Ramón Barros Luco
ARTÍCULO APTO PARA EXTRANJEROS Este artículo trata de un tema local de Chile, pero para entenderlo no hace falta tramitar la visa. Si lo va a editar, por favor, asegúrese de que se mantenga así. |
Presidente de Chile |
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Mandato | Cuando fue el centenario de la Independencia de Chile |
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Residencia | Palacio de la Moneda |
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Hechos | Mantenerse en el poder más que un par de horas |
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Anterior | Siguiente |
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Nacimiento Defunción | Santiago de Chile, ambas cosas. |
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Afiliación | Partido Liberal, daba igual ya que se entendía con todos |
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Estado actual | Durmiendo una larga siesta |
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Relaciones | Con la almohada |
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Conocido por ser el inventor del sandwich chileno que lleva su nombre, pero no sólo por eso: además fue el único Presidente de la República humorista profesional los otros son todos aficionados.
Barros Luco (también conocido como el Moncho) era un hombre de muchas facetas, porque además era un célebre cultor de la siesta, a tal punto que se dice que Chile entero durmió cinco reparadores años durante su mandato. De esta forma el país entró repuesto y enérgico a su próxima crisis económica.
Sus inicios en la política
Corría 1870 y a diferecia de hoy, la carrera de abogado pagaba muy mal. Ramón Barros Luco había elegido en forma errónea, cuando era conocido en sus tiempos que era más rentable ser astronauta o biólogo molecular. Por ello no dudó en aceptar la ayuda de un familiar para entrar a la administración pública: pagaban bien y se podía extender la siesta hasta las ocho horas, para gozo del futuro presidente.
Eran tiempos de parlamentarismo y los gabinetes duraban dos o tres días, gracias al gentil aporte del Congreso. Barros Luco sorteó bien esos avatares porque como dormía siesta nunca estaba en el fragor de la contienda política. Sin embargo, en sublimes ensoñaciones el Oráculo le habló y de pronto se presentó la que sería su oportunidad de catapultarse en la playa arena política.
Ministro de Hacienda
Siendo presidente Federico Errázuriz Zañartu (a ratitos entre 1871 y 1876), tanto conservadores y liberales no se ponían de acuerdo a quién nombrar de ministro de Hacienda, luego de la sorpresiva renuncia del secretario de Estado. Figuraban jugando al papel y tijera en la oficina del Presidente de la República cuando este, indignado, les señaló que si no se ponían de acuerdo para nombrar a alguien de consenso él haría jurar "al primero que pase por la calle". En esos momentos entraba a La Moneda Barros Luco y asumió de ministro. Tuvo suerte: segundos más tarde hizo ingreso Barney al palacio.
Parlamentario
Luego de una exitosa gestión en Hacienda que permitió completar la escuadra de la marina, Ramón Barros Luco ganó en las elecciones siguientes el puesto de diputado. Buscando el sillón más mullido del congreso, terminó ocupando uno en el límite de los parlamentarios oficialistas y la oposición.
Su natural habilidad para generar consensos no le permitió en esta oportunidad evitar la Guerra Civil de 1891. Barros Luco se puso del lado del congreso. Estando a bordo del acorazado "ACH Somnífero", su navío fue hundido por otra embarcación leal al presidente Balmaceda. Los historiógrafos señalan que Barros Luco no sabía nadar, pero que se salvó al agarrarse de un apéndice de un vacuno que llevaban a bordo para alimentación. Aún no se sabe si el tal apéndice era la cola de una vaca o el pene de un toro.
El Mocho llega a la Presidencia
Corría 1909 y se acercaban los festejos del Centenario de Chile. Era un invierno muy frío. Un presidente muere viejo. En sus funerales su sucesor contrae la neumonía y se gana un pasaje al campo santo en ataúd.
Así estaban las cosas cuando la coalición gobernante no encontraba a quién poner de presidente, pues la cosa andaba como bolsa de gatos y no se encontraba a nadie de consenso. Finalmente se optó por Ramón Barros Luco: tenían a un presidente con el que recibir a las delegaciones extranjeras que asistían a las fiestas de Centenario. Como Barros Luco estaba más viejo que la madre de Matusalén, probablemente no resistiese tanto carrete, pero al menos duraría las festividades. Con eso se ganaba tiempo para programar con calma las próximas elecciones.
