Conspiranoico

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Cita3.pngNunca toleraremos vergonzosas teorías de conspiración.Cita4.png
George Bush hablando de los atentados del 11-S
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Herodes hablando de la Matanza de los Inocentes
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Stalin hablando del asesinato de Trotsky
Cita3.pngNunca toleraremos vergonzosas teorías de conspiración.Cita4.png
Adolf Hitler hablando del Holocausto.
Cita3.png¿Que en Auschwitz pasan cosas raras? Vamos, no seas conspiranoico. Mañana vamos en tren allí los dos y verás que no hay allí nada especial. ¿Qué no piensas venir? ¡Qué conspiranoico eres!Cita4.png
Un judío hablando con otro judío el día anterior a tomar el tren con destino a Auschwitz. El judío conspiranoico no acudió, huyó y consiguió salvar su vida. El otro acudió al tren y murió en una cámara de gas en Auschwitz. Y, evidentemente, el judío conspiranoico creía que Elvis está vivo.

ATENCIÓN: Si lee este artículo estará desafiando las premisas de la vida pública en los Estados Unidos y Daniel Pipes se enfadará mucho con Usted. Avisado queda.

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Incitables alberga una colección de frases célebres de o sobre Conspiranoico

Conspiranoico (del español conspiración y paranoico), se dice de la persona que tiene la ridícula y absurda creencia de que un gobierno puede mentir o de que un grupo de personas o una organización puede conspirar para hacer algo malo o delictivo.

Esto es absurdo. Es bien sabido que no existen las conspiraciones. Más bien al contrario, los gobiernos son siempre buenísimos y nunca mienten ni cometen fraudes ni conspiran. Como las conspiraciones no existen, todos los que han sido condenados por los Tribunales por conspiración han sido víctimas de un error judicial.

Este ciudadano no es un conspiranoico. Al contrario, sabe que los gobiernos son muy buenos y, por alguna extraña razón, no pueden o nunca tienen interés en organizar nada malo o delictivo

Como es bien sabido, los gobiernos, empresas, organizaciones, etc... sólo saben organizar y planificar cosas buenas. Por alguna extraña razón, no pueden o no tienen interés nunca en organizar o planificar cosas malas o delictivas.

Se puede demostrar que no existen conspiraciones con los siguientes argumentos incuestionables: «¡Ay, qué risa, claro, la CIA!... Elvis... la luna... paranoia... la navaja de Ockham...». El que, a pesar de estos argumentos tan convincentes, siga creyendo en alguna conspiración, es que está rematadamente loco.

Pero si las conspiraciones existiesen, que no existen, ¿cómo se llamaría al que creyese en menos conspiraciones de las que hubiese realmente? ¿hipoconspiranoico? ¿hipoconspiracista? ¿anticonspiracista? ¿aconspiranoico? ¿paranoico de la no-conspiración?

Además, si en la historia alguna vez ha habido conspiraciones, a partir de ahora, no se va a descubrir ninguna más.

Durante siglos los tribunales han condenado a personas por conspiración. Pero desde que se inventó la palabra "conspiranoia", ¡ya no existen conspiraciones! ¡Qué bien! Fue estupendo dar con tal invento para evitar tanto sufrimiento. Sería bueno inventar la palabra "torturanoia" para que dejasen de existir las torturas. También deberíamos inventar la palabra "asesinoia" y dejarían de haber asesinatos.

Las teorías conspiratorias suelen involucrar a sociedades tales como la CIA, el KGB, la Masonería, la Inquisición y otras sociedades, que, al decir de los escépticos, nunca hacen nada (entonces, ¿para qué están?).

