Porfirio Díaz

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BanderaMéxico.png Este artículo contiene un chingo de humor mexicano.

Igual y si no le agarras el pedo, lo mejor es ir a México y preguntar, pero si no entendistes el nahuañol de los mexicanos, ya te chingaste.

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Porfirio Díaz
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En sus últimos años de gobierno, se ganó a pulso el rechazo populijta popular.
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Dictador Bigotón de México
Mandato Todo el siglo XIX y la mitad del XX
Residencia El Castillo de Chapultepe'
Segundo Porfirio Díaz (no confiaba en nadie más)
Anterior Siguiente
Sebastián Lerdo de Tejada
Francisco I. Madero (saltándose el relleno)
Personal
Nacimiento Defunción Oaxaca
París (su bigote sigue vivo)
Afiliación Partido Liberal
Estado actual Morido en caliente
Relaciones Su espada "la matona" y los franceses
Enemigos Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Pancho Villa, Benito Juárez, Chabelo
Cita3.png34 años en el poder... eso es muy poco tiempoCita4.png
Fidel Castro comparando el tiempo que duraron sus dictaduras gobiernos particularmente largos.
Cita3.pngMátenlos en calienteCita4.png
Porfirio Díaz sobre los inciclopedistas que critiquen su régimen.
Cita3.pngPobre de México, tan lejos de Europa digo Dios y tan cerca de Estados UnidosCita4.png
Porfirio Díaz deplorando el triste destino geográfico mexicano.

José de la Cruz Porfirio y Porfiado Díaz Mori Fue el Presidente de México durante los años de 1877 a 1911. Según el estulto historiador Chéspiro, esto se pudo haber interpretado como el hecho de haber sido el mandatario de México que durante más tiempo soportó a sus habitantes. Pero todo el mundo sabe que le gustaba obsesiva-mente el poder, casi tanto como las inocentes colegialas y el colgar opositores.

Nacimiento y niñez

Porfirio de pequeño.

Don Perdido Porfirio Díaz Mori nació Guajaca. Corría el año de 1830. Dicen que estaba tan aferrado al vientre materno que se quedó ahí durante quince meses con tres horas y media, y que sólo por la fuerza lo pudieron sacar. Asimismo, no quería dejar la teta de su madre y se quedó ahí pegado hasta los ocho años. De lo cual, al ser una vida fácil y comodona, indicaba su vocación de político.

El padre de don Porfirio trabajaba en la herrería del pueblo, y conforme el tiempo pasó, el chico fue aprendiendo el oficio. Tenía mal carácter, y cuando el Porfirito hacía una trastada, le pegaban con una cucharota metálica apodada "La Matona". Pero también su madre le enseñó a hacer tamales oaxaqueños, que se vendían mejor. Entonces los liberales tenían en contra de Antonio López de Santa Anna, alias el Quinciuñas. Ahí las ventas eran más altas, y de ser una familia acomodada en la miseria, pasó a ser una familia acomodada, a secas. Ay ajha....!

Carrera política y/o militar

La carrera militar de Diaz: Salió corriendo de Oaxaca y terminó en Palacio Nacional

A pesar de tener un buen sueldo y poco empleo, poco tenía que ver su flamante chamba con su vocación destructiva, así que se metió a una escuela militar por sus pistolas, y salió con su grado de coronelote. Juárez se lo agradecería posteriormente, porque ya todo el mundo estaba hasta la madre del loco Santa Anna; así que se levantaron en armas. Sin embargo, por alguna extraña razón, Juárez se fue de mojado a Nueva Orleans y dejó sólo a Porfirio.

Porfirio Díaz entonces se enroló con los rebeldes liberales y colaboró con la toma de San Garabato, San Agustín Tlaxiaca, San Pedro de los Aguaros y Tangamandapio, poblaciones vitales y estratégicas para la ofensiva en contra del dictador, Su Bajeza Serenísima. El punto es que a su regreso, Juárez se comprometió a darle una gobernatura, en cuanto se arreglara el despiporre de quien iba a gobernar.

