Viena

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Viena
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Escudo de Viena
Lema El escudo de viena es una paloma muerta, aplastada a su vez por un escudo, tal vez a eso se refiera su lema: "Wien ist etwas anderes, was ist es?" (Viena es otra cosa ¿Qué cosita es?)

Establecida Hace tanto tiempo que no merece la pena ni mencionarlo.

Tipo de Gobierno Socialdemócrata con el fascismo acechando.

Alcalde Michael Ludwig (es decir, Luis Miguel).

Situación En la zona de Austria donde no hay montañas.

Población 2 millones de gente atrabiliaria.

Gentilicio Vienenses, Venados, Venecos.

Himno Toda la música clásica que se hizo allí

Viena (en alemán, Wien, pronunciado /viːn/, como el vinazo) es una ciudad de la Australia europea (más conocida como Austria) y está situada a las orillas del Danubio azul, chin pun, chin pun. Está al pie de los Alpes, esas montañas donde berreaban Heidi y la familia Von Trapp.

Viena mantiene su población estable en unos dos millones de habitantes desde hace cien años. Esto se debe a que por cada nacimiento de un niño vienés matan a un viejo, y por cada inmigrante expulsan a un habitante antiguo. De esta manera los vieneses permanecen en un continuo estrés y son por eso tan estirados de natural. El idioma oficial en Viena es Alemán, pero con un acento así graciosillo.

La ciudad tiene una larga historia, ya que es una ciudad muy rancia, y cuenta con importante patrimonio artístico si sumamos lo producido allí a lo sustraído de manera poco moral a otros lugares. En los siglos XVIII y XIX fue la ciudad con más y mejores compositores de música clásica por habitante, hasta que a comienzos del siglo XX éstos fueron sustituidos gradualemnte por filósofos y politólogos. Estos hoy día ha su vez han sido sustituidos por tertuilanos y asistentes a reality shows, por lo que Viena sigue siendo uno de los principales centros culturales mundiales.

Origen etimológico

Los romanos la llamaron Vindobona, nombre de origen celta que significa buen vino blanco. Como las distintas Vienas, Vianas o Veanas que están distribuidas por Europa, procede de la palabra beann, así que es la ciudad hizo hijo adoptivo a Mr. Bean. En bretón beann se dice benny, así que es también la ciudad hizo hijo adoptivo a Benny Hill.

Historia de Viena

Edad Vieja

Es difícil determinar cual de las primeras poblaciones en la actual Viena puede considerarse humana, aunque se piensa que los primeros celtas y germánicos que por allí pulularon podían ser sapiens en apariencia y con una inteligencia no muy por debajo de la media de la población mundial de por aquel entonces. Los romanos se agencian la zona en el siglo I a. C. Fundan un campamento como los que salen en Astérix que es el núcleo fundacional de la actual ciudad. A los bárbaros que quedaban les envían a vivir en chabolas al otro lado del río. Así, Vindobona se convierte en un punto fronterizo para la defensa del Imperio. Cuando el Imperio cae ya no, porque no había nada que defender, salvo la dignidad, tratando de no dar demasiada lástima.

Edad Media

Esa dignidad lastimera poco pudo contra las invasiones bárbaras, a la par que brutas. Viena es ocupada por los ávaros (que se dedicaban a la usura) y por los magiares (que se dedicaban a hacer ridículos trucos de magia). Afortunadamente Carlomagno conquista la ciudad, reparte unas cuantas collejas y pone orden. Hasta cambia el nombre a la ciudad que se llamará Ostmark, como su proveedor favorito de calzones. Viena se dedicará durante la Alta Edad Media a hacer la pelota al Papa y a servir de parada y fonda pra los cruzados sodomitas que bajo el pretexto de recuperar los Santos Lugares iban a hacer un tour homosexual por Jerusalén, como por ejemplo Ricardo Corazón de León. La fama de Viena llegó tan lejos que durante el reinado de Matías Corvino fue incluso capital de otro país, como era Hungría. Posteriormente fue también capital del Sacro Imperio Romano Germánico, ya que los incestuosos Habsburgo decidieron hacerla la principal sede de sus experimentos endogámicos.

En el siglo XIII las murallas de Viena alcanzaron su mayor extensión, que conservarían hasta el siglo XIX, cuando los vieneses se aburrieron de ellas y decidieron desmontarlas, utilizando las piedras sobrantes para hacer juegos malabares al ritmo de los valses de la familia Strauss..

