Adolfo de la Huerta

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Adolfo de la Huerta
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Adolfo de la Huerta o Al Capone, quién sabe, son igualitos
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Presidente de México
Mandato 1920-1920 un suspiro
Hechos Llegar a la presidencia por traidor
Anterior Siguiente
Venustiano Carranza
Álvaro Obregón
Personal
Nacimiento Defunción Sonora
Chilangotopía
Afiliación Cambiaba según conveniencia
Estado actual Odiado por error
Relaciones Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles
Enemigos Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles

Felipe Antonio Benito Maximiliano Adolfo de la Huerta Marcor y Costilla (Cantora; 26 de mayo de 1881-Chilangolandia, 9 de julio de 1955) fue el más importante presidente prostituto sustituto de México por 5 meses en 1920 desde que mataron al viejo barbudo de Venustiano Carranza hasta que el viejo asesino de Carranza, Álvaro Obregón ganó democráticamente[cita requerida] las elecciones. Es odiado porque lo confunden con el supervillano mexicano Victoriano Huerta con el que no tiene ningún parentesco más que el gusto por las huertas.

Biografía

Nació el 26 de mayo de 1881, su familia era famosa porque solamente ellos tenían una Huerta en medio de todo ese desierto, hace 140 años como ahora, Sonora era Hermosillo y lo demás era monte y culebra, por eso tuvo que irse a estudiar a la capital la carrera de música hermosilla y se convirtió en ¿contador? Sí, lo contrataron como contador en una empresa, sería porque tenía bueno oído para los números. Como músico y contable era un excelente político uniéndose a varios clubes escolares como el de esgrima, el de ajedrez y el de derrocar al dictador en turno, cuando su jefe se enteró lo despidió, supongamos que tenía que ver que su jefe era... el dictador - música y drama y comienza la telenovela -.

Ya sin empleo, hizo lo que hacen los desempleados con estudios en humanidades, se metió a un café literario donde conoció a viejos con boina que practicaban el anarquismo mientras robaban pan de las demás mesas, ayudó a la publicación del periódico Regeneración de otros periodistas desempleados. Para vivir fue músico y cantante en fiestas infantiles, lugar que aprovechaba para criticar al dictador Porfirio Díaz involucrando a los pequeños párvulos en la lucha revolucionaria mientras él esperaba en su casa a que lo nombraran diputado y le funcionó.

En Sonora ayudó a la pacificación de los indios Yaqui sin mediar violencia, cuando menos no violencia física y sí moral porque sabía que no iba a cumplir nada de lo prometido, pero igual se mantuvieron en paz. Luego del matadero postrevolucionario, Venustiano Carranza lo nombró contador de la Secretaría de Gobernación, posiblemente por sus habilidades musicales y hasta ser Secretario-Ministro-Buen tipo llegó.

Cónsul con los gringos

Adolfo era el hacelotodo de Carranza y dejaba los puestos a como el viejito dispusiera, Carranza le ordenó ser Senador y después de pocos meses y antes de cobrar su primer salario, el presidente lo mandó a Nueva York a ayudar al embajador (que luego le quitaría la candidatura presidencial) a atender los problemas generados durante la Primera Guerra Mundial, haciendo todo lo posible para recordarles a las potencias que México no tuvo ninguna culpa de lo sucedido en Europa y que nunca más la volvería a tener. En esos momentos se activó su potencial diplomático que lo acompañaría a ser usado y tirado como trapo viejo por los viejos caudillos Máximo Representante del País.

Gobernador de Sonora

Presidente

Como en todos lados hay envidias y favoritos y protoPRIístas, de la Huerta quería ser presidente porque era el que mejor le peinaba la barba a Carranza, pero el Santa Claus mexicano se estaba decidiendo por el embajador porque le urgía el reconocimiento del Tío Sam. Adolfo se unió a otros reputados traidores Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles para hacer el plan más transparente, llamado "Plan de Agua Prieta". Todos los generales le prometieron que él sería el presidente, él tonto no leyó la letra chiquita, el plan triunfó, Venustiano Carranza fue exiliado pero un lamentable accidente donde se tropezó con unas balas en el caminó no le permitió seguir.

Cuando tomó el poder, los generales le informaron de las cláusulas de que sólo sería por seis meses o de lo contrario iría al asilo con Don Venus, con agrado tomó la noticia y en esos meses se puso a organizar las elecciones donde el altamente popular para el ejército Álvaro Obregón se enfrentaría contra algún torpe que quisiera desafiarlo, a Adolfo le tocó buscar a ese torpe que quisiera tener medio voto. En el tiempo restante se encargó de poner mansitos a Pancho Villa y a Emiliano Zapata para que Obregón sólo tuviera que llegar a rematarlos.

Secretario de Hacienda

Rebelión delahuertista

Luego de que el presidente Obregón se le puso de perrito a Estados Unidos para que le diera duro contra el muro con el Tratado de Bucareli, Adolfo se enojó o por la traición a la soberanía o porque él quería ser el que estuviera de perrito, nunca lo sabremos, así renunció al gabinete obregonista y aceptó la candidatura del partido más pequeño y débil que encontró para contender contra el poderoso y mortífero Calles.

En lugar de participar, perder con dignidad y ser buscado con garrotes por el nuevo gobierno, llevó la lucha a las armas, así que se fue a Veracruz y luego a Tabasco, el estado salsa, para liderar una rebelión que le ahorrara el perder en las elecciones. En medio de las batallas, de la Huerta se tomó unas vacaciones en Texas unos días mientras sus hombres peleaban, pues todos tenemos derecho a unas buenas vacaciones. Su pequeño y desleal ejército no lo tomó bien y se rindió, terminando la rebelión en un chiste como empezó.

Exilio, muerte y resurrección