Reliquia cristiana

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Una de las 17 cabezas confirmadas de San Juan Bautista. Debió ser impresionante verlas hablando a todas en vida.

En la Iglesia católica, se llama reliquias a lo que queda tras hacer cachitos a los santos tras su muerte o durante ella[1] para vender sus pedazos a coleccionistas fetichistas con motivos turbios. Cuando ya no queda ni un huevo del muerto, también se lotea su ropa o cosas al fallecido para ofrecerlas en las subastas mediante MediEBAYl. Las partes o cosas con buena suerte son veneradas en tiendas especializadas de cuota fija, llamadas iglesias o templos. El culto se remonta a los principios del cristianismo como consecuencia de que a veces quedaban sólo dedos, dientes o alguna tripa no clasificada después de que los leones se comían a los Papas de la época. Al considerar muy caro dar cristiana sepultura a pedazos tan chicos, éstos eran usados como llaveros, collares o tapones nasales, lo que marcó una tendencia y todos querían su pedazo de santo muerto, generando un revuelo hasta el día de hoy. ​

Tipos

Los más turbios: partes del cuerpo.

Los cuerpos llegaron a ser tan preciados y dignos de veneración para aquellos primeros cristianos en el Imperio romano, hasta el punto de exponer muchas veces su propia vida, precipitándose en la arena del Coliseo para recoger los pedacitos que los gladiadores habían dejado. Los mártires confiaban tanto en Jesús, que accedían a pelear sin armas y con las manos atadas, mientras sus amigos decían "yo quiero la sangre", "yo el bazo", "si no le rompen los dientes, quiero cuatro".

Pero no a todos los cristianos los destazaban, algunos se morían y hasta les daban la dignidad de tener tumba. Más de sus amigos cristianos esperaban a que se fueran los sepultureros para ir a profanarlos, incluso robándose los cuerpos completos y luego los vendían en los mercados dominicales o si no había suerte mercantil, eran usados como títeres en las obras sobre la piedad religiosa.

Otra manera de obtener estas reliquias era mediante el intercambio. Por ejemplo, si eras un adorador de estas atrocidades podías juntarte con tus amigos adoradores de atrocidades en Cristianplazas, donde podías disfrazarte, cantar canciones pastorales o intercambiar reliquias sagradas por las de tu preferencia. Aunque tenían diferentes valores, siempre podías conseguir tu favorita. Podías dar los cuerpos completos de santos menores como Epafrás y Antipas de Pérgamo juntos que habías robado recientemente, por una mano de Marcos el Evangelista, pero la izquierda que no había escrito los evangelios, para la derecha requerías un cambio más preciado como la tráquea quebrada de Judas Iscariote.

Los más "normales": objetos.

Estos objetos, que van desde cucharas supuestamente usadas en cenas bíblicas hasta martillos que, se dice, hacen que los clavos leviten por sí mismos para atacar mesías, han sido ascendidos al codiciado estatus de reliquias, para los VIPs que pueden comprarlos ¿La razón? Su conexión celestial de alta velocidad. La más buscada ha sido el Arca de la Alianza, un misterioso objeto con una extraña luz divina provocada por el decaimiento del plutonio-293 y que podía disparar rayos mortales a los enemigos y a las ex de Salomón. Afortunadamente los primeros nazis la ocultaron en Marte hace dos mil años y nadie sabe que está en ese plantea ahora mismo.

Los objetos tienen que pasar un

- El suspensor de Juan Bautista. Porque después de bautizar a tanta gente en el río, seguro necesitaba algo de soporte. No puedes andar por ahí bautizando a todos sin un poco de comodidad. Es que Juan Bautista era un tipo práctico. Después de pasar tanto tiempo en el río, bautizando a la gente, decidió que necesitaba algo para mantener todo en su lugar. Y se hizo un suspensor de pelo de camello, como correspondía a su investidura. Picaba, pero en el rio se disimulaba bien las santas rascadas que se daba. Nadie sabe cómo, pero ese suspensor fue rebautizado como “brevis suspender sacrum” y fue pasando de generación en generación, custodiado por los obispos de Tangaburgo, siendo usado en ceremonias especiales, hasta que finalmente llegó a nosotros. Una verdadera reliquia de los cojones.

- El arete pezonero de María Magdalena. Nada dice "santidad" como un buen arete en el pezón. Y es que María Magdalena, siempre fue muy lista para desafiar las normas, decidió que los aretes eran demasiado convencionales. Entonces, como signo de esclavitud voluntaria y sumisión puso un arete directamente en su pezón. Se convirtió en una tendencia entre sus seguidoras, que a la larga fundaron la sagrada orden de las hermanas de la teta santa. Pero, como sabemos, la moda es cíclica, y así ese audaz arete pezonero se volvió tendencia entre las fans de 50 sombras de Grey. Disponible en la Incitienda.

- La sandalia de Bryan. Su amigable vecino el sorprendente hombre Bryan no podía faltar en esta lista. Su sandalia izquierda extraviada, cual Cenicienta, fue encontrada en Irlanda en la zapatería de Leprechaun. Cosa que sorprendió a todos, ya que los teólogos hasta ese entonces postulaban que Bryan no usaba sandalias, sino zapatillas para salir corriendo. Por haber crecido en el mismo barrio de Jesús, la iglesia lo había canonizado como San Bryan, vecino de Dios. Al hallar su sandalia perdida los teólogos propusieron que San Bryan caminaba descalzo por la arena del Neguev cuando iba a vender arepas a las multitudes que seguían a Jesús. Cuando se consultó por qué no hallaron la otra sandalia, los reputados teólogos afirmaron que la sandalia era unigénita. Sin duda, una sandalia sin par. Si señor.

