Intervención estadounidense en México

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Antonio López de Santa Anna en Yahoo! respuestas
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General Pedro Anaya después de que lo capturaron los americanos en la Batalla de Churubusco porque no los quiso dejar entrar a Six Flags México.
Cita3.png¡Pues eso! ¡Una estúpida bronquita y me quitan la mitad de lo que tengo!Cita4.png
México platicando con el Psicólogo

La Primera Intervención Norteamericana en México es un episodio clave de la Historia de México. Todo empezó cuando el gobierno mexicano ambicionaba por conquistar los territorios comprendidos entre el Río Bravo y la capital de los Estados Unidos, Washington W.C.. Pero México, al confiarse de su gran prestigio militar (el cual era prácticamente nulo), fue derrotado por el vecino del norte. El desenlace del conflicto tendría como consecuencias la pérdida de más de la mitad del territorio mexicano a manos de los gringos, un país sumido aún más en la pobreza y 15 millones de dólares como regalo de compensación a los mexicanos, los cuales pararon al bolsillo del clero, el ejército y del entonces presidente Antonio López de Santa Anna.

Declaración de la guerra y sus causas

El territorio mexicano en 1835.

El gobierno de México no había desconocido los tratados internacionales, sino que por razones extrañas se traspapelaron y no los pudo leer a tiempo. En estos se establecía que el límite de la frontera sur de Texas era un pequeño arroyuelo. Fue entonces cuando un grupo de castores mexicano-canadienses desviaron el curso del río con una presa hecha de cactos, violando abiertamente el tratado internacional sobre la frontera de la nueva nación texana. Por ello, los castores fueron apresados y luego hechos sombreros para los tejanos como advertencia de lo que pasaría si alguien más intentara violar su soberanía.

El general de división Pedro Ampudia —quien era el encargado de reconquistar Texas—, envió una carta a los texanos pidiéndoles que por favor se separaran de United Estates, que en un gesto de descortesía ignoraron la petición y no hicieron caso al por favor, lo cual puso muy triste al general Ampudia. Al ver que Texas estaba perdido, el ejército mexicano contraatacó arrebatándole los territorios desérticos y arenosos de Nevada. Los norteamericanos, cansados de la ambición mexicana por conseguir más y más territorios suyos, decidieron declararles la guerra de una vez por todas.

México entraba así a una guerra para la que estaba más que preparado que el enemigo. Había robado varios galeones cargados de oro al gobierno español, y explotaba de lo lindo a Guatemala, que por aquel entonces también era vasallo de México. Con todo esto a su favor, México tenía el suficiente capital para comprar armas de tecnología de punta, o sea, de pólvora, y esclavos para recluirlos en las fuerzas armadas. Y con México juntando dinero por todas partes, la victoria estaba asegurada.

Curso de la guerra

Primeros enfrentamientos

Para fingir su inocencia, los soldados se disfrazaron de esta manera para entrar a USA, creyendo nadie los reconocería así.

Tras la declaratoria de guerra, el ejército mexicano se dio a la tarea de ocupar el territorio californiano. Para no levantar sospechas, los soldados se disfrazaron de turistas que iban a conocer las playas y los parques de diversiones de California, que por entonces era un par de resbaladillas y columpios para la diversión de los pequeños. Los soldados mexicanos estaban preparados para sorprender a los californianos con una revuelta. Sin embargo, no sabían de las medidas preventivas de los norteamericanos, que terminaron por regresarlos a México a patadas con todo y sus maletas de viaje.

Los mexicanos no se quedaron en la cama rascándose la panza viendo que pasaría con el curso de la guerra. Diseñaron un nuevo plan para reconquistar a California, en el cual, el ejército, al ver como se desplazaban los topos por debajo de la tierra, decidieron imitarlos construyendo túneles que comunicaran las bases mexicanas en el norte con California, pero sin ser pillados por los americanos. Sin embargo, por cuestiones del destino, justo antes de empezar a atacar desde abajo de la tierra, ocurrió un terremoto que dejó incomunicados a los soldados mexicanos. Aún así, procedieron a atacar. Sin embargo, para infortunio de los aztecas, fueron destrozados tras ser pisoteados por los soldados estadounidenses sin necesidad de artillería.