Edad Moderna

En el siglo XVI, como puede verse en este mapa, la ciudad parecía una albóndiga.

En realidad no hablamos de una época tan Moderna, sino de la Edad Moderna Antigua, esa que ocurrió después de la Edad Media.

Tras la caída de Constantinopla el Imperio Otomano se vino bastante arriba e intentó conquistar Viena, dado que era la clave para imponer con mano de hierro el kebak en los demás países de Europa. Solimán el Magnífico tenía la conquista de Viena entre ceja y ceja, pero tan magnífico no sería porque al final los australianos europeos (austriacos) lograron resistir los embates de los turcos. Si bien los vieneses solo tenían el apoyo de algunos alemanes que por ahí pasaban pudieron ganar ya que el ejército turco estaba poco habituado a las temperaturas invernales de la zona y venían vestidos de forma muy descocada. Además, traían pantalones demasiado anchos que hacían que se les irritara la entrepierna al montar a caballo. Solimán se retiró a finales de octubre caminando como un cowboy y a su regreso ya se encontró a Fernando, el hermano guapo (por comparación) del emperador Carlos V al mando de la defensa. Fernando había instalado mejores instalaciones defensivas para disparar mejor contra cualquier cabeza de turco.

Los célebres músicos vieneses han sido transformados en estatuas. Tras una floreada clave de sol podemos ver a Mozart en amanerado contraposto.

Ya en el siglo XVII los turcos volvieron a intentarlo, en la llamada batalla de Viena (a saber por qué se llamaría así ¿tal vez porque ocurrió en Viena? El ataque fue iniciado por el gran visir que necesitaba un éxito militar porque los demás turcos importantes se reían de él. Los turcos habían logrado rodear la ciudad pero no habían traido armas para disparar contra los vieneses, con lo que el emperador Leopoldo y sus huestes les derrotaron con bastante facilidad. Las únicas pérdidas a lamentar fueron las pequeñas ciudades que existían extramuros que fueron destruidas (por fuego amigo mayormente). Pero los nobles vieneses aprovecharon el espacio que dejaron estas barriadas para construir bonitos palacios para los ricos, como el Escombrun y el Belbedere, y así llenar estos lugares de belleza por tener hermosas arquitecturas y menos pobres.

Tras este asedio Viena comenzó su época de esplendor y se convirtió en la capital de la música, destacando las creaciones del siempre gracioso Papa Haydn, del jovenzuelo de la risa contagiosa Ahahahamadeus Mozart, del sordo cascarrabias Beethoven y de Schubert el trucha. Así en 1800 la ciudad estaba en pleno esplendor y contaba con más de doscientos mil habitantes. Después de las guerras napoleónicas ya fueron algunos menos.

Tras la derrota definitiva de Napoleón, se celebra en Viena el Congreso de Viena (hubiera sido una muestra de sentido del humor que le hubieran llamado con el nombre de otra ciudad). Este congreso supuso, tras la tiranía napoleónica, la vuelta de la tiranía que había antes de Napoleón, y volver a poner las fronteras de Europa en su sitio, que con tanta guerra napoleónica se habían descolocado.

Imperio Austrohúngaro

Casa Marica Majolica de Otto Wagner. Los edificios de Otto Wagner combinan la sencillez de la línea con una decoración un tanto afeminada.

Derribadas las murallas de Viena para hacer malabarismos con las piedras se construyó allí una avenida llamada Ringstrasse debido a que daba la vuelta a la ciudad. Allí se constuyeron edificios para epatar a los turistas, tales como la Ópera, la Universidad, el Ayuntamiento, el Parlamento y los museos de historia del arte y de historia natural (que tendrían que llenar de cosas en los años sucesivos). En la segunda mitad del siglo XIX es cuando si jugaban Austria-Hungría podías preguntar contra quién, ya que Austria se unió a Hungría para que los alemanes no les comieran la salchicha. Esto hizo de Viena un centro cultural y político que cágate lorito, ya que a esta alianza siguieron otras con otros países más al este y todavía más pintorescos, con lo que un montón de saltimbanquis de coloridos trajes fueron a instalarse allí, entre ellos gente como Gustav Mahler, que inventó el género neurótico en la Sinfonía, y Siegmund Freud que veía viena como una ciudad fálica llena de gentes que deseaban tener sexo con su madre (de ellos mismos, no de Freud). También había otros que ya estaban aquí, como el arquitecto de Otto Wagner, quien a pesar de su apellido no era primo de Richard, ni tampoco un primo en general y los de la Segunda Escuela de Viena sin necesidad de que hubiera una primera. Y eso sin olvidar pintamonas un tanto... imaginativos, como Kokoschka y Klimt.