Ejemplos de teorías conspirativas: ¿Está criogenizado Walt Disney? ¿Vive Hitler en algún lugar secreto en el Río de la Plata? ¿Saben tus papás que escondes revistas porno bajo tu cama? ¿Sabe la Agencia de Inteligencia de tu país que estás visitando este artículo? ¿Promovió la CIA el golpe de Estado de Pinochet en Chile? ¿Existen las rebeliones? ¿Y las guerras? ¿Al Subcomandante Marcos no se le para? (...el pelo, me refiero al pelo y lo digo por la capucha que siempre trae puesta) ¿Hace algo la CIA o sus empleados se dedican sólo a hacer crucigramas en horas de trabajo? Normalmente, son realizados por un grupo de personas poderosas, tales como Bill Gates o Stephen King u organizaciones tales como la CIA, KGB, masonería, etc...

Cuando un gobierno desconfía de los ciudadanos, es prudencia. Cuando un ciudadano desconfía del gobierno, es conspiranoia. Cuando un gobierno desconfía de otro gobierno, ¿eso qué es?

Conspiranoias en la Historia

Artículo principal: Anexo:Conspiranoias más importantes

Los siguientes hechos son conspiraciones:

Como es bien sabido que no existen las conspiraciones, todos los hechos anteriores ni existen ni han existido nunca. Si en televisión ves imágenes sobre guerras, rebeliones o terrorismo, se trata o de una alucinación o de un montaje con Photoshop. Si crees que has presenciado o sufrido un acto de terrorismo, entonces es que has sufrido una alucinación.

También son conspiraciones los fraudes de las empresas para defraudar a Hacienda. Como los Inspectores de Hacienda intentar evitar dichos fraudes resulta que son todos unos conspiranoicos. Y como las conspiraciones no existen, cuando descubren un fraude es que han sufrido una alucinación.

Ejemplos diversos de conspiranoias varias se pueden ver en el anexo.

Extensión de la conspiranoia

Las conspiraciones no existen. Por lo tanto, todas las personas que han sido condenadas por los Tribunales por conspiración han sido víctimas de un error judicial.

El actual Código Penal Español, de 1995, en su art. 17.1 dice: "La conspiración existe cuando dos o más personas se conciertan para la ejecución de un delito y resuelven ejecutarlo." Los anteriores códigos penales españoles también definían y castigaban la conspiración. En la legislación penal de otros países también se castiga la conspiración.

Por tanto, las siguientes personas son conspiranoicas:

  • Los legisladores de los países en cuya legislación penal se recoge la figura de la conspiración. Los pobres no saben que las conspiraciones no existen.
  • Los profesores de Derecho Penal que dicen que las conspiraciones existen y explican en qué consisten.
  • Los fiscales que acusan a alguien de conspiración.
Los jueces son unos chiflados conspiranoicos que creen en conspiraciones e incluso condenan a personas por ellas
  • Los jueces que condenan a alguien por conspiración. Como las conspiraciones no existen, todos los condenados por conspiración ¡han sido víctimas de un error judicial!
  • Los abogados defensores que se esfuerzan en demostrar que esa conspiración concreta no existió o que su defendido no participó en ella. Lo que deberían haber hecho es alegar que las conspiraciones, en general, no existen.
  • Los historiadores, que hablan de hechos históricos tales como El Complot de Southampton, La Conspiración de Amboise, La Conspiración de la pólvora, etc. Los historiadores son unos conspiranoicos. ¿Es que no se han enterado de que las conspiraciones no existen? Además, los historiadores creen que Elvis está vivo. A lo mejor no es cierto que lo crean, pero esta frase se pone por tradición.

Psicología de la conspiranoia

En un mundo que ha conocido el Holocausto, las purgas de Stalin, la matanza de las fosas de Katyn, las matanzas de Paracuellos, el asesinato de Trotsky, la Operación Gladio, los desaparecidos del Proceso de Reorganización Nacional en Argentina, el proyecto MK-ULTRA, el escándalo Watergate, el GAL, el escándalo Irangate y la red ECHELON, entre otras cosas, hace falta ser un memo y un magufo para desconfiar de un gobierno o de una agencia gubernamental, tal como la CIA, por ejemplo.

Desconfiar de los gobernantes podría ser razonable si alguna vez hubiesen hecho algo malo. Pero como ese no es el caso, creer en conspiraciones es algo absurdo y disparatado. Es la diferencia entre la racionalidad y la estupidez.

