Buffalo Bill
Nacimiento | En algún lugar de Iowa donde los bisontes usan GPS |
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Origen | El Salvaje Oeste (y el guardarropa de disfraces más cercano) |
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Sobrenombres | El Búfalo con Botas, El Explorador Disfrazado |
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Lugar de residencia | En cualquier lugar donde haya un espectáculo o bisontes confundidos |
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Se dedica a | Explorador, Cazador de Bisontes, Showman, Fundador de Ciudades |
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Estado actual | Confundiendo bisontes desde 1846 |
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Hazañas logradas | Ganar una Medalla de Honor (y luego perderla, y luego recuperarla) |
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Relaciones | Los bisontes (es complicado) |
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Enemigos | Los ponis del Pony Express que querían aumentos de sueldo |
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Poderes especiales | Poder camuflarse entre los bisontes y fundar ciudades como si nada |
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Objetos | Un rifle de repetición (y un disfraz de búfalo muy convincente) |
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William Frederick “Buffalo Bill” Cody, conocido en los círculos íntimos como “Búfalo Bill disfrazado de humano” (o al menos eso es lo que sospechaban los bisontes), nació en un lugar tan remoto que incluso Google Maps se rinde al intentar encontrarlo. Desde pequeño, Bill mostraba una fascinación por los disfraces, especialmente por los de búfalo, lo que le valió el apodo de “Buffalo Bill” y algunas miradas extrañas de los verdaderos bisontes.
A los once años, comenzó a trabajar, y a los catorce ya era un jinete del Pony Express, donde su principal tarea era asegurarse de que los ponis no crecieran para convertirse en caballos. Durante la Guerra de Secesión, se unió al Ejército de la Unión, donde su habilidad para camuflarse entre los bisontes le valió la prestigiosa Medalla de Honor.
Después de la guerra, Bill decidió que lo suyo era el espectáculo y fundó Buffalo Bill’s Wild West. Con este show, recorrió Estados Unidos y Europa, dejando a su paso una estela de admiradores y bisontes traumatizados que no podían entender cómo uno de los suyos podía dispararles con un rifle.
Sobrenombre
En cuanto a su famoso apodo, se dice que lo ganó en una competencia de caza de bisontes contra Bill Comstock. La leyenda cuenta que ganó 69 a 48, no porque fuera un mejor tirador, sino porque los bisontes, al verlo disfrazado, se quedaban paralizados de la confusión, facilitando así su tarea. Desde entonces, los bisontes han desarrollado una fobia a los disfraces y una sospecha general hacia cualquier cosa con el nombre “Bill”.
Y así, Buffalo Bill, el búfalo más famoso disfrazado de humano (o al revés), pasó a la historia, dejando un legado de risas, confusión y la eterna pregunta: ¿era realmente un búfalo? Los bisontes aún debaten sobre ello en sus reuniones anuales.
Primeros años
Creció en la ciudad de su padre, Toronto, donde aprendió a decir “eh” al final de cada frase antes de regresar al Territorio de Kansas, donde las cabañas de troncos estaban tan de moda que incluso los osos pedían alquilar una.
A los siete años, su hermano mayor Samuel decidió probar la ley de gravedad desde un caballo, y la familia, preocupada por la salud emocional de Maria Cody, decidió que un cambio de ambiente sería bueno y se mudaron a una cabaña de troncos en Kansas, donde la moda de las cabañas de troncos seguía en auge.
El padre de Cody, un hombre con ideas tan avanzadas que creía que Kansas debía ser un estado libre, se ganó algunos enemigos al dar discursos anti-esclavitud. En una ocasión, su pasión por la libertad lo llevó a ser apuñalado por un fanático de la esclavitud que era esclavo de sus emociones. Dejando a la familia de Bill en una situación financiera tan mala que ni siquiera los juegos de Monopoly podían solucionar.
