Veinte mil leguas de viaje submarino
Autor
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Julio Verne |
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Idioma Original
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Gabacho |
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País
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Francia |
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Traducción
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Vincente noseque vaina |
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Editorial
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Una por ahí |
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Fecha de Publicación
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1870 |
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Género
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Ciencia ficción, ciencia, tentáculos |
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Calificación
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4/5 |
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Premios
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Ninguno, los dieron despues de Bradbury |
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Páginas
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Mas que El Principito pero menos que Los Miserables |
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Veinte mil leguas de viaje submarino es la obra más famosa de Julio Verne (que Vuelta al mundo en 80 días ni que pan caliente), escrito por allá por 1870, que narra la historia de un científico naturalista, su criado y un pescador que son secuestrados por un submarino conducido por un científico loco que se dedica a la destrucción de barcos.
La obra se edita y distribuye en Francia en dos partes, pero los traductores españoles decidieron (por razones que no vienen al caso) editar la obra en una sola. El editor de la obra intentó convencer a Verne de cambiar algunas partes de la obra porque la idea de que alguien utilice la ciencia para vengarse me da cosa pero Verne se vengó negó, alegando que si me caen a coñazos, veo una piedra y no la utilizo es que soy un grandísimo pendejo. Al final, Verne sólo cambió la portada.
Argumento
Mi nombre es Pierre Aronnax, trabajo como biólogo del Museo de Historia Natural de París y me hice famoso en la Francia del siglo XIX por escribir un libro que hablaba de peces y pulpos, que se hizo popular entre cocineros y pescadores. Estaba saliendo de los Estados Unidos, donde estaba dando una conferencia sobre las exóticas comidas a base de pescado crudo del lejano oriente, cuando leí en las noticias acerca de una extraña ballena que estaba hundiendo barcos. No es anormal que una ballena hunda barcos de madera, especialmente si era perseguida por un capitán obsesivo, pero el cetáceo en cuestión empezaba a hundir barcos de acero. De hecho, se hablaba del hundimiento de un crucero inglés en el mar del Norte que se dirigía a Nueva York, pero los escépticos preferían teorías más concretas como témpanos de hielo o un atentado contra Leonardo Di Caprio para no entregarle el Premio Óscar.
En ese punto, los gringos decidieron invitarme a una expedición marítima que pretendía cazar a esa ballena. Nos fuimos a la mar, acompañado de mi sirviente Consejo, un simpático muchacho que lo recogí cuando era niño, notable por hablarme en tercera persona y limpiar mis botas con su lengua (habilidad que nunca dejaba de sorprenderme), y también por Ned Land, un famoso pescador ballenero cuya habilidad con el arpón, su entrenamiento en el lejano oriente y su buen gusto por la cocina de mar eran legendarias. En medio del mar, estuvimos un buen tiempo hasta que por un accidente por una boya el barco se volteó y tuve que nadar forzosamente. Consejo también se dio un chapuzón, pensaba que iba a rescatarme pero en realidad decidió hacerme compañía (aunque en ese momento lo que quería era ropa seca, maldito seas Alfred Consejo). Por suerte Ned Land nos vio y nos puso a salvo en una isla, que a la final no era isla sino ¡un submarino de acero! ¡No podía creerlo! Hasta entonces creía que era una leyenda urbana forjada por personas que pensaban que el gobierno le ocultaba información sensible para la población, pero en ese momento sólo pensaba en ese aparato que los gringos alguna vez me mostraron el cual supuestamente servía para escuchar conversaciones ajenas (quería ver su utilidad en la situación que estábamos).