En un mundo con peligros, hay que saber distinguir entre los miedos racionales y los miedos disparatados. Por ejemplo, tener miedo de Al-Qaeda es un miedo razonable. En cambio, tener miedo de la CIA es un miedo insensato y paranoico. Aunque los chilenos no están muy de acuerdo con eso. Afortunadamente, tenemos unos políticos estupendos y muy requetebuenos que nunca mienten y que nos dicen qué miedos son razonables y cuáles no. Confía siempre en los políticos y ellos nunca te defraudarán. Confía siempre en los políticos y nunca sufrirás de paranoia.

Desconfiar de los gobernantes es una enfermedad mental. En cambio, la confianza total, incondicional y absoluta en los gobernantes nunca es patológica. Más todavía, es la única garantía de salud mental.

Que los gobiernos y las agencias gubernamentales, tales como la CIA, son muy requetebuenos y nunca hacen nada malo es algo evidente a cualquier persona en su sano juicio. Pero los conspiranoicos parten de un supuesto completamente absurdo. Ellos piensan algo así como: «A veces, podría ocurrir que un gobierno o una agencia gubernamental planifique algo malo.» Cuando se piensa semejante absurdo, surgen las teorías más ridículas, las teorías más insensatas, las mayores aberraciones, las mayores locuras.

La conspiranoia ha sido objeto de estudio por diversos psicólogos. Así, por ejemplo, en un artículo de la British Journal of Social Psychology publicado en 2011 se dice:

Cita3.pngAvanzamos una nueva explicación de por qué las personas respaldan las teorías de la conspiración, argumentando que las personas usan la herramienta sociocognitiva de proyección cuando hacen juicios sociales sobre los demás. En dos estudios, encontramos que las personas eran más propensas a respaldar teorías de conspiración si pensaban que estarían dispuestas, personalmente, a participar en las supuestas conspiraciones. El estudio 1 estableció una asociación entre las creencias conspirativas y la disposición personal a conspirar, lo que medió plenamente una relación entre el maquiavelismo y las creencias conspirativas.Cita4.png
«Does it take one to know one? Endorsement of conspiracy theories is influenced by personal willingness to conspire» - Douglas - 2011 - British Journal of Social Psychology - Wiley Online Library. (en inglés)

¡Anda! ¡Qué cosas! ¡Qué sorpresa! ¡Ahora resulta que existen personas maquiavélicas!. Ahora bien, aunque existan personas maquiavélicas, los gobernantes y los empleados de las agencias gubernamentales, tales como la CIA, nunca nunca son maquiavélicos. Y dentro de las personas con «disposición personal a conspirar», nunca están los políticos, que son todos requetebuenos y nunca conspiran.

En la Unión Soviética fueron los primeros en darse cuenta de que la conspiranoia (o sea, desconfiar de los gobernantes) es una enfermedad mental:

Cita3.pngEl punto de partida para aquellos “tratamientos” era muy claro: cualquier pensamiento o actitud que se desviara de la norma revolucionaria era un síntoma inequívoco de desequilibrio mental. El propio Nikita Jruschov declaró en 1959: “De aquellos que se oponen al comunismo, podemos decir con claridad que su estado mental no es normal”. (…) En 1969, Yuri Andrópov, (…) publicó un decreto sobre Medidas para prevenir el comportamiento peligroso por parte de personas con enfermedades mentales.Cita4.png

En la Unión Soviética fueron pioneros en poner un satélite artificial en órbita, el Sputnik 1. También fueron pioneros en poner un ser vivo en el espacio, la perra Laika. También fueron pioneros en poner un hombre en el espacio, Yuri Gagarin. Y también fueron pioneros en darse cuenta de que la conspiranoia (o sea, desconfiar de los gobernantes) es una enfermedad mental.