Con solo once años, William tomó un trabajo como mensajero, donde su principal tarea era asegurarse de recordar los mensajes porque no muchos sabían escribir. Más tarde, se unió al ejército de Johnston como explorador no oficial, donde su habilidad para encontrar el camino a Utah sin GPS impresionó a todos. A los catorce años, la fiebre del oro lo llamó, pero en su camino hacia la riqueza, se encontró con un agente del Pony Express y decidió que montar ponis era más redituable que buscar oro.
Después de construir varias estaciones y corrales, se convirtió en jinete del Pony Express, hasta que tuvo que volver a casa porque su madre murió. Durante este tiempo, hizo amistad con Wild Bill Hickock, y juntos planeaban abrir un salón de belleza para bisontes.
Soldado en la Guerra de Secesión
Cuando su madre se recuperó, intentó alistarse como soldado, pero fue rechazado por ser demasiado joven, o porque sólo sabía montar Ponis, o porque parecía un bisonte. Durante la Guerra de Secesión, finalmente se alistó en el 7.º Regimiento de Caballería de Kansas y luchó por la Unión, donde su habilidad para confundirse con un búfalo le valió el respeto de sus compañeros.
En el campo militar en St. Louis, conoció a Louisa Frederici, con quien se casó en un acto de amor tan grande que incluso intentó divorciarse de ella sin éxito.
Explorador del Ejército de los EE. UU.
Hacia 1875, Bill ya era un explorador tan legendario que los mapas le pedían autógrafos. Su experiencia temprana como explorador del ejército lo llevó a la exploración oficial, donde se dice que fue el primer humano en recibir instrucciones de navegación directamente de las estrellas, aunque pudo ser obra del peyote de Toro Sentado.
Desde 1868 hasta 1872, fue el explorador estrella del ejército de los Estados Unidos. Pasó parte de su tiempo explorando el territorio de los indios con tal discreción que los árboles ni siquiera se daban cuenta de su presencia. El resto del tiempo lo dedicó a la caza de bisontes, donde practicaba su famoso truco de “la infiltración”, y a la construcción del ferrocarril de Kansas al Pacífico, donde se rumorea que colocaba cada riel con una precisión milimétrica usando solo su bigote.
Recibió la Medalla del Honor mientras servía como explorador civil para el 3.º Regimiento de Caballería. Sin embargo, la medalla le fue revocada en 1917, porque alguien se dio cuenta de que, siendo civil, no podía tener una medalla militar por cuestiones técnicas y de mala suerte. Pero la medalla hizo un gran regreso en 1989, cuando el ejército decidió que Buffalo Bill era demasiado genial como para no tenerla. Lo único que tuvieron que hacer es abrir su ataúd y ponérsela de nuevo.
Vida en Wyoming
En 1895, se mudó a Wyoming, donde fundó la ciudad de Cody, que originalmente quería llamar “Buffalotopia” pero se contuvo. Construyó un hotel en el centro de la ciudad y lo llamó Irma, en honor a su hija, porque nada dice “te quiero” como un edificio de ladrillos y mortero. También fundó dos hoteles más, Wapiti Inn y Pahaska Tepee, en el camino a Yellowstone, donde los huéspedes podían disfrutar de la vista de bisontes pasando por la ventana.
Buffalo Bill's Wild West
En un mundo donde los vaqueros eran tan comunes como los influencers de Instagram hoy en día, Buffalo Bill decidió que era hora de mostrarle al mundo cómo era realmente el Oeste. Así nació Buffalo Bill’s Wild West, un espectáculo que combinaba la emoción de un rodeo con la elegancia de un baile de máscaras (de bisontes).
El show era una extravagancia móvil tan grande que necesitaba su propio código postal. Con 1200 empleados, incluyendo a todos, desde turcos hasta gauchos y cosacos, era como si la ONU hubiera decidido montar un circo… y esta vez, resolver realmente algo.
