Vicente Nario

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BanderaMéxico.png Este artículo contiene un chingo de humor mexicano.

Igual y si no le agarras el pedo, lo mejor es ir a México y preguntar, pero si no entendistes el nahuañol de los mexicanos, ya te chingaste.

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Cita3.pngEres la mordida que le das al agente de tránsito, el cuento chafa que sale todos los días en el Libro Vaquero y el iluso que cree que la Selección Mexicana va a llegar al quinto partido del mundial.Cita4.png
eres México y cumples 200 años de ser orgullosamente mexicano.

Vicente Nario es un señor que es muy famoso en México por promover en la televisión, radio y en espectaculares un mega panchagón en el Zócalo de la Ciudad de México por motivo de su cumpleaños número 200.

Infancia

¡Sí! ¿Quién es Vicente Nario? Con perdón de Juan O'Gorman.

Vicente Nario nació el 16 de septiembre de 1810 en el estado de Guanajuato. Es hijo de un español llamado Fernando Septimio Barbón y una indígena mexicana llamada Dolores. Como la madre de Vicente sufrió mucho durante el parto, su nacimiento fue conocido como el Grito de Dolores. Fernando Septimio no quiso reconocer a Vicente, lo que causó el enojo de un cura de la localidad, Miguel Hidalgo. Hidalgo llevó a cabo una revuelta popular para que Fernando Septimio reconociese a Vicente Nario. Para ese efecto organizó a un ejército formado por chavos banda que conoció en la Glorieta de los Insurgentes, por ese motivo se les conoció como el ejército de los insurgentes.

Hidalgo logró victorias importantes que preocuparon a Fernando Septimio, que también tenía sus propios problemas. Los franceses Napoleón y Pepe Botella le querían quitar su trabajo y sus vecinos querían correrlo de su casa para dársela a una señora llamada Constitución, que era originaria de Cádiz.

Desgraciadamente Hidalgo cayó víctima de los sicarios del Cártel del Paso del Norte. Los insurgentes dejaron al pequeño Vicente al cuidado de los alumnos mas aventajados del cura Hidalgo. Los hermanos José, María, Morelos y Pavón. José se encargo de educar al pequeño Vicente, María le daba pecho, Morelos le cantaba canciones de cuna para dormirlo y Pavón cogía gachupines y luchó para que Fernando Septimio reconociese por fin a Vicente.

Los hermanos José, María, Morelos y Pavón ganaron muchas batallas y estuvieron a punto de lograr el reconocimiento de Fernando para Vicente. Pero fallecieron al ser víctimas de unos balazos colaterales al quedar atrapados en una pelea entre la Real Policía de la Nueva España y la Familia Vallisoletana.

La lucha armada por el reconocimiento de Vicente

Es un ateo furibundo, devoto de la Virgen de Guadalupe y San Judas Tadeo.

Los insurgentes tuvieron que esconder de nueva cuenta a Vicente. El pobre niño pasó toda su infancia huyendo de la furia de su padre biológico y brincando de hogar en hogar. A los cuatro años vivió con un terrorista navarro-vasco llamado Francisco Javier Mina. Los insurgentes vieron que no era educativo que un niño creciera haciendo explotar diligencias y a los cinco años lo llevaron a vivir con el general Guadalupe Victoria. Pero alguien les dijo a los insurgentes iba a ser una mala influencia para el niño el vivir en la casa de un hombre que usaba nombre de mujer.

Por lo que a los 9 años Vicente Nario terminó viviendo con un general acapulqueño llamado Vicente Guerrero. Pero a los insurgentes no les gustó que Guerrero hubiese puesto a trabajar a Vicente Nario como parachutero, clavadista de la Quebrada y moviendo la panza por un peso. Le quitaron la custodia y lo llevaron a vivir con un general pirrurris llamado Agustín de Iturbide. Agustín estaba muy contento con el pequeño Vicente. Tanto que le celebró su cumpleaños número 11 logrando la consumación de la Independencia de México y el reconocimiento de Vicente Nario como hijo legítimo de Fernando Septimio. Fernando también reconoció que los mexicanos eran unos cabrones bien hechos.

