Las diez plagas
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Las diez plagas de Egipto fueron un castigo al Faraón de dicho país, en forma de elementos dañinos, debido a su obsesión por esclavizar a su pueblo, obligándoles a realizar trabajos forzados, a comer bocadillos de chinchetas y a leer revistas del corazón y de porno.
Clasificación de las plagas
Cabe destacar que las tres primeras plagas las sufrieron los israelitas y los egipcios. A partir de la tercera, los israelitas pasaron del tema y se dedicaron a ver fútbol, ya que no les apetecía nada sufrir el ataque de una langosta asesina, o que un borrego les comiera el sobaco. Los egipcios no utilizaron el comodín y sufrieron las siete plagas restantes.
Primera plaga: Aguas del Nilo
En esta primera plaga, que era bastante cutre pero que envió Dios para ir probando, el agua del río Nilo se volvió de un color rojo tinto. Los conciudadanos pensaron alegremente que se trataba de vino, y se pegaron unas buenas zurras de beber, lo que les provocó el síndrome de "barrigus hinchadus" en su caso más agudo, el de "acojona de lo hinchadus que está" advenida con fuertes diarreas de mierda apestosa.
El Faraón decidió comercializar en botellas botijos y cuencos el líquido elemento, por tanto la plaga tuvo un efecto distinto de viceversa al repercutir positivamente en las arcas del estado. Vamos, que el Faraón se forró de dinero sin comerlo y sin beberlo y harto de vino.
Segunda plaga: Las ranas toman el pueblo
A consecuencia de lo anterior, las ranas que son bastante problemáticas de por sí, abandonan el río asustadas por el color del agua, y se dirigen al poblado egipcio inundando las casas con su apestoso olor y su manía de no limpiarse las ancas antes de entrar en casa. Las medidas que toma el gobierno en esta ocasión, son capturar a las ranas con Pokéballs como si se tratase de Pokémos, y así a la vez se limpiaba la ciudad y se echaba un buen rato.
Pero en aquella época no existía el plástico y las Pokéball se hacían con piedra caliza, y la mayor suerte para una rana tras recibir un bolazo era morir espachurrada y luego para ellos no pasar hambre , se comieron las ancas de rana.
Tercera plaga: Enjambres
Visto el escaso éxito de las anteriores, en esta plaga a Dios se le ocurre la feliz idea de mandar una serie de enjambres de moscas, pulgas, chinches y piojos al poblado, con la intención de chinchar, pulgar y piojonar (nunca mejor dicho) a los pobres peatones.
Pero las moscas entraron en huelga, ya que se había mandado tal cantidad de ellas que todas no podían encontrar una vivienda digna y un trabajo fijo. A Dios esto no lo molestó mucho (¿Qué son unos 20 kilos de excremento para el Monesvol?) y aceptó los términos de los molestos insectos. Esta huelga la secundaron el resto de insectos al ver que se podía obtener mierda a montones grandes beneficios, y llegaron al cielo cantidad de hojas de reclamaciones por tales hechos. Dios se cabreó y las mandó hacer mierda. Cómo se las gasta el tío, mejor ponerlo por las nubes en este artículo. He metido un gag ahí ¿eh? Eso puntúa.
Cuarta Plaga: Moscas
Las moscas recibieron prestaciones y cupones para el Super, por lo que éstas, motivadas, regresaron para cagarse en los egipcios por negros.
Al principio, para los egipcios, los ataques de los mosquitos no fueron problema gracias a los insecticidas y repelentes de excelente calidad, pero un aumento en los precios del Mocolio (Principal componente de cualquier repelente de buena calidad) terminó jodiéndose a los egipcios, quienes para no sacrificar el pago de la televisión por cable se dejaban atacar por las moscas.
Si hay que reconocer algo es el cómo joden las moscas, uno que quiere escribir cuando esta inspirado y las muy cabronas llegan a joder gente. Las hijas de puta del reino animal.
Oda a la mosca
Quinta Plaga: Peste maligna
Ya que no habia forma de quitarse a las moscas de encima, los egipcios se ocultaban donde podían. Pero los animales (sobre todo las vacas) pensaron que eso era un ultraje y decidieron utilizar el sagrado arte marcial de la Cola (Cuyo nombre es demasiado ridículo como para mencionarlo aquí), donde utilizaban su cola para vencer a las moscas, metiéndolos en una corriente de aire, que no sólo hacía que se les salieran los ojos, sino que también los dejaba con ganas de vomitar. A Dios le molestó esto y pues como al tío este no puedes hacerlo cabrear, decidió contratar a unos cuantos micropitufos.
Sangre, peste, mierda, destrucción, muerte... ¡Uff! Los pequeñines dieron tal pelea que su participación fue reducida a hacerse llamar "peste maligna", lo que nos dice que hasta en la Biblia censuran violencia de vez en cuando.
Sexta Plaga: úlceras
Durante la batalla de la última plaga, los israelitas ganaron el mundial de fútbol y fueron a festejarlo en la ciudad, grafiteando las pirámides y pintando a las esfinges con los colores de su equipo y con afiches que decían A los egipcios esto no les hizo gracia -eran unos aguafiestas de mierda- y bañaron a los campeones israelitas con mangueras de agua a presión.
A Dios no le gustó esto y para desquitarse, agregó chocolate -en forma de pastelillos y recien saliditos del horno- al agua y los disolvió en el aire de los antifurgoleros. Estos eran alérgicos y enseguida les surgieron unas úlceras y llagas monstruosas con pus y asquerosamente purulentas, pero nada comparado con los granos que aparecieron en su cara y la lengua.
Eran tan feos y tan densos los granos, que ni el mejor de los tratamientos podía con ellos. Muchos se suicidaron por falta de sepso
Séptima Plaga: Granizo y Fuego
Ustedes se preguntarán ¿Granizo y Fuego? ¿Y eso de dónde salió? Pues que Dios se puso potrón y decidió lanzar bolas de fuego a diestra y siniestra. Al final de cuentas resultó mejor: para empezar, los egipcios habían gastado toda el agua que les quedaba en mojar a los israelitas. Para mejorar las cosas, el fuego derritió el hielo azufrado y convirtió Egipto en una piscina gigante con elementos de azufre y es por eso de las ruinas bien desgastadas de las piramides y la Esfinge.
Octava Plaga: Langostas
Los egipcios estaban acabados y no llevaban traje de baño. Ya les habían quitado sus animales, su orgullo, su paciencia y hasta a su sepso nuestro de cada día. ¿Qué podía hacer Dios para joderlos más?. La respuesta fue clara: la cosecha. Llamó a un montón de langostas, quienes devoraron la cosecha sin lavarse las manos y con los codos sobre la mesa.
Novena Plaga: Oscuridad
Cansado ya de tanta diversión y jodedera, Dios decidió descansar un rato. Se fue a acostar en su suite de lujo. Pero no logró dormise porque la Pelota de nivea no dejaba de emitir sus molestos rayos.
Dios, bien encojonado, quería dormir y la apagó sin pensarlo. Durmió por tres días -andaba un poco desvelado- y en ese tiempo los egipcios se vieron presa de tropezarse unos con otros, de clavarse unos con otros sin saber quién era el otro u otra o se tropezaban con el sofá o pegarse en el dedo gordo del pie con la mesita de noche o de centro.
Décima Plaga: Muerte de los primogénitos
Después de tantas cosas, Dios ya no tenía ideas divertidas contra los egipcios. Se le ocurrió que fuera el propio faraón que decidiera la proxima plaga. Dios, a través de un tío barbón llamado Moisés o Papa Pitufo, le preguntó ¿Qué le harías a los israelitas si pudieras?. El Faraón, que era medio morón y despistado, le dijo "Eliminar los genitales a mi primo", Dios, por joder, acomodó las palabras, quedando "Eliminar a los primogénitos".
Dios, ya con la excusa perfecta, decidió hacer uso de la propuesta del Faraón. Primero, decidió reunir a los pedófilos mas peligrosos, bellacos y reconocidos del mundo, a los que les habló de su plan. Después de los cálculos necesarios, por fin lograron liberar el gas perfecto, al cual criaron para que respetara las casas con la Bandera de la Selección Israelita y no se metiera a ellas (lo de la sangre de cordero era para que los egipcios se despistaran).
El gas verde denso y apestoso se dispersó por todo Egipto, introduciéndose en las narices de los primogénitos, muriendo de forma instantánea por putrefacción de pulmones.
Undécima Plaga
Todo el mundo siempre ha vivido con la creencia de que sólo hubo diez plagas, pero gracias a la gran Inciclopedia y los estudios llevados a cabo por científicos, profesores de prestigiosas universidades, antropólogos e historiadores, poco a poco se ha obtenido información que demuestra la existencia de una undécima plaga que azotó sin miramientos a los egipcios.
Ya entrado en materia, a Dios se le hizo vicio eso de andar mandando castigos y lanzó una plaga final, que no fue incluida en la Biblia por ser clasificación PG-13 (Mayores de 13 años). Las pruebas indican que los egipcios sufrieron de esa terrible plaga justo después de la décima y antes de la duodécima. Las pruebas incluyen cosas realmente contundentes, códices, códigos milenarios, astrología, fotografías aéreas y espaciales e incluso vídeos irrefutables acerca de este atroz hecho. Es más, nos atrevemos a decir que esta plaga fue quizá la peor en la historia de la humanidad, incluso peores que todas las invasiones de turistas estadounidenses juntas. Señoras y señores, esto no es apto para niños..... ¡Hay quien dice que la undécima plaga fue la prohibición del sexo!
¿Acaso usted tenía idea, pensó, se le ocurrió, o de pura casualidad sabía que...
- ...dos de cada tres egipcios eran hijos de israelitas?
- ...la plaga con más muertes fue la de las moscas? (todos suicidios)
- ...este artículo se hizo en seis días y en el séptimo día se descansó?
- ...decir "Antonímia disléxica" 46 veces hace que te salgan colmillos de vampiro?
- ...te creíste esto último y dijiste 46 veces "Antonímia disléxica" y te miraste en el espejo?