Claudine de Culam
Claudine de Culam es el nombre de una de las musas preferidas de Naoko Takeuchi y a quien más cariño le guarda. Ya que su testimonio de vida fue la base sobre la que se construyó su personaje preferido, Chibiusa.
La vida de Claudine no solo ha sido inspiración de la autora de Sailor Moon, sino también de las fangirls, quienes en su honor y memoria organizan marchas de lucha por el derecho a amar con libertad y contra la discriminación de los estilos de vida alternativos.
Historia
Claudine nació en 1585, en la comuna Rozay-en-Brie del cantón homónimo, en el distrito de Provins, en el departamento de Sena y Marne. Su nacimiento en la familia 'de Culam' sucedió dieciséis años antes de morir como una heroína del amor y volverse un icono de la cultura popular en Japón.
Sobreviviendo la adolescencia en una época opresiva, Claudine fue acusada de tener un amor prohibido por algunos vecinos que le tenían envidia. La acusación no sólo incluía haber copulado estando soltera, sino también de haberlo hecho con alguien que no era blanco, ni negro.
Tras negarse a presentarse a los tribunales, fue arrestada por la policía. La acusación formal era la de "cohabitación carnal con alguien que no era de su clase".
Acusación y proceso en su contra
Claudine era una analfabeta instruida en las artes del bondage y la sumisión por su amo el prior de Revecourt, bajo cuyo yugo servía desde los 12 años. Pero la explotación de menores no le importaba a la corte. Sólo el escándalo de un amor desigual.
El juicio a los amantes se llevó a cabo a lo largo de varios estresantes días, y Claudine no entendía tanto parloteo técnico cuando se le hacían preguntas. Su amante mucho menos. Ambos fueron azotados por desacato y por ser tan ignorantes.
Alojada en un calabozo de medio tenedor, a la pobre Claudine no le permitieron ver a Helios, su amante, y no tuvo ni derecho a una llamada, sobre todo porque aun no se habían inventado los teléfonos.
Prueba testifical
Varios testigos se presentaron jurando decir la verdad.
Era el día de la fiesta de San Luis y yo estuve de visita en casa del prior de Revecourt quien me mostraba su colección de azotes. Al pasar por el patio para ver que tan sumisas estaban las sirvientas harapientas visioné a la acusada copulando con el tal Helios sin tener autorización para ello. Luego que terminaran y Claudine se vistiera, fui a acusarla con su madre Jeanne Dubois, la viuda de Culam, pero ella se atrevió a no darme crédito, así que me la tiré gratis... ejem... digo... Yo la vi, Claudine es una cochina.
A finales de agosto, cuando los graneros están llenos de cosecha, vi a Claudine haciéndole un handjob a su amante aquí presente. Yo misma le reproché a la chica, su técnica era muy mala.
Eran los primeros días de septiembre y el verano aun dejaba sentir su fuerza a pesar de que algunas hojas ya cambiaban de color quizás debido al plenilunio. Y al penetrar en el salón de la casa para limpiar luego de la orgía mensual del prior, fue cuando encontré a Claudine tendida de bruces en el lecho de reposo exponiendo su derriere, y Helios estaba parado, valga la redundancia, sobre ella. Cuando me vieron, Claudine bajó sus faldas, pero mi rival, ejem... el acusado porfió en su propósito. Así que le di una patá en los cojones, pero Claudine se atrevió a defenderlo y me dijo que no me meta en sus cosas cuando me la quise coj... digo, dijo que la deje sola. ¡Vergüenza! ¡Vergüenza! ¡Pecado! ¡Vergüenza! ¡Es una indecente!
Mi hija Claudine es inocente, sencilla y sin malicia. Es envidia lo que le tienen. La envidia mata. Con respecto a lo dicho por Nicolas Perrautelle, todos en casa del señor Prior sabemos que grita el nombre de Claudine cuando se hace sus pajichuelas. Pero mi hija está ilusionada con otro ¿es eso tan malo? Quizás se deba a que es analfabeta así como yo soy vaginalfabeta. Sólo necesita estudios.
La corte asumió que los estudios se referían a un peritaje y sometieron a Claudine a un papaniclolau hecho por unas comadronas expertas en brebajes espirituosos.
Pericia
El tribunal ordenó a tres mujeres: la esposa del boticario, y la esposa del médico, que examinen a la chica, ya que ellas eran expertas en ser esposas de boticario y médico respectivamente. La tercera mujer fue una vendedora de peras, para que la escaramuza cuente como "pericia" y así quede asentado en las actas. Sus conclusiones fueron determinantes.
La prueba fue desnudar a Claudine y dejarla con Helios a ver si follaban. Como Helios no era muy listo quiso tirarse a Claudine antes que las mujeres salieran, lo que ellas anotaron como un acto de depravación.
Nuevamente hubiera existido en ese momento un nuevo acoplamiento carnal si no hubiéramos actuado para evitarlo.
Confesión y fallo
Luego de dos meses de proceso y encarcelamiento, Claudine se puso de rodillas y se declaró culpable y que merecía el castigo, pidiendo además que perdonen a Helios, ya que él no es muy listo y no sabía lo que hacía. Y que perdonen a su hijo, ya que el fruto de su amor ilícito nacería en seis meses, cuando se venga la primavera.
Lo del embarazo se determinó como mentira, y Claudine fue condenada por los delitos de falsedad, fornicación desautorizada y por alburear al juez con eso de que se viene la primavera.
Claudine y Helios fueron condenados a la horca, a la hoguera, a la humillación pública con orina en la plaza del pueblo, a trabajo comunitario limpiando las cenizas de su propia hoguera, y a pagar una multa. En ese orden.
Dicen quienes los vieron colgados en el patíbulo, que tal era el amor entre ellos, que aun después de muertos se miraban con ojos de carnero degollado.
La sentencia fue dictada y llevada a cabo el 15 de octubre de 1601. Ni Claudine, ni Helios pudieron cumplir las últimas sentencias.
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