Adolescencia

La adolescencia es una de las épocas más difíciles para cualquier ser humano. Es una etapa llena de cambios, dudas y conflictos de identidad. Al pobre Vicente Nario le afectó mucho esta etapa. A veces se levantaba con un humor conservador y al día siguiente amanecía con ideas liberares. Ese conflicto de identidad lo llevó a cambiar de padres adoptivos constantemente. Los terminaba despidiendo, como a Guadalupe Victoria, desterrando como a Agustín de Iturbide o asesinando, como a Vicente Guerrero.

Vicente conoció a su primer amor a la edad de 14 años. La afortunada era una señorita llamada Constitución, hija de la misma señora de Cádiz que se quiso quedar con la casa del padre biólogico de Vicente. Tuvieron un tierno romance, parecido al que vivían Pedrito Fernández y Lucerito en sus películas.

Edad adulta

Es un marxista-leninista que sigue los preceptos del FMI y del Banco Mundial.

A los veinte años Vicente ingresó a la universidad. Durante su etapa de estudiante, Vicente tuvo muchos problemas con los planes de estudio, que estaban muy desactualizados. Unos semestres le decían que México era uno, grande y libre, y también le hablaban de las ventajas del poder central y de la monarquía, que tenía que proteger los fueros del clero católico y que debía de quemar en la hoguera políticos liberares. Y otros semestres le enseñaban los beneficios del federalismo, el presidencialismo, la libre empresa y la libertad de cultos, que debería de repartir las tierras de la iglesia y que debería de cazar conservadores. En la escuela se hizo amigo de muchos estudiantes, como Antonio López de Santa Anna, Juan Álvarez, Benito Juárez y Porfirio Díaz. Vicente se graduó de licenciado tan confundido que apenas y recordaba su nombre. Teniendo su título, a los 30 años comenzó a administrar una hacienda con Santa Anna.

Desgraciadamente Santa Anna dejó que los gringos invadieran la hacienda. Santa Anna, en contra de los deseos de Vicente, le regaló la mitad de la hacienda a los invasores gringos para que los dejaran en paz. Vicente Nario, muy enojado, le pidió a Juan Álvarez que desterrara a Santa Anna. Vicente quería recuperar tierras para su hacienda y vió que las mejores estaban en poder del clero católico. Por lo que le solicitó a Benito Juárez que decretara las Leyes de Reforma para quedarse con las tierras de la iglesia.

Mientras Juárez estaba haciendo amigos en Roma y en el episcopado mexicano, Vicente Nario se volvería en encontrar con su novia de la infancia, Constitución. Disfrutaron de una noche de fiesta alocada en Garibaldi que terminó con una noche de pasión parecida a las películas de Sasha Montenegro y Alfonso Zayas. Fruto de esta relación fue su hija llamada Constitución Política, que nació cuando Vicente tenía 37 años.

La intervención francesa

La iglesia y los conservadores no se dejaron intimidar por Juárez ni por Vicente Nario. Trajeron a Maximiliano de Habsburgo para que les diera un susto a los dos amigos al nombrarse emperador de México. Pero Maximiliano no pudo gobernar ya que Juárez le hacía la vida imposible con revueltas por todo México mientras que Vicente se iba a la real alcoba imperial para pernoctar en los brazos de Carlota Amalia, la esposa del emperador. Cansado y desmoralizado, Maximiliano se terminó suicidando con ayuda de Miramón, Mejía y un batallón de fusileros en el Cerro de la Campana.

Vicente Nario estaba tranquilo otra vez, pero se dio cuenta que su amigo Juárez no era el mismo de siempre. Benito quería tener siempre la razón cuando discutían, no quería salir a jugar cartas ni dominó, tampoco quería emborracharse con Vicente y además quería eternizarse en el poder. Vicente le platicó a Porfirio Díaz sobre la mala actitud de Benito y ambos organizaron un plan para sacarlo del poder.

