Metro de Santo Domingo

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Banderarepúblicadominicana.png Oye, ¿Queloqué compai'? Eto e' exclusivamente pa' la gente que le llegue a eta vaina. Si tú no le llega a eta' vaina, a la que yo si le llego, ¡LA MACATE! Osea que, si no entiendes esto, no estás en el lugar preciso, así que mejor quitate del medio, ¡PALOMÓN!

Un mensaje transmitido desde Quisqueya la Bella (pa'lo'incultos: desde República Dominicana, jodio nombre tan laaargo).


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Cita3.pngConceptualizemos la estabilidad macroeconómica, ¡súbete al progreso!... ¡Epalantequevamosh!Cita4.png
Leo-Nerfernanthet I hablando dormido alrededor de 2006

El Metro de Santo Domingo es un sistema de transporte masivo y, en sus primeros años, de figureo en las redes, que se halla en la capital de la República Dominicana. Cuenta con dos líneas y una ñapa en forma de sillita voladora teleférico.

Entre los sistemas de transporte de América Latina, este metro goza de detalles excepcionales, por ejemplo, después de más de una década de su inauguración el aire acondicionado de los trenes todavía funciona. Además se cree que es el único espacio público del país donde los dominicanos pueden formar una fila más o menos organizada (porque está vigilado), donde se obedecen la mayoría de las reglas de convivencia y cortesía (porque está vigilado) y donde siempre se cede el asiento a los mayores, las embarazadas y los minusválidos (porque está vigilado).

Para demostrar la seguridad de los procesos de ingeniería, una de las paradas se construyó bajo una estación de combustible.

Historia

Todo se remonta al inicio del segundo reinado del faraón Leo-Nerfernantheth I, electo para salir de Hipólito en el 2004, quien rápidamente puso en acción el plan "Nueva York Chiquito Reloaded" para construir un mega-proyecto que garantizara su reelección en el 2008 transporte seguro y eficiente para los capitaleños. Se dice que un amigo sudamericano lo animó a emprender el proyecto, en una recepción diplomática a ritmo de Camargo y Luciano.

El Faraón estrena el Metro rodeado de lambones súbditos.
Este inofensivo dildo edificio en el centro de la ciudad no tiene absolutamente nada que ver con el Metro. Pregúntenselo a Diandino (uno de los escribas del Faraón).

Al principio el Faraón, dando como siempre la máxima importancia a las apariencias, quiso que se construyera totalmente en una vía elevada, para que todo el mundo lo viera y dijera "eso lo hizo el León", pero luego cayó en cuenta de que los túneles y elevados de la 27 de Febrero ya hacían ese necesario bulto, por lo cual se estableció que solo el tramo norte iría por arriba. Se comenzó a buscar a gente que 1) supiera de metros y 2) hablara español, así que se trajo a un grupo de ingenieros desde España. Resulta que la mitad de ellos eran madridistas y la otra mitad eran culés, entonces para evitar pleitos se decidió salomónicamente que las estaciones fueran como las de Madrid y los trenes fueran como los de Barcelona.

Así, un día cualquiera Santo Domingo se levantó casi sin darse cuenta con ruido de dembow excavaciones, con miles de hermanos de isla indocumentados anónimos haciendo hoyos y vaciando mezcla en la Máximo Gómez, alrededor de la UASD y en Villa Mella (se entiende por "Villa Mella" todo lo que queda más pallá del río Isabela). Dado lo que estaba en juego, el proyecto avanzó más rápido que Sonic empericado, y finalmente a principios del 2008 se empezó a usar en pruebas. El objetivo se logró: Leonel fue re-electo Santo Domingo estrenó su metro.

Con el objetivo de seguir garantizando la continuidad del PLD el transporte del pueblo, de inmediato se inició la construcción de la segunda línea, que entró en pruebas en el 2012, y fue extendida y anexada al sistema de sillita voladora Teleférico en el 2018. Y así, como quien no quiere la cosa, el PLD se quedó por 16 años la gente tuvo más transporte eficiente. De todos modos, se aconseja no darle mente al dinero que ha costado todo esto, para no caer en depresión o volverse comunista.