Esta época, la del reinado del emperador Francisco José I, es la que configura la estética kitsch que se muestra todos los años en el Concierto de Año Nuevo. Todo este esplendor se iría a la mierda con la Primera Guerra Mundial. Derrotada Austria en Viena la gente pide la república y el fin de los incestuosos Habsburgo, que en lo sucesivo tendrían que follar entre ellos como ciudadanos de a pie.

Después

Hitler poniéndose palote con las nalgas del caballo, y levantando el ánimo, también el de su discurso.

Convertida en la capital de la República de Austria, un país de mierda en comparación a lo que había sido el imperio, Viena también quedó un tanto deslucida, así que sus habitantes se volvieron filósofos ante tanta desazón, como Ludwig Wittgenstein, que aplicaba el positivismo lógico para no caer en el pesimismo. Las elecciones las ganaban los socialdemócratas, que construían viviendas y apoyaban la educación y la sanidad, por lo que hubo que echarlos abajo, así que tras una guerra civil se estableció una dictadura facha.

Pocos años después el país fue anexionado a la Alemania nazi, lo que puso a los vieneses muy contentos. Allí realizó Adolfito un discurso muy emotivo desde el Neueburg, frente a una estatua ecuestre en la que el caballo le mostraba las nalgas, lo cual sin duda ayudó a levantar su emotividad. Afortunadamente los aliados dieron su merecido a los vieneses su merecido en la Segunda Guerra Mundial, donde los bombardearon hasta dejar su patrimonio histórico hecho filfa para que se jodieran. Al finalizar la guerra los aliados, soviéticos, franceses, estadounidenses e ingleses se repartieron Viena como si fuera una pizza y la ocuparon para poder espiarse entre ellos.

Finalmente se aburrieron y se largaron, firmando un tratado que garantizaba la neutralidad de Austria en la Guerra Fría, lo cual retrasó la entrada de Austria en la Unión Europea, y también retrasó mentalmente a los austriacos. Desde los años setenta se han instalado en Viena unas cuantas organizaciones internacionales lo cual ha logrado hacer que la ciudad sea, de nuevo, más o menos respetada.

Geografía

Viena está en una zona por definirse entre el clima oceánico y las humedades continentales. Los inviernos son fríos de cojones, hiela y nieva. Los veranos son húmedos y flojos. Y en otoño y primavera llueve. Todo esto no contribuye a que los vieneses tengan un carácter medianamente agradable.

Demografía

En Viena tienen auténtica devoción por los repollos y hasta hacen edificios con forma de repollo.

Ya hemos visto los peculiares métodos de Viena para mantener su población constante. En los últimos años han aumentado porcentualmente los habitantes venidos de Yugoslavia, que no han podido regresar a su país porque ya no existe. También han llegado turcos, muchos de los cuales decepcionados por ver que lo que sus antepasados querían invadir tampoco es que fuera para tanto, se han vuelto a Turquía. También hay refugiados políticos de muchos lugares del mundo, que mira tú dónde van a refugiarse. Igualmente han ido volviendo las familias de judíos vieneses quienes no han mostrado rencor a los nietos de los verdugos de sus abuelos y han abierto negocios varios, obteniendo un éxito como para frotarse las manos.

Cultura

Viena ha sido reconocida como la "capital musical de Europa" debido a su capacidad para atraer a los más importantes compositores de música clásica. Aunque éstos ya están todos muertos (y muchos felizmente enterrados en el cementerio de la ciudad) y la música es algo que no se puede ver y solo suena cuando alguien la toca, lo cierto es que el testimonio del paso de estos autores se percibe en estatuas y monumentos varios que pueblan la ciudad convirtiéndola en una especie de belén de los grandes compositores. También pueden visitarse las casas donde éstos habitaron en las que hay un par de partituras de cada uno, algún retrato, y poco más.


Aunque no tan importante como lo anterior, la Unesco declaró el «Centro histórico de Viena» como Patrimonio de la Humanidad, dejando claro que aquella parte de la ciudad que rodea el centro histórico no importa un pimiento a nadie y que si lo echaran abajo no pasaría nada.