Porfirio Díaz

Es un iluso que cree que la Selección Mexicana de Fútbol va a ser campeona del mundo.

Pero Juárez se les adelantó cuando se le pidió dirigir la presidencia del más allá. Porfirio se nombró a sí mismo Presidente de México. Durante estos años Porfirio Díaz educó a Vicente Nario en los negocios, la tecnología y los placeres mundanos. Pero Don Porfis resultó medio cabrón, ya que si Vicente se portaba mal, Díaz le mandaba a los rurales para que le pusieran una calendatida a punta de latigazos, toques eléctricos y tehuacanazos. En ese tiempo Díaz dejó los negocios de Vicente Nario en manos de los científicos. Los científicos terminaron regalando las tierras y empresas de Vicente a inversionistas extranjeros, sólo porque eran güeros y de ojos azules.

Vicente Nario se hartó de las madrizas que le daba la policía de Díaz y del hecho que sus negocios estaban ahora en manos de gringos y europeos. Quería quitar a Díaz del poder y comenzó a buscar a personas que lo ayudaran en esta empresa. Primero se encontró con los hermanos Flores Magón que tenían ideas anarco-comunistas. Vicente comulgó mucho con estos hermanos, pero desafortunadamente no tenían dinero para financiar el movimiento.

Vicente conoció después a Francisco I. Madero, un millonario que tomaba decisiones políticas en sesiones espiritistas. Vicente no creía en las payasadas chocarreras de Madero, pero sí comulgaba con su gran chequera que iba a permitir armar una Revolución para derrocar a Díaz.

Revolución Mexicana

Madero le presentó a Vicente Nario una hermosa mujer llamada Revolución Mexicana. A pesar de su nombre, era de ascendencia europea. Su bisabuelo del lado materno era un tal Maximiliano Robespierre y su abuelo del lado paterno era un barbón que se llamaba Carlos Márquez Ángeles. Revolución Mexicana tenía ideas socialistas y trato de convencer a Vicente Nario de implantar la dictadura del proletariado en México después de que derrocara a Díaz. Madero era mas moderado y le pidió a Vicente Nario que pensara primero en establecer un gobierno de los empresarios y para los empresarios. El amor estuvo a punto de convertir a Vicente en un caudillo comunista, pero como no iba a haber revuelta sin el dinero de Madero, tuvo que moderarse y hacer promesas a los empresarios como reducciones de impuestos y la socialización de las pérdidas.

El 20 de noviembre se levantó en armas Revolución Mexicana. Se levantó en armas porque mientras estaba dormida, Vicente y Madero le habían puesto una metralleta y una carabina 30-30 en su cama. Lograron armar un ejército que derrocó a Porfirio Díaz. Vicente celebró con diez días de fiesta en un lugar llamado la Ciudadela. Contrató a un barman llamado Victoriano Huerta que deleitó a los presentes con Sangrita de la Viuda de Madero. Desgraciadamente la Sangrita intoxicó a Madero, quién falleció poco después. A esta fiesta se le conoció como la Decena Trágica.

Revolución se radicaliza

Él, sus cien esposas y sus mas de mil hijos, creen en la familia como pilar de la sociedad.

Con Madero fuera de combate, Revolución Mexicana tuvo el camino libre para inculcar ideas comunistas a Vicente Nario. Los dos comenzaron a salir de parranda con dos amigos de Revolución que Madero consideraba como malas influencias. El primero era el típico ejemplo de un macho mexicano, su nombre Pancho Villa. El segundo fue Emiliano Zapata, un metrosexual que sería el ídolo de hippies europeos y comunidades indígenas. Los cuatro armaban grandes bacanales que empezaban en el Sanborns de los Azulejos y terminaban con mítines en el Zócalo donde lanzaban consignas como Tierra y Libertad, la Tierra es de quien la trabaja y Proletarios del mundo uníos.

