Juan Casiano
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—Porque es cul... muy cul...
Juan Casiano fue un monje rumano de aquellos que se metían a un hueco para buscar la perfección espiritual asumiendo que el cuerpo que los transporta es malo, cochino y pronta comida de gusanos. Practicante del ascetismo, es considerado un trastornado por los profesionales de la salud mental, y como un Padre de la Iglesia por los herederos de su legado.
Vida, o algo parecido
Nació en Rumania, cerca al castillo de Drácula, en fecha incierta en el siglo IV y se murió antes de cumplir 80. Fue criado por lobos hasta que estos se hartaron de que no quisiera viajar con la manada familia y lo dejaron solo en casa.
Casi apóstol
Así, luego de abandonar a la familia que tanto amor le dio, se topó con un monje católico que le abrió el tercer ojo, el espiritual, y le dijo que siga las pisadas de Jesús. Casiano, tan listo como era, se fue a Belén y a Egipto para iniciar su seguimiento en la ruta de huida que tuvo Jesús poco después de nacer.
Hizo una ruta de viajes sin sentido de turismo por Palestina visitando los lugares por donde Jesús caminó. Así, hasta que cumplió 33 años y en el monte de Los olivos se dio cuenta que necesitaba una nube voladora para seguir a Jesús en los pasos que le subseguían. Y entonces tuvo una epifanía, así que se fue a Constantinopla a intentar desconstantinopolizar al emperador que estaba constantinopolizado. Como no se dejó, trató de hacer lo propio consigo mismo por lo que recibió un level up en su ki, cortesía del anciano patriarca de Roma. Un tal Inocencio I.
Casi empírico
A la tierna edad de 50 años decidió hacer un experimento encerrando gente para ver como trastocaban su raciocinio tras pasar un tiempo sin ver a nadie. Esas prisiones fueron conocidos como monasterios para evitar la oposición popular. En uno tenía varones, y en el otro mujeres.
Fue a partir de observar a los sujetos perder el sentido de la realidad poco a poco que escribió su más famoso cuento "las Institutiones", que sería el punto de partida para el best seller Sexo santo años después. En esta obra examina los vicios y tentaciones contra los que el fiel debe luchar y vencer. Cosas terribles, como comer postre después del almuerzo o mirar a una moza guapa al pasar.
En uno de sus capítulos refiere tres tipos de fornicación: «commixtio sexus utriusque» conocido popularmente como follar, «absque femineo tactu» alias paja, y «concipitur spiritu» también conocido como pensamiento cochino.
Y la mejor forma que se le ocurrió para abandonar todo deseo de tener pareja es dejar de comer hasta enfermar de anemia. Así, la anorexia sistemática se convirtió en la vía para hallar la pureza espiritual, tener el alma impoluta, entre otras gracias.
Una de las metas de Casiano era lograr una humanidad sin sentimientos, que no vivan pendientes de su cuerpo en modo alguno. Con pensamientos prístinos sin que su cuerpo represente obstáculo alguno. Aunque lo más cerca que se ha visto en este respecto son las cabezas enfrascadas de Futurama. Era casi un visionario.
Casi ángeles
La castidad era axial en los discursos de Casiano. Sobre todo desde que en las duchas del monasterio casi le dan motivos para cambiarse de nombre. Decía que hay que velar de día para ser casto en la noche, y en la noche no hay que dormir para no tener sueños eróticos, que son pecado. Asimismo consideraba que uno de los propósitos más nobles de todo varón debiera ser mutilarse castrarse a si mismo como manifestación del summum de la devoción católica.
Posteridad
Allá cerca al 500 anno domini, San Benito Camela usó los discursos de Casiano como manual de autoayuda para la vida monacal de los tonsurados de Italia.
Luego de fallecido, fue acusado de hereje por los monjes del monasterio de San Agustín, acusándolo de hipócrita por andar fijándose en la paja del ojo ajeno. A esto, San Aniceto Culotti y Fray Próculo Cagal, defensores de Casiano, decían que su maestro estaba libre de polvo y paja. Salvo ahora que estaba muerto, ya que uno es polvo y al polvo vuelve.