Ahed Tamimi
Ahed Tamimi (im item dah en anagrama satánico) es una actriz Pallywoodense, otrora niña símbolo de las artes dramáticas y actual influencer millennial en árabe con acento jordano, gracias al gentil auspicio de Al-Fatah.
Hija del actor árabe Bassem al-Tamimi, y nieta de migrantes de Yemen, se hizo famosa en 2011 al pedirle a su tía que le tome una foto usando una camiseta pacifista hippie mientras posaba junto a un guardia haciendo el ademán de querer golpearlo[1]. Desde entonces fue conocida como "el puño pacifista", lo que le dio muchos likes en Hi5, a su tía claro.
Pininos
Nació en Nabi Salih (Samaria) el mismo año en que cayeron las torres gemelas. Su primera actuación fue a instantes de nacer, cuando amenazó al obstetra con darle un shoryuken si no la devolvían al útero materno donde se hallaba tan a gusto. Cosa que le mereció su primer aplauso. En las nalgas.
Más tarde, en el kinder, se ganaría el apodo de "la niña heroína", ya que era la dealer que repartía esta sustancia a los zamarros que salían a apedrear autos, de modo que hicieran su deporte más a gusto.
El rock de la cárcel
A su corta edad se ha visto envuelta en escándalos que avergonzarían a Lindsay Lohan, y parece tener como meta conocer cada carceleta de Samaria, e incluso se ha tomado varias semanas de vacaciones interrumpidas en algún prestigioso presidio de menores.
Su primera actuación viral fue en un escenario natural. Cuando un grupo de chicos estaba contaminando un manantial en Samaria, mismo que fue puesto a resguardo militar. Cosa que aprovecharon Ahed y sus cercanos para hacerse selfies con los soldados, y cantar melodías que provocarían el suicidio de Venom. Los soldados, a punto de sangrar por los oídos, les ofrecieron el manantial a cambio de que se callen. Pero Ahed aprovechó para subir la apuesta y no aceptó, sino que pidió la expulsión de los judíos de Israel.
Como aquel chantaje resultara excesivo, Ahed decidió seguir cantando y hasta 2018 nadie ha logrado que se calle. Aunque esto podría cambiar en 2019, al cumplir edad legal para ir a un presidio regular.
Desde entonces ha recibido numerosos auspicios de Siria, Irak y Turquía que han ayudado a que el prestigio de Pallywood aumente al punto que barajan la idea de traer más yemenitas para nacionalizarlos como refugiados palestinos.
Hay como duele crecer
Siempre animada por sus padres, teatreros frustrados, cada vez que salen a hacer un número la ponen delante junto con los niños para que sean los primeros en recibir los tomates habituales tras sus actuaciones, y el aplauso de la prensa internacional.
Performances
Muy emocionada recibiendo el premio de la Academia de cine turco.
Alá, Alá
A la cárcel la han enviado en varias ocasiones por lanzar piedras a soldados y civiles, incitar a sus vecinos a cometer actos terroristas y llamar a la gente a convertirse en mártires. Claro que esto es juzgado mayormente por la prensa extranjera como parte de sus pintorescas expresiones folklóricas ancestrales de indígena palestina[3].
En una de sus escaramuzas con amigos, su primo recibió un tiro en la cara con una bala de goma, lo que le dejó el rostro con chanfle. Cosa que enfureció a Ahed, porque los soldados no usaron balas de las buenas, ya que el objetivo era que el primo muera en el incidente, y Alá lo recompense en el paraíso con sus 72 cabras vírgenes por morir haciendo jihad. Y en cambio sólo quedó feo.
Reacciones
Tras conocer su trayectoria, Ahed se ha convertido en la Emma Watson árabe, volviéndola un ícono feminista y LGBT[4].
En la figura, se propone que los soldados israelíes son machirulos heteropatriarcales castrados e impotentes, de masculinidad frágil que son vencidos por una niña, debido a que no le pegaron cuando tuvieron oportunidad.
Luego los grupos de interés llegaron a declarar que Ahed no fue arrestada por quebrar la ley, sino, "por ser mujer".
Ya de grande y triste tratando de revivir su éxito de infancia.