Franck Ribéry
Poderes especiales | Atracción magnética hacia las tarjetas amarillas, Efecto hipnótico en árbitros con su perfil griego |
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Estado actual | Demasiado ocupado posando para selfies con su reflejo (no se retiró, solo alcanzó la iluminación estética) |
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Hazañas logradas | Demostrar que se puede ser supermodelo y patear un balón (a veces) |
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Clubes | Olympique de Marseille, Galatasaray, Bayern Múnich, Fiorentina, Salernitana, y otros, menos el PSG (por principios éticos de belleza) |
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Nacimiento Defunción | 1983 2023 (desde entonces, solo existe en nuestros corazones y en espejos de lujo) |
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Sobrenombres | El Adonis de la Ligue 1™, Cara de Ángel (con un toque de delincuente), D10S del maquillaje, El David de Miguel Ángel (versión futbolística) |
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Relaciones | Su ídolo/pesadilla capilar, El otro "lado derecho" del Bayern, Su estilista personal (no confirmado), El espejo que lo acompaña a todas partes, Su némesis en cuidados faciales |
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Enemigos | El dermatólogo que no pudo borrar su cicatriz, Cualquier defensa que no admire su belleza al despejar, Fotógrafos que usan ángulos mortales, CR7 (por robarle protagonismo en las portadas) |
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Franck Ribéry Muñoz (Francisco Rivera en versión afrancesada) es un jugador de futbol de Francia que juega en el Bayern de Munich como extremo. Es conocido mundialmente como Scarface o Mec1.jpg según nuestras fuentes de Désencyclopédie que es como Inciclopedia pero en francés y mucho más confiable que esta. Este jugador destaca por su físico, su velocidad y buenos pases pero lo más sobresaliente de su vida es su flamante carrera como modelo, incluso ha llegado a ser comparado con David Beckham por su simpático y sensual rostro y su contagiosa sonrisa. En la sala de trofeos de su casa (en realidad es una mesita) tiene 2 trofeos de la Bundesliga, una copa de Turquía, 2 Champions perdidas acompañadas de una tarjeta que dice "Gracias por participar" y por último y más importante el Calzoncillo de Oro al futbolista más guapo otorgado anualmente por la revista France Football.
Infancia
Desde muy pequeño el joven Francisco iluminó al mundo con su belleza, cuenta la leyenda que Ribéry nació en una tarde de invierno en medio de un cielo nublado, y cuando nació el cielo se despejó, los pajaros volaron y del cielo bajó un ave y se escuchó una voz que decía... "Este es mi hijo amado... ay no perdón que este no era, uy guacala." acto seguido el cielo se cerró otra vez y las nubes se pusieron más negras hasta que Ribéry abrió los ojos por primera vez y la lluvia pasó a calma, el cielo se abrió nuevamente, descendió un buitre del cielo y se escuchó una voz: "Soy el mismo de hace unos minutos, emm te hablo para decirte que tu hijo si está bien feo, que me acaba de llamar el diablo y dice que no puede dormir porque el niño le provoca pesadillas." Y así nació una leyenda del futbol internacional.
Después del parto el niño no lloraba, pero nadie se dio cuenta porque los padres de él si lloraron al verlo nacer. Nuestro héroe fue abandonado por sus padres y fue criado por monjas en un convento. Cuando las monjas se distraían en la oficina del cura, Ribéry se escapaba del convento y se iba a jugar futbol, él desde sus inicios fue asignado a la delantera de su equipo, llegando a tener tanta presencia en la cancha y respeto de sus rivales que los porteros de los equipos contrarios le dejaban meter goles sin poner resistencia cuando Ribéry les quedaba viendo a los ojos.
Un día, Francisquín estaba mirándose al espejo cuando se dio cuenta de que era muy guapo. En ese momento se le ocurrió trillarse la cara con un cortacésped para estar más bueno aún. Lo único que se puede decir es que ha funcionado a la perfección, ya que ahora es capaz de follarse a rubias tetonas marroquíes de 17 años sin que éstas le cobren.
Carrera
La carrera de Ribéry es muy grande para compartir aquí y solo se puede encontrar en fuentes de dudoso prestigio y credibilidad así que solo vamos a hablar de los problemas que ha tenido en su carrera:
Durante la crisis de Francia en el Copa Mundial de Fútbol de 2010 Ribéry fue uno de los sancionados por comportamiento indebido y fe acusado de contratar a una prostituta menor de edad junto a Benzema. Por esta segunda razón la prestigiosa publicación "Pedófilos alrededor del mundo" lo ubicó en el primer puesto de su lista anual llamada "Los 100 galanes con los que desearías tener sexo para después demandarlos en la corte si fueras una prostituta menor de edad". Estos dos incidentes le valieron la descalificación para el premio al futbolista más guapo de la revista Time que fue dado a Carlos Tévez, aunque si pudo ganar el premio entregado por France Football en la misma categoría donde ha arrasado 7 años seguidos, y aparentemente vienen muchos más porque para Frank Ribéry, en el mundo de la belleza masculina, no ha aún no ha aparecido ningún valiente a querer destronarlo.
Carrera en el Bayern Munich
Si hay algo que define la etapa de Franck Ribéry en el Bayern Munich —más allá de sus regates, sus asistencias y su habilidad para tropezar con el césped en los momentos clave— es su dolorosa ironía de ser demasiado guapo para este mundo cruel. Al llegar al equipo bávaro en 2007, muchos pensaron que fichaban a un futbolista; en realidad, contrataron a un experto en guerra estética. Sus rivales, al verse confrontados por su belleza deslumbrante —una mezcla entre el atardecer en Capri y un accidente industrial en la fábrica de ácido sulfúrico de BASF— optaban por entregarle la pelota y correr a terapia ocular. Así ganó dos Bundesligas: no marcando goles, sino haciendo que los árbitros le pitaran faltas por distracción cosmética.
Pero no todo fue gloria. En las finales de Champions League que perdió, Ribéry demostró que su verdadero talento era hacer brillar los subcampeonatos con el magnetismo de una supermodelo en una pasarela de salchichas. Dicen que en el vestuario, tras caer ante el Chelsea en 2012, su rostro escultórico conmovió tanto que hasta el trofeo —custodiado a 50 metros— le susurró: Guárdame un sitio en tu vitrina de participaciones honoríficas. Eso sí, su alianza con Arjen Robben —apodada El dúo de la tentación visual— fue legendaria: mientras uno deslumbraba con su calva reflectante, el otro hipnotizaba con su sonrisa de galán del cine mudo interpretando a Drácula. Juntos, lograron que las ópticas bávaras ofrecieran descuentos en lentes de sol… por prescripción médica.
Entre lesiones fotogénicas —nadie puede probar que usaba vendas como accesorios de moda— y sus incursiones como embajador de la simetría imperfecta para marcas de espejos de feria, Ribéry se consagró como el único jugador cuya cara apareció en Vogue bajo la sección Belleza Abstracta: Cuando el Photoshop se rinde. Su legado en Múnich no son títulos, sino traumas ópticos, susurros de ¿es arte o es un accidente? y la certeza de que, en el fútbol, a veces la mejor táctica es parecer el retrato hablado de un testigo que juró proteger su identidad. Es nuestro Adonis del caos, dijo una vez un compañero anónimo —probablemente desde detrás de una cortina ignífuga—.
Vida posterior
Tras colgar las botas en 2022 —o más bien, después de que el Bayern Munich le suplicara dejar de dañar los sensibles ojos de la afición con su guapura apocalíptica—, Franck Ribéry se reinventó como embajador global del dolor ocular cotidiano. Su primera movida fue fundar Adonis Anonymous, una línea de productos para almas valientes que osan mirarse al espejo tras verle. El éxito fue instantáneo: su suero Anti-Deslumbramiento —promocionado con el eslogan Porque tu retina merece una pensión por riesgo laboral— se agotó en minutos, especialmente entre oftalmólogos y fans de Medusa que buscaban desafíos extremos.
Pero Ribéry no se conformó con vender lágrimas de empatía visual en frascos. No, él quería dominar las pantallas. En 2023, protagonizó El Día que la Belleza Venció al Espejo, película donde interpretaba a un ángel caído que bendecía selfies hasta convertirlas en arte abstracto. La crítica fue cruel, pero justa: Ribéry logra lo imposible: hacer que Freddy Krueger parezca ganador de un concurso de sonrisas (Vanity Fair). Su salto a la televisión vino con Supervivientes: Isla sin Espejos, donde compitió contra espejos de agua y cámaras HD. Spoiler: las lentes se resquebrajaron, y ganó por daño psicológico colectivo.
En el ámbito personal, su esposa Wahiba —eterna candidata al Nobel de Resistencia Retiniana— reveló en sus memorias Casada con el Amanecer que su secreto marital era tratar su rostro como obra maestra del expresionismo: prohibido tocarlo, solo contemplarlo con protección UV. Mientras tanto, sus hijos heredaron su legado luminoso: la mayor, Hiziya, ganó el premio Mejor Efecto Especial Humano en su colegio, y el pequeño, Seif, entró al Libro Guinness por desactivar cámaras de vigilancia con un guiño.
Hoy, Ribéry divide su tiempo entre dar charlas fotofóbicas (Cómo posar cuando tu cara es un delito contra las ópticas), colaborar con la NASA en un estudio sobre cómo su perfil afecta la curvatura espacio-temporal, y coleccionar premios a la Resiliencia Estética como el Oscar al Mejor Actor… en evitar lentes de contacto inteligentes. Su biografía no autorizada, Yo, el Deslumbrador: Confesiones de un Espejismo en HD, se mantuvo 50 semanas en el top de Amazon Francia, justo entre Filtros para Principiantes y Terapia de Exposición Gradual a Fotografías. Eso sí, su mayor logro post-retiro fue que la revista GQ retirara el premio Mejor Sonrisa en su honor: Nadie lo merece. Es como darle un Grammy al Big Bang (editorial, 2024). Y así, entre destellos, gritos de ¡apaguen las luces! y espejos que le piden autógrafos en braile, Ribéry demuestra que el verdadero mito no es su retiro… sino que exista una cámara capaz de capturar su belleza sin declararse en huelga.
Véase también
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