Sullu
| Este artículo es importado de Bolivia ¡Y tiene altas dosis de Coca! Como todo buen artículo boliviano habla sobre como el Imperialismo Norteamericano debe ser combatido. Pero cuidado, probablemente el autor estaba bajo altos efectos de Coca. |
| ¡Pongan un sullu ahí nomás! Música ceremonial mientras lees sobre los sacrificios laborales de Bolivia |
Se acerca agosto una vez más y Pachamama lo sabe y exige sus fetiches. Las heladas altiplánicas amenazan con congelar turistas despistados y borrachitos de barrio, y es precisamente cuando los paceños sacan a relucir su tradición más querida: el uso estratégico del sullu.
Un sullu puede interpretarse como muchas cosas según tu nivel de conocimiento folclórico-arquitectónico. Para los turistas ingenuos es simplemente un feto de llama disecado que cuelga en el Mercado de las Brujas como souvenir macabro que hace no querer ir a esa ciudad de nuevo. Para los antropólogos es una conexión sagrada con los tres mundos andinos llamados Alaxpacha, Akapacha y Manqhapacha, que son el cielo, la Tierra y ahí abajo, o sea el inframundo no otro ahí abajo. Para los ingenieros civiles paceños, sin embargo, el sullu representa la verdad más profunda de la construcción altiplánica: es el único material de cimentación que garantiza que tu obra no termine rodando ladera abajo durante la próxima temporada de lluvias.
La tradición que funciona
La técnica ancestral es tan simple como efectiva: entierras el sullu (muerto o lo contrario) bajo los cimientos de tu construcción y automáticamente estableces una conexión directa con la Pachamama, quien a cambio de esta ofrenda protege tu edificio contra terremotos, inspectores municipales y la tendencia natural de la gravedad a hacer colapsar estructuras construidas en laderas de 45 grados.
Por supuesto, cuando el Mercado de las Brujas se queda sin stock durante la temporada alta de agosto, los constructores paceños han desarrollado métodos alternativos igualmente efectivos. Los "sullus de oportunidad", como los llaman discretamente para no asustar a la presa, se obtienen mediante un proceso de evaluación científica que considera factores como el nivel de intoxicación etílica del candidato, su relevancia social inmediata y la probabilidad de que alguien note su ausencia antes del martes siguiente. Este sistema ha demostrado ser no solo funcional sino también ecológico, ya que recicla elementos urbanos improductivos convirtiéndolos en componentes estructurales de valor agregado.
Aplicaciones en la vida moderna
El uso del sullu trasciende la simple construcción y se ha expandido a prácticamente todos los aspectos de la vida paceña.
- Las tiendas de salteñas más prósperas del barrio Rosario juran que su éxito no se debe a la sazón de la comida sino al sullu estratégicamente ubicado bajo el mostrador principal, que atrae clientes mediante una energía inexplicable que emana desde las profundidades del local.
- Los mecánicos experimentados saben que los problemas de motor en las pendientes del Periférico no se solucionan con aceite sino con fe, específicamente con un sullu enterrado bajo el garage que crea un campo de protección contra averías mecánicas y accidentes de tránsito.
- Incluso en cuestiones amorosas el sullu ha demostrado su versatilidad. ¿Tu pareja te abandonó sin explicación? Un sullu discretamente colocado bajo su ventana restaura la armonía sentimental. ¿Quieres conquistar a esa persona especial? Otro sullu bajo su ventana (de preferencia oculto) acelera el proceso romántico. Es como una aplicación de citas, pero subterránea y con garantía ancestral.
Diferencias regionales y críticas
Mientras La Paz perfecciona el arte del sullu humano con siglos de experiencia práctica, el resto de Bolivia insiste en usar métodos menos sofisticados que reflejan su falta de comprensión de la ingeniería mística altiplánica.
En Santa Cruz confían patéticamente en aire acondicionado industrial para mantener sus edificios verticales, resultando en estructuras que se tambalean peligrosamente con la primera brisa tropical.
Los cochabambinos han intentado innovar mezclando chicha de jora con cemento, método que funciona moderadamente bien pero produce construcciones que huelen extraño y atraen moscas. En Potosí, donde deberían entender mejor la conexión telúrica por su tradición minera, prefieren usar minerales aburridos en lugar de elementos orgánicos con alma.
Esta divergencia metodológica ha creado una brecha técnica entre La Paz y el resto del país. Los paceños son sistemáticamente considerados bárbaros y primitivos hasta que llega un terremoto de magnitud considerable. En esos momentos críticos, cuando los edificios "modernos" del resto de Bolivia colapsan como castillos de naipes, todos llaman desesperadamente a La Paz preguntando dónde conseguir sullus de calidad y si existe algún curso intensivo de aplicación estructural.
Advertencias para la temporada de agosto
Durante el mes de agosto, cuando las heladas intensifican la demanda de sullus y los constructores paceños desarrollan métodos de adquisición particularmente creativos, los turistas extranjeros enfrentan riesgos estadísticamente significativos.
La regla de oro es nunca, bajo ninguna circunstancia, quedarse dormido en proximidad a albañiles paceños, especialmente si han estado bebiendo singani y murmurando cálculos estructurales. Tampoco es recomendable aceptar invitaciones espontáneas a "conocer obras en construcción" de desconocidos, ni participar en ceremonias de ch'alla si eres el único presente que desconoce completamente la tradición local.
Si durante tu estadía en La Paz escuchas frases como "este sería perfecto para la Pachamama" mientras te observan con interés profesional, o si un constructor te ofrece generosamente alojamiento gratuito "con vista privilegiada al Illimani", es momento de considerar seriamente un cambio de destino turístico.
Tu embajada no podrá proporcionarte asistencia consular efectiva si tu ubicación actual es tres metros bajo tierra funcionando como elemento de cimentación espiritual.
El secreto que todos conocen
La realidad del sullu es un secreto a voces que todo La Paz maneja con la discreción característica de las tradiciones urbanas consolidadas como las personas que despiertan en bañeras con hielos o La Llorona, la policía no hará nada y te dirá que te imaginaste que te sepultaron y que te escapaste llorando.
Los constructores han desarrollado un código lingüístico sofisticado que incluye frases como "necesitamos material orgánico para la base estructural" o "este proyecto requiere elementos especiales de conexión telúrica" mientras señalan a Juan Mamani que ya ni se puede parar por lo borracho que está.
Los vecinos comprenden perfectamente estos eufemismos y nadie hace preguntas incómodas cuando escuchan ruidos extraños de excavación a medianoche o notan la desaparición temporal de personas socialmente problemáticas del barrio.
Este consenso silencioso mantiene funcionando un sistema que, objetivamente evaluado, representa la síntesis perfecta entre sabiduría ancestral y pragmatismo constructivo moderno. El resto de Bolivia puede continuar llamando salvajes a los paceños, pero cuando sus edificios colapsen durante el próximo terremoto y los de La Paz permanezcan inquebrantablemente verticales, quedará demostrado científicamente quién posee la verdadera comprensión de la ingeniería andina. La Pachamama, después de todo, nunca miente, especialmente cuando está apropiadamente alimentada con ofrendas de calidad.