Recompensa por Nicolás Maduro
| ¡Ahoy, marineros! Este artículo habla de la recompensa por el Terror de los Siete Mares. Si no entiendes ni medio, es porque no eres de la Hermandad de los Soles Dorados. Si quieres entender, vete a buscar el tesoro. |
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La Recompensa por el Capitán Nicolás "Superbigote" Maduro™ de 50 millones de cocos de oro es oficialmente el botín más arrecho jamás puesto sobre la cabeza de un corsario en toda la historia del Caribe. Esta cifra astronómica no es casualidad: es el reconocimiento de la Corona Gringa de que han encontrado al pirata más creativo y escurridizo de todos los mares, uno que logró convertir toda una isla en su galeón personal.
Pero a diferencia de otros corsarios, al Capitán Superbigote no se le persigue por joder opositores, manipular elecciones ni mover unos cuantos barriles de polvo de las montañas (la mitad de los panas de los Gringos lo hacen). No, la verdadera razón de su cacería es que su imperio pirata está construido sobre las Minas Secretas de Oro Negro y las Tierras Raras de las Montañas, tesoros que la Corona Gringa considera parte de su botín. Por eso, otros corsarios aliados que no tienen estos recursos en sus atolones, pueden seguir moviendo sus cofres de tesoros sin ser molestados.
La escalada
Los tiempos de grumete (15 millones de cocos - 2020)
Todo comenzó en 2020 cuando la Armada Real Gringa puso sus primeros 15 millones de doublones por la cabeza del entonces Grumete Bigote. En esos tiempos, los almirantes de Washington pensaban que tenían a otro piratilla de medio pelo que movía cofrecitos de polvo de perlas blancas entre las islas menores del Caribe. Qué inocentes eran los pobres.
La Corona pensaba que estaba cazando a otro Capitán Chávez con bigote, pero Maduro no era un simple heredero de barco pirata. Mientras otros corsarios se escondían en cuevas y atolones secretos, este astuto navegante daba órdenes desde el mismísimo Galeón Real de Miraflores, coordinando flotas enteras de polvo de las montañas como si fuera el almirante de toda una armada fantasma.
Los primeros 15 millones eran la recompensa típica por un corsario rebelde más. Pero el Grumete Bigote no resultó ser un amateur: había aprendido las artes náuticas avanzadas en la escuela del legendario Comandante Chávez y tenía planes mucho más ambiciosos que simplemente asaltar barcos mercantes sueltos.
El ascenso a Capitán (25 millones de cocos - enero 2025)
Para enero de 2025, cuando la Flota Biden se preparaba para entregar el mando, la recompensa se disparó a 25 millones de doublones. Los espías de la Corona finalmente habían descifrado la magnitud del peo: el Ex-Grumete Bigote había sido promovido a Capitán de Fragata de la flota pirata más sofisticada jamás vista en aguas caribeñas.
El salto de 15 a 25 millones fue cuando la Guardia Real se dio cuenta de que Maduro no dirigía una simple tripulación de bandidos marinos. Este pana había montado toda una Armada Corsaria Estatal que usaba puertos oficiales, aduanas propias y cartas de marca presidencial para mover sus tesoros de nieve de las montañas por todo el mundo.
Mientras otros piratas corrompen capitanes de puerto, el Capitán Bigote ES el capitán de puerto. Mientras otros evitan las autoridades navales, él comanda las autoridades navales. Era como si Francis Drake hubiera sido nombrado Almirante de la Flota Real Inglesa mientras seguía siendo el pirata más buscado del Atlántico.
La coronación como Terror de los Siete Mares (50 millones de cocos - agosto 2025)
El 7 de agosto de 2025, la Nueva Armada Trump duplicó la apuesta hasta 50 millones de doublones de oro puro, coronando oficialmente al Capitán Superbigote como el Terror de los Siete Mares más cotizado de toda la historia de la piratería. Esta cifra colosal no fue un capricho: fue la Capitulación Real ante la genialidad corsaria más arrecha jamás vista.
La Almiranta Bondi reveló que la Guardia Costera Imperial había interceptado 30 galeones llenos de polvo de perlas vinculados al Capitán Superbigote y su tripulación, con casi siete barcos cargados de tesoros atribuidos directamente al Terror del Caribe. Además, el Almirantazgo de Justicia había confiscado más de 700 millones de doublones en tesoros del bigotudo, incluyendo dos bergantines voladores y nueve carruajes dorados de lujo.