Lamentablemente para Porfirio, resultó que justo cuando Juárez había sido nombrado presidente, lo metieron a la cárcel (salió bajo fianza) y comenzó la Guerra de Deforma. Así que otra vez el Porfirio tuvo que darle duro y a la cabeza a los conservadores durante tres años, seis semanas, dos días y tres horas y media con solo un fusil, media pistola, un machete y cinco balas. Sin embargo, gracias a su esfuerzo, no cayó de la gracia de Juárez (y salió vivo de la guerra).

Cuando regresó a Palacio Nacional a despachar como presidente, Juárez trató de arreglar lo de la gubernatura, y esta vez le prometió la Presidencia de la República (pero no le dijo cuándo) y que mientras tanto podía ser alcalde de San Garabato.

Así las cosas, resulta que los conservadores seguían dando lata y trajeron un príncipe de importación, a Minimiliano de Absurdo. Así que otra vez el Juárez tuvo que dejar la silla presidencial y se fue de aventones hasta Ciudad Juárez (en un ejemplo de psicología inversa: nadie pensaría que Juárez se ocultaba en Ciudad Juárez). En este accidentado viaje, Porfirio Díaz fue el que le llevó las maletas a través de la sierra y el desierto.

Pero resulta que los soldaditos de chocolate franceses que habían traído al Archiduque Max sólo estaban pagados para tres años, y al acabarse la plata, regresaron a Francia. Y como Maximiliano estaba peor de pobre que los liberales, pues que pierde la guerra y le dan chicharrón en Querétaro. Juárez regresa al poder, y como le había agarrado gusto a la banda presidencial y a vivir en Palacio Nacional, le dio las gracias a Porfirio y acto seguido, lo mandó a La Chingada, un ranchito de Veracruz.

Aquello hirió en lo más projundo a Don Porfirio, quien se percató demasiado tarde de que Juárez sólo lo había explotado para sus propios fines. Estaba tan enojado que fraguó un plan para agarrar a Juárez y ahogarlo en un pozo. Le quedó tan bien que le llamó Plan de la Noria y trató de realizarlo. Pero se tardó tanto en idearlo que, cuando se había decidido a llevarlo a cabo, Juárez se había muerto de viejo. Y odiaba a los "Sinnaloenses". Decía don Porfirio que ellos flojos y mal olientes acabarian con Mexico (viejo sabio).

Las delicias del poder

Más tardó en morir Juárez (que si no, todavía viviría) que un tal Lerdo (que no lo era tanto) en sacar su cadáver de la silla presidencial para sentarse él. Díaz estaba tan triste de que su Plan de la Noria se había ido por el retrete, que decidió abrir una carpintería en el puerto de Veracruz y olvidarse de toda pretención política. El contacto con el mar contaminado del puerto le hizo mal y despertó sus aficiones zoofílicas, ya que aprovechó para casarse con una delfina de nombre Ortega, que era también su sobrina (¡viejo cochino!), pero también para inaugurar el famoso acuario de Veracrú. Si bien este último hecho se volvió público, ocultó su matrimonio.

Pero la tentación de poder resultó tan fuerte que no tardó en levantarse en armas contra Lerdo de Tejada. Y como éste era un cobarde, salió huyendo de México y Díaz fue recibido como un hérue en la Ciudad de México. Y eso fue porque Lerdo de Tejada quería reelegirse, lo cuál para Díaz ( y medio pueblo) era malo como la carne de puerco. Así que llegó con el lema "Sufragio efectivo. No reelección." y todos contentos.

Una vez que ya despachaba en Palacio Nacional, se dio cuenta que no todo era robar del erario y que sólo los chicharrones de uno tronaran. Para empezar, cuando se supo que de nuevo había presidente, una chusma enardecía (que en lo sucesivo sería reconocida como La Cargada) empezó a reclamarle pagos, pedir favores, justicia social, etc... Lo cual irritó sobremanera a Porfiro, a tal grado que el mismo agarró un fusil y se los tronó a todos, después de darles una buena calentada. De ahí surgió la frase de su gobierno "Mátalos en caliente".

A pesar de todo, se sentía tan a gusto como presidente, que pensó en quedarse ahí para toda la vida. Pero los acontecimientos no se lo permitieron, pues tuvo que dejar a su compadre en la silla. Eso sin contar con la tragedia que ocurrió cuando su esposa delfina se desangró y anegó el primer piso de Palacio Nacional con sus fluidos corporales.