Usuarios del Metro

  • Pasajeros normies. El público estándar de cualquier metro, con la diferencia de que aquí se mantienen hablando constantemente, incluso al mismo tiempo que revisan el smartphone. Si comparamos, el metro de Tokio parecería un velorio.
  • Despistados. Siempre hay uno del interior del país (o de la misma capital) que no sabe dónde quedarse para cruzar a la otra línea, o se pasa de estación y tiene que devolverse, aunque le pongan el mapa en todos lados.
En el Metro de Santo Domingo se respetan todas las normas de distanciamiento social durante la pandemia.
  • Predicadores. Antes se tiraban la línea entera predicando y repartiendo tratados, pero se lo prohibieron. Ahora cambiaron la estrategia y los guardias del Metro los dejan quietos, porque solo duran 2 estaciones y se apean.
  • Venezolanos. Es fácil confundirlos con los usuarios dominicanos, salvo por el acento. A veces se preguntan por qué las estaciones no se llaman Juan Luis Guerra o algo así.
  • Haitianos. También se comportan como los usuarios regulares, aunque aparecen menos porque prefieren ahorrarse 5 pesos usando la OMSA. De todos modos se merecen el Metro más que cualquiera... ellos lo construyeron.
  • Los que piden. Pedir es el segundo deporte nacional en la República Dominicana, así que es natural que haya de esta gente en los trenes. Pero no son los típicos de "dame 10 pesos pa' ir a San Cristóbal", sino explosiones de creatividad como "a mi hija la operan de urgencia esta misma tarde y solo cargo encima la tarjeta del Metro que me regalaron".
  • Dembowseros con audífonos. Su trabajo es promover las más recientes oberturas crepusculares de los artistas de la música urbana, y para esto desde hace tiempo se suben a los autobuses de la OMSA con sus celulares sonando lo nuevo. Pero en el Metro está prohibido, entonces los promotores les entregan unos Beats para que los usen a todo volumen, y se oyen casi igual.
  • Turistas. Se comportan como si fuera un metro de sus países de origen (es decir, callados y haciendo fila en orden). No pasan de Ágora o de la Joaquín Balaguer.

Líneas y estaciones

A fin de evitar que futuros regímenes bautizaran las estaciones con nombres de ex-presidentes opositores, el Faraón decidió que todas las paradas del Metro llevaran nombres de personajes históricos que la mitad de los pasajeros no conocen (ni les interesa conocerlos, les da y sobra con Duarte, Colón y Trujillo).

Línea 1

  • Estación Mamá Tingó. Después de cruzar un mar de buhoneros y choferes estorbando, carteristas atracando, mendigos pidiendo y borrachos meando, por fin uno logra entrar a la estación... para encontrarse con otro mar de gente esperando el tren.
  • Estación Gregorio Urbano Gilbert. Queda frente a un sitio llamado El Edén, que se supone que no es un campo, pero la gente sale de ahí con cadillos en las medias.
  • Estación Gregorio Luperón. También conocida como "donde se ponen los motoristas".
  • Estación Peña Gómez. También conocida como "donde se ponen los predicadores".
  • Estación Hermanas Mirabal. Al igual que la anterior, tiene murales pintados en las columnas, para ponérsela un chin difícil a los grafiteros.

