Posverdad
Posverdad es un palabro sacado de la manga que describe la situación un tanto extraña, pero paradójicamente cierta, o tal vez no... o yo qué se.
Teoría (pedante) de la posverdad
En la era del positivismo en un debate científico, filosófico o político era considerado un requisito para una buena práctica el diferenciar hechos contrastados de opiniones personales. En la era de la posverdad esta cuestión ha pasado a importar tres cojones, de tal manera que si a tí te parece y sientes en lo más profundo ser hijo de unos alienígenas pulpoides, es legítimo que así se lo cuentes a tu audiencia, aun cuando entre ella se encuentren tus descorazonados padres biológicos (humanos) preguntándose qué han hecho mal contigo y si debieron tal vez prestar más atención a tu educación mientras sostienen en sus manos las pruebas de ADN que efectivamente les acreditan como tus infortunados progenitores.
En cultura política, los charlatanes ideológicos lo tienen ahora más fácil que nunca. ¿Que un hecho demiente sus majaderas teorías?¡No importa, se dice que eso nunca pasó y hala, a tirar p'alante! Para algunos autores la posverdad es sencillamente mentira, estafa o falsedad encubiertas con el término políticamente correcto de posverdad que ocultaría la tradicional propaganda política. Pues se han quedado calvos de pensar. No obstante hay una significativa diferencia: en la era de la posverdad si un candidato político es sorprendido en mentira, estafa o falsedad eso no solo no le restará votos sino que le hará crecer en prestigio y popularidad.
Los partidarios de la posverdad defienden que, gracias a la misma, podremos construirnos un mundo de miscelánea fantasía a la medida de nuestros sueños, y ser todos felices. ¿Que te has quedado sin trabajo? No te has quedado sin trabajo, simplemente estás en unas largas, prolongadas vacaciones, el sueldo no llega puntual... simplemente se están retrasando algo con el pago, cosas de bancos. ¿Que tu equipo pierde la Champions League? Tu equipo gana la Champions League, todas las veces, solo con creerlo será mejor que si fuera cierto. ¿Que se ha muerto tu abuela? Tu abuela no se ha muerto, conserva el cadáver en casa y haz como si siguiera estando viva, total, tampoco se movía ya mucho mas y ahora gasta menos en alimentación y no secuestra el mando de la tele.
Antecedentes históricos
El padre fundador de la posverdad fue Joseph Goebbels, aunque entonces ésta todavía no se llamaba así. El Pepito Goebbels (hay quien dice que la rana Pepe fue bautizada así en su honor) estableció un endecálogo de la propaganda donde se enuncian avant la lettre (¿viste qué cultureta?) los principios de la posverdad. ¿Por qué un endecálogo y no un decálogo? Pues porque este último le recordaba a las tablas de Moisés y le parecía como muy judío, supongo. Y por fastidiar, que este hombre era malo como él solo. De todas maneras su endecálogo se resume en un único punto: una mentira repetida cansinamente se convierte en verdad, o lo que es lo mismo; sostenella y no enmendalla. Da igual que te hayan pillado mintiendo, tu tira pa'lante y sigue diciendo que es verdad, aun con todas las evidencias en contra, siempre habrá imbéciles que se lo crean.
Haciendo a la posverdad grande otra vez
Si bien tras la hecatombe del Reich de Adolfito y sus amigos la posverdad no había decaído, y próceres de la política y de las comunicaciones como Federico Jiménez Losantos, Chespirito, José Mourinho y los sacerdotes de Minuto de Dios se habían mostrado continuadores de su legado, no fue hasta la llegada a la primera línea de la política mundial de un hombre oculto bajo un extraño tupé de amarillo nuclear que el término posverdad alcanzó un estrellato y unas cotas de popularidad que ni Delfín Quishpe podría soñar.
Es así como Donald Trump basó su campaña política en decir las primeras majaderías que le vinieran a la cabeza sin filtros de ningún tipo de por medio, disparando mierda contra todo y contra todos y sin preocuparse de contrastar lo que decía o inventaba sobre la marcha (pa qué). Y el caso es que esto le hizo caer en gracia en una amplia masa de votantes embrutecida e ignorante y le llevó a ganar las elecciones, porque no hay nada más bonito que el que te digan lo que quieres oír, por falso que sea. Así se refería a su victoria electoral en rueda de prensa:
Periodista: Usted ha dicho hoy que tuvo el mayor margen electoral desde Ronald Reagan. 306 votos electorales, pero el hecho es que Obama tuvo 365 en 2008.
