Desierto
En sentido estricto, un "Desierto" es un lugar muy grande, lleno de arena, que puede contener elementos tan dispares como cactus, piedras o pirámides. En casos excepcionales puede contener además un par de palmeras o algún camello, e incluso, aunque muy raramente, un oasis (sospeche si el oasis abarca más del 70% de la superficie del desierto; podría tratarse de una playa).
Hoy en día, sin embargo, con el auge de la globalización y el calentamiento global, la palabra "Desierto" ha ampliado sus fronteras. Actualmente, todo aquel lugar en que sea más difícil encontrar a un ser humano que morirse de sed, hambre o deshidratación por el camino puede ser incluído bajo la categoría de "Desierto". Sí, incluso el descampado de abajo de su casa a las tres de la mañana.
Tipos de desierto
- Desierto clásico: El desierto de toda la vida, con sus dunas, sus cactus, sus tumbas ocultas y sus caravanas de voluntariosos tuaregs dispuestos a socorrer a los pobres viajeros extraviados. Actualmente el desierto clásico se considera pasado de moda y los viajeros cada vez son más reacios a perderse en ellos. Esta dramática situación se debe a la creciente industrialización, que ha empujado a los tuaregs a comprarse jeeps con GPS y ha convertido la mayoría de los misteriosos y solitarios oasis en bares con discoteca y barra libre. En opinión de los desertólogos, esto resta gran parte de su atractivo al desierto de toda la vida.
- "En mis tiempos, lo divertido de perderse en el desierto era no saber si ibas a salir vivo; ahora lo peor que te puede pasar es que te echen del motel por no pagar la cuenta" declaró a Inciclopedia un afamado experto.
- Desierto helado: Por razones obvias, se localiza principalmente en los polos. El desierto helado consiste básicamente en una gran extensión de hielo salpicada de iglús, focas y osos polares caníbales. Debido a su difícil acceso y al hecho de tener seis meses de día y seis meses de noche (lo que representa un problema especialmente peliagudo a la hora de irse a la cama), nunca ha sido tan popular como el desierto clásico. Además, perderse en un desierto helado y sobrevivir a la experiencia requiere de fuertes inversiones en ropa de abrigo, estufas de butano y whisky irlandés, lo que los convierte en lugares al alcance solo de unos pocos elegidos.
- Desierto montañoso: Se localiza en cordilleras rocosas de suficiente altitud como para que nadie en su sano juicio quiera irse a vivir allá. Constituído básicamente por piedras de todos los tamaños y formas, y habitado por matojos secos y cabras locas, tienen un gran valor como escenario para películas de catástrofes aéreas, pero poco más.
- Desierto marciano: Es aquel que se encuentra en un planeta distinto a la Tierra. Como las políticas de protección medioambiental no están demasiado extendidas fuera de nuestro planeta, esta clase de desierto abunda en todos los sitios a los que podamos apuntar con un telescopio. Son los mayores desiertos del mundo y los más baratos (pese a que hay que pagar en divisas) pero tienen el inconveniente de que es necesario un cohete y bastante entrenamiento físico para irse a pasar un fin de semana.
- Desierto urbano: Nacido en las últimas décadas a raíz de la popularización de la televisión, el urbano es una variante de desierto que se encuentra al alcance de todos los bolsillos y clases sociales. Estos desiertos aparecen en todas las grandes ciudades del mundo cuando se disputa un partido especialmente importante de la selección nacional de fútbol; es entonces cuando el desertólogo urbano puede dar rienda suelta a su afan exploratorio, coger su coche y adentrarse en lugares de su propia ciudad a los que generalmente, debido a la afluencia masiva de coches, es imposible acceder.
- Desierto callejero: Es el más pequeño en cuanto a extensión, y paradójicamente también el más caro. Puede vérseles en cualquier ciudad, agazapado entre las casas, generalmente lleno de basura y con un cartelito de "Se vende" o "Próximamente visite nuestros apartamentos de lujo". En efecto, la mayor cualidad de estos desiertos es que pueden evolucionar cual pokémons y convertirse en bloques de pisos, chalets adosados o urbanizaciones de lujo, siempre que se les trate con cariño. Esto los convierte en los desiertos más codiciados por los desertólogos traidores que quieren dejar de serlo y dedicarse a otra ocupación más lucrativa.
Dónde y cómo adquirirlos
Pese a lo que pueda parecer, el desierto es un terreno al alcance de cualquier bolsillo. El problema es, fundamentalmente, su tamaño; una vez que usted adquiere un desierto, no puede pedir que se lo envuelvan para regalo o que se lo envíen a casa, por lo que antes de comprarse su propia parcela debe asegurarse de que tiene medios de llegar hasta ella. La punta del Everest es un desierto, pero si sucumbe a la tentación de las vistas deberá saber que ninguna autopista pasa cerca. Se lo advertimos.
Una vez escogido su desierto, infórmese de a qué gobierno pertenece. Salvo contadísimas excepciones, ningún gobierno se resiste a la idea de unos cuantos millones más en sus arcas a cambio de un terreno baldío; asegúreles que su desierto se destinará a labores sin ánimo de lucro, solidarias y totalmente respetuosas con el medio ambiente (usted dígaselo). Ningún ministro en su sano juicio se negaría a donar unos terrenos sin valor para una obra tan beneficiosa.
Ya tengo mi desierto, ¿y ahora?