Toro Sentado, el jefe indio que probablemente se unió al espectáculo para escapar de las reuniones tribales al rededor del fuego, y Annie Oakley, la dama que podía acertarle a un mosquito a kilómetros (pero no lo hacía porque, seamos honestos, ¿quién quiere dañar a un mosquito?), eran solo algunas de las estrellas. Y no olvidemos a Calamity Jane, quien probablemente se unió porque era el único lugar donde su nombre no causaba pánico.
Buffalo Bill, el maestro de ceremonias y rey del disfraz de bisonte, representaba desde el Pony Express hasta la batalla de Little Big Horn con tal dramatismo que, si los Óscar hubieran existido para los circos, habría ganado todos. Su interpretación de Custer era tan convincente que los espectadores esperaban ver los créditos al final del show.
A pesar de ser la celebridad más reconocida del planeta, Buffalo Bill fue testigo de cambios dramáticos en el oeste. Los bisontes, que antes tenían suficientes números para organizar su propio festival musical, ahora estaban en la lista de especies en peligro de extinción. Los ferrocarriles y el alambre de púas transformaron el paisaje como si fuera un episodio de “Extreme Makeover: Edición Pradera”, y las tribus indígenas fueron relegadas a reservas, seguramente porque alguien pensó que necesitaban unas largas y permanentes vacaciones.
Wyoming comenzó a explotar sus recursos naturales (fiebre del oro 2.0), y hasta el río Shoshone fue contenido probablemente para evitar que los bisontes hicieran demasiadas fiestas acuáticas.
Así, Buffalo Bill y su Wild West Show se convirtieron en leyenda, no solo por su entretenimiento, sino por ser un recordatorio de un Oeste que alguna vez fue tan salvaje que necesitaba su propio reality show. Todo esto mientras los bisontes contemplaban su futuro, preguntándose si volverían a ser los reyes de la pradera o si, al menos, conseguirían un cameo en el próximo gran western.
El último “Moo”
En un giro irónico del destino, el gran Buffalo Bill, conocido por su habilidad para confundir a los bisontes con su disfraz, encontró su final en una confusión similar. Cuentan que un día, mientras paseaba por las praderas vestido con su traje de búfalo más elegante, fue confundido con un bisonte real por un cazador novato que buscaba impresionar a sus amigos.
El cazador, emocionado por encontrar un “búfalo” tan majestuoso y aparentemente dócil, no perdió tiempo en apuntar y disparar. Para su sorpresa, en lugar de un gruñido de búfalo, lo que escuchó fue un “¡Eh, amigo, eso no está bien!” seguido de un suspiro dramático. Fue entonces cuando se dio cuenta de su error: había cazado al legendario Buffalo Bill y no a un bisonte.
Legado
No solo era conocido por disfrazarse de furro, sino también por su inesperado giro como defensor de los derechos de los indios americanos y las mujeres. Parece que después de años de perseguir bisontes, decidió que era hora de perseguir la justicia social.
Su imagen se volvió tan icónica que apareció en más obras literarias y películas que cualquier otro vaquero con una identidad en crisis. Incluso protagonizó musicales de Broadway, donde los actores luchaban por interpretar a un hombre que probablemente preferiría estar en un rodeo que en un escenario.
Como explorador de la frontera, Buffalo Bill respetaba tanto a los nativos americanos que decidió que la mejor manera de honrarlos era contratándolos para su espectáculo. Porque nada dice “respeto” como hacer que tus antiguos enemigos se disfracen de villanos para entretenimiento de otros.
La ciudad de Cody, Wyoming, es un monumento a su legado, un lugar donde los turistas pueden experimentar la emoción del Salvaje Oeste sin el riesgo de ser embestidos por un búfalo. Y en North Platte, Nebraska, su hogar se ha convertido en un museo, donde los visitantes pueden aprender sobre la vida de un hombre que era mitad leyenda, mitad vendedor de entradas para su propio show.