Lydia Lozano
Lor apañole' semos asín.
(Humor español que probablemente no entiendas si no provienes de la Península Ibérica o de las colonias restantes) |
Lydia Loçano (escrito así porque queda más cool[1] es actualmente una de las mejores periodistas de España, rigurosísima, formal culta, católica practicante, de educación exquisita y de modales intachablemente versallescos, vamos, que siempre dice la verdad en todo.
Personalidad
Lydia (que siempre analiza eficazmente todos los misterios del mundo mundial habidos y por haber) es colaboradora habitual en programas de tan reconocido prestigio intelectual como Aquí hay Tomate, Dolce Vita, Corasón Corasón, Los Teletubbies, las entrevistas a José Luis Rodríguez Zapatero (el del café a 80 céntimos y la alianza de pornogilicivilizaciones), A tu lado, Saber Morir, el programa de AsqueRosa, Los Lunnis o la gala anual de Gran Hermano Vip (es amiga íntima de Merceditas Milá, de los Milá de las Gomas Milà de toda la vida).
Publicaciones
Lydia es autora, además, de siete interesantísimos libros sobre el afamado reportaje de investigación (Mi arte periodística, Ylenia está viva, Ylenia está viva por mis cojones, Me tienen manía los envidiosos que no alaban mi trabajo, Ylenia está viva II, Mi vida profesional sin Kiko Matamoros e Ylenia Carrisi y la vida secreta de Al Bano en el Mississipi), cinco tratados hagiográficos de apariciones y abducciones de santos y nueve reseñas universitarias sobre la ciencia de la desaparición en Aquí hay Tomate publicadas en el National Pornografic. Toda una eminencia en la materia de la cienciología, vamos.
Periodista de investigación
Lydia ha sido recientemente galardonada con el prestigioso Premio Bullzofer de las letras alemanas por su aclamada investigación sobre el mito alemán del flautista de Hamelin (que llegó a la brillante conclusión de que el flautista no era flautista, sino un pederasta depravado que drogaba a los ratones para luego dárselos como juguetes a los felicísimos niños alemanes), también ha recibido el Premio Ikea 2004 (otorgado mensualmente por la red sueca de Ikeas a todos los reporteros del corazón que buscan y buscan sin cansarse lo que quieren encontrar, aunque sea fuera de un Ikea y no sea ni una silla, ni una mesa, ni un consolador sueco ni un disco de ABBA).
El caso de Ylenia Carrisi
Fue en 2005 cuando saltó a los medios de comunicación (less media) su excelente pesquisa acerca de la desaparecida Ylenia Carrisi, hija del cantante Al Bano (conocido popularmente en Italia por “il enano calvotto”) y de Romina Power (una sobrina lejana de los Power Rangers que nadie conocía hasta entonces).
Lydia se fue al Tíbet para revisar muy acertadamente los documentos notariales del Dalai Lama que habían caído en poder del rojerío chino de Mao Tse Tung, y así fue como encontró por sorpresa dos valiosos pergaminos del siglo XII a.C que atestiguaban una antigua profecía budista que afirmaba que una italiana hija de unos padres cantantes desaparecería misteriosamente en el río Mississipi abducida por extraterrestres en pleno siglo XX.
Su análisis de la información
Con esta información tan valiosa (hallada en el monasterio tibetano de Shangri La, ya saben, donde se inventó la sangría) pudo Lydia seguir con su investigación.
Encontrar documentos del siglo XII a.C donde se especificara que una italiana desaparecería en el Mississipi ya tiene su mérito, sobre todo teniendo en cuenta que ni se había descubierto América ni los monjes budistas dominaban con profundidad el tema de las italianas (aunque algunos rumores que ya captó Lydia apuntaban a que una italiana había sido la amante secreta del Dalai Lama de esa época, fascinado por el Capuchino y el Martini sin vodka y sin agitar).
Pero lo esencial fue que Lydia ya tenía motivos justificados para dirigirse a Australia (¡claro! ¡elemental!), concretamente a la isla de Tasmania, donde además de entrevistar al demonio de Tasmania sobre su última colaboración con los Loney Tunnes (no confundir con loa Barcelona Tunnes, los de Natillas Danone y Mamá Colacao) pudo obtener datos muy fiables sobre el ritmo de las mareas y corrientes fluviales del hemisferio sur. Se preguntarán ustedes por qué lo hizo, ¿no?
Pues bien, es algo elemental: todo el mundo sabe que si en las antípodas mides la corriente de un río y luego le restas 450909,90 elevado a 400 millones de hectómetros cúbicos menos diez, sumas tres barcos de vapor e inviertes el resultado en números negativos (lógico, para plantearlo en el hemisferio norte), obtendrás el resultado que dará la solución al enigma, o sea, que la corriente del Mississipi es muy fuerte y que no tiene nada que ver con la australiana, más propia de una piscina llena de meados de los niños del cursillo de natación de preescolar. Elemental, queridos ignorantes.
Versiones de Lydia Lozano sobre la desaparición de Ylenia Carrisi
A raíz de estas sólidas pesquisas, la brillante periodista ha formulado la teoría de la desaparicidad, o sea, la que permite que un cuerpo con vida o una ensaimada aparezca en Australia y desaparezca en el río Mississipi a la altura de Nueva Orleáns (y eso sin contar con el huracán Katrina, ya saben, el que se diseñó en Katrina d’Or, ciudad de vejaciones). Basándose en complicados cálculos numéricos y cabalísticos, asesorada por el Padre Apeles y Kiko Matamoros, Lydia pudo deducir rápidamente que:
- Ylenia Carrisi no estaba muerta, sino desaparecida en el río mediante sensores del electroespacio tercerdimensional.
- El Mississipi puede ser una puerta interestelar a otros sistemas solares.
- Ylenia Carrisi sólo pudo desaparecer como consecuencia de la teoría de la desaparicidad.
- Ylenia Carrisi no pudo llegar a Australia a causa de un cambio astrológico en el signo de acuario, así que tuvo que aterrizar forzosamente en el triángulo de las Bermudas.
- Para no perder tanto el tiempo pensando, es preferible dejar que el instinto periodístico nos guíe en nuestros problemas ultransensoriales.
- Al Bano era tonto y ya estaba contento con sacarse a una hija tan pendona y borracha de encima.
- Al Bano era el nombre en clave de Albano, o sea un ex espía albanés infiltrado en España que trabajaba para el señor Roca haciendo desaparecer miles de millones de los fondos públicos del ayuntamiento de Marbella.
- Eso significaría que Al Bano contrató a unos extraterrestres para que se llevaran a su hija atribuyendo el fenómeno a un ahogamiento inexistente y así poder largarse tan contento a comer pizza a su restaurante favorito de Roma.
- Sus fuentes eran de una fiabilidad del 9,9999999999%, así que seguro que eran fiabilísimas, vamos.
- Ylenia había sobornado a los extraterrestres para que la dejaran tomar el sol en una playa de Santo Domingo en 1994 y le pusieran un chalé a su nombre a cambio de sesiones gratis de sexo anal para cada alienígena (en su planeta no saben qué es el sexo, y claro...).
- Ylenia se había terminado casando con un ser de la galaxia de Andrómeda y había engendrado a Yoda en 2001, el maestro jedi de Star Wars.
- Todo se trataba, con entera seguridad, de una conspiración urdida por Federico Jiménez Losantos en su lucha contra el imperio de Polanco y el grupo PRISA.
- El 11-M estaba relacionado directísimamente con la desaparición de Ylenia Carrisi, y no hay duda en que ésta habría infiltrado las ondas de Yoda en la cadena SER y en El País para difundir información falsa que permitiera a Zapatero llegar a la Moncloa y así fastidiar a los Sith del PP.
- La mejor manera de forrarse con la exclusiva era un cara a boca con Kiko Matamoros y Al Bano en Dolce Vita.
Los resultados: Ylenia sigue sin aparecer
Tras ser recibida por Al Bano en su casa de Roma, Lydia pudo exponerle científicamente su teoría, tras lo cual fue despedida sin facturar vía Barajas a Madrid con la amenaza de que callase si seguía contando más mentiras y memeces, o si no Al Bano le iba a meter una querella por falsedad informativa y la iba a recomendar a Gina Lollobrigida como reportera de su último ligue con un gigoló catalán que no me acuerdo demasiado bien cómo se llama.
Pero Lydia ama a la verdad, es tan sincera como Santa Sincera (sí, sí, aquella que se sinceró ante su novio de que le ponía los cuernos y fue lapidada públicamente por su amable sinceridad) y siempre compraba El País (diario culto donde los haya que, como toda España sabe, siempre dice la verdad Única, Polanquísima e Incuestionable), así que se armó de valor, pidió una excedencia y una beca, se puso una lavativa, comió ajos de la suerte y juró por el Santo Evangelio de Polanco (ella es una periodista del grupo PRISA, naturalmente) que no pararía hasta encontrar a Ylenia o hacerse monja de clausura en un monasterio asturiano (o leonés, que ahí se no se aclaró mucho).
El cara a oreja Lozano-Al Bano
No, no se trató de un programa de anos ni de pornografía del corazón. El duelo periodístico Lozano-Al Bano elevó la cuota de audiencias de Telecirco a 40000000 millones de argentinos (se ve que en Argentina triumfó porque ese día se había acabado el corralito financiero y no tenían ganas de salir a dar caceroladas a la calle) y alcanzó el Premio Tontulitzer de Pornoperiodismo en Activo 2006.
Fue justamente así como Lydia subió a la cima de la gloria del periodismo (recientemente se le ha levantando una estatua yaciente en el Panteón de Marujas Ilustres del Grupo Prisa, donde comparte estatua con periodistas tan excelsas como Ana Rosa Quintana o María Teresa Campos).
Sus conclusiones más comentadas y revolucionarias consistieron en un lanzamiento intensivo de insultos y de energía tomatera para despotricar de Italia y de la pizza cuatro estaciones con tal de cabrear al albanés Al Bano.
Prosigue el cara a boca
Luego le llamó Al Bano Enano (lo que le enfureció todavía más) y sacó diez álbumes de fotografías obtenidas por sus colaboradores metidos en cubos de basura en las que se podía ver a Ylenia en compañía de su marido extraterrestre en Santo Domingo. Claro que Al Bano el enano (¡uy! ¡se me escapó!) aseguró que eran falsas, que si Ylenia estaba viva él era el rey de Arabia, y que si Lydia decía tener fiabilidad se hacía monje capuchino en el monasterio de la Santísima Annuziata di la Balletinna di Montecassiano degli Spiritti de por vida.
Tras la consiguiente querella de Arabia Saudí por no retirar las declaraciones en las que aseguraba que él era el rey de Arabia (todo el mundo sabe que Lydia decía la única verdad), Al Bano contrató al inspector Gadget para no acabar ingresando en el mundo del clero. El inspector dio la razón a Lydia para pasar una noche de placer con ella, porque con la tonta de su sobrina y el perro estaba bastante amargado. La cuestión es que al final ni Sherlock Holmes pudo desentrañar el misterio de la desaparición de Ylenia.
Escaqueo de Lydia y Al Bano
Como Lydia tampoco quería verdaderamente acabar de monja, llegaron a un acuerdo por el que ella se comprometía a dejar sus investigaciones y a embolsarse 8900000000 liras (tiene mérito, cuando todo el mundo sabe que en Italia van a dejar el euro enseguida para regresar a la lira) mientras que él no la denunciaba por “impostora in grandíssimo delitto di falsificazzioni chapucchera” y de paso le regalaba tres litros de licor carmelitano que había heredado su un tío abuelo segundo muerto tres años antes (no sabía qué narices hacer con ellos, y... vamos, que no se le ocurrió nada más).
Sin dinero y sin vocación
Al final la cosa acabó en que Lydia dejaba el mundo del periodismo para tomar la baja por prejubilación anticipada (luego ná de ná, porque volvió a salir en Aquí hay Tomate al cabo de tres minutos justos) y Al Bano entregaba el dinero generado por la audiencia a una monja clarisa que lo destinaría a comprar sugus sabor de fresa para los niños negritos de Malawi. Nada más se supo ni de Ylenia ni del extraterrestre, ni del Mississipi ni de los interesantes avances en método deductivo de la periodista Lydia Lozano. Una verdadera lástima, ya ven.