¡Felicidades! Ha realizado usted una magnífica adquisición. Sin embargo, no se crea que todo es tan fácil; como las plantas, su desierto necesita de ciertos cuidados y dedicación para llegar a dar frutos (no en el sentido literal). Si no se le ocurre nada, cómprese una imaginación a continuación le ofrecemos una práctica guía de los mejores usos para su desierto.
Escenario para película de Hollywood:
El uso clásico por excelencia de los desiertos. Millones de personas de todo el mundo se han agolpado alguna vez ante las pantallas para ver al galán de turno rescatar a la doncella en peligro con una mano, mientras agarra las riendas de su caballo con la otra y extermina apaches con el Colt que empuña firmemente en su pie derecho. Contrariamente a la creencia popular, no hace falta que el desierto esté en EEUU para que sirva para rodar películas de Hollywood; lo único imprescindible es saber hablar inglés y tener el teléfono de algún productor (siempre puede echar mano de la guía de teléfonos). Tras un par de meses de cansina insistencia, posiblemente consiga que el productor le eche cuenta y se vaya a rodar a su desierto, aunque solo sea para que le deje dormir de una vez por todas (el famoso "sueño americano").
Zona industrial:
Si el truco del productor no le funciona, no sabe hablar inglés o prefiere dar un uso más artesanal a su desierto, puede probar esta opción.
Después de una cuidadosa inspección de su desierto, usted habrá sin duda observado la gran abundancia de materia prima (arena, hielo, o piedras, dependiendo de la marca y modelo del desierto) que tiene a su disposición. Es una auténtica pena que todo ese material se desperdicie, ¿verdad?. Usted puede evitarlo fácilmente siguiendo estos simples pasos:
- 1. Despeje una zona de desierto, del tamaño suficiente para que quepa una fábrica de tamaño mediano. Asegúrese de guardar los materiales que extraiga, le serán útiles.
- 2. Elija el tipo de fábrica que construirá. Adáptela a su desierto: si su desierto es helado, lo mejor es poner una empresa de cubitos de hielo; si se trata de uno rocoso, una de materiales de construcción; si es arenoso, una fábrica de relojes de arena, etc. Este paso es importante, puesto que de él depende el éxito o fracaso de su empresa.
- 3. Construya la fábrica.
- 4. Emplee las materias primas que tiene a su alrededor para fabricar el producto elegido.
- 5. Aproveche las vastas extensiones de terreno sobrantes de la extracción de los materiales para ampliar su empresa o montar sucursales, multiplicando así sus beneficios.
- 6. Cuando todo su desierto esté cubierto por fábricas y no quede materia prima, cierre las empresas y venda el polígono industrial por una millonada.
- 7. Repetir cuantas veces se desee. en este caso asi deberia de ser
Este uso es el más rentable que usted puede darle a su desierto, ya que la contaminación producida por sus industrias, a la vez, acrecentará el efecto invernadero y el calentamiento global creando nuevos desiertos a su disposición. Eso sí, siempre que no le importe recibir periódicas visitas de los chicos de Greenpeace; en estos casos recuerde, no hay boca que el dinero no pueda comprar.
Conviértalo en destino turístico:
Los destinos turísticos tradicionales se están acabando. La gente de hoy en día está harta de playas llenas de críos, piscinas llenas de cloro y montañas llenas de pinos. Aprovéchelo. Con un hotel, algo de equipamiento (guías que hagan rutas turísticas, caminos para recorrer en jeep, animales para que los niños jueguen...) y una buena campaña publicitaria, su desierto pronto estará lleno de familias que vendrán a pasar el fin de semana, dejándole pingües beneficios de pasada.
¿Que le va más el turismo alternativo, el ecologismo y todo eso? ¡Ha elegido usted el terreno apropiado! Así es; el desierto es el terreno más apropiado para la práctica del Desierting, uno de los deportes de riesgo más de moda. ¿Cómo? ¿No sabe qué es el Desierting?
Desierting, un deporte apasionante
El Desierting, como tal, es un deporte muy antiguo; arcaicas civilizaciones ya lo practicaban con los condenados a muerte, llevándolos al más recóndito rincón del desierto que les pillase más a mano y abandonándolos allí para que muriesen de hambre. Hoy en día, esta salvajada ya no se hace, pues disponemos de la silla eléctrica; sin embargo, viejos nostálgicos se han inspirado en esta ancestral tradición para diseñar el Desierting.
Este deporte consiste en que un helicóptero deposita a los participantes en un lugar aleatorio dentro del desierto elegido, y estos han de encontrar la salida basándose puramente en su instinto. El primero que consigue llegar a la meta, o en su defecto, el que sobreviva después de quince días, es nombrado ganador.
Para hacer la cosa más interesante, sólo se permite llevar tres objetos, aunque para los practicantes aficionados están permitidos hasta cinco; estos objetos suelen incluir una brújula, una cantimplora (que no puede exceder de dos litros de capacidad) y comida de alguna clase, no siendo recomendables el bacalao ni los frutos secos. Cada participante va, además, equipado con un sistema GPS que permite rescatarlos en caso de accidente o retirada. Se considera válido aprovechar los cuerpos caídos de los compañeros, aunque no está permitido rematarlos y se considera de muy mala educación el dejar pistas falsas (como poner "A la salida" ante la cueva del mayor oso polar de las inmediaciones).
Podríamos extendernos mucho más sobre este deporte, pero preferimos que lo descubra por usted mismo. Entrénese. Practíquelo. Recomiéndeselo a sus mejores enemigos. Y recuerde: ¡LOST es ficción!
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