Cronovisor
El cronovisor es, en términos pragmáticos, una cámara para fotografiar el pasado que inventó el fallecido cura italiano Pellegrino Ernetti en los 80's. La teoría fue puesta a prueba cuando el telescopio Hubble pudo fotografiar el pasado de varias galaxias, pero era la primera vez que el concepto se probaba en la tierra. El cronovisor, instalado en el Vaticano, logró fotografiar a Jesús con sus discípulos en un campo de trigo mientras cazaban churriminos en Israel.
Abra su corazón y conozca las verdades transubstanciadas de este magno artículo sobre este genial invento católico.
Antecedentes
Durante la guerra fría se supo de varios experimentos, realizados frente y tras la cortina de hierro, que implicaban transposición temporal y agujeros de gusano que permitieran al menos visionar el interior de los gusanos. Sin duda quienes tenían más posibilidades de lograr éxito en el área paranormal eran los médicos brujos zulu científicos del Vaticano.
Fue así que el eunuco Ernetti se encaramó en la tarea de crear un artefacto que le permita observar el pasado, en concreto, las escenas bíblicas apuntando lograr ver a Betsabé bañándose, a Eva calata, o la circuncisión del niño Jesús. No había mejor pretexto, y el presupuesto era abundante.
Transubstanciando la ciencia
Corría el año de 1960 cuando el cura Ernetti empezó a analizar las teorías que entonces planteaban la posibilidad de lograr un aparato que fotografíe pasándose las leyes de la física por la raja.
Así reclutó a doce científicos católicos amenazándolos con no hacerles misas de honras si no lo ayudaban, de modo que nunca salieran del purgatorio. Así la mano de obra le salió más barata, y el presupuesto, que les duró algo más de veinte años, pudo enfocarse en polvito para volar y cosas igual de provechosas.
Ecce machina
Según el testimonio de dos científicos que lograron escapar, el aparato se parecía a un closet con un tubo de rayos catódicos bautizados para servir como rayos católicos. La máquina recibía órdenes tras la emisión de comandos a través de decenas de botones y palancas, además de un cronómetro para señalar la hora, día, año y lugar a fotografiar. El artilugio permitía además rastrear y localizar individuos específicos gracias a la conexión telepática lograda por un psíquico voluntario al que se le conectaban diodos en la neurología gracias a una intervención a cerebro abierto, con lucecitas de navidad para lograr un efecto amigable.
Ernetti contó que el traste en cuestión funcionaba mediante la recepción, decodificación y reproducción de la radiación electromagnética de sucesos pasados impregnados en el éter. También podría recoger los componentes de sonido o las ondas de sonido emitidas por estos mismos hechos. Y si hubiera tenido tiempo hasta le habría añadido tecnología 4D para su visionamiento en las salas del Vaticano.
Secreto de Estado
La máquina nunca ha sido vista aparte de aquellos que participaron en su construcción, a quienes se les pidió que evitaran hablar del tema bajo el argumento de cabeza de caballo en la cama.
Sólo se sabe que ya no está en funcionamiento.
Algunos mormones inducen la idea de que es posible que el ángel Moroni haya decomisado la máquina del mismo modo que decomisó los nunca vistos escritos originales de el Libro del Mormón escritos en Klingon.
Ciudad de Dios
El chico Ernetti dijo que había fotografiado, entre otros acontecimientos históricos, la crucifixión de Cristo:
El aparato estaba listo, limpié el lente con agua bendita como cada fin de semana, y apunte hacia mi objetivo. La crucifixión de Cristo en las afueras de Jerusalén. El resultado fue un éxito. Algunos de los que me asistieron estaban escépticos y argumentaban diciendo que era una foto de la escultura de madera que el artista Cullot Valera había dejado en la habitación, pero entonces les expliqué que, por el poder de Dios, yo había transubtanciado la escultura fotografiada para que sea la verdadera madera de la cruz, y el verdadero cuerpo de Cristo.
Entre otras cosas Ernetti aseguró haber visionado también una orgía omnisexual de Calígula en la que participaban dos docenas de adolescentes de ambos sexos, un cuarteto de perros animosos, y de la que quedó muy decepcionado, porque el caballo presente no hizo nada, sólo se comió unas manzanas.
No se lo digas a nadie
En su lecho de muerte, mientras se le hacía la extrema unción a Ernetti, en 1994, este confesó que todo asunto sobre el cronovisor era una mentira montada para lavar dinero de la mafia siciliana, que Juan Pablo I lo sabía y por eso lo envenenaron. Pero los sacerdotes a cargo descalificaron sus palabras como "confesión falsa" por coacción de la prensa mediática.
Actualmente el artefacto se hallaría en los sótanos del Vaticano donde el cónclave aún lo estaría usando en secreto para controlar los gobiernos, manipular las economías del mundo, y para ver porno gratis.