Abstraído estaba en mis pensamientos cuando se abrió un boquete en el submarino. Pensaba que nos íbamos a hundir pero en lugar de ello unos tipos con aspecto de porteros de discoteca nos agarraron y nos arrastraron (supongo que amablemente aunque no entendía su lenguaje, solo escuchaba cosas como Sieg Heil y Mother fucker nigga o algo así) hasta un hueco oscuro y sin ventilación, lo que hacía desear que nos hubiéramos hundido. Luego de unas pataletas de Ned porque nohabía comido desde hacía dos horas, llegó ante nosotros un pez payaso un tipo con cara de loco (aunque mejor presentable que el alemán este que hablaba de socialismo, ya que no tenía la barba tan grande) y vestido de capitán. Era el Capitán Nemo, constructor, diseñador, ingeniero civil, financista y capitán del submarino "Nautilus", nombre inspirado en el prototipo de Robert Fulton. Al saber quien era yo, comenzó a pedirme autógrafos, daguerrotipos (no existía el Instagram para la época) y a decir que era un admirador de mi obra y que planeaba llevarnos a mí y a mis compañeros a una expedición sin rumbo por los siete mares (luego me revelaría que en realidad son nueve) a cambio de una sola cosa: no podíamos salir a la superficie. Luego de dimes y diretes terminamos aceptando.
Luego de visitar tierras extrañas, comidas a base de pescado y pulpos (la vez que nos dieron bistec de ballena Ned casi llora de la emoción), peleas con pulpos, calamares, estrellas de mar y esponjas, así como témpanos de hielo, tribus salvajes, motines encabezados por Ned que casi nunca funcionaban y barcos que le daban cacería al submarino finalmente pudimos escapar. Esto es básicamente lo que puedo contar, así que si esperabas algo más emocionante (o mujeres) pasa de largo.
Personajes
- Doctor Pierre Aronnax: el narrador de la historia. Científico que se vio obligado a trabajar para el gobierno, aun así tuvo que pagar la edición de su libro sobre peces. Aceptó ir a la expedición para volver a casa sin gastar dinero, pero luego de su ingreso al Nautilus se dio cuenta de que podía vivir en el submarino sin pagar hasta que terminó de robarle la información que necesitaba del submarino (su plan era vender la patente al gobierno francés). Aparte de ello, se hizo famoso por darle la idea del libro a Julio Verne.
- Consejo:
perro de cazasirviente del doctor Aronnax, su misión en la historia es servir de acompañante. Podrían haber puesto a una mujer ¡pero NO! Así que buscaron a este sirviente cuya característica más notable es su carencia de personalidad: si el señor va a comer, Consejo le limpia los cubiertos que se caen al piso, si se va a bañar Consejo le limpia el jabón (sí, tiene que agacharse para ello), y si van a una expedición marina Consejo le avisa donde está la presa y se la trae en la boca. Fuera de ello es un adulante, pero normal. - Ned Land: pescador arponero, su máximo deseo es escapar de esa lata de sardinas donde el capitán Nemo y el doctor Aronnax lo tienen encerrado. Me informan que lo capturaron tratando de escapar mientras escribía este artículo.
- Capitán Nemo: el capitán del submarino. Su esposa y sus hijos murieron en circunstancias desconocidas (NO, no fue culpa de los ingleses. Fue culpa de la munición que disparaban), así que para matar el tiempo decide construir el submarino y se entretiene destrozando barcos de madera, visitando restos de barcos piratas y saqueando naufragios.
- La tripulación
- Otros locos que no sé
Relación con otras obras
La obra forma parte de una especie de trilogía, conjuntamente con Los hijos del capitán Grant y La isla misteriosa. Los hijos del capitán Grant trata la historia de unos niños que buscan a su padre perdido (como Marco), en tanto que La isla misteriosa es la adaptación francesa de La familia Robinson pero con el Capitán Nemo ayudándolos. Claro, es más fácil sobrevivir en una isla desierta si tienes a un dueño de un submarino que te de suministros sin que lo sepas, si no que lo digan los de LOST.
En todo caso, lo único que tienen en común estas historias es el capitán Nemo (hundió el barco del capitán Grant y ayudó a los Robinson a sobrevivir, o algo así).
Recepción
La obra fue bien recibida por los frikis de la época, así, cuando esos frikis inventaron el cine una de las primeras obras de Verne en ser adaptada fue La vuelta al mundo en ochenta días (los viajes vinieron despues). Hasta la fecha la obra ha tenido diversas adaptaciones en cine, televisión, cómics, manga y rage comics, además de ser referencia para obras como One Piece Piratas del Caribe o Buscando a Nemo.
Hasta la fecha, es uno de esos libros que uno puede leer sin que la maestra te obigue a hacerlo.