Organizaciones implicadas en teorías conspirativas

En la mayoría de las teorías conspiratorias aparecen implicadas una serie de organizaciones tales como la CIA, el KGB, la masonería, el Grupo Bilderberg, la Inquisición, etc. Una pregunta, si esas organizaciones nunca han hecho conspiraciones, ¿a qué se dedican o dedicaban? Porque es de suponer que alguna vez habrán hecho algo, ¿no?

Sello de la CIA. Esta organización es requetebuena y no puede o nunca tiene interés en planificar nada malo ni delicitivo.

Una de las organizaciones que aparece con más frecuencia en las teorías conspirativas es la CIA. Esta organización es requetebuena y nunca ha organizado nada malo ni delictivo. Bueno,... ejem... tal vez alguna vez la CIA haya hecho algo malo. Pero a partir de ahora, ya no se va a descubrir nada malo hecho por la CIA. Y si luego más adelante se vuelve a descubrir otra cosa, se volverá a decir: "pero a partir de ahora, ninguna más". Y así sucesivamente, por siempre jamás.

El historiador conspiranoico Michael Parenti ha utilizado el término "conspirafobia" (conspiracy phobia). Como ya se dijo antes, los historiadores son todos unos conspiranoicos que creen que Elvis está vivo. Este historiador llama a la CIA «una conspiración institucionalizada».[1] Este autor no se da cuenta de que, aunque la CIA haya hecho antes algunas cosas malas, muy pocas, a partir de ahora no va a hacer nunca más nada malo.

Las siglas CIA significan precisamente «Conspiración Institucionalizada Avanzada».

Refutación de las teorías conspiratorias

Para refutar las teorías conspiratorias se pueden usar las siguientes medios:

  • Una forma de refutarlas serían usar argumentos racionales sobre la posible existencia o no de una conspiración determinada. Esto, sin embargo, tiene una serie de inconvenientes: a) eso de razonar es muy cansado. b) además hay que examinar todas las teorías conspiratorias una por una. Además, algunos lameculos escépticos le tienen aversión a usar razonamientos.

Por eso es mejor usar los métodos siguientes.

  • Use continuamente las palabras "paranoia", "conspiranoia", etc...
  • Haga burlas y sarcasmos sobre la teoría. Aprenda a decir: "¡Ay que risa! ¡La CIA!". Practique hasta conseguir el tono de voz adecuado.
  • Venga o no a cuento, mencione la Navaja de Occam y diga que, según ella, la teoría conspiratoria es falsa.
  • Haga una lista de las teorías conspiratorias más ridículas y compárelas con las teorías conspiratorias que quiera refutar.
  • Dé por supuesto, aunque sea mentira, que el que cree en una teoría conspirativa también cree en todas las demás teorías conspirativas.
  • Por supuesto, nunca olvide mencionar la teoría de que Elvis está vivo, aunque no tenga ninguna similitud con la teoría conspiratoria que quiere refutar.
  • Diga que todos los que creen en la teoría conspiratoria están locos. Dígalo, aunque resulte que el 80 % de la población esté loca y los psiquiatras no lo hayan diagnosticado.
  • Por supuesto, nunca debe mencionar las teorías conspiratorias que han resultado ser ciertas.
  • Si alguien menciona una conspiración que realmente ocurrió, niegue que fuese una conspiración. Si consigue cambiar el significado de las palabras con suficiente habilidad, tiene mucho ganado. Recuerde los dos principios siguientes:
Si es una conspiración, no ha ocurrido.
Si ha ocurrido, no es una conspiración.
Si sabe manejar adecuadamente estos dos principios, podrá triunfar en las controversias.
  • Nunca mencione el significado jurídico de la palabra conspiración. Ya se sabe que los legisladores, profesores de Derecho Penal, jueces, fiscales y abogados son todos unos conspiranoicos.
  • En el peor de los casos, debe usted decir: Donde dije digo, digo Diego. "Pero si yo no he dicho nunca que las conspiraciones no existen."