Al ver fracasar sus planes en California, el ejército mexicano decidió probar suerte conquistando Nuevo México, Arizona, Colorado y Nevada. Sin embargo, los mexicanos tropezaron de nuevo. Desconocían de las condiciones desérticas y sumamente arenosas que predominaban en aquellos territorios. Y en cada batalla, el ejército azteca retrocedía debido a la deshidratación y a las tormentas de arena que se presentaban cada vez que se entablaba la pelea. México terminó por desocupar los territorios, y debido a la escasez de soldados, un bajo nivel de ataque y el avance en masa de Estados Unidos, los soldados mexicanos fueron puestos en jaque mate y a la defensiva.

Contraataque de Estados Unidos

El generalisimo Santa Anna, presidente de México, perdió su pierna en una batalla contra Tio Sam.

El ejército gringo, al ver como los mexicanos se mataban por cerveza en lugar de pelear , fue recuperando sus territorios. En venganza por la afrenta mexicana, decidieron invadir a México, para que los mexicanos se pusieran en sus zapatos. Eran dirigidos en esta empresa por Zacarías Taylor, un general excéntrico y experimentado. Ya tenía su plan en mente: entraron por los territorios de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, quienes no opusieron resistencia y recibieron a los americanos como héroes en la ciudad de Monterrey,en la provincia de Nuevo León.

El presidente de México que gobernaba en aquel entonces era un viejito llamado Mariano Paredes, cuyo único logro importante fue correr a patadas al general mexicano Antonio López de Santa Anna con destino a Cuba por querer establecer una dictadura centralista-fascista. Al ver que poco a poco los norteamericanos los invadían, Paredes decidió mejor salvar su pellejo y dejó el camino libre para que Santa Anna regresara a la presidencia para defender a México del imperialismo yanqui, con el apoyo de un cubano apellidado Castro que conoció en Varadero, y del cual compró un par de armas de pedernal, de baja tecnología y base de la artillería mexicana.

Santa Anna se lanzó a combatir al tal Zacarías en la Batalla de la Angostura o de Buena Vista. La batalla fue furibunda, pero fue dominada por el ejército mexicano, el cual traía al ejército norteño mareado por tantas chilenitas y goles de media tijera que les propinaban. Sin embargo, cuando los mexicanos ya habían ganado la batalla, decidieron jugar a las escondidas con los americanos, y para que ellos no los encontraran, huyeron a la Ciudad de México creyendo que era un buen escondite que nunca encontrarían.

Invasión de Veracruz

Los americanos pronto descubrieron a través de la Mexican Spy Company (Companía Mexicana de Espías, que tenía como fin delatar a los mexicanos), que el ejército se había escondido en la capital mexicana. Entonces se lanzaron con todo hacia la capital. Zacarías pataleó porque el presidente reforzara su frente. Sin embargo, abrió un nuevo frente al mando del general Winfield Scott quien invadió el puerto de Veracruz. Veracruz en aquellas épocas estaba infestada de moscas y otros insectos debido al pantano que se encontraba al lado de la ciudad. Fue cuando los veracruzanos valientemente huyeron de la ciudad creyendo que los invasores habían traído como artillería a bichos, por lo que la gente no aguantó y terminó huyendo a lugares aledaños, ganándose el puerto el mote de heroico por esa brava acción.

Scott después tomó Puebla en donde la ciudadanía repitió la misma acción que sus antepasados tlaxcaltecas hicieron con Cortés y los españoles en la conquista de México. Los recibieron como héroes, les dieron tips para conquistar la capital y les regalaron armas, comida y mujeres.

LLegada a la Ciudad de México

El ejército gringo llegó a la Ciudad de México después de barrer al ejército mexicano en Puebla y en la Batalla de Cerro Gordo por marcadores de 9 y 11 goles contra 0, en el cual también influyó la Mexican Spy Company, que ofreció a los estadounidenses un par de trucos para hacer trizas a los mexicanos, a cambio de una dotación de productos Made in USA.