Según historiadores serios, todo ocurrió una noche en que Díaz estaba solito en Palacio Nacional y quería salir por unos cigarros pero temía que le robaran la silla presidencial (a pesar de su política de mano dura, los rateros seguían campantes); además de que ya la había calentado y no quería que se enfriara. Así que sentó un rato a su compadre, que estaba de visita, para que le calentara la banca mientras iba a la tiendita de la esquina. El tiro le salió por la culata, ya que el compadrito creía que él era el nuevo presidente, y para celebrar, hizo sushi con la pobre delfina. Díaz hizo berrinche, pero prefirió aguantarse para que no dijeran lo de su esposa y salieran a la luz sus tendencias desviadas.

Como la venganza es un plato que se come frío, Díaz esperó a que se acabara el sexenio de su compadre (que entonces era de cuatro años nomás) para hacerle una oferta que no podría rechazar. O le daba la presidencia o le daba cran al alacrán. Lo de "No reelección" se lo pasó por el Arco del Triunfo. Y para no ver fantasmas cetáceos, se mudó al Castillo de Chapultepec.

Programa de gobierno

Con el regreso de Díaz al poder, éste se soltó el pelo y decidió llevar a cabo una transformación radical del país. Quería que México dejara de ser un país atrasado y jodido y que se convirtiera en toda una potencia, como Francia. Que no se dejara de los países más fuertes, como Francia. Que ningun país extranjero volviera a intervenir en él, como Francia lo había hecho. Que sus habitantes fueran refinados y culto, como los franchutes. Así que la lógica indicaba que México no debía ser México, sino Francia, o de perdis, Gringolandia.

Para ello, el primer acto de su segundo periodo de gobierno fue proclamar la Republique Banannére del Backyard, (en Castilla, la República Bananera del Patio Trasero), donde los idiomas oficiales serían el francés y el inglés (para no ofender a los gringos). Pero como el país estaba lleno de indios y de nacos se vio forzado a emitir un segundo decreto, en el que obligaba a los mexicanos a volverse güeros y a comer hamburgers y croissants en vez de tortillas con chile y sal. Al parecer, su conflicto con la comida autóctona era personal, porque una vez le sirvieron un mole bien picoso, y cuando lo probó, se enchiló y empezó de chilletas a llorar "¡Pica el mole! ¡Pica el mole!". De ahí que a sus espaldas, le llamaran "El llorón de Picamole", que con el uso, se transformó en "El llorón de Icamole".

Asimismo, quería que México fuera una potencia intelectual, que la ciencia fuera el gran motor del desarrollo del cuál se derivara el orden y el progreso que tanto se necesitaba. Para ello, no dudó en maicear a los pocos, poquísimos investigadores que había en la República y mató en caliente a los tres que se opusieron a su proyecto. Los que aceptaron trabajar con Díaz se convirtieron en el grupo de Los Científicos, liderados por un cuate llamado Limantour, quien fuera inventor del hilo negro y el agua tibia. Lamentablemente, la utopía intelectualoide de Díaz llegó a mal término, ya que los científicos, tentados por la dulce vita, degeneraron y perdieron funciones cerebrales hasta convertirse en simples burrócratas.

La Iglesia Católica apoyó el gobierno de Díaz, haya sido como haya sido.

Huelga decir que hasta la Inglesia Católica se había puesto de acuerdo con Don Porfirio. Resulta que desde los tiempos de Juárez, se habían encabronado mucho porque les quitaron todas las tierras que ellos poseían (algo así como el 87.456 % de la superficie del país), ya no podían cobrar sus diezmos a gusto ni podían armar cuartelazos debido a que la Constitución de 1857 se los impedía. Pero a cambio de apoyo incondicional, se le exigió que se hiciera de la vista gorda a la hora de aplicar sus leyes. Así que dando y dando, pajarito volando, llegaron a un acuerdo por el bien de ambos (dos). Al parecer también se negoció en lo oscurito un nicho en catedral para la delfina de Díaz.


Díaz favoreció la modernización de las vías de comunicación. El tren de la imagen partía de la Ciudad de México y llegaba hasta Caselachingá, Chihuahua.

