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Guerra de las Malvinas

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Este artículo trata de un tema local de Argentina,
pero para entenderlo no hace falta tramitar la visa.
Si lo va a editar, por favor, asegúrese de que se mantenga así.
Cita3.png¡Que se vengan el principito y la reina, y que traigan unas cuantas minas! ¡Nos ponemos todos en pedo y nos vamos de joda, carajo!Cita4.png
Leopoldo Galtieri , presidente de facto de Argentina, sobre lo que pensaba que sería la guerra.
Un habitante de las islas preparándose para el conflicto.

La Guerra de las Malvinas (en inglés: Fuckland Islands) fue un conflicto armado entre la República Federal Argentina y el Reino Unido de la Gran Bretaña, con algunas aportaciones menores de otros países y algunos pingüinos que pasaban por ahí. Tuvo lugar entre abril y junio del 1982 d.c., y tuvo un saldo de bajas de 649 argentinos, 255 británicos, 8 pingüinos, 3 ballenas francas australes, 666 espias chilenos 99% indios resentidos y envidiosos de la gloria albiceleste y 32780 cubitos de hielo que se derritieron a causa del fuego cruzado.

Orígenes

Los historiadores calculan que fue exactamente en el año mil ochocientos y pico cuando los ingleses ocuparon por primera vez las islas Malvinas. Por aquellas épocas todavía no era importante el petróleo, y en la Antártida aún no existían las bases secretas de misiles nucleares que hay hoy en día (ups, eso no tendría que haberlo dicho), así que poco se sabe de los motivos que llevaron a los británicos a quedarse con las islas. Se especula con que probablemente las querían para entrenar a sus atletas en el deporte de congelamiento de testículos, ya que intuyeron que en el futuro esa actividad formaría parte de los Juegos Olímpicos de invierno. Los argentinos de la época, que estaban demasiado ocupados peleándose entre ellos y con los indios, no hicieron gran cosa al respecto.

La situación política antes de la guerra

Argentina

Leopoldo Galtieri exhibiendo lo que guiaría toda su acción de gobierno.
Cita3.pngYo no dudo, la duda es la jactancia de los intelectuales.Cita4.png
Leopoldo Galtieri totalmente borracho.

La Maradoniana República Argentina estaba dirigida ("dirigida" por decirlo de alguna manera) por aquel entonces por una junta de militares que se estaban afanando todo en llevar al país a la más absoluta ruina económica, con un éxito que podemos calificar de notable. Además, el país estaba creciendo enormemente en las cifras de DIB (desaparecidos interiores brutos), las torturas per cápita y las importaciones de izquierdistas, pensadores e intelectuales exiliados.

El presidente de estos tiempos de bonanza para los argentinos era nada menos que el general (por no decir otra cosa) Leopoldo Galtieri, muy aficionado a las bebidas espirituosas. En una de sus borracheras más legendarias, a Galtieri se le ocurrió que una invasión a unas islas del sur serían el broche de oro a su maravillosa gestión de gobierno. Además, y posiblemente a consecuencia del abuso del alcohol, comenzó a tener delirios esquizofrénicos durante los cuales alucinaba con recibir una descomunal ayuda por parte de EEUU consistente en marines, bombas atómicas, helicópteros y bombas de micropitufos.

Inglaterra

Muchos afirmarban que la primera ministra británica era una hija de perra.

La Isla Nacional de los Hooligans pasaba en aquel entonces por un mal momento. Su presidenta, la gran defensora de los derechos humanos y sociales Margaret Thatcher tenía un momento de baja popularidad, ya que su política de recortes sociales había obligado a los ingleses a pagar parte de su sanidad, su educación, el transporte y un impuesto especial por tomar el en los días impares (que son los días que más se difruta del té, como todos sabemos). Las encuestas calificaban a la presidenta de antipática, vieja y ,sobre todo, muy fea. Pero como bien sabe el bueno de George W. Bush, no hay nada como un malvado enemigo extranjero para recuperar la popularidad perdida.

La guerra propiamente dicha

El combate propiamente dicho duró apenas un par de meses. Al principio los militares argentinos llegaron en bandada a las islas, que estaban defendidas por cuatro kelpers voluntarios, diez soldaditos de plomo, tres soldados reales y un inglés muy gordo que se tiraba unos pedos silenciosos pero matones. La entrada en las islas fue rápida, y el bando argentino sólo tuvo que lamentar una baja por intoxicación. A partir de ese momento se volvieron a ondear las banderas argentinas en las islas, y se obligó a los isleños a escuchar tango y comer asado todos los días (y de postre, alfajores de dulce de leche). La prensa argentina estalló de júbilo con titulares que decían ¡Vamos ganando!.

La tecnología del armamento que dieron a los soldados argentinos estaba algo obsoleta.

Los ingleses mandaron a algunas tropas a recuperar las islas, y consiguieron meterse rápidamente en las islas Sandwich del sur, en las islas Burguers del norte y en las Choripán del oeste. También aprovecharon para hundir un buque que no estaba en la zona de guerra, el llamado "General Belgrano", que tenía a bordo a cientos de combatientes argentinos y un par de turistas japoneses que estaban sacando fotos. Hay quien considera que esto es un crimen de guerra, pero la primera ministra Margaret Thatcher se defiende afirmando que los japoneses pretendían volver a las islas a nado para aliarse con el ejército argentino, así que atacó por si acaso. La prensa argentina, por su parte, consideró que en realidad todo esto se trataba de repliegues tácticos y maniobras de distracción, así que afirmó otra vez: ¡Vamos ganando!.

Pocos días después, un par de aviones argentinos, cargados con los famosos misiles franceses Elsokèt y Croissant du chocolat AM-39, consiguieron hundir el moderno buque inglés Sheffield, lo que no cayó del todo bien a los altos mandos ingleses. Así que desde las islas británicas se mandaron más buques, más aviones, y más soldados. La prensa argentina, convencida de que con hundir un buque alcanzaba para el éxito final, volvió a lanzar su gran titular: ¡Vamos ganando!.

Los enfrentamientos en tierra fueron considerablemente desiguales. Mientras los soldados británicos eran profesionales con armamento de última generación, los argentinos habían mandado a conscriptos con pistolas de agua, catapultas y navajas suizas. Con esta situación, la recuperación inglesa de las islas fue más bien rápida y contundente. Un día antes del final de la guerra, todos los medios de comunicación argentinos afirmaron: ¡Vamos ganando!. Al día siguiente su credibilidad sufrió una ligerísima merma.

El papel de otros países

Cita3.pngEh... Dile que ahora mismo estoy pasando una diarrea, pero que ya lo llamaré más tardeCita4.png
Ronald Reagan cuando le avisaban que llamaba Galtieri pidiendo ayuda.
Miembros de la administración Reagan tras enterarse de que Galtieri pensaba que no apoyarían a Inglaterra.