Ejército capitalino defendiéndose con sus pistolas de smog.

Los estadounidenses continuaron internándose por el centro del país con dirección a la capital. En las zonas cercanas a la Ciudad de México, chocaron fuerzas mexicanas y americanas mientras los soldados mexicanos iban a comer barbacoa para celebrar su derrota. Los americanos temían que México reaccionara y los echara de su territorio, por lo que se enfrentaron con los aztecas en la Batalla de Padierna. México iba ganando la batalla gracias a la gran autoestima que tenían luego de comer la barbacoa. Sin embargo, los generales mexicanos Santa Anna y Gabriel Valencia pelearon por el mando de tan importante batalla, y no por cervezas como muchos historiadores argumentan. Los americanos aprovecharon esta discusión y derrotaron al ejército mexicano.

Cerco a la capital

Las monjas del Convento de Churrobrusco se defendieron como nadie, pero su valentía de poco sirvió.

Después tuvieron que volver a enfrentarse en la célebre Batalla de Churubusco, donde los mexicanos pelearon tan valientemente que terminaron escondiéndose debajo de las faldas de las monjas del Convento de Churubusco. El general Pedro Anaya organizó la resistencia en compañía de un batallón de irlandeses que desertaron del ejército gringo uniéndose a la causa mexicana, el llamado el Batallón de San Patricio.

El general Anaya pensó que lanzando su artillería a todos lados iba a confundir al ejército estadounidense. Para desgracia de México, el general Anaya se quedó sin municiones y se tuvo que rendir a los gringos. Desafiante, cuando enfrentó a uno de los generales gringos, le dijo: "Si tuviera parque no estaría usted aquí". En honor al general Anaya, el gobierno mexicano decidió un siglo después fundar el Parque de Diversiones Reino Aventura, ahora Six Flags México.

Batalla de Chapultepec y los Niños Héroes

Pudieron ingresar al castillo usando el viejo truco del burro hueco de madera.

El único reducto que quedaba en México era el Castillo de Chapultepec, donde estaba el Colegio Militar para entrenamiento y formación de niños y adolescentes. Allí, cientos de alumnos se preparaban para ser soldados mexicanos y servir a la patria como carne de cañón.

A los norteamericanos no les importó un comino si los defensores eran gente de la tercera edad, mujeres, niños o niñas, ya que ellos tiraban a matar, a aplastar y a destruir a México como pudiera. De la toma del castillo son recordados los Niños Héroes quienes para lo único que sirvieron fue para nombrar monumentos, escuelas, gimnasios e instalaciones deportivas en México. Irónicamente los niños héroes eran niños desastrosos los cuales fueron castigados con un correctivo, pero para hacer parecer a los directivos unos estudiantes aplicados, decidieron irse a la guerra.

El mas conocido de todos se llamaba Juan Escutia, quien una vez terminada la batalla, lo mandaron a recoger una bandera gigante mexicana que estaba en lo alto del castillo. Al momento de recogerla, el joven se enredó con la bandera, se tropezó y terminó cayendo de cabeza de una altura aproximada de 10 metros. Los propios gringos, para ocultar la torpeza del muchacho, le terminaron diciendo a los demás soldados mexicanos que Juan Escutia que se había aventado por México, llevándose consigo la bandera mexicana para evitar que cayera en manos enemigas.

Fin de la guerra

Luego de la derrota en el Castillo de Chapultepec, el ejército no puso resistencia frente a los americanos, y terminaron por dejarlos izar su bandera un día antes del aniversario de la Independencia de México, por lo que en 1847 no hubo celebración del Grito de Independencia.

Santa Anna renunció a la presidencia de México. O mejor dicho, los mexicanos lo volvieron a correr a patadas, con su propia pata de palo encajada en salva sea la parte. Partió con rumbo a La República Bolivariana para huir de la vergüenza de la guerra. Pero volvería a la presidencia años después, como si nada hubiera pasado.

