Abraham Valdelomar
Pedro Abraham Valdelomar Pinto, el autodenominado "Conde de Lemos", nació en Ica, fue embajador en Roma, murió en Ayacucho, pero siempre se creyó limeño. Fue un famoso metrosexual peruano que a inicios del siglo XX se hizo conocido por su megalomanía, por andar escribiendo sobre gallos coloraos y chicas emo, y por morir haciendo clavados ornamentales en un pozo ciego.
De profesión estafador cuentero, y narciso por vocación, le fue muy sencillo involucrarse en la política a la que se dedicó con mucha pasión llegando a vivirla tanto que llegó a sentir que nadaba en la mismísima mierda, y eso no es una metáfora.
Vida
Niñez
Abe Valdelomar nació en Lima Ica, el 27 de abril de 1888, en casa, atendido por el médico de la familia. Al nacer no aceptó la nalgada de rigor que se les daba los neonatos en la postrera sino que él se la propinó al galeno en la cara. Durante su niñez solía burlarse de los niños de la calle sólo porque no sabían combinar su ropa como él, y con la antipatía general de los chicos del barrio ganada, se la pasaba recluido en su chalet escribiendo lo malo y sufrido que era. Hubo en tal casa, hasta el 2007, una placa recordatoria señalando el hecho, hasta que un terremoto que por ahí pasaba, sin nada mejor que hacer, retiró la placa del lugar y redecoró la casa para que haga juego con el resto del barrio en escombros.
Hastiado hasta la depresión de que los niños de Ica le saquen la lengua solicitó a sus padres mudarse a Pisco para alejarse de la chusma, luego de explorar la playa solía contarles a sus padres sobre como bailó ballet con los lobos marinos y como los delfines decían su nombre mientras saltaban gozosos. Luego de pensarlo un poco, su padre decidió echarle llave a la gaveta de licores y lamentablemente se lo llevó a Lima.
Allí estudió la secundaria en el colegio Guadalupe, famoso por tener abundantes palomas en sus instalaciones superiores, al punto que las mismas enceran el patio de honor gratuitamente a modo de agradecimiento. Fue el columnista del periódico escolar encargado de redactar el horóscopo de la semana.
InMadurez
Años después Abe ingresa a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a estudiar matatenas y salto con liga. Pero la abandonó al descubrir que no le iban a dar título por ser bueno en el recreo. Así ingresó a laborar con algunas publicaciones como dibujante adelantándose a su tiempo al hacer los diseños de Cutlas y los primeros bocetos del cómic del Ninja Skateboard, los cuales pasaron desapercibidos por la historia.
Pero lo que nos interesa son sus escritos. Empezó publicando versos en una de las revistas para las que dibujaba, su obra estaba marcada por la influencia del bisabuelo de <inserta tu nombre aquí> al cual le robaba las ideas, por lo que nunca fue famoso.
Profesional del cuento
Corría el año de 1912 y Abe se ocupó de organizar la campaña política y escribirle los discursos a Guillermo Billinghurst. Al ser un cuentero experimentado el asunto le vino de perlas logrando el triunfo de su candidato. El nuevo presidente Billinghurst lo premió nombrándolo embajador en Italia, donde Abe aprovechó para conocer el Vaticano y tras lo cual escribió un cuento sobre la vida, pasión y muerte de un gallo de pelea, "El Caballero Carmelo".
Pero Billinghurst fue derrocado un par de años después por un tal Óscar Raimundo y Valdelomar fue traído de vuelta al Maldito tercer mundo. Volvió a trabajar como columnista en el periódico El Comiercio < bajo el enajenado seudónimo de "Conde de Lemos" > debido a que extrañaba la bohemia y el estilo de vida europeo. Su sección fue la columna de espectáculos intitulada "Pato-datos". Para alimentar su columna Abe se volvió asiduo del Palais Concert, una conocida cantina donde hacía contacto con sus fuentes "el amauta proletario" y "garganta profunda". Gracias a quienes escribió sus columnas más calientes.
Muerte
1919. Habiendo sido electo diputado por Ica, Abe Valdelomar tenía una reunión de negocios en Ayacucho a la que se presentó con sus mejores galas. Pero la reunión clandestina como era se realizó en un bar de mala muerte, Valdelomar entró en shock cuando vio como los comensales comían maní sin lavarse las manos y cuando recuperó el habla ya no era el mismo. Caminaba chocando contra las paredes mientras cacareaba. Lo cachetearon para que reaccionara, mientras trataban de convencerle que no era un gallo. El se puso de pie, se sacudió el polvo de las mangas y dijo: "Es cierto, un gallo es un ave casi rastrera. Yo soy un cóndor". Y salió veloz "planeando" con los brazos extendidos. ¡Carroña! -gritaba- ¡huelo... olfateo!
Fue corriendo a la oscura fosa séptica rellena de Mierda de La Masa Más Ignorante del local, que se chorreaba Repugnantemente hasta el exterior, mientras balbuceaba cosas sobre volar como Los Condores y tonterías por el estilo. Hizo un clavado directo sobre las heces, pero como sólo alguien con su entereza y abolengo podría hacerlo.
Fue un triple mortal de espaldas bellísimo.
Sus obras
- El Caballero Caramelo.- La historia de un gallináceo envuelto en trifulcas hasta que muere tras vencer a Aji seco.
- Yerba Santa.- La historia de un hierbajo que fue canonizado tras vencer a Aji seco.
- El vuelo de los cóndores.- La historia de unos cóndores que vuelan sobre un circo a finales del siglo XIX, en eso una acróbata llamada Miss Orquídea comienza a balancearse a varios metros de altura sobre una fina cuerda floja, la gente la aplaude, pero sus aplausos alteran a los cóndores que comienzan a volar por todo el circo muy asustados, en eso los cóndores se le cruzan en su camino y la impiden ver, tras un descuido hace un triple mortal de espaldas y cae contra el piso hasta que su cuerpo se parte por la mitad y muere, tas el terrible accidente causado por la estupidez humana el Aji seco se come su cadáver.
- El hipocampo de oro.- La historia de como Valdelomar ganó muchos soles de oro en las carreras de caballos tras vencer a Aji seco.
- Hebaristo, el sauce que murió de amor.- La historia de un sauce envuelto en trifulcas a causa de un triangulo amoroso hasta que muere tras vencer a Aji seco.
- El sueño de San Martín.- Este es un cuento muy Aji seco y como tal es pura ficción.
- No se lo diga a nadie, Caballero Carmelo.- Jugueteo entre la autobiografía y el escándalo sexual, alude a sus relaciones íntimas con personajillos públicos de la época como el Aji seco; pero, sobre todo Piérola... quiero decir... usted sea el juez al leer estas páginas.
- Fué ayer y no me acuerdo.- Acerca de sus orgías entre el Palace Concert y algún cuartucho de un hotel del centro de Lima (al día siguiente) gracias Aji seco.
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