En lo que sí tuvo éxito, y mucho, fue a la hora de jugar a lostrenecitos y al teléfono telégrafo descompuesto. Después de todo, los extranjeros no iban a invertir en la Republique, si no había medios de comunicación. Gracias a que no se clavaron demasiada lana en las obras, México pudo contar con 20 mil 354 kilómetros y 2 metros 57 centímetros de vía férrea, creada especialmente para sacar toda la materia posible de México al extranjero. En los lugares donde el suelo era demasiado pantanoso, primero creaban una fosa común y la rellenebana con indios yaquis y mayos para estabilizar el terreno (pero el método sólo funcionaba con yaquis y mayos).[1]

En cuanto al telégrafo, y para matar dos pájaros de un tiro (literalmente) se ordenó por decreto que todos los postes debían estar decorados con un bandolero y/o opositor colgado del>. Cosa que se cumplió a conciencia hasta el fin del Porfiriato.

Y cómo olvidar los famosos carnavales electorales. Porfirio Díaz superó a su maestro Juárez en el uso de urnas embarazadas e inauguró famosísismas tradiciones mexicanas como el ratón loco, el carrusel de votantes, la operación tamal, el taco de boletas, el programa Oportunidades y otras técnicas electoreras. Asimismo se le reconoce el haber creado sexenios de seis años y por consolidar la forma particular de gobierno en México: el Pinche Gobierno Corrupto.

Las golondrinas a Don Porfirio

Como todos saben, los años pasan, y Don Porfirio no era la excepción. Fue decayendo con el tiempo, y ya no espantaba a los opositores como antes. Lo cual no impidió que siguiera de asaltacunas y que gustase de alzar faldas a las pobres colegialas en la calle. En un acto de debilidad, se decide a casarse con una de ellas (la famosa Carmen de Díaz), y de regalo le construyó el Palacio de Bellas Partes, hecho con mármol 100% italiano, pero falsificado en Tepito.

Pero aún esta demostración de fuerza no fue suficiente para detener a todos los que querían hacer negocios a sus espaldas, incluyendo a su sobrino (con el que NO se había casado) y a su yerno travesti. Así que se vio obligado a entrevistarse con un reportero de la revista Quién gringo a quien le dijo (en broma) que para 1910 ya no iba a contender para presidente. Lo malo es que se la creyeron tanto que hubo campañas, en especial la de los gemelos Francisco y Madero, que en realidad eran uno.

Díaz quería matar a Madero en caliente, pero ya no tenía los mismos ánimos, así que se conformó con enviarlo a la cárcel en tibio. Ese fue su error, ya que todos se percataron de que no tenía ya tamaños para mantenerse en el poder y todo el mundo hizo lo que quiso. Díaz hizo berrinche, pero luego lo pensó mejor y tomó el Tour de France, y pasó tranquilamente sus últimos años en París, mientras en México comenzaba el desmadre conocido como laInvolución Mexicana.

Alias famosos

  • "Mátalos en caliente"
  • "El llorón de Icamole"
  • "Papá Gobierno"
  • "El Perpetuo"

¿Sabías que...

  • ... México no reclamó sus restos a Francia, porque temen que aún después de muerto siga siendo presidente?
Cita3.pngSí, ni la tumba podrá detenerme!Cita4.png
Porfirio Díaz sobre el comentario anterior
  • ... Porfirio Diaz ha sido el único político mexicano que no se robó ningún centavo (Hecho que ni el mismísimo Benito Juarez logró)
  • ... México ha tenido tan malos presidentes que los mejores cinco presidentes fueron,.. 1.-Porfirio Díaz,2.-Lázaro Cárdenenas,3.- Benito Juárez,4.-Enrique Peña Nieto y 5.- Andres Manuel Lopez Obrador
  • ... A él le debemos los mexicanos esa extraña devoción por lo extranjero? aunque esa ya la tuvieramos desde la prehispania.
  • ... Fue el único presidente de México que mandó a la chingada pagó en su totalidad la deuda externa durante su mandato?

Mátese en caliente también

Presidente de México
Escudo de México.png
Precedido por:
Juan N. Méndez
Porfirio Díaz
1877 - 1910
Sucedido por:
Francisco León de la Barra


Referencias

  • 15 de septiembre Personaje histórico (ver todos aquí). ☀️ ☠️