Trump: Err... estaba hablando de los presidentes republicanos.
Periodista: George Bush logró 426.
Trump: Me pasaron esa información... mis asesores... un asesor... un señor... bajo y manco.
Periodista: ¿Me toma el pelo?
Trump: Bueno, pero al fin y al cabo gané, ¿verdad?
Periodista:. Hm... usted es el presidente.
Trump: Pues eso. ¡Oe oe oe!
Una nueva forma de hacer política que causará dolores de cabeza a los diplomáticos, pero dará jornadas de gloria a los humoristas.
Algunos ejemplos de posverdad en la vida cotidiana
Desde que un auténtico patán ha logrado alzarse con la presidencia de los Estados Unidos gracias a esta técnica, la misma se ha hecho tremendamente popular proliferando en todo tipo de entornos y transformando rápidamente las diversas interacciones humanas en todos los estratos de la sociedad. Aquí algunos ejemplos.
En la alcoba:
Marido: ¡Qué haces en la cama con mi mejor amigo!.
Mujer: Cariño, no es lo que parece.
Marido: ¡Ya me parecía!¡Hola Pepe!¡Guerra de almohadas!.
En la escuela:
Maestra: Manolito, los deberes.
Manolito: Mi perro se los comió.
Maestra: ¡Qué animalillo más travieso!.
En la empresa:
Jefe de planta: La empresa tendrá un 300% mas de beneficios en este ejercicio gracias a las prácticas que mi equipo ha implementado.
Presidente ejecutivo: Pero si los números indican que nos vamos a la quiebra.
Jefe de planta: Tendremos beneficios, esos datos son falsos porque yo lo digo.
Presidente ejecutivo: ¿Y si no obstante hacemos un ERE y echamos a Rodríguez?
Jefe de planta: ¡Pero si es nuestro único empleado competente!... venga ¿y por qué no?.
Posverdad en círculos científicos y académicos
Hasta la irrupción de Donald Trump en la vida política la posverdad solo se manifestaba de manera tímida en los círculos científicos y académicos y se reducía a grupos de pseudocientíficos y charlatanes maginados en la Comunidad Científica Internacional que defendían cosas tales como el negacionismo del Cambio climático y el Creacionismo más absurdo y delirante. No obstante, gracias al impacto cultural de la posverdad este tipo de planteamientos van ganando adeptos y se van poco a poco reabriendo debates que la Ciencia consideraba cerrados desde hace siglos. Así es como han hecho recientemente irrupción con fuerza los partidarios de cosas como la Tierra plana, la Tierra hueca, la Teoría heliocéntrica de Fernando y la Teoría de la desevolución humana. Así mismo se cuestiona ampliamente la circulación de la sangre, que las mujeres puedan tener orgasmos, que los veganos sean seres humanos en lugar de alienígenas infiltrados y la existencia de Napoleón Bonaparte como personaje histórico (no así la de Batman, de cuya historicidad toda duda ha sido enérgicamente disipada por las principales academias de Historia). Igualmente, se prevee que las visitas a Metapedia superarán en breve a las de Wikipedia, en incluso a las que recibe Inciclopedia.
Todo este tipo de planteamientos poco a poco van calando también en la escuela en sus diversos niveles de enseñanza, creando generaciones de ciudadanos cada vez más botarates adaptados a los nuevos desafíos del posmundo de la posverdad.
De aquí al Apocalipsis
Los positivistas agoreros advierten de que este cambio de paradigma filosófico producirá a la larga una sociedad de seres semihumanos tan estúpidos que serán incapaces de atarse solos los cordones de los zapatos e irán cagándose y meándose por las esquinas. Qué sabrán ellos, que no son mas que unos dinosaurios del pensamiento, reliquias de un infausto pasado el que regía la aburrida distinción entre hechos y opiniones.