Algunos monumentos vieneses:

  • Akademie der bildenden Künste (Academia de Bellas Artes), famosa por haber rechazado en el examen de ingreso a Adolfito. Si lo hubieran aceptado el mundo hubiera ganado otro mal pintor más, pero hubiera perdido un gran genocida. Esto debiera enseñar a los maestros de artes a ser más permisivos con la inutilidad de sus discípulos.
Miembro de la tuna vienesa. A esto ha quedado reducida la cultura musical de la ciudad, de glorioso pasado.
  • Karlskirche (Iglesia de San Carlos Borromeo), obra maestra de la arquitectura barroca que tiene una cúpula así como azul y por fuera unas columnas retorcidas. Se dice Brahms iba ahí a tocarse el órgano.
  • Kunsthistorisches Museum (Museo de Historia del Arte), donde pueden contemplarse desde la Venus de Willendorf (muestra del canon de belleza paleolítico de mujeres entradas en carnes) hasta, entre otras cosas, las obras de los pintores más desquiciados de la Viena del cambio de siglo del XIX al XX. Sumérjase en este viaje hacia los límites de la salud mental.
  • Naturhistorisches Museum (Museo de Historia Natural) donde puedes ver cómo han ido cambiando los bichos desde el pasado más remoto, incluida tu familia.
  • Palacios varios, como el Esconbrum el Belbederere, el Hofburg y el NeueBurg, que por lo aparente fue utilizado para el discurso de Adolfito ese de la anexión.
  • La catedral de San Esteban, donde iba a cantar el niño Haydn y escapó por poco de que le cortaran las bolas, de bien que lo hacía. Durante la Segunda Guerra Mundial fue bombardeada, pero con la reconstrucción apenas se le nota.
  • Sezzesion, edificio que parece un repollo en un pedestal y dentro del cual puedes ver un fresco, tal vez demasiado fresco, resultado de que Klimt escuchara la novena de Beethoven hasta arriba de peyote.

Y muchos, muchos más.

Por otra parte, Viena es el principal centro educativo del país y allí estan las mejores universidades. De esa manera los austriacos que no deseen ser unos paletos se ven casi en la obligación de pasarse unos años allí estudiando y, en algunos casos, formando parte de la tuna vienesa, que son unos tipos que se disfrazan de Mozart, van repartiendo folletos a los turistas, y hacen conciertos que son recreaciones históricas de dudoso rigor de los grandes hits musicales vieneses.

Deportes

Los deportes más destacados practicados en viena son los valses y el fútbol. Tienen dos equipos de fúbol que participan sin demasiado éxito en competiciones europeas como son el Rapid Viena y el F(uc)K Austria Viena. Estos equipos juegan en la Bundesliga austríaca, competición cuyo nivel es equivalente a las divisiones de aficionados de las ligas de países como Inglaterra, Italia o España, lo cual explica que estos disputen las competiciones europeas porque en el país de los ciegos el tuerto es el rey, como se suele decir. Pero ellos le ponen ganas y afición y no hacen mal a nadie.

También tienen un equipo de baloncesto, como el BC Vienna, de nivel equivalente en su deporte a los de fúbol, y otros de deportes más minoritarios y más pijos, como el cricket o el fútbol americano, que solo interesan a cuatro borjamaris.

Política

Viena es, por tradición, una ciudad donde la gente tira hacia los extremismos políticos y las cenas familiares muchas veces terminan por ello en broncas y hasta en peleas. Tras la Segunda Guerra Mundial los nazis se escondieron como cucarachas y los ayuntamentos vieneses fueron mayormente socialdemócratas. Sin embargo, recientemente, los vieneses se han vuelto de nuevo basaditos y partidos de corte filofascista han vuelto a subir en las urnas, prueba de que el ser humano no escarmienta y es dado a tropezar más de una vez en la misma piedra.

Calidad de vida

Aunque por todo lo dicho pueda sorprender, Viena posee el primer puesto dentro de las listas de calidad de vida de ciudades del mundo que elaboran prestigiosas revistas como Cosmopolitan. Esto se debe básicamente a su orden, limpieza, seguridad y sobornos a los medios. Se valora positivamente las opciones de cultura y entretenimiento y se ve que no se valora el carácter altivo y avinagrado de los vieneses.