Para saber más sobre... el Santo Prepucio Santo Prepucio comedia.jpg


En la historia rellgiosa destaca como algo milagroso cortarle un pedazo de nepe a los neonatos para darles poderes mesiánicos. Hasta ahora sólo ha funcionado una sola vez, bueno quizá dos o tres. Destaca el caso de Jesucristo que nos legó para la colección de reliquias sagradas no una, ni dos, sino siete veces su santo prepucio. Cada uno más auténtico y sagrado que el anterior. Lo que nos lleva a asombrosas conclusiones que estamos en espera de que la Iglesia Católica nos apruebe como nuevos dogmas sagrados: 1) Que había siete Jesuses y que de ahí salió el mito de Blancanieves; 2) Que tenía un factor curativo a lo Wolverine y que se cansaron de pasarle el cuchillo a la séptima vez; o, 3) Que tenía siete aparatos fálicos, lo que lo otorgaba mayor divinidad y calidad moral sobre otros rabinos.

- La pluma de Pablo. Es sabido por todos, o casi todos, que Pablo escribió muchas epístolas. Cosa que puede resultar sorprendente en una época en que la alfabetización no era moneda corriente, pero más aun porque Pablo era un pingüino. Claro, porque todo buen pingüino debe tener su pluma para escribir sus epístolas, que Pablo se las sacaba de la cola. Las plumas, no las epístolas. Lo que todos se preguntan es cómo se las arreglaba para sostenerla con esas alas, pero eso es parte del misterio glorioso.

Antes que la pluma de Pablo fuera encontrada, los teólogos postulaban que Pablo tenía acceso a una computadora para escribir sus epístolas, y que la epístola a Los Backyardigans fue en realidad un e-mail. Pero la pluma fue hallada. Esto asociado a algunas líneas que suenan misóginas en algunas de sus epístolas, llevó a concluir que Pablo era un escribidor con mucha pluma. ¡quién lo hubiera pensado!

- La bola de bolos de Pedro. Pedro fue un importante líder de la iglesia primitiva de Piedradura, y usaba su bola de bolos evangelizadora ¡Esa sí es una reliquia única! Imagínense a Pedro, en su tiempo libre después de liderar la iglesia primitiva, practicando su tiro de bolos prehistórico. La pregunta queda en el aire: ¿quiénes eran sus contrincantes?. Positivamente, no sabemos, y así será hasta que inventemos una respuesta que deje al público contento. La reliquia se perdió en el tiempo, literalmente. No se pudo saber nada de ella, porque sucedió un día en que Pedro, mientras intentaba hacer una chuza, explicaba que para Dios mil años son como un día. Germen de la teoría de la relatividad del tiempo. Pero lanzó la bola con tanta fe que creó algún tipo de agujero temporal. Pasaron los milenios y esa bola emergió en nuestra época. ¡Bendito!

Cita3.pngYo no sabía que la bola iba a llegar al siglo XXI, tuve fe.Cita4.png
Pedro sobre… ¡¿QUE?! ¡¿QUE?!

- El vaso de leche de Timoteo. Timoteo era el discípulo de Pablo. Y al igual que su maestro, también conducía un show infantil. Pero sufría del estómago llenándose de gases hasta verse panzón. Entonces su maestro Pablo le escribió una epístola donde le aconsejó que ya no beba agua, sino leche. Era una opción razonable. Pablo decidió que Timoteo debería beber más leche y menos agua antes de dormir. Timoteo, obediente, tomó un vaso de leche gigante. Ese vaso, era un vaso para dragones, debía soportar el fuego, y el paso del tiempo hasta llegar a nuestras épocas. Aunque siempre estuvo a la sombra del santo grial, como un vaso de segunda. Y con ese rótulo lo vendían en la tienda de Rick Harrison, donde fue hallado.

-El Santo Prepucio. Se supone que es el prepucio de Jesús y que fue conservado. Imaginen a un antiguo coleccionista de recuerdos. Este tipo recogía cualquier cosa: piedras bonitas, conchas de playa y, por supuesto, prepucios de bebés. ¡Cuestión de gustos! Entonces, un día, este tipo se topa con el prepucio de Jesús. Ahí está él, probablemente pensando: "¡Vaya, esto es el santo grial de los prepucios!".

Ahora, ¿cómo pudo haber llegado hasta hoy sin descomponerse? Bueno, la historia dice que, a lo largo de los años, este prepucio pasó de mano en mano como una especie de talismán espiritual. Alguien lo guarda, luego lo pasa a su primo, su vecino, su compañero de trabajo... todos derivando aquel recuerdo como el regalo de navidad que nadie quiere, pasando de mano en mano durante los juegos de amigo secreto.

Y aquí estamos el día de hoy, con el enigma del Santo Prepucio. ¿Es auténtico? ¿Es un símbolo de fe o simplemente el recuerdo de un pasatiempo antiguo muy extraño? Nunca lo sabremos con seguridad, pero hey, al menos nos da algo interesante para charlar en las cenas familiares.

-El Calcetín del Apóstol: Al parecer, uno de los apóstoles tenía un problema serio con los calcetines desaparecidos en la lavandería celestial. Así que, en un acto de verdadero ingenio, decidió convertir su calcetín extraviado en una reliquia. Si te preguntas por qué, debes saber que este calcetín milagroso ha sido utilizado para curar ampollas en los pies de peregrinos, transformándolas en espinillas en un abrir y cerrar de ojos.

Coleccionistas

Falsificaciones

  1. lo que la causa