Incilibros/Manual de defensa contra la fruta fresca

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Cita3.pngGracias a este incilibro puedo salir feliz a las calles sin preocuparme...Cita4.png
Un iraquí sobre este incilibro.
Tenga miedo, pero mucho miedo.

Hoy en día vivimos en un mundo bastante inseguro lleno de violencia y armas que aniquilan a todo ser vivo en un radio de 50 metros. Y ahora los delincuentes han encontrado un nuevo método para infundir el terror entre la gente, la fruta fresca. Sí, la misma que usted le pone a sus cereales cada mañana y que a simple vista parece inofensiva así que si llega el día en el que le toque un mano a mano con un maleante que le quiera atacar con una pera en mano.

Este día comenzaremos de donde habíamos dejado en la última saga de incilibros, en donde ya aprendimos a defendernos en contra de los limones, mangos en almíbar, granadillas, ciruelas y del maracuyá (lo cual es la fruta que hace más daño al ser humano). Obviamente ya aprendimos a defendernos también de las cerezas negras y de las ciruelas rojas y es muy importante saber defenderse bien de cada una y saber distinguirlas. Ya que una le puede provocar una diarrea de 5 días y la otra puede causarle una seria infección pulmonar incurable.

¿Por qué la fruta fresca? ¿Porqué no mejor defenderse de un palo puntiagudo?

Esto no le servirá de nada cuando le ataquen con un limón.

Vaya, vaya, vaya. ¿Cree que debemos defendernos de los palos puntiagudos? ¿Así que usted cree que lo sabe todo sobre la fruta fresca? ¿Se cree inbatible, no es así? ¿La fruta fresca no le es suficiente para usted? Pues sabe qué, el día en que usted lo ataquen con una caja llena de frambuesas no se quede llorando en el hospital porque no quizo leer este manual por motivos desconocidos. Y que en su lápida en el cementerio diga: "Aquí yace <inserta tu nombre aquí>, el único gilipollas que murió por ser atacado con una frambuesa, su novia y su madre no lamentan mucho su pérdida." Ahora que usted ya sabe el porqué de defenderse de la fruta procederemos con la primera fruta que veremos hoy, el plátano.

El Plátano

Los plátanos son más peligrosos de lo que parecen.

De hecho es muy fácil defenderse de un agresor del plátano. Lo primero que debe hacer es hacerlo que baje su plátano, y luego proceda a comerse el plátano para que el asaltante quede indefenso. Pero si el delincuente no quiere bajar su plátano y en vez de eso le ataca con el plátano, saque su pistola magnum .357 y dispárele a quemarropa, no se preocupe si tiene un manojo de plátanos, es anatómicamente imposible que ataque con tanta fruta a la vez. Es preferible que esto lo haga en espacios cerrados, debido a que la presencia de testigos puede desfavorecerle, ya que le denunciarían con la policía por homicidio.

Pero recuerde usted se defendió de un agresor que usaba fruta fresca y eso es lo que vale. No importa si usted pasará 25 años en prisión por homicidio en primer grado y que sus compañeros de celda tengan tendencias homosexuales y le encuentren bastante atractivo, al final del día se deshizo de un agresor de fruta y para esto es este incilibro.

Moras

Los asesinos de las moras son los más temidos en la sociedad debido a que las moras son pequeñas y muy aerodinámicas, que al ser alojadas en sus víctimas pueden pasar desapercibidas y causarle serias enfermedades como la fiebre amarilla y la fiebre del sábado por la noche. Así que es vital saber enfrentarse a estos malhechores para ver otro día de vida.

Método 1

Útil... ¿No cree?

Cuando el agresor de las moras empieze a revolverlas para darles mayor velocidad en ataque, empiece a correr mientras el delincuente le presigue lentamente. Cuando llegue el momento, baje de la palanca que está al lado suyo y un peso de dieciseis toneladas le caerá encima. Así se habrá deshecho del malhechor y también no habrá dejado huella de lo que pasó.

En países como Malasia ya se implementaron estos métodos en todos los edificios públicos del país y la tasa criminal de agresores de frutas disminuyó en un 900% y ahora los únicos que hacen este tipo de delitos son los suicidas que no pueden pagar por un revólver y quieren una muerte rápida. Los pesos de 16 toneladas deben ser cuidadosamente preparados en su casa para que tenga efecto este método, o si no prepare su seguro de vida porque va a morir lentamente a causa de las benditas moras.

Método 2

Necesita al menos uno para asegurar su supervivencia.

Si usted no planificó para poner el peso de dieciseis toneladas en su casa, no se preocupe que hay un método alternativo para deshacerse del agresor de las moras. Simplemente cuando ya esté acorralado y no tenga escapatoria, apriete el botón rojo y saldrá un tigre de bengala y que en cuestión de minutos se habrá encargado del problema. La gran ventaja que muestran estos tigres de bengala es que no solamente pueden comerse al malhechor de las moras, sino que también se puede comer las moras en sí, lo que haría que no dejara huellas ni del cadaver ni de sus armas, ideal por si viene la policía. Si usted no planificó en poner un espacio para sacar un tigre de bengala en su casa, básicamente ha reducido sus probabilidades de sobrevivir a un ataque de moras a un completo 0% y morirá de las enfermedades previamente mencionadas.

Melocotón

A pesar de que el tigre se puede comer las moras y otras frutas, no le gusta el melocotón, en este caso deberá reemplazar al tigre con un cocodrilo, la desventaja es que el cocodrilo es demasiado lento y tendría que darle una descarga de 4,000 voltios al agresor para que el cocodrilo se deshaga de él, si usted no cuenta con un cocodrilo compre 200 toneladas de gelignita y proceda atarsela a su cuerpo para luego hacerla estallar, así no solamente se deshará del asesino, también evitará futuros ataques ya que estaría muerto. Lo único malo es que usted se suicidó y por ende irá al infierno donde cientos y cientos de delincuentes lo castigarán con todas las frutas que hay en el planeta, lo que significaría muchos años de tortura y enfermedades. Mejor cómprese el cocodrilo en pocas palabras.

Próxima clase

Cuando publiquemos el siguiente incilibro, les mostraremos cómo defenderse de un agresor que esté usando una sandía sin tener que usar a alguien de la raza negra, luego veremos cómo defendernos de un kiwi sin estar en Nueva Zelanda. Y finalmente aprenderemos a cómo evitar ataques de malhechores que usen piñas sin tener que usar un rallador de queso. Toda la saga de estos incilibros tiene un valor de 10 euros por palabra, incluyendo este libro. ¿Cree que esta información tan vital viene de la nada y de gratis? ¡No, señor! Ahora puede enviarnos un cheque a nuestra cuenta en Liechtenstein a nombre de Juan Nepomuceno Alatriste de Castilla y Fernández.

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