Estados Unidos continuó ocupando a su gusto el país hasta 1848, cuando para ellos México representaba una carga innecesaria. México y Estados Unidos firmaron los tratados de paz el día 2 de febrero de aquel año. Entre los firmantes mexicanos estaba un tal Guadalupe Hidalgo y entre los firmantes gringos un tal Destino Manifiesto. El tratado delimitaba de una vez y para siempre que México no debía de meterse en Alta California ó Nuevo México, así como algunas partes de Sonora, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas. A cambio, Estados Unidos indemnizaría a México con 15 millones de dólares. Aunque no iba a ser en dinero sino en especie. En tortas y una lata de Coca Cola de 355 ml para cada uno de los habitantes de la República Mexicana.

Implicaciones políticas de la guerra

México perdía la virginidad, la dignidad, la decencia y las ganas de tener 51% más del territorio que ya tenía en manos de los Gringos. Por un lado, México perdió la oportunidad de tener en su territorio a Disneylandia, Hollywood, los Dodgers de Los Ángeles, los Vaqueros de Dallas, Sea World, el Valle del Silicón, Las Vegas, Lake Tahoe y la NASA.

Sin embargo, el país ya no tuvo que batallar con los mormones, los rancheros racistas de Arizona, los pandilleros de Los Ángeles, los incendios de California, con Paris Hilton, con Graceland y Michael Jackson; así como con David Beckham y Landon Donovan.

El tal Zacarías fue elegido presidente de los Estados Unidos, pero fue tan irrelevante su mandato que ni siquiera en los billetes gringos salió.

Después de la guerra, Estados Unidos y México volvieron a entrar en conflictos bélicos. Los Estados Unidos combatieron contra ellos mismos en la Guerra Civil Estadounidense. En esta guerra los del norte defendieron su derecho de tratar como Esclavos a los negros pagándoles un salario y los del sur defendían su derecho a tratar a los negros como esclavos sin pagarles nada.

México también combatió contra sí mismo en la guerra de liberales contra conservadores. Los conservadores querían un gobierno centralista-fascista y regalarle todos los impuestos a la iglesia católica; y los liberales querían una república liberal-socialista y quitarle todo el dinero a la iglesia católica para quedárselo ellos mismos.

México se convirtió a partir de 1848 en el patio trasero de los Estados Unidos. Los norteamericanos tenían el derecho de hacer lo que quisieran, desde evadir impuestos hasta emborracharse y hacer destrozos en el Spring Break. Washington W.C. dictaría la política exterior de la nación mexicana y el presidente de México se convertiría en el gerente en turno de la sucursal mexicana de los United States.

Intervención mexicana en Estados Unidos (migración ilegal)

Este es el líder de los indocumentados mexicanos.

Desde entonces, el gobierno de México ha implementado medidas para impulsar la migración a Estados Unidos, con el fin de ir recuperando poco a poco los territorios perdidos en la guerra, y otros más como Chicago y Florida. De hecho, el Secretario de Relaciones Exteriores de México es el encarga de mandar inmigrantes al país vecino. A esta acción de invasión pacífica se le conoce como la operación "espalda mojada".

Esto ha dado resultados. México firmó en 1961 un tratado donde Estados Unidos le devolvía 75 m² de territorio que estaban al lado del Río Bravo.

Sin olvidar a las valientes mujeres mexicanas que viven en territorio americano se dedican a generar nuevas camadas de compatriotas con el fin de poblar de mexicanos desde dentro de territorio estadounidense.

A corto plazo, esta reconquista ha rendido frutos. Se cuenta con cientos de alcaldes mexicanos que gobiernan tierras americanas. Como el alcalde de Los Ángeles, California quién busca sustituir al actual gobernador Californiano Arnold Schwarzenegger en su puesto (traducción, decirle Hasta la vista, Beibi").

Por lo que se espera que en un futuro no muy lejano, estos territorios regresen a ser territorio mexicano.


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