Falacias

Para refutar teorías de conspiración se suelen usar las siguientes falacias[2]:

Falacia de apelar al ridículo. Decir continuamente: «Chiflado conspiranoico... ¡Ay, qué risa, claro, la CIA!... Elvis... la luna... paranoia... la navaja de Ockham...»

Falacia ad hominem. Por ejemplo: «Los que promueven esta teoría de conspiración solamente quieren hacer negocio vendiendo libros y camisetas.»

Torres Siamesas

Falacia de ambigüedad, del equívoco o de anfibología. Se produce cuando en un mismo argumento se emplea un término con más de un significado. Por ejemplo:

* La teoría de la demolición controlada de las Torres Gemelas es una teoría de conspiración (significado 1).
* Por definición, las teorías de conspiración (significado 2) son falsas.
* Por lo tanto, la teoría de la demolición controlada de las Torres Gemelas es falsa.

Falacia de autoridad. O sea, confiar incondicionalmente en la autoridad. En este caso, la autoridad son los gobernantes o las agencias gubernamentales o ambas. En consecuencia, se considera cierta la versión oficial que estos apoyan y se rechaza la teoría de conspiración que cuestiona dicha versión oficial.

Falacia de asociación. Se seleccionan las teorías de conspiración más ridículas y se mencionan continuamente. Una de las más mencionadas es la teoría de que Elvis Presley está vivo. En cuanto a las teorías de conspiración que han resultado ciertas, no se mencionan o no se reconoce que hayan sido teorías de conspiración. Luego se concluye o se da a entender que todas las teorías de conspiración son ridículas. Un ejemplo de esto son las numerosas páginas web sobre algo así como «diez teorías conspirativas más famosas». Estas páginas web dan a entender algo así como: «¿Habéis visto lo ridículas que son las teorías de conspiración?». Aunque lo que en realidad ocurre es: «¿Habéis visto lo ridículas que son las teorías de conspiración que yo he seleccionado (las he seleccionado precisamente por eso)?». (Evidentemente, ahí no se mencionan las teorías de conspiración que han resultado ciertas.) Lógicamente, las teorías de conspiración que tienen la característica A (sea lo que sea) tienen la característica A.

Falacia ad Hitlerum. Por ejemplo: «Adolf Hitler creía en teorías de conspiración». Lógico, porque todo el mundo cree en teorías de conspiración, sea en esta teoría o en esta otra. Evidentemente, las teorías de conspiración que eran teorías conspirativas oficiales en la Alemania nazi no fueron teorías conspirativas oficiales en Estados Unidos. Además, Hitler era un conspiranoico porque en las leyes penales de la Alemania nazi se preveía y castigaba la conspiración. Pero eso también ocurre en otros países. En todos los países, las leyes penales prevén y castigan la conspiración. ¡Cuánto conspiranoico hay por el mundo!

Falacia ad baculum. Falacia que sostiene un argumento basándose en la fuerza o amenaza. Por ejemplo: «Si divulgas esta teoría de conspiración, te echaremos de tu trabajo»

Falacia de petición de principio. Partiendo del supuesto (explícito o implícito) de que las teorías de conspiración son falsas, se da a entender o se llega a la conclusión de que las teorías de conspiración son falsas.

Falacia de «Ningún escocés verdadero». Si alguna teoría de conspiración resulta ser cierta, no se reconoce que haya sido una teoría de conspiración.

Falacia de «Ningún escocés verdadero». «Ninguna teoría de conspiración resulta ser verdad.» «La teoría de conspiración de la culpabilidad de Richard Nixon en el escándalo Watergate resultó ser verdad.» «La teoría de la culpabilidad de Nixon en dicho asunto no era verdaderamente una teoría de conspiración.» O sea, cuando una teoría de conspiración resulta ser verdad, no se reconoce que haya sido una teoría de conspiración.

