Potito
| ATENCIÓN: Este artículo contradice los dogmas sobre el Monstruo Espagueti Volador. ¡Herejía! Si no puedes soportar su lectura vade retro! |
Potito, o llamado respetuosamente San Potito, es un personaje semi-legendario, un joven mártir cristiano en algunos textos apócrifos, venerado por algunas tradiciones eclesiásticas marginales como la católica romana y la católica ortodoxa. Su figura ha sido objeto de crítica y controversia por parte de historiadores, teólogos y exorcistas de buena reputación, quienes coinciden en que su culto fue posiblemente el resultado de una operación eclesiástica de propaganda diseñada para reclutar monaguillos impresionables mediante un icono de supuesta pureza... y el pretexto perfecto para justificar glúteos resplandecientes ungidos con aceite de bebé consagrado.
Así que es hora de prender incienso de azufre y meditar como haría un monje ebrio en un monasterio en ruinas. Que se abran las criptas, y se cierren las braguetas porque hablaremos de uno de los santos de los inocentes sobados y mártir del marketing litúrgico. Acomode su pequeño trasero y acompáñenos a conocer a este engendro de la beatificación.
Sa-sa-sa moviendo el cuerpito sa-sa-sa
Los primeros relatos de la vida y milagros de San Potito aparecen en el compendio Passiones Manuelicas, escrito en el siglo XIII por el monje Fray Onanistus de la Mano Zurda, célebre por su devoción solitaria y su ascetismo, dedicado a producir requesón y ahorcar gansos, aunque no en ese orden. El texto describe a Potito como un niño de noble corazón, piel de alabastro y "una zona lumbar de inspiración divina". Según la leyenda, Potito fue reclutado como acólito por un grupo de monjes conocidos como los Hermanos del Reposo Pélvico, quienes lo entrenaron en canto gregoriano, arte sacro... y los votos de silencio.
También conocido por ser predecesor de “Marcelino, pan y vino”, el venerado Potito (o "culito", para los amigos) ha generado múltiples teorías sobre si se trataba de un alias litúrgico, un apodo monástico o simplemente una broma interna convertida en culto oficial en los anales de la historia.
Su historia oficializada presenta rasgos propios de literatura fantástica: Potito sobrevivía martirios imposibles, podía curar hemorroides con una sonrisa y emitía un aroma a incienso sólo con soplar. A menudo se le representaba con los brazos abiertos, como si esperara un abrazo... o como si alguien estuviera parado detrás de él.
Muy sexy, bonito
El peculiar nombre de este santo ha generado todo tipo de hipótesis teológicas, análisis semióticos, y memes, cómo no. Algunos expertos sostienen que su nombre fue un alias —o peor aún, un apodo puesto por los monjes— para ocultar su identidad real, que nunca fue registrada en documentos canónicos. De hecho, no existe ninguna prueba arqueológica o documental de la existencia de alguien llamado “Potito”; por lo que el consenso académico es que es un nombre de batalla dado por sus fans, los monjes.
Mueve tu cuer-PO!!
La leyenda de Potito fue empleada como herramienta de marketing por ciertos sectores eclesiásticos entre los siglos XII y XIV. Su imagen decoraba vitrales, catecismos y manuales de doctrina para monaguillos, con una iconografía ambigua que hoy sería calificada como problemática en cualquier museo o escuela normal.
Su culto era especialmente fervoroso en regiones donde la Iglesia enfrentaba una caída en la vocación clerical adolescente. Representaba un ideal de “inocencia servicial” y “sacrificio corporal por la fe”, una narrativa ideal para atraer a pubertos en plena confusión hormonal.
Críticos modernos comparan la historia de San Potito con la ficción de la santa mexicana Emilia Pérez, alegando que ambos relatos comparten una estética épica construida por alguien completamente ajeno a los hechos reales. En ambos casos, la fantasía sirve a un sistema institucional para moldear identidades y transformar el alma.
Potito milagroso
Entre los actos milagrosos que se le atribuyen a Potito destacan:
- La curación por flatulencia santa: se dice que Potito sopló suavemente sobre un enfermo postrado, quien —abrumado por el hedor celestial— se levantó de la cama gritando: “¡Prefiero vivir que morir con ese aroma!”.
- El perfume eterno: su única reliquia oficial, un calzoncillo fragante, permanece expuesto en el Museo Secreto del Vaticano, y aún conserva su penetrante "aroma beatífico", según los clérigos que resguardan la reliquia. Científicos que intentaron estudiarlo fueron hospitalizados por inhalación prolongada de lo que llamaron "gas santificado".
- El martirio por bofetadas: según la tradición, Potito fue ajusticiado por el verdugo Taz-Taz, famoso por aplicar castigos mediante cachetadas rítmicas en las nalgas. El joven mártir resistió cuarenta azotes entonando cánticos con cada golpe, convirtiéndose en patrón de las víctimas del BDSM mal practicado.
Relaciones permitidas
Potito aparece acompañado en su leyenda por figuras como:
- San Itario, el Santo de los Inodoros, fue su confesor espiritual y soporte emocional. Se dice que Potito “le abría el corazón y descargaba en él sus pesares”, y le confiaba sus "dolores internos".
- San Goloteo el Chico, mártir danzarín y santo patrono de los danzantes litúrgicos, compartía con Potito sesiones de oración rítmica que muchos consideran el antecesor del reguetón sacro. Combatía contra Satán mediante el twerking litúrgico.
- Su santa madre, Potazo, descrita como una mujer "dotada de abundancia dorsal", quien crió a Potito entre visiones celestiales y sospechosos retiros espirituales en soledad con abades locales. Era una matrona venerada en la región de Glutea Magna, famosa por su "capacidad de aplanar la masa para las hostias con una nalga y bendecirla con la otra".
Culto contemporáneo
En la actualidad, movimientos laicos, ex-monaguillos y colectivos de crítica religiosa han rescatado la figura de Potito como símbolo de la manipulación espiritual infantil, a través de la ONG “La Hipotenusa”. Su nombre se grita en marchas, se parodia en teatro negro, y en ciertos círculos se dice que “si oyes a alguien rezar a San Potito… vigila tu retaguardia”.
También la figura de San Potito goza de especial popularidad en los carnavales religiosos de Brasil. En Río de Janeiro, su efigie es llevada en procesión por las escuelas de samba, donde bailarinas semidesnudas "celebran su sacrificio" con movimientos que, según los devotos, "replican la reacción a los bofetones que Potito recibió por la fe”, donde, como buen cristiano, ponía la otra mejilla.
Referencias apócrifas
- Fray Onanistus de la Mano Zurda, Passiones Manuelicas, Vol. II: “Sudor y Gracia en los Textiles del Niño Santo”.
- Arzobispo Clímaco de los Humores Bajos, El aroma del espíritu: reliquias gaseosas en la Edad Media.
- Hermano Crotalino, Santidad y Samba: La iconografía de Potito en el Brasil contemporáneo.
- Museo Secreto del Vaticano: sala 6, vitrina 3, “Calzoncillo de Potito (sin lavar)”.
Otros santos parecidos
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Para los interesados en la versión menos seria y verídica, Wikipedia tiene un artículo sobre: Potito |