-- PUENTE DIANDINO PEÑA --

Ahora con los grafiteros sí está al nivel de los más famosos metros internacionales.
  • Estación Máximo Gómez. Es más fácil llegar a ella montado en el tren que andando a pie, porque hay que atravesar primero el Mercado Nuevo parte atrás, no sin antes cuidarse de que no lo batee un carro de los que van o vienen del puente de Villa Mella.
  • Estación Los Taínos. Queda frente a Plaza Lama de la Ovando, lo que la convierte en la tercera estación más wawawa (solo detrás de Mamá Tingó y el Km. 9).
  • Estación Pedro Livio Cedeño. Se halla frente al Cementerio de la Máximo Gómez, así que no se extrañen si un día llevan en el tren a un muerto con todo y procesión y se apean aquí. El ascensor funcionó solamente el día que lo inauguraron, pero no importa, casi no va nadie.
  • Estación Peña Batlle. No tiene dos niveles, ni columnas por el medio, ni tiendas de celulares, las entradas son simétricas... es la parada más normie de todo el Metro.
  • Estación Juan Pablo Duarte. Aquí es donde casi todo el mundo se sube y se baja, porque es la estación de transferencia con la segunda línea. Algunos la llaman "el tranfel" para echar vainas de que conocen Nuebayoi. Dicho "tranfel" es un túnel con algunas tiendas de celulares, farmacias y cajeros automáticos, y solo le falta un negocio de uñas para ser Plaza Central en miniatura.
"Agresión musical", escultura en honor al dembow (y también significa que están atracando a la salida).
  • Estación Juan Bosch. Hay un mural que conmemora un episodio excepcional de la historia dominicana que solo ocurrió dos o tres veces: Juan Bosch sonriendo.
  • Estación Casandra Damirón. Tomando en cuenta el rumbo de la cultura popular dominicana, dentro de un par de años le cambiarán el nombre a "Estación Tokischa".
  • Estación Joaquín Balaguer. Tiene el mérito de ser la primera que tuvo goteras. Se dice también que si uno mira por las ventanas en camino a esta estación, se pueden ver cuevas (otro atractivo turístico).
  • Estación Amín Abel. Se le puso el nombre de un destacado dirigente universitario de la época de la Guerra Fría, para que las blancas rojas palomitas no le rompieran los cristales cada 24 de abril o cada vez que alguien en la UASD no se tira un peo de la manera correcta en la que debería habérselo tirado.
  • Estación Francisco Caamaño. Se inauguró 9 meses antes del inicio oficial del servicio... literalmente para que la gente la viera (típico del Faraón), mientras se preguntaban cuándo llegaba el primer tren, como Penélope.
  • Estación Centro de los Héroes. Al quedar cerca del Congreso y la Alcaldía, algunos ciudadanos esperaban que los senadores, diputados, regidores y otros funcionarios ahorraran combustible y recursos estatales usando el metro para asistir a sus oficinas. Todavía están ahí parados, esperándolos.

Línea 2

  • Estación María Montez. Frente a frente hay una placita donde se bebe romo, suena bachata a tó lo que da, hay negocios de rooteo de celulares y frituras de chicharrón, jociquito, bofe, entresijo y cadeneta.
  • Estación Pedro Francisco Bonó. La preferida de los clientes del Provocón, pues el ahorro de pasaje les resulta en una fría más.
  • Estación Francisco Gregorio Billini. A los Corripio no les dio la gana de permitir una entrada frente a Teleantillas, así que al bajar la escalera hay que devolverse caminando media estación para llegar a los torniquetes.
  • Estación Ulises Francisco Espaillat. ¿Otro Francisco más? Se quedaron a gusto... Aquí se quedan los bullosos que van al Infotep (los del Claret no, a esos los traen en yipetas).
  • Estación Pedro Mir. Se diferencia de las demás paradas en que hay menos wawawa y más clase media y empleados privados. También están los popis wannabes que van a pasillar a Ágora o a 360 o a perderse en Ikea.
  • Estación Alofoke Freddy Beras Goico. Aunque parezca subterránea, la mitad de esta estación aún permanece en una zanja abierta. La otra mitad se la deben a Pepín Corripio.
Logo del Teleférico de Santo Domingo, consistente en un casco de guerrero.
  • Estación Wiche García Saleta. También conocida como "la que hiede a ratón muerto". Solo se llena de verdad con los que van al Festival Presidente o a la fiesta de Telemicro, y los que van a comprar los Reyes al Mundo del Juguete Chino.
  • Estación Juan Pablo Duarte. El lado de la línea 2 es igual que las demás estaciones, pero semi-abierto a los ciclones la luz del sol y con publicidad de anticonceptivos. Por aquí pasan los niños que juegan Pequeñas Ligas en el Centro Olímpico (los que viven diciendo "mmg").
  • Estación Honorable Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez del Ejército Nacional Pongan El Nombre Entero Señor Sí Señor Carajo. Donde se quedan los pasajeros de carros públicos de la San Martín, para que no los atraquen debajo del V Centenario.
  • Estación Mauricio Báez. Aquí a finales del 2014 el Metro dio la vuelta al mundo gracias a la iniciativa de un aprendiz del Joker, quien decidió que el país debía lucir su propio atentado para ganar prestigio en los noticieros internacionales. El joven galloloco lo logró: el Metro salió en las grandes cadenas de noticias, solo que al módico precio de 19 pasajeros con quemaduras, una condena de 35 años recogiendo jabones para Bubba, e indemnizaciones por un valor de todos los millones de pesos del mundo.
Set Playmobil del Metro, disponible muy pronto en Juguetón (o en el Mundo del Juguete, si los chinos lo copian primero).
  • Estación Ramón Cáceres. Tenía que haber una estación en la avenida Duarte, pero sabiamente se puso lo más lejos posible de la Duarte con París.
  • Estación Horacio Vásquez. Aquí se apean los que van a Bullet a comprar tenis. Antes de su construcción había un parque infantil en su superficie, ahora hay un yerbazo lleno de piedras en el tetero del sol (que técnicamente es un parque infantil, pero a nivel extremo).
  • Estación Manuel de Jesús Galván. En esta los ingenieros se entusiasmaron de más y le construyeron encima unas columnas y vigas extras, dizque para un futuro elevado (que por supuesto, se va a quedar a medio hacer por los siglos de los siglos... a menos que el Faraón se cuele en el 2024).
  • Estación Eduardo Brito. Aquí también se "tomó prestado" el terreno de otro parque infantil. Tiene dos entradas: donde atracan más y donde atracan menos.