10ª Falacia de la tautología trivial. Se produce esta falacia cuando se presenta una tautología trivial como si aportase alguna información adicional, lo que evidentemente no hace. Las tautologías triviales son siempre ciertas. Lo que constituye una falacia es pretender que aportan alguna información adicional. (Muchas veces, esta falacia, explícita o implícita, se usa como preparación para la falacia de ambigüedad [3ª] o para la falacia de «Ningún escocés verdadero». [9ª])

Se define «teoría de conspiración» incluyendo (explícita o implícitamente) el hecho de que sea falsa. Entonces, la frase «Las teorías de conspiración son siempre falsas.» es tan solo una tautología trivial. Una tautología trivial que no proporciona ninguna información adicional. Una tautología trivial que no demuestra nada. Una tautología trivial que solamente produce confusión. Una tautología trivial que no proporciona ninguna ayuda para evaluar racionalmente ninguna creencia concreta. En efecto, para demostrar que una creencia determinada es una teoría de conspiración, primero habría que demostrar que es falsa. Pero una vez se ha demostrado que es falsa, el concepto tautológico de «teoría de conspiración» ha sido superfluo y no ha ayudado en nada.

Por supuesto que sería posible hacer la tautología inversa. Definir «teoría de conspiración» incluyendo el hecho de que sea verdadera. Entonces, la frase «Las teorías de conspiración son siempre verdad.» sería igualmente una tautología trivial y tampoco ayudaría en nada para evaluar racionalmente ninguna creencia determinada.

El negocio de las teorías de conspiración

Según dicen algunos, las teorías de conspiración suponen un negocio para los que las promueven vendiendo libros. Por supuesto que los que escriben libros o hacen conferencias contra las teorías de conspiración lo hacen gratis, ¿o no?

Como bien dice el chiflado lameculinoico Mauricio-José Schwarz, no existen las conspiraciones. La conclusión obvia es que las personas que han sido condenadas por los Tribunales por conspiración han sido víctimas de un error judicial. Y ahí radica otro de los negocios de las teorías de conspiración. Es precisamente este negocio lo que explica el auge de las teorías de conspiración y que tantos magufos (profesores de Derecho Penal, jueces, fiscales, etc.) digan que existen las conspiraciones (de las que, por cierto, han hecho su medio de vida).

Los chiflados conspiranoicos han hecho un negocio de las teorías de conspiración vendiendo libros como este. Como las conspiraciones no existen, todos los que han sido condenados por los Tribunales por conspiración han sido víctimas de un error judicial, en parte, por culpa de libros como este o similares.

Cuando se pone en marcha el negocio de las teorías de conspiración, a los malvados conspiranoicos que se lucran de él no les importa el perjudicar a personas inocentes. Para mantener este negocio, los legisladores de muchos países incluyen en sus códigos penales la figura de la conspiración. Con esto dan comienzo a este lucrativo e inmoral negocio. Los profesores de Derecho Penal mienten diciendo que existen las conspiraciones y explican a sus alumnos en qué consisten. Estos profesores incluso escriben libros de Derecho Penal hablando de las conspiraciones. Libros que, con su venta, suponen un ingreso para ellos. Otros que se lucran con las teorías de conspiración son, por tanto, las editoriales y los libreros, sobre todo si están especializados en Derecho. En su avaricia, no les preocupa mentir ni estafar ni perjudicar a inocentes. A las facultades de Derecho de las universidades podríamos llamarlas "escuelas de magufos conspiranoicos".

Los policías muchas veces acusan a personas de conspiración y los ponen a disposición judicial. Los fiscales acusan a muchas personas de conspiración. Los jueces han condenado a muchas personas por conspiración. No termina ahí la cosa. Luego de la sentencia, los funcionarios de prisiones tienen a su cargo la custodia de las personas injustamente condenadas por conspiración.

No existen las conspiraciones. Como las conspiraciones no existen, todos los que han sido condenados por los Tribunales por conspiración han sido víctimas de un error judicial. Pero hay muchas personas que se lucran con este negocio de la conspiranoia: legisladores, profesores de Derecho Penal, libreros, fiscales, jueces, policías, funcionarios de prisiones, bibliotecarios de La Ladrona, etc. No es extraño, por tanto, que surjan teorías conspiratorias que en muchos casos terminan en la condena de un inocente. Porque todas esas personas antes citadas han hecho de las teorías de conspiración su medio de vida.

