Incendio de Moscú de 1812
Incendio de Moscú de 1812 | |||||||||||||
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Parte de las Guerras Napoleónicas | |||||||||||||
El incendio más estúpido de las Guerras Napoleónicas | |||||||||||||
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Beligerantes | |||||||||||||
Francia | Imperio Ruso | ||||||||||||
Comandantes | |||||||||||||
Napoleón Bonaparte Joaquín Murat Michel Ney Louis Alexandre Berthier Jacques MacDonald Nicolas Charles Oudinot Johann Yorck Julius von Grawert |
Alejandro I de Rusia Mijaíl Kutúzov Mijaíl Barclay de Tolly Peter Wittgenstein Pável Chichágov Aleksander Tormásov Matvéi Plátov | ||||||||||||
Fuerzas en combate | |||||||||||||
2000 Franchutes | 4000 Cosacos | ||||||||||||
Bajas | |||||||||||||
2000 Franchutes | 3000 Cosacos |
El Incendio de Moscú de 1812 (Московский пожар En Ruso) fue un gran incendio que comenzó el 14 de septiembre de 1812 en Moscú durante la congelada Invasión Napoleónica de Rusia, en el contexto de las Guerras Napoleónicas, pero este no fue más que un accidente causado por la estupidez humana, propiciado por los propios cosacos del Imperio Ruso cuando estos sintieron mucho frío y se dispusieron a quemar algunos leños para "entrar en calor". Pero, lamentablemente el fuego se les fue de las manos y al final toda Moscú ardió en el Infierno. A pesar del extremo frío y las tormentas de hielo, el incendio duro más de un año y redujo Moscú prácticamente a cenizas sobre la nieve.
Causas
Luego de la derrota de Alejandro I de Rusia en la Batalla de Borodinó, todo el ejército franchute al mando del enano de Napoleón Bonaparte rodearon la ciudad de Moscú y la bloquearon por completo. Los cosacos al verse sin más suministros comenzaron a morirse de hipotermia.
El plan de Napoleón Bonaparte estaba saliendo a la perfección. El enano quería que todos los rusos de Moscú se murieran de frió e hipotermia y así los franchutes podrían ocupar la ciudad, sin embargo lo que el enano no sabía es que en el Kremlin el emperador Alejandro I de Rusia, y el barbudo monje ortodoxo Grigori Rasputín estaban realizando un complejo plan para no morirse de frío.
El emperador Alejandro I de Rusia, sabía que si resistían unos cuantos días más sin morir de hambre o congelados, todo el Pueblo Llano de San Petersburgo se enfadaría con los invasores franchutes, iría a rescatar a su Zar y haciendo uso de sus hoces y martillos capturarían a Napoleón, se lo llevarían a Ekaterimburgo y lo ejecutarían allí mismo.
El plan era perfecto, pero el frío imperfecto, la comida congelada también escaseaba y por eso muchos cosacos se vieron obligados a tragar un plato de nieve con hielo y murieron de hipotermia justo delante de Alejandro I de Rusia. El Zar salio muy enfadado del Kremlin y mirando a la fría y aterradora oscuridad juro venganza contra el enano franchute. En ese momento el monje Grigori Rasputín camino hacia la Plaza Roja y ordeno hacer una fogata para calentarse.
El Incendio
La fogata que ordenó hacer se apago muy rápidamente, por culpa del invierno, así que el propio conde Grigori Rasputín la prendió una y otra vez, pero el frío siempre la terminaba apagando, Rasputín se molesto mucho con el señor invierno y le dijo a los cosacos que incendiaran el Kremlin y los principales edificios públicos, porque solo así entrarían en calor. Los cosacos quedaron aterrados con la petición del ezquisofrénico monje, pero al darse cuenta que si no le hacían caso se morirían de frío, le prendieron fuego al Kremlin.
El conde Grigori Rasputín solo quería que le Kremlin sea el único edificio con fuego, pero en cuestión de minutos toda Moscú se hallaba envuelta en llamas, entre los desesperados gritos de Alejandro I de Rusia al ver el accidente causado por la estupidez humana.
Cuando las tropas franchutes de Napoleón Bonaparte comenzaron a oler el pollo rostizado, sintieron mucha hambre y eso sumado con el frío, obligaron al enano a destruir el bloqueo y marchar hacia Moscú para también "entrar en calor" junto sus amigos cosacos.
Los rusos y cosacos al ver el avance franchute, abandonaron la ciudad en llamas y huyeron hacia le norte con dirección a San Peterburgo, pero lamentablemente muchos murieron de hipotermia, antes de haber podido salir de Moscú, mientras que otros cosacos se suicidaron al introducirse dentro de las llamas ya que tenían tanto frío que prefirieron morir quemados antes que congelados.
Consecuencias
Cuando el enano entro en Moscú, la ciudad se veía prácticamente como el mismísimo Infierno. El fuego se extendió rápidamente, debido a que la mayoría de los edificios de Moscú eran de madera y dinamita. Y aunque la ciudad tenía un cuerpo de bomberos, su equipo había sido previamente retirado o destruido por orden del propio Grigori Rasputín (Algo que lo atormentaría hasta el último día de su vida). En ese momento todo el ejército franchute se puso a salvar los bienes preciados de la ciudad, los franchutes ingresaron amablemente dentro de las casas rusas y comenzaron a sacar todo lo que podían, en un intento desesperado por salvaguardar todos los objetos personales de los rusos antes que estos fueran consumidos por el fuego.
Sin embargo todos sus intentos de rescate fueron en vano y el enano se tuvo que resignar al ver que no había comida, no había tesoros y no había banderas para robar. Alejandro I de Rusia había sobrevivido milagrosamente al infierno propiciado por sus propios cosacos. Este fue el punto de quiebre de la Invasión Napoleónica de Rusia. El enano al ver que todos los suministros moscovitas habían sido destruidos por el fuego, emprendió una cobarde retirada y se alejó muy molesto de la escena del crimen.
Véase también
Para los interesados en la versión menos seria y verídica, Wikipedia tiene un artículo sobre: Incendio de Moscú de 1812 |