El genio del Arte Corsario
La Flota Fantasma Estatal
La razón por la cual vale 50 millones de doublones es simple: inventó el Arte Corsario Estatal, el método de piratería más eficiente en la historia de los siete mares. Su genialidad radica en haber convertido toda una nación en su Galeón Fantasma Personal, donde cada ministerio es una bodega de tesoros y cada embajada una base secreta.
El Galeón Real de Miraflores no es solo la cabina del capitán: es el centro de comando de una armada que coordina rutas desde las Minas Secretas de las Montañas hasta los puertos de Asia, Europa y más allá. Las embajadas corsarias funcionan como puertos francos, los aeropuertos de guerra como astilleros secretos, y el TSJ como el Código Pirata más creativo del hemisferio, donde cualquier problema con inspecciones se resuelve mediante interpretaciones de las leyes del mar muy innovadoras.
La Fragata Electoral CNE mantiene ocupados a los observadores internacionales con espectáculos de democracia mientras los verdaderos galeones de tesoros hacen sus entregas por rutas alternativas. Su tripulación especializada en teatro electoral ha perfeccionado el arte de mantener a los inspectores de la Marina Real mirando hacia otro lado mientras pasan los barcos cargados.
La Hermandad de los Mares
Lo que realmente tiene a la Corona Gringa con los pantalones cagados es que no navega solo. Ha formado la Gran Alianza Corsaria con los Hermanos de Sinaloa, la Banda de Aragua y otros capitanes legendarios, convirtiéndose en el Almirante Supremo de una confederación pirata que controla rutas desde el Estrecho de Panamá hasta las Costas Doradas de África.
Su Hermandad de los Soles Dorados, compuesta por almirantes de su propia marina, no es una simple tripulación criminal: es una División Naval Especializada en el transporte de cargas que requieren máximo secreto y manifiestos muy creativos. La diferencia es que mientras otros piratas sobornan capitanes de puerto, el Almirante Bigote controla directamente toda la cadena de mando naval.
El botín más inalcanzable de la historia
El Tesoro que nadie puede reclamar
Con 50 millones de doublones flotando sobre su cabeza y partes blandas, Maduro ha superado a todos los corsarios legendarios de la historia. Henry Morgan solo llegó a 2 millones, Francis Drake alcanzó 10 millones en moneda de hoy, y Jean Lafitte apenas llegó a 5 millones. La diferencia es que todos esos fueron cazados o perdonados, mientras que Maduro sigue comandando su flota desde el puente de mando de su galeón presidencial.
El récord del Terror del Caribe es particularmente impresionante porque es el único pirata de 50 millones que tiene Carta de Marca Diplomática, comanda una armada nacional completa, controla minas de oro negro y mantiene alianzas oficiales con otras potencias navales como Rusia, China e Irán. Es como si Blackbeard hubiera sido Almirante de la Marina Real mientras seguía asaltando galeones en su tiempo libre.
El dilema de los cazarrecompensas
La recompensa de 50 millones ha creado la situación más absurda en la historia de la caza de piratas: ¿cómo capturas a un corsario que tiene inmunidad diplomática y comanda una flota de guerra completa? Los mercenarios que normalmente cazarían este tipo de botines se han dado cuenta de que necesitarían prácticamente invadir un país entero para reclamar los doublones.
Erik Prince y otras Compañías de Corsarios Privados han estudiado el caso como si fuera el problema naval más complejo de la historia moderna. La conclusión es que capturar al Capitán Superbigote no requiere una cacería tradicional, sino una guerra naval completa que costará cien veces la recompensa, lo que convierte los 50 millones en el tesoro más inalcanzable jamás puesto sobre la cabeza de un pirata.
El futuro del Terror más arrecho
Los espías navales especulan que la recompensa podría llegar a 100 millones de doublones si el Capitán sigue expandiendo su imperio corsario hacia nuevos mares. Sin embargo, también reconocen que reclamar esos 50 millones requeriría una expedición tan costosa que saldría más cara que el propio tesoro.
El Terror de los Siete Mares ha logrado la paradoja perfecta: ser el pirata más buscado del mundo mientras vive en el palacio más visible del Caribe, dando órdenes a su flota desde el balcón presidencial y burlándose diariamente de toda la Marina Imperial Gringa.
La Recompensa del Capitán Superbigote no es solo una cifra: es el monumento al arte corsario más arrecho del siglo XXI, y la demostración de que hay tesoros tan bien protegidos que ni siquiera 50 millones de doublones pueden comprarlos.