Incilibros/Conozca Ravenholm
¿Cansado de jugar Half Life 2 y no poder disfrutar a fondo una estadía en la apacible ciudad de Ravenholm? ¿Está cansado también de no poder alojarse en el lujoso hotel de la ciudad, y de que todas las aventuras que allí vive no sean más que un deseo de su esquizofrénica mente? Pues llega a sus manos este novedoso, genial y espectacular incilibro que le permitirá convertir en realidad sus fantasías más gamers, una guía de todo lo que puede conocer en el pueblo de Ravenholm... Un momento: sus fantasías gamers, ¿eran tener sexo con, digamos, Tifa Lockhart? ¿Lara Croft? Bueno, no importa, ya que mediante la lectura de este placentero libro, su vida tomará un nuevo rumbo y sus dudas existenciales quedarán totalmente satisfechas.
Ahora, dé vuelta a la hoja (o baje la página con la ruedita del mouse, lo que más lo satisfaga, a los editores no nos importa) y adéntrese en este cálido mundo, real, palpable, pixelado si no cuenta con los requisitos mínimos, y sobre todo, listo para que descargue un sinfín de balas sobre él.
Entrada al pueblo y su "Paseo turístico"
Vale, la entrada no es la más pintoresca. Unos gamberros, muy seguramente ebrios, se han ensañado con el cartel de entrada del pueblo y lo han dejado oxidándose en el suelo. Sus habitantes, unos tíos muy muy vagos, no han mostrado la menor señal de querer poner el cartel en su sitio. Pero no importa, es una bienvenida diferente, atípica, se podría decir. Ni hace falta mostrar identificación a alguna autoridad ya que no la hay, y no, no se fijarán en sus nulos antecedentes penales.
Apenas se entra al pueblo, y caminando en línea recta por un camino con baldosas amarillas, se encuentra un lindo paseo turístico, algo desolado, exceptuando esos zombies que van y vienen, pero ¡qué va!, nunca te sacaste una foto con uno, ¿verdad?. Es un lindo recuerdo con el que empezar unas excelentes vacaciones. Lugares clave: la farola con las piernas de un pobre tipo colgando, macabro, pero lleva más gente que la Torre Eiffel. Además, no hay que pagar para verlo; y el monumento a los zombies caídos bajo la dictadura de Gordon Freeman. Otros ingredientes que le dan color al paseo son los hermosos puestos de barbacoa al aire libre, dirigidos por un tipo con los tornillos un poco salidos, quien se encarga de cazar ahí mismo al zombie que uno quiera comer y lo deja directamente en la mesa.
Hotel "Le grand Headcrab"
A unos doscientos metros de la entrada principal del pueblo se encuentra este maravilloso hotel de cinco estrellas, atendido por... Bueno, el gerente debe de estar plantando pinitos. Y los botones deben de estar tomando su siesta de 24 horas diarias. No hay problema, con dejar doscientos dólares en el mostrador y tomar una llave libremente, es más que suficiente, ¡ahórrese el tener que socializar!
Las pulcras habitaciones están diseñadas para causar efectos perturbadores en los huéspedes, pero no son más que efectos visuales. ¿Ve esa mancha de sangre en la pared? No es más que un poco de pintura. ¿Y qué hay del cadáver en el armario? Bueno, has encontrado al gerente. Pero no se preocupen, señoras y señores, en un par de horas empezará a deambular y volverá a su puesto. Los baños cuentan con sus propios jacuzzis llenos de herrumbre y suciedad, ya que las encargadas de limpiar las habitaciones se encuentran en huelga permanente. Pero no genera un problema a la hora de conseguir clientes, al contrario, llegan más, ya que quieren conocer la sensación de no bañarse durante una semana completa de estadía.
Asimismo, este hotel cuenta con sus típicos platos gourmet, entre los cuales se encuentran el Kebab de Headcrab, el Muslo de Zombie adolescente a la Napolitana y el exótico y peligroso Headcrab Venenoso Asado. Ese último plato se encuentra al nivel del pez globo en calidad y dificultad de preparación. Pero no se preocupe, si no sobrevive a su ingesta, pasará a ser una atracción más en el Parque Recreativo de Zombies. Además, su familia recibirá una jugosa indemnización por parte del alcalde del pueblo.
Cementerio de Ravenholm
Este cementerio municipal, fundado en quién-sabe-qué-año por quién-sabe-quien, es bastante conocido a nivel mundial, tanto que se codea con cementerios famosos, como el de la Recoleta, en Argentina, o el de San Andreas. El nivel de afluencia tanto de vivos como de no-muertos suele ser bastante elevado. Y ni hablar en las horas pico de los turistas. Incluso algunos organizan picnics sobre algunas lápidas, o juegan al clásico "ponle la cola al zombie".
Existe la leyenda urbana de que debajo del cementerio una serie de túneles llevan al indocumentado e inexistente Casino de Ravenholm, ya que los zombies de allí dentro no querrían intromisiones del exterior. Lamentablemente, el único tipo que ha ido a explorar los túneles todavía está allí. Mierda que debe ser divertido el casino, fue hace cuarenta y siete años y aún sigue ahí. Las otras veintiún expediciones tampoco han vuelto, exceptuando la expedición número dieciséis, que apareció en la iglesia local lamiendo helados de masa encefálica.
Entre sus residentes más significativos se cuentan familias enteras que a veces salen al aire libre, pero esto es algo que los encargados de mantener el cementerio detestan, ya que el gasto en desodorantes de ambiente que tienen que hacer después es relativamente alto. El olor que deben desprender para usar desodorante al aire libre... También está el típico enterrador de cementerio, personaje digno de ejecutar las más oscura tareas de la humanidad, y de conocer hechizos y toda brujería posible, cuando en realidad el pobre tipo no tiene para comer. Pero no está de más sacar dólares de más con su misteriosa imagen, con la cual los ignotos turistas desean fotografiarse.
Tienda de recuerdos
En la tienda de recuerdos hay plenitud de cosas para llevar, tales como el traje original de Gordon Freeman, con sus propios desechos intestinales integrados, perfume en aerosol, para hacerle un baño francés y ocultar los hedores, Headcrabs mascota, Half Life 1, 2, y todas las expansiones con las que Valve se ha forrado a precio de estafa, zombies entrenados para diversas tareas hogareñas, como barrer, cocinar, y, para los más raritos y hardcore, tener un compañero de cama.
En la parte baja, pobre y oscurantista de la tienda de recuerdos hay películas pirata, peluches zombie para vudú, Headcrabs con tres patas en lugar de las cuatro comunes, brócoli, lechuga, y esas cosas asquerosas que nadie en su sano juicio compraría, además de diccionarios aprobados por la RAE, y otros diccionarios de español-zombie, zombie-español, mapas crípticos, versiones antiguas del Necronomicón y una edición especial del juego de rol de Cthulhu, que poco tiene que ver con los zombies, pero es igual de asqueroso.
Postales y fotos de la ciudad
Aquí abajo dejamos diversas fotografías tomadas en Ravenholm, para intentar describir un poco más las travesías a realizar, así como buenos ejemplos sobre lo que debe hacerse para gastar absolutamente todo su dinero e incrementar el PBI del país en el que se encuentra este hermoso y harapiento lugar, el cual ya aclaramos de antemano que no sabemos cuál es.
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