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Incilibros/Los viajes de Gulliver

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Cita3.pngCariño, voy a por tabacoCita4.png
Gulliver momentos antes de montarse en un barco
Cita3.pngNi Willie Fogg da tantos viajes...Cita4.png
Alguien al leer el libro
Cita3.pngGente diminuta, gente gigante, caballos parlantes, y lo más increíble: gente INTELIGENTE... luego el que fuma soy yo...Cita4.png
Bob Marley sobre los Viajes de Gulliver

Los viajes de Gulliver es un breve resumen de los viajes que un doctor, cuyo nombre era Manuel (pero en el Registro Civil se equivocaron y le pusieron Lemuel), el cual un día fue de fiesta por ahí, y los colegas lo liaron.

Primera parada: Lilliput

¡Soltadme...!
Primera lección: Si atáis a un gigante que os puede matar, no lo desateis...

No se sabe muy bien cómo llegó este hombre a meterse en esta situación. Por lo visto se metió en un barco, el cual naufragó, y lo demás se va a acordar quien yo me sé.... Tras la inconsciencia, despertó atado por todas partes, como si de un zapato en un pie se tratase, y multitud de hormiguitas rondaban por su alrededor.

Su sorpresa fue cuando descubrió que no eran hormiguitas, sino avispas sin alas, del bote que dio reventó todas las ataduras. Multitud de hombrecitos pequeñitos salieron de sus casas diminutas, a ver qué coño había pasado. Todos miraban hacia un lado, un volcán estaba entrando en erupción... cuando se dieron cuenta de que era Gulliver, en una postura un tanto desagradable, el hombre llevaría días sin poder... todos somos humanos.

Todos asombrados, se quedaron mirando al gigante. Tras una breve observación a los lilliputienses, que así es como el denominó a esta especie de personitas, calculó que medían la doceava parte que él (qué ojo tenía el tío...).

Los lilliputienses, ni cortos ni perezosos, se quedaron de mascota al gigante, que te recuerdo se llama Manuel (Manolo para los amigos) Gulliver. Para ellos sería un arma contra Blefuscu, del mismo tamaño que ellos. Su discusión era la forma de partir los huevos, que no tiene nada que ver con esto ni esto. Y para más lío, también la montaron contra los que no se puede de ninguna manera ser nombrados, no porque nos cobren algo, sino porque tiene un 97% de letras consonantes. Estos tipos eran los Brobdingnag (pronúnciese como le de la gana, nadie lo hará bien) son gigantes en toda regla, ya que, según cálculos precisos de Manolo, medían 12 veces más que él.

Tras haber pasado unos días en Lilliput sin hacer nada productivo, excepto robar una cabra, la cual metió en un bolsillo suyo, hizo algo que todo humano debe hacer, meterse en una cesta gigantesca, a sabiendas de que gigantes rondaban por ahí... Lo que se avecinaba era lógico, alguien de el país que solo Fraga sabe pronunciar se llevó la cesta, y el pobre Gulliver iba dentro...

Señor, déjeme en Brobdingnag...

Voz en off: En apartados anteriores, Gulliver se había ido de casa, y fue a parar a un barco, el cual naufragó en una isla de enanitos. No estaba con los Pitufos, sino con los Liliputienses, con los que pasó unos días, hasta que Manuel se metió en una cesta gigante y...

...como buen humano la cagó. Gulliver estaba durmiendo en la cestita tan feliz y a gusto, cuando notó algo raro; tenía un fuerte dolor en la cabeza. De repente despertó, y parecía que estaba dentro de una centrifugadora. El/la/lo que llevaba la cesta, le iba dando vueltas en el aire, y claro, Gulliver dentro estaba que ni con drogas de lujo. Cuando paró de dar vueltas como un huracán, empezó a gritar socorro, en vano pues para los gigantes era un sonido imperceptible. Gulliver consiguió escapar cuando paró la cesta, y se dio cuenta de lo que se le venía encima... y nunca mejor dicho, pues un pie gigante casi lo deja como un chicle en el suelo.

Uff, pensó, pero después de eso eran otros pies los que venían, por lo que decidió moverse a un sitio en el que no habia mucho tráfico de brobdingnagnenses. Y cuando creía que se iba a librar de una muerte segura, notó que avanzaba de una forma extraña; no hacia adelante, no hacia atrás, ni como estaba más acostumbrado, haciendo eses, avanzaba hacia arriba. Cuando Manolito giró su cabeza hacia arriba, y vió un ojo de un tamaño monumental, se hizo ateo, pues eso no era creación de Dios...

Esa cosa lo cogió y lo guardó en un bolsillo. Gulliver se sentía como un trozo de pan guardado para luego... qué bajo había caído, de ser un gran doctor, a ser una mascota de una cría de 10 años, midiendo 15 metros, pero una cría al fin y al cabo.

La niña le mostró el extraño ser a su padre, el cual quedó aterrorizado, nunca vio algo tan desaliñado... ah, y también porque era muy pequeño. Para colmo de males, Manuel el tiempo que estuvo ahí vivió en una casa de muñecas, aunque para él era un palacio, no se podía quejar, hasta bañera gigante tenía.

Todo iba bien, hasta que decidieron enseñarselo a la reina que por allí reinaba, porque ni tu ni yo reinábamos ni vosotros reinábais y ellos no reinarán. Después de esta pasada por la gramática española, prosigamos. La reina convocó una cena para presentar al monillo de feria, que es lo que para ellos era Gulliver. Antes de eso, los dueños de Gulliver lo pusieron en la calle, para coger algunas perrillas. Manolo se puso a hacer cosas: a dar volteretas, a rodar, a correr, a hacer piruetas... hasta que en un descuido se escapó al palacio (no al suyo, al de la reina), y se puso en la mesa de los comensales, con tal mala suerte de que fue a dar con una avispa, gigante, pero una avispa, que si lo llega a picar, lo deja como hinchazón humano.

Una vez se libró de la avispa, matándola con un tenedor o no sé como, creía que todo había acabado, y se puso a comer una uva del tamaño de un huevo de avestruz. Todo había pasado; pero el bufón, celoso de que Gulliver ahora sea el centro de atención, se encontraba rondando la zona. Y se juntaron el hambre con las ganas de comer. El bufón vio a una uva moviéndose, y fue a ver qué pasaba. Cuando vio a Gulliver, se le ocurrieron mil fechorías que hacer, y mil maldades para hacerle... y mucho tardó, lo justo para que Lemuel saliera por patas en dirección a su casa.

La actuación

Llegó la hora de la cena, que más bien pintaba como una merienda-cena, porque abundaban los sándwiches de mortadela, chorizo y jamón, y los zumitos. Gulliver estaba nervioso, nunca había actuado, y menos con gente 12 veces más grande que él, y con hortalizas gigantes que lanzar. No sabía qué hacer, por lo que no se le ocurre otra cosa que jugar con pólvora, y claro, el que juega con fuego, luego se hace pis en la cama, y también se quema. Los Brhgarhgaoro... no, no, no era así, era Vrisrovbhjl; tampoco era algo como Mnehfiugkg... ahh, qué más da, si sabes de quienes hablo, no conocían la pólvora, su altura la compensaba la falta de inteligencia, por lo que Gulli pensó que iban a quedar perplejos.

Llegó el momento, y Gulliver estaba motivado, estaba en su salsa, estaba crecidito, y lo preparó todo, pólvora y mechas, y se dispuso a crear petardos. Claro, si saliera bien nadie hubiera comprado el libro, por lo que todo se fue por peteneras... La pólvora parecía que no explotaba, pero si iba a explotar, y bien. Gulliver calculó mal, olvidó que se llevaba una, y la fastidió. Creó tal petardazo que ni el LHC en un futuro hará. Claro, si se quedaba ahí, iba a ser linchado, por lo que corrió, y corrió, y se cayó, y corrió, y corrió, y casi se cae, y se cansó, y respiró, y volvió a correr... hasta que algo extraño le pasó.

¡Hostia! Laputa, Balnibarbi, Luggnagg, Glubbdubdrib y Japón, mejor me meto mudas limpias...

Bien, antes de continuar, hagámos los chistes malos que se nos ocurra con la palabra Laputa, que son muchos...

Button accept.png Censurado
Esta sección contenía una recopilación de chistes malos que si llegan a vista de cualquier ser humano, podría dejarlo loco de por vida, hasta tal punto de terminar de leer este artículo. Para que veas que Inciclopedia se preocupa por ti...

Bien, una vez este alto en la lectura, continuemos. Estábamos en Brobdingnag, un pueblo de gigantes, en el que Manolito la lió y tuvo que escapar, lo que no sabía era dónde, por lo que empezó a correr, y no tuvo otra que meterse en un barco. Nadie sabe porqué este hombre aún no le ha cogido fobia a los barcos, con la de follones en los que los ha metido (Véase: Lilliput). Manuel se metió en el barco, y el barco automáticamente zarpó rumbo a un destino incierto. Esos destinos eran Laputa... ¡uy! me he equiv... ah, no, pues no, no me he equivocado, pues sí, Laputa, Balnibarbi, Luggnagg, Glubbdubdrib y Japón, que como son unos cuantos, los vamos a resumir brevemente, siempre pensando en tu comodidad para la lectura, y en que soy demasiado vago como para relatar 5 viajes...