-- PUENTE LEONEL FERNÁNDEZ --

  • Estación Ercilia Pepín. La bienvenida a la zona oriental de la ciudad, después de la vista panorámica de las mansiones de la ribera del Ozama.
  • Estación Rosa Duarte. Queda frente a la bomba de Los Mina. Algunos querían que la nombraran en memoria de Monkey Black, ese mártir y ejemplo de la juventud dominicana.
  • Estación Trina de Moya. Tiene una sola puerta estrecha, imagínense qué bonita tiene que ser ahí una fila a las 7:30 de la mañana en plena pandemia.
  • Estación Juancito Sport Concepción Bona. Hasta aquí llegó el dinero para extender la línea 2. Pueden alcanzar el Megacentro los que sobreviven el cruce de la San Vicente.

Líneas futuras

(o sea, que las van a ver nuestros nietos)

  • Extensión de la Línea 2. La parte del Km. 9 hasta Los Alcarrizos la hacen por arriba, para que el público se siga deleitando con las mansiones del Berverly Hills capitaleño.
  • Línea 3. Por la 27 de Febrero hasta los 3 Ojos. Como a Balaguer le encantaba desbaratar barrios para construir avenidas, aquí se planea homenajearlo desbaratándole la Plaza de la Bandera.
  • Línea 4. Desde el Km. 9 hasta lo que quede de la Plaza de la Bandera cuando le metan los bulldozers.
  • Línea 5. Desde los 3 Ojos hasta San Luis, para dar a los turistas la experiencia extrema de conocer un verdadero barrio de la zona oriental.
  • Línea 6. Desde la Duarte hasta la Zona Colonial. Quién sabe cómo van a evitar daños a los monumentos, pero como decía Sledge Hammer, "confía en mí, sé exactamente lo que hago".
Se prohíbe llevar neveras en el tren (conocen muy bien la idiosincrasia dominicana).

Legado del Metro

Sí, aparte de propiciar la reelección del PLD transporte para los capitaleños, el metro contribuyó con otros beneficios:

  • Vaineo internacional. Por unos momentos Santo Domingo tuvo el metro más nuevo del mundo.
  • Ver a Hubieres, Antonio Marte y el resto de los sindicalistas "dueños del país" llorando de rabia y apretando los puñitos con los chantajes de "nos están empujando a la delincuencia", no tuvo precio.
  • Sirvió de entretenimiento en sus primeros años. La gente se ponía su mejor ropa, se perfumaba y salía con toda la familia solo para montarse en el Metro, como si fuera una montaña rusa de Disney.
  • El cine dominicano ganó una nueva locación (empezaron a poner escenas del Metro en todas las benditas películas).
  • La gente dejó de llamarle campo a Villa Mella.
  • Ahora hay menos apagones alrededor de la Máximo Gómez.
  • El Metro-surfing, deporte urbano consistente en mantenerse de pie tratando de aguantar los movimientos del tren sin caerse ni agarrarse. Esta actividad tiene un precedente llamado OMSA-surfing, que data de la Era Boomerzoica y que era aún más extremo (porque los choferes de OMSA andan más rabiosos).

Véase también