Además, todos estos magufos conspiranoicos (legisladores, profesores de Derecho Penal, fiscales, jueces, policías, etc.) creen que Elvis está vivo.

Peligros de la conspiranoia para la sociedad

Véase también: Anexo:Conspiranoias más importantes#Conspiración de los conspiranoicos

Daniel Pipes. Si crees en conspiraciones, estarás desafiando las premisas de la vida pública en los Estados Unidos y Daniel Pipes se enfadará mucho contigo

Por tanto, los conspiranoicos son una amenaza para la sociedad. Los conspiranoicos (especialmente los jueces, que son los peores conspiranoicos de todos) son unos malvados que pretenden hacernos creer que existen las conspiraciones (lo que es mentira). Es decir, los conspiranoicos han formado una conspiración para difundir teorías sobre conspiraciones. Y esta conspiración de conspiranoicos tampoco existe. ¿O sí? Como dice el chiflado lameculinoico Daniel Pipes:

Cita3.png¿Qué pasaría si estos elementos disparatados compartieran creencias, unieran fuerzas, ganaran una audiencia mucho mayor, salieran de su gueto intelectual y político, y llegaran a ser capaces de desafiar las premisas de la vida pública en los Estados Unidos?. Esta es la espantosa perspectiva, soberbiamente plasmada por Michael Barkun en su importante libro, recién publicado, «A Culture of Conspiracy: Apocalyptic Vision in Contemporary America» (University of California Press, $24.95).[3]Cita4.png

Es decir, hay una peligrosísima conspiración de conspiranoicos que pretenden engañar a todo el mundo diciendo que existen las conspiraciones. Y esta conspiración es extraordinariamente peligrosa. Pero si los conspiranoicos conspiran para hacernos creer que existen las conspiraciones, entonces hay al menos una conspiración. En el caso de los jueces (los conspiranoicos más peligrosos de todos) esta conspiranoia produce en muchos casos la condena de inocentes.

Además, como dice Daniel Pipes, si crees en conspiraciones, no solamente desafiarás las premisas de la vida pública de Estados Unidos, sino que se te caerá el pelo, se te secará la médula espinal y demás cosas. Más o menos lo que decían los curas que te pasaría si te masturbabas. Además, desafiar las premisas de la vida pública de Estados Unidos es de mala educación. Peor todavía que leer la Inciclopedia

Pues eso, la conspiración para desafiar las premisas de la vida pública de Estados Unidos es una conspiración peligrosísima. Hay que estar vigilantes y alertas contra ella. La conspiración de conspiranoicos es la peor (¿o la única?) de las conspiraciones. Y encima da de comer a los jueces, fiscales, profesores de Derecho Penal, etc.

Por si fuera poco, Fu-Manchú, en su conspiración para desafiar las premisas de la vida pública de Estados Unidos (que alguien me explique que significa eso), ha financiado un periódico conspiranoico. ¿Puede haber algo más tremendo que la conspiración de conspiranoicos?

NOTA: Se prohíbe terminantemente a los lectores de Inciclopedia desafiar las premisas de la vida pública de Estados Unidos.

Véase también

Wikilogo botante.gif Para los interesados en la versión
menos seria y verídica, Wikipedia
tiene un artículo sobre:
Teoría conspirativa

Fuentes fiables

  1. «At the same time, the CIA is an institution, a structural part of the national security state. In sum the agency is an institutionalized conspiracy». Parenti, Michael (1996): Dirty Truths. «The JFK Assassination II: Conspiracy Phobia on the Left», pp. 186.
  2. Argumentos engañosos: Un análisis de las 16 falacias lógicas más comunes – Psyciencia
  3. Viejas Conspiraciones, Nuevas Creencias :: Daniel Pipes

Conspiraciones enlazadas

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