Revolución y Vicente tuvieron una hija en 1917 a quien llamaron Constitución Política, igual que a la primera de sus hijas, quien ya había fallecido. Constitución nació en el Teatro de la Nación ubicado en la ciudad de Querétaro. Durante su infancia, Constitución tuvo muchas influencias de su madre. Pero cuando creció, desafortunadamente, todos los Presidentes de México le empezaron a meter mano.

Vicente Nario dejó de comulgar con las ideas socialistas de su novia y de sus dos amigos porque éstos, empezaron a repartir a diestra y siniestra sus negocios y sus tierras. Vicente se unió a la lucha de un Santa Claus anticomunista que conoció en la Alameda, llamado Venustiano Carranza. Don Venus tenía dos matones a sueldo llamados Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Con el apoyo de Don Venus y sus matones, desaparecieron de la vida pública a Pancho Villa y Emiliano Zapata, institucionalizaron a Revolución y se quedaron con la custodia de Constitución.

El maximato y Lázaro Cárdenas

Durante el gobierno del PRI, soñaba con tener un Cadillac, un puro y un boleto para los toros.

La paz había llegado a México, aunque Vicente no podía controlar a sus nuevos amigos, que se la pasaban matándose entre sí y peleándose con los curas. Al final Vicente tuvo que ir a pedir paz al único de los matones que quedaba vivo, que era Calles, conocido como el Maximato por ser el sobreviviente máximo. Vicente se dió cuenta que Calles no era buen gobernante. Para empezar, Vicente había encontrado petróleo en sus tierras y Calles le regaló la explotación del mineral negro a los gringos en una cena en Bucareli. Vicente se quejaba también de los altos precios de electricidad y teléfono que tenía que pagar a las compañías extranjeras. Y lo peor fue que los empresarios extranjeros se entristecieron porque cayeron en una gran depresión y por lo mismo le empezaron a vender a Vicente mas caro que de costumbre.

Vicente se acordó de las ideas radicales de su novia, pero como ya estaba institucionalizada no pudo ser de mucha ayuda. Aunque ella le recomendó que hablara con un general llamado Lázaro Cárdenas. Cárdenas le pidió a Vicente que acabara con el Maximato y que se fuera de vacaciones por seis años, tiempo suficiente para que el general arreglara al país desde la Presidencia. Cuando regresó Vicente de sus vacaciones se encontró con que el país estaba en paz social, había educación laica, gratuita y socialista y además el petróleo era de todos los mexicanos.

El milagro mexicano

Por primera vez México estaba en paz, no había guerras y el país estaba en la prosperidad económica. A esta época se le llamó el milagro mexicano, porque era un milagro que el país no hubiese explotado. Lo que no le gustó a Vicente era que consideraban a México como una nación socialista, porque podría ocasionar una nueva invasión gringa.

Vicente le pidió a los sustitutos de Cárdenas, Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Váldez, que fueran mas moderados en el gobierno. Y lo hicieron, concediendo muchos privilegios a empresarios y logrando establecer impuestos a la clase media y trabajadora para pagar los viajes de lujo de las esposas de los hombres de negocios y de los políticos.

Vicente no se quejó, porque le andaba yendo muy bien en sus empresas. De repente se enojaba porque había unos revoltosos que asaltaban sus negocios bajo el pretexto de Democracia y Autonomía Universitaria. Vicente le pasó el pitazo a su amigo Díaz Ordaz que estos delincuentes se iban a reunir el 2 de octubre de 1968 en la unidad habitacional Tlatelolco. El resto es historia.

El populismo y la devaluación

Desafortunadamente llegaron dos Presidentes con ideas populistas. Conocidos como Luís Echeverría y José López Portillo, estos Presidentes comenzaron a cobrar impuestos de lujo a los empresarios para poder pagar viajes de la esposa de Echeverría a Francia en el avión Concorde, construir mansiones nacas de un amigo de la infancia de López Portillo llamado Arturo Durazo, y filmar películas donde salía la amante de López Portillo, Sasha Montenegro.

Vicente estuvo en contra de tal derroche que tuvo sus consecuencias. El peso se devaluó y Vicente Nario perdió su fortuna. Pero el nuevo Presidente, Miguel de la Madrid, le dijo a Vicente que iba a desincorporar empresas de gobierno y se las iba a a regalar a cuenta de navidad. Con unas paraestatales nuevecitas, Vicente pudo hacer otra vez su guardadito.

El TLC y el error de diciembre

En tiempos de Fox, quería tener un Vocho, una tele y un changarro.

En 1988 llegó al poder el hijo de Lázaro Cárdenas. Pero Vicente no lo reconoció como presidente, ya que de la Madrid le pidió de favor que hiciera lo propio mejor con su amigo Carlos Salinas de Gortari a cambio de 2 millones de dólares y un crucero por el mar Caribe.

Salinas convenció a Vicente de las bondades de abrir la economía de México a Estados Unidos y Canadá mediante el TLC, seguir los consejos del FMI y de permitir la inversión extranjera. Incluso Salinas convenció a Vicente de invitar a empresarios extranjeros a invertir en sus negocios y cotizar sus empresas en la bolsa de valores.

Vicente le hizo caso a Salinas y comenzó a ganar mucho dinero en el mercado financiero. Todo iba miel sobre hojuelas hasta que se dieron cuenta que la economía de México estaba inflada. Y lo peor fue que los inversionistas extranjeros secretamente le fueron quitando sus negocios a Vicente. ¡No aprende este señor! Los científicos se lo hicieron en tiempos de Porfirio Díaz y Salinas se lo repitió un siglo después.

Vicente quedó endeudado con la devaluación. Lo bueno fue que Ernesto Zedillo, el reemplazo de Salinas, le dijo que se inscribiera al Fobaproa para que el pueblo de México le pagara las deudas a Vicente. Vicente le hizo caso y se convirtió en uno de los beneficiados del Fobaproa.

El siglo XXI

Lo que pide ahora es que no le quiten el coche, tener trabajo y que no lo mate el crimen organizado.

Con la vida arreglada, Vicente Nario apoyó la campaña política de su tocayo Vicente Fox financiando el grupo de los amigos de Fox. Pero se arrepintió cuando se dió cuenta que Fox le estaba regalando el dinero que ganaba PEMEX a su familia. El pobre Vicente Nario no veía ni un quinto de ese dinero.

A pesar de todo apoyó a Fox durante la campaña de 2006 para que el Peje no llegara a la Presidencia de la República. Se creyó, como millones de mexicanos, que López Obrador era un peligro para México y que cuando iba a llegar a la Presidencia iba a quitarle su casa, su carro y su refrigerador y se iba a comer a los niños.

Pero desgraciadamente las cosas salieron peor con el presidente que ganó, Felipe Calderón. Durante el sexenio de Felipillo, Vicente se enfermó de un catarrito económico que se convirtió en una mortal Influenza AH1N1. Para curarse, el Dr. Calderón le recetó un aumento del 16% en el IVA y del 30% en el ISR. Vicente se curó rápido, pero las medicinas le ocasionaron efectos secundarios como la pérdida de su casa, de su carro, de su refrigerador y hasta de sus perros. Vicente también ha sufrido de varios daños colaterales, en forma de balas de uso exclusivo del ejército, al haber quedado atrapado en balaceras entre el narco y los soldados.

Aún así, planea celebrar su cumpleaños número 200 con una verbena popular en el Zócalo. Televisa le ofreció la ayuda de Enrique Peña Nieto, buscando que Quique Gaviotón le ayude a financiar los festejos para quedar bien y ser el nuevo Presidente en 2012. Pero el carnal Marcelo Ebrard también ha buscado a Don Vicente Nario para ayudarlo a organizar y a pagar la fiesta. Lo que ninguno de los dos sabe es que se ha visto deambular a Don Vicente en las oficinas de la presidencia legítima de México, visitando a un señor que la prensa oficialista daba por muerto.

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A los que votaron por esta chingonería les daremos un chesco y una torta a la salida.

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