Lipograma
Conocidos por todos, los lipogramas pasan cuando una vocal o no-vocal no asoma su humanidad, conformando así un párrafo chistoso. Son usados por humoristas, filósofos, ministros y algún trovador con poncho y guitarra. Juan Pablo II los usaba día tras día.
Su uso indiscrimado causa confusión y susto a las guaguas, provocando llanto súbito.
Párrafos[ocultar] |
Historia
Inicios
Los lipogramas inician cuando Tutankamón, faraón divino; pasa por un lapsus y pronuncia "Clopatra". La mala pronunciación causó furor y auguró inspiración para todos. Sin duda alguna, los lipogramas más conocidos, son harto antiguos:
- "Sólo conozco... nada conozco yo" (Olimpia, siglo IV a.C.), visualizado por Pitágoras, filósofo. Copiado por Platón siglos más allá.
- "La Alfalfa y la Granada" (Roma, siglo II a.C.), plasmado por Tomatus, filósofo y contador italiano.
Los lipogramas antiguos son conocidos por conformar una amplia y narcisa gama cultural.
Últimos años
Los lipogramas han sufrido un furor colosal.
- Marzo, 1917: Un pasquín colombiano llamado "La Aurora" publica un lipograma, autor, Juan Augusto Cárcamo, titulado "Mi gato blanco" y alcanza fama nacional.
- Agosto, 1989: Un canal australiano inicia la transmisión audiovisual filantrópica abordando los lipogramas.
- Julio, 2001: Un consorcio privado polaco forjó la liturgia lipográmica, conocida como Lipogramismo. Sus partidarios famosos son Yoko Ono, Ollanta Humala, David Bisbal, Bono, Harrison Ford, Malcolm X y muchos más.
Usos prácticos
Los lipogramas son prácticos para provocar llanto súbito a las guaguas. Son usados por humoristas para armar sus rutinas, y por ministros para manufacturar políticas ocultas. La publicidad subliminal usa mucho los lipogramas para mandar avisos malignos.