Sin embargo, Barros Luco terminó su período de cinco años con perfecta salud, llegando a los 135 años. Lo llamaron "la Reina Victoria de Chile". (Actualmente el récord lo ostenta Don Miguel).
Durante su gestión, el Moncho aplicó todo su humor a los temas de gobierno. Por ejemplo, si había un conflicto entre pobladores y la policía en el sur preguntaba quién iba ganando. En una oportunidad un jefe de la policía de Iquique fue destituido por estar vinculado a la prostitución, casinos ilegales y al ejercicio del tenis de mesa. El funcionario se organizó una concentración, y luego le envió un telegrama a Barrios Luco diciendo "pueblo de Iquique exige que sea reincorporado". El presidente le contestó: "no le haga caso".
Célebre era también su técnica para revisar su nutrida correspondencia. Abría las cartas y las botaba sin leerlas. Ahora bien, ¿para qué las abría entonces? "Por si traen un billete dentro" precisó en una oportunidad.
Pero su estilo de vida estaba regido por una importante regla: "En la vida hay dos clases de problemas: los que se solucionan solos y los que no tienen solución. Los que se solucionan solos... se solucionan solos y los que no tienen solución... no tienen solución!"
Gabinetes ministeriales de Ramón Barros Luco
Como el equipo de ministros del gobierno de Ramón Barros Luco duraba en promedio un par de horas gracias al gentil patrocinio del régimen parlamentario, el presidente organizó una técnica para que las constantes acusaciones constitucionales quedaran sin efecto. Así, por ejemplo, si un diputado iniciaba una acusación era llamado inmediatamente por Barros Luco para integrar el gabinete. Si eso no era suficiente, lo invitaba a comerse una cazuela de ave.
La técnica no surtió el efecto esperado, siguiendo la rotativa, al punto que para presentarse al Congreso Pleno en una oportunidad tuvo que llevar unos maniquíes vestidos con trajes y sombreros de copa para no ir solo porque ya no encontraba a nadie para integrar el gabinete.
Política internacional
La gestión del Moncho Barros en materia de relaciones exteriores fue claramente exitosa desastrosa. Durante la Primera Guerra Mundial Barros Luco determinó que Chile fuera neutral. Con ello pudo seguir vendiéndole salitre natural a Alemania, hasta que estos crearon el salitre sintético y tuvieron que devolverse los barcos con caca de pájaro al país y de pasadita dejar un reguero de cesantes en el norte.
Obras públicas
Durante el gobierno de Barros Luco fueron inauguradas importantes obras como los baños públicos de Santiago, consistentes en pozos ciegos que en muchos casos contribuyeron a disminuir el exceso de población de la capital.
Asimismo, se creó el Tren Arica - La Paz para que Bolivia pudiera traer sus yates al Océano Pacífico.
La gestión del gobierno permitió además poner en funcionamiento la Escuela de Aviación Capitán Avalos (hoy denominada Escuela de Aviación Capitán A Palos, por su eficiente pedagogía), aunque funcionamiento es un decir porque en esa época no había aviones en Chile. El personal de la institución estaba compuesto por la señora del aseo, el portero y un par de gatos.
Sin embargo, persistían muchos problemas en algunas ciudades pequeñas. En una ocasión un grupo de pobladores visita a Barros Luco y le dice que no pueden seguir viviendo en su ciudad porque no hay alcantarillado, pavimentación, hospital ni actividades recreativas. El Presidente les respondió: "vénganse a Santiago, donde hay de todo".
Gastronomía
A pesar del innegable progreso que registró Chile durante el mandato del Moncho, todas sus aportaciones no son nada frente a su ópera magna: la invención del sandwich homónimo. Antes de la siesta, Barros Luco acostumbraba almorzar en el Club de la Unión junto a otros vejetes, lugar donde se vivió tan relevante revolución gastronómica.
Es así como, acostumbrado a pedir un emparedado de carne de vacuno, un día le pidió al mozo que se lo trajera con queso fundido. La genialidad del mandatario originó de este modo uno de los puntales de la alimentación nacional y embajador indiscutido de la gastronomía chilena.
Presidentes chilenos | ||
Precedido por: Pedro Montt Montt |
Ramón Barros Luco 1910-1015 |
Sucedido por: Juan Luis Sanfuentes Andonaegui |
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