Bien, Gulliver fue a parar a un barco, en el cual no permaneció mucho tiempo, pues fue secuestrado por unos piratas, que estaban de fiestuqui, hasta que se escapó, y mediante algunas barcas y sus propias manos, acabó en otra isla el libro no será otra cosa, pero ante todo, originalidad. Bien, una vez en Laputa, el nombre de la isla, en la que las personas habitantes no eran ni gigantes ni enanos, se quedó Manolico, el cual quedó impresionado por su abrumadora sabiduría, y bla bla bla disputa, y bla bla bla bronca, hasta que fue a parar el pobre Manolo a una isla flotante (no me preguntes cómo, pero acabó allí), que era Balnibarbi, lo que se le podría llamar capital de Laputa. Aviso que no habrá enlace al artículo puta, por si acaso es lo que esperabas. Y luego bla bla bla, más tarde Lemuel descubrió que bla bla bla, y fue a parar a bla bla bla. Sí, como has notado, esta parte del texto es la más interesante, tan solo mira los enlaces que he puesto...

Houyhnhnm, cuya mejor pronunciación es metiéndote la mano en la boca y hablando

Ahorrando espacio y tiempo, no voy a resumir lo anterior. Básicamente estamos en otra zona, a la cual llega Gulli de extraña manera, en la cual ya no hay seres humanos, o al menos que sean antropomórficos (que tiene forma humana), sino que ahora son animales parlantes super inteligentes, y estos animales son caballos. Sí, has oído bien, ese animal que come hierba, y luego la vomita para volvérsela a comer, ese animal más inteligente que dar pellizcos a cristales, ese animal que es más complejo que el mecanismo de un bolígrafo bic, y ya paramos esta secuencia infinita de sarcasmo, que al final los caballos se van a ofender. Bien, en esta tierra en que viven los Houyhnhnm, hay también seres humanos, y me atrevería a decir que más inteligentes que los de las demás zonas... no, no, estos, al fin y al cabo, eran como nosotros. Según el libro estos seres humanos son lo peor de la sociedad, y también expone que representa a la sociedad inglesa... ¿alguna cuestión más?.

Los Houyhnhnm se sentían asombrados por encontrar un buscador (el chiste tenía que salir de un momento a otro) yahoo que aguantara más de 15 minutos sin orinarse encima... bueno, un poquito sí, es que encontrarse una misma semana con enanos, gigantes, personas superinteligentes, viajar a Nipoland y ver a caballos parlantes es lo que tiene... además de que en esa época, el artículo titulado Teoría de la deflección urinaria no estaba escrito, y la gente no aguantaba tanto. Gulliver desarrolla un enamoramiento hacia una yegua houyhnhnmniana, pero ésta lo rechaza, porque no la tenía lo suficientemente grande... estamos hablando de la inteligencia, por supuesto.

Aunque les sorprendió encontrar un yahoo con algo de inteligencia, no era lo suficientemente inteligente Manolo, el cual no quiso demostrar su inteligencia por el follón que él solo montó en Balbinari, la tierra de los gigantes. Al final, Manolico fue desterrado de Houyhnhnm, por no ser lo suficientemente inteligente, y por propasarse con la yegua de antes.

¿Qué? ¿No hay más viajes? Pues el libro se me ha hecho corto...

Este es <inserta tu nombre aquí>, el culpable de tu migraña

¡Corto dice! Gulliver regresó otra vez a Inglaterra, no preguntes cómo, aquí hay muchos giros de contexto, lo mismo está perdidísimo, que a los 5 minutos sabe localizar su casa con un periscopio a 300 metros bajo tierra... Pasando por alto esos fallitos, Gulliver regresa con su familia, la cual estaba celebrando la llegada de Gulliver, bueno, eso es lo que le dijeron a él, en realidad estaban celebrando la ausencia del mismo.

Por este motivo, Gulliver se enfadó, y relacionó a su familia con los yahoos, y se fue a vivir al campo, comprando, eso sí, dos yeguas, para que no se le canse la mano. Bonito final, para un muermo tan largo. Esperamos no haber causado muchas hemorragias cerebrales, ni miopía, ni nada por el estilo. Demandas al autor de este artículo, su nombre es <inserta tu nombre aquí>.

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