Cementerio
El cementerio es el lugar donde reposarán los restos de <inserta tu nombre aquí> el lunes de la semana que viene, que por cierto coincide con el Día Mundial de la Necrofilia. Así que siga la máxima de James Dean, deje un bonito cadáver y póngase una muda limpia.
Historia
Los cementerios nacieron por la necesidad de dejar en algún lado a la gente que moría, debido principalmente a que quedaba feo dejarlos por ahí. Imagínese ese viejo mugriento que muere mientras se toma un vaso de vino, pues que no queda demasiado bien a la vista (y a al olor) de todo el mundo.
Se cree que los neanderthales realizaban ritos religiosos y por ende construían nichos en el suelo donde colocaban al fallecido, luego le echaban una piedra encima de cuatro toneladas "para que no se moviera". Sin embargo un grupo de científicos tuvalíes se ha negado a aceptar estas evidencias y argumentan, con cierto sentido, que en realidad era la manera con la que los neanderthales lapidaban a las adulteras.
Los primeros seres humanos en enterrar cadáveres fueron los egipcios, y estos copiaron a los verdaderos constructores de las pirámides: los extraterrestres. Estos alienígenas de Orión estaban hartos de abducir los cuerpos de los muertos pensando que eran humanos descansando, por lo que a cambio de una suma de dinero generosa los habitantes del Nilo comenzaron a embalsamarlos y envolverlos en plástico, para más tarde introducirlos en pequeñas pirámides con la intención de mantenerlos frescos y alejados de la radiación solar.
En la ciudad de Roma allá por el siglo I a.C. decidieron quemar los cadáveres, de paso que despedían a sus antepasados preparaban una digna barbacoa con la que homenajear al muerto.
En la actualidad los cementerios son sitios donde básicamente se ruedan películas de terror o series juveniles con vampiros. De vez en cuando algún satánico se deja caer para beberse un caldo de huesos al estilo abuela, pero aparte de estas cosas, es un buen sitio donde descansar. Figuradamente.
Clasificación por religiones
Las religiones son las principales beneficiarias de los recursos económicos obtenidos con las entradas a los cementerios. Desde tiempos inmemorables han tenido el monopolio, en algunos caso incluso la polio, pero eso no ha sido razón por la que dejar de enriquecerse.
Pastafarismo (principalmente hablando)
Al morir, vuelves a la pasta primigenia de la creación, en formato largo (spaghetti, tagliatelle, fettuccine, bucattini, pappardelle) si te portaste bien o en formato corto (fusilli, farfalle, penne, rigatoni, tortiglioni) si acaso osaste comportarte como un perfecto hereje y consumiste pizza, hamburguesas u otra comida prohibida por el Monstruo Spaghetti Volador. En casos excepcionales después de morir, tu cuerpo se transformará lentamente en una hermosa albóndiga preternatural, para terminar colocado muy cerca del apéndice tallarinesco de aquél que todo lo sabe, todo lo puede y está en este momento detrás de ti, viendo como te mas... masajeas las cejas.
Budismo
Religión muy asentada en la cultura china. Resulta un total misterio lo que hacen con sus muertos. Aunque la próxima vez que deguste un Rollito de Primavera no se sorprenda si descubre el empaste del tío Wang. Últimamente se ha puesto de moda secuestrar los muertos de otras familias, sobre todo mujeres, para encontrarle una pareja en el más allá a sus fallecidos solteros.
Cristianismo
La que más se ha beneficiado sin duda alguna, al creer estos auténticos fans de Cristo que al morir sus cuerpos se quedan esperando hasta que venga el Fin de los Tiempos. Por lo que para tan larga espera disponen los muertos de múltiples zonas recreativas donde gastar el tiempo. Balnearios con detritus, canchas de squash, multicines y bares de viejos amenizan sus largas veladas a la luz de la Luna. El Papa en secreto planea privatizar estos servicios públicos ante el problema gordo que se les avecina. Esto es debido principalmente a que Jesús nunca dio una fecha exacta de cuando llegaría ese Fin, y para más inri promovió el proselitismo. Lo que lleva que cada año el número de cristianos aumente con el consiguiente gasto en los cementerios.
Hinduismo
Una religión que quema cadáveres no deja lugar a que se construyan cementerios, más bien dejan muchos lugares libres. Sin embargo no hay que olvidar que lanzan las cenizas de sus muertos a los ríos. Costumbre nacida por la época de Buda cuando engordó por comer tantas vacas y para rebajar su peso decidió declararlas animales sagrados. Sin embargo, la cremación vacuna, hoy en día llamada barbacoa, puso a prueba la férrea voluntad de los hindúes. En el siglo XIV un pensador indio propuso que fueran las vacas las que se enterraran y no los humanos.
Islam
Lo que más fácil lo tienen. Ante la tradición de inmolarse por cualquier razón sin importancia aparente, tienen los cementerios más ridículamente pequeños de todos y los mantienen sumamente ordenados. Sin ir más lejos el cementerio de la Meca acoge únicamente el cuerpo de un individuo que murió aplastado por la multitud durante el mes sagrado del Ramadán allá por el año 1452.
Judaísmo
Los alemanes insistieron durante años en que los rabinos judíos estaban equivocados y que al fallecer los miembros de su comunidad debían ser quemados. Su ley religiosa expresamente lo prohíbe, pero los judíos, obstinados como ellos solos, se opusieron violentamente a tales medidas.
Visite Holocausto para descubrir toda la verdad.
Vudiismo (el anterior es el del tipo del árbol)
Los cementerios vudués tiene fama de muchas cosas, pero sin duda alguna son conocidas por ser las más divertidas entre todas. Ritmos caribeños amenizan las fiestas que todas las noches se montan en su alrededores mientras orquestas de esqueletos percusionistas se tocan a si mismos con sus peronés. Miles de zombis danzando al son de una música endiablada mientras los vivos de la zona huyen aterrorizados ante esa elegancia cadavérica que los hace dejar en un mal lugar.
Cienciología
Cuando mueres, Xenu tiene acceso ilimitado a tu puerta traseral y tus posesiones materiales, las cuales serán vendidas para seguir construyendo las naves intergalácticas que nos llevarán de vuelta al planeta K... Oh mierda, he revelado nuestro secreto. Tom Cruise estará muy enojado conmigo.
Agnosticismo
Piensan que si la palmas, puede ser que termines siendo una estatua en Disneylandia, una nube del cielo (poco probable), un fuego en el infierno (idem), la cubierta exterior de Matrix, tapete de puticlub o el inodoro de casa de tu abuelita. O puede ser que no. En fin, a nadie le importa... hasta que se demuestre lo contrario. Contrario a qué? Nadie lo sabe. Mejor mantenerse en constante duda.
Ateísmo
Creen que si te mueres no pasa nada, te jodes y punto. Sí; dejas de existir. Ya no sientes. Cero. Finito. ¿¡ES ACASO TAN DIFÍCIL COMPRENDER ESO?! ¡IGNORANTES RELIGIOSOS, POR USTEDES EL MUNDO ES UN CAOS! Arghgjfhggjweiogjfkjh--- . . . . .
Habitantes más famosos
Diversas especies humanoides campan a sus anchas por este sitio. Nunca van juntas pero se respetan por igual como miembros de la noche. Hay que destacar las siguientes:
- Los vampiros
Sin duda alguna entre todos los cadáveres putrefactos los vampiros son los más conocidos y los que falsamente han inducido a miles de personas a imaginarse el modo de vida en estos lugares lleno de un oscuro glamour que las agencias funerarias han sabido explotar. Los aficionados a lo tenebroso se suelen comprar ataúdes para imitar a Drácula y a su corte de súbditos, sin embargo, el ataúd no es el mejor sitio donde vivir. Ni tampoco donde morir, así que al menos acuérdese de hacerle algún agujero para poder seguir respirando.
- Los zombis
Son los gangsters del lugar. Con sus pantalones anchos hechos jirones y sus descarnados dedos siembran el terror por doquier. Su plato favorito es el cerebro humano recién exprimido. Si tiene problemas con ellos no dude en leerse la reparacion camaras frigorificas madrid Guía de supervivencia zombi editada por Ediciones Inciclopédicas™.
- Los frikis
Hordas de adolescentes ataviados con capas y ridículos gorritos en punta. Merodean por los cementerios en busca de artefactos arcanos de poder con los que convocar a extrañas criaturas infernales (como Pinocho Zombi, El señor de las Tinieblas) con los que poder realizar pactos de sangre en los que a cambio de su alma piden en compensación poder perder la virginidad antes de los cincuenta.
- El enterrador
El personaje por antonomasia. Cuida de que no profanen las tumbas a menos de que le sobornen con una buena botella de whisky irlandés. Siempre aparece cuando menos se le espera uno y por el contrario, si hay problemas se esconderán dentro del hueco de un árbol hasta que la tormenta demoníaca amaine.
- Las brujas
¿Qué sería un cementerio sin brujas volando en sus escobas mientras ríen malvadamente? Por esta razón la ONU subvenciona aquelarres, ya que lo considera un derecho fundamental de los muertos.
- La pareja de calenturientos
Nunca falta una buena pareja de adolescentes que no tienen dinero para el motel ni donde hacer el amor, siendo que las hormonas impiden que les importe hacerlo encima de alguna tumba y prosiga la acción hasta que un zombie cachondo le toque el culo a alguien o aparezca el típico asesino de adolescentes calenturientos con una mascara y un hacha.
- El necrófilo
Ya sea porque el tío es muy feo para conseguir mujeres que respiren o simplemente vió alguna muerta muy sexy. Suele abrir algunas tumbas para hacer de sus cochinadas.
- Un cuervo negro
Graznando de forma inoportuna para meter el miedo en el cuerpo. Comentar como nota anecdótica que Edgar Allan Poe se solía cagar en ellos.
- Los animeros
En Latinoamérica, tierra llena de imaginerías de mierda esplendidas, hombres con el cerebro atrofiado por el licor barato al que pueden acceder se pasean en fechas determinadas por sus pueblos en un recorrido que parte del cementerio y culmina en el mismo, con el objetivo de pasear las almas aburridas. Durante el paseo, los animeros sacuden un tarro lleno de hierbas "exóticas" prendidas, cuyo humo aspiran las ánimas para pegarse un buen viaje, en vista de que su naturaleza incorporea no les permite agarrar un delicioso porro. Cabe destacar que los animeros anuncian su paso a campanazos para que, como el mismo se cuida de hacerlo, la gente viva no mire a los espíritus, avergonzados por la fealdad a la que los cofina la falta de peluquerías en el cementerio.
Complementos de los cementerios
Tumba
Las hay de muchas formas, pero al igual que ocurre en la vida, el tamaño de la tumba es un indicativo de su autoestima. Y por si lo dudaba, el tamaño sí importa, no sea cutre, rásquese el bolsillo y cómprese una lápida bien grande donde quepan todos sus méritos. Y si no tiene méritos invénteselos.
Las lápidas suelen tener colocado algo encima que nos indican que falsa religión profesaba el pobre infeliz. De esta manera la católica en un alarde de originalidad suele tener forma de cruz. La judía es una estrella de David. La islámica es una media Luna. Y la hindú es una vaca haciendo un baile sensual.
El mausoleo es la versión para ricos, suele ser en forma de casa de piedra. Dentro hay más de una tumba, es la preferida por aquellas familias que gustan de morir juntos.
El epitafio
Es muy importante irse de este mundo con un bonito mensaje de amor para los vivos, esperanzador y lleno de sabiduría. O de venganza, odio y deseo de destrucción. De entre todos los existentes hemos escogido los más ingeniosos o ignomiosos, según se mire:
- «Jódete, tú también morirás» (Gandhi).
- «Esto no es un epitafio» (René Magritte).
- «''Estoy=muerto cabróny contigo seremos 2» (Albert Einstein).
- «No tengo nada que lamentar... en mi vida tuve muchas zorras» (El Zorro).
- «Lo que tengo que hacer para dejar de trabajar...» (Karl Marx).
- «Tu bisabuela sí que sabe mover el esqueleto. Y ya sabes a lo que me refiero» (Elvis Presley).
- «¡Cuidado! ¡Detrás de ti, un mono con tres cabezas!» (Guybrush Threepwood).
- «Disculpe si no me levanto a saludar» (Groucho Marx).
- «Soy tan buen actor que un día decidí hacerme el muerto y aún sigo así» (Marlon Brando).
Artículos relacionados
Artículo destacado Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular. Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos |