilio, con lo cual consiguió mantenerse económicamente de forma bastante satisfactoria gracias a lo que pintaba, cosa que no lograron otros artistas en su tiempo y después, y no digamos ya los actuales.

Despierta a la espiritualidad y la Teosofía.

Hilma descubrió que si centrifugas muy fuerte y muy bien la primera imagen, te sale la segunda. Y con eso inventó la abstracción.

Es por este tiempo cuando empieza a joderse todo. Se muere Hermina de una gripe mal curada, que aunque así se llamaba además de Hermina era su hermana, y el mundo empieza a parecerle a Hilma insulso, gris y hasta fofo. Por eso busca respuestas más allá del mismo. Así es que se involucra con el espiritismo, la antroposofía y la teosofía, movimientos esotéricos que son el precedente de individuos Iker Jiménez y toda la gentuza que desfila por su programa de televisión. Hilma se dedica pues a estudiar materias como el ocultismo, el budismo y el bestialismo y si bien no se nos acabó de hacer nigromante o piromante, todo esto fue el lubricante para que en 1889 ingresara en la logia sueca de la Sociedad Teosófica.

Innovando por su cuenta, funda el grupo de Las cinco junto a otras cuatro amigas pintoras (por eso eran las cinco, claro, el nombre la verdad no se lo curró mucho). Se reunían en su estudio de Estocolmo a drogarse para realizar sesiones de meditación y espiritismo, que de aquella no se les podía aparecer el fantasma de Hitler[1] porque no solo no estaba muerto sino que apenas estaba naciendo, con lo que todo eran ventajas. También realizaban prácticas como la escritura y el dibujo automático, a ver si así los espíritus les revelaban algo, anticipándose en ello a los surrealistas, si bien ellos eran menos espirituales pero más espirituosos y esperaban que las revelaciones provinieran del subconsciente y el alcohol. Y con una de esas amigas de Las cinco, Hilma también realizaba otro tipo de prácticas, menos artísticas tal vez, pero no menos satisfactorias.

En 1904 Hilma recibió un encargo importante. Pero este encargo no provenía de algún mecenas o institución, procedía de una entidad. Pero no de una entidad jurídica, sino espiritual, un espíritu llamado Amaliel que procedía de una dimensión paralela. Ya fuera Hilma una medium capaz de contactar con universos paralelos, o incluso para lelos, o todo se redujera a que estaba como una cabra, dos años después se puso fervientemente a la tarea pintando 193 cuadros de la serie llamada Cuadros para el Templo, en los que trataba de mostrar en el mundo sensible lo que había visto en aquella otra dimensión. Y resulta que con esto la tía inventó la abstracción.

Un día invitó a Rudolf Steiner (teósofo, antropósofo y antropopiteco quien a pesar de lo que indica su nombre, no tiene nada que ver con el reno de Santa Claus) a su estudio para mostrarle sus obras y pedirle consejo. Steiner, que había echado el ojo a esa sueca buenorra que parecía admirarle tanto, entendió que esto era una excusa para otra cosa, como cuando una amiga te invita a ver Netflix en su casa, pero no es ver Netflix lo que quiere. Así que Steiner, contra su costumbre, se duchó, se arregló el vello púbico y las cejas, se echó litros de perfume Varón Dandy y para allá se fue todo ilusionado. Cuando vio que en el estudio, junto a Hilma, estaba Anna Cassel, pensó que la fiesta iba a ser doble. Y doble fue su decepción cuando descubrió que en el apartado que a él le interesaba realmente ya se entendían entre ellas sin necesitarle para nada y que le habían llamado para ver Netflix, uséase, las obras de Hilma, sobre las que ella le pedía valoración y consejo. Furiosamente resentido, dijo a Hilma: -Guarda esto en un sótano durante cincuenta años, que nadie te lo va a entender.

Curiosamente, cuando Wasilly Kandinsky mostró sus ideas y obras a Steiner, muy parecidas a las de Hilma en muchos aspectos, a éste le parecieron cojonudas. Se ve que en este caso sí que le interesaba ver Netflix y no "ver Netflix".

Va a cuidar a la mamá.

Mientras esto sucedía seguía enseñando cuadros de su etapa anterior en exposiciones por varios países, a los que viajaba haciéndose la sueca, cosa que por otra parte era. Pero en 1909 tuvo que alejarse un poco de esta esfera pública de galerías y cócteles "chic" para encargarse de cuidar a su madre. La madre de Hilma no acababa de ver los cuadros vanguardistas de su hija, pero esto no se debía a cerrazón mental ante la novedad, sino a que se había quedado ciega. Es por ello que Hilma se fue a vivir con ella. Por ello y porque la enfermera que había contratado para cuidar a su anciana madre le hacía tilín y se la empotraba. Es en este tiempo cuando por puro aburrimiento se pone a estudiar la obra de Rudolf Steiner, a quien a pesar del desafortunado incidente que narramos en el apartado anterior, todavía idolatraba, pues a Hilma le maravillaron las idas de olla que el buen señor escribía, y se inspiró en ellas para futuras series de cuadros que se prometían aún más abstractos que los anteriores. Así cuando acabó los Cuadros para el Templo empezó con cosas como Parsifal, Átomo o Altarpieces.

Se supone que esto son versiones diferentes del Árbol del Conocimiento. Pero yo no veo otra cosa que vulvas. ¿A que tú tampoco?

No obstante no desistía del todo y se unió a la Asociación de Mujeres Artistas Suecas, en la que llegó a ejercer incluso de secretaria. Pero ya se sabe cómo funcionan las asociaciones culturales, que siempre hay alguien que pringa mientras los demás se sientan a ver si cae algo, y al poco se cansó y mandó a las tipas estas que se hacían las suecas al fiordo.

Llegada a este punto decidió colgar un tiempo los pinceles y pararse a estudiar su propia obra, a ver si ella misma lograba entender algo de lo que había pintado. No sabemos si tuvo éxito en este empeño, pero el caso es que escribió un libro de dos mil páginas sobre el tema, libro que guardó en un cajón, pues a ver quién iba a leerse semejante ladrillo.

Vuelve a la carga.

Tras la muerte de su madre se hizo unos cuadernillos en los que dibujaba sus cuadros en chiquitico (con ayuda de Anna Cassel, aquella más que amiga que tenía de la época de Las cinco) y, aprovechando que se había unido ya formalmente a la Sociedad Teosófica y se había pueto a pintar nuevas series incluyendo motivos vegetales junto a cosas geométricas en una misceléna fantasía simbólico-acojonante, fue ella misma en esta ocasión a ver a Steiner quien, resentido porque el anterior encuentro había acabado castamente, le dijo que sus pinturas estaban bien para limpiarse el culo con ellas.

Consiguió que unos magufos antroposófos le dejaran exponer en Londres posteriormente, donde llevó parte de las Pinturas para el Templo. Críticos y periodistas miraron sus cuadros como la vaca al tren y no se hicieron eco de los mismos, porque no entendieron nada de las cosas que pintarrajeaba esa extraña mujer.

Es tras esto cuando se bajonea y decide seguir la recomendación del cretino de Steiner. Echando cuentas a ojo, determinó que sus cuadros no verían la luz hasta veinte años después de su muerte, aunque luego fueron más.

No obstante ya vieja y pelleja siguió creyendo en sus visiones. Ya que había hecho unas Pinturas para el Templo, debía construir el templo para tener dónde poner sus pinturas. Decidió que su templo tendría forma de espiral, ya que el caracol era un símbolo fundamental en sus pinturas, por representar la unión en un solo cuerpo de lo masculino y lo femenino, como ella misma que era mujer pero tenía los mismos gustos que la mayoría de los hombres. Los visitantes del templo avanzarían pues en espiral a través de tres niveles circulares hasta quedar mareados y anonadados. Así llegarían a una torre central, con escalera también de caracol para marearse más todavía. En este diseño estarían cuidadosamente secuenciados sus cuadros en un orden místico-esotérico-patidifusante. Este plan solo tenía un pequeño pero fatal fallo: el dinero. Menos hábil en el arte de dar el sablazo a ricachones que otros artistas con visiones megalómanas semejantes, como Wagner, tuvo que conformarse con hacer un boceto en un papel.

Tras el fracaseo de este último gran proyecto, Hilma dedicó el resto de su vida a hacer el capullo, o lo que es lo mismo, a profundizar en los estudios teosóficos y a pintar algunas cosas más. Y así estuvo hasta que un día viajó hacia otro plano de la existencia tras ser atropellada por un tranvía.

Obra

Etapa naturalista.

Pinta plantas, paisajes, autorretratos... vamos, lo normal que pintaba todo el mundo. Es interesante conocerla para ver que tenía buena mano y cómo hubo una Hilma antes de ponerse a pintar cosas raras.

Hacia la abstracción.

También en su épca abstracta es cuando hace el Retablo este, que al final es como un cono que sube a una pelota, la pelota propiamente y un cono que baja de la pelota.

Aquí es cuando está influida por la espiritualidad, el descubrimiento de los rayos X y concibe que hay una realidad más allá de la que uno ve cuando anda por ahí haciendo el carolo. Hace las Pinturas para el Templo y pinta series como la del Cisne. En efecto parte de dos cisnes, uno blanco y uno negro que se entrelazan (y eso que no vio la película esa de Cisne negro de Natalie Portman, más que nada porque no se había hecho). Al principio los pinta de normal, pero poco a poco se va comiendo la cabeza sobre el tema y termina haciendo todo tipo de diseños sobre ellos, que termina representándolos como una pelota y si hay hay cisnes será porque lo dice ella. Predominan los colores planos, las formas geométricas y un colorido rico y acojonante.

Vegetales esquematizados.

La siguiente etapa es menos abstracta porque introduce en sus motivos gemoétricos motivos vegetales como lobulazos y cosas por el estilo. Otras veces pinta cosas que parecen plantas desenfocadas y hay quien quiere ver en todo esto insinuadas vulvas, menuda picaruela.

Redescubrimiento

Cumpliendo las directrices de su testamento, su sobrino y heredero Erik af Klint desempolvó el legado de la tía veinte años después de lo del tranvía. Baúles y baúles de cuadros y montones de cuadernos. El hombre no sabía ni por dónde empezar. Hasta que logró medio catalogar todo y convencer a las instituciones de que su tía la chiflada además de chiflada era una gran artista y que ahí había un legado valioso pasaron otras dos décadas más. Los historiadores del Arte se cagaron un poco en su puta madre porque tuvieron que reescribir todos sus manuales y quitar la "pole" de la abstracción a los mencionados Kandinsky, Mondrian y Malévich, ya se sabe de las inercias, por no decir abiertamente pereza y hasta vagancia, de ciertos círculos académicos.

Pero la historia ha tenido un final feliz aunque Hilma ya no haya podido disfrutarlo (en esta dimensión, al menos). Hoy su obra es ampliamente reconocida y valorada por sus impactantes propiedades estéticas salvo por los sectores más rancios del machismo y su magufería hasta se le perdona.

Notas

  1. El castigo de Hitler en el más allá es aparecerse a adolescentes petardos que hacen la Ouija, pero como dice el texto, eso fue más adelante.
  • 26 de octubre Personaje histórico (ver todos aquí). ☀️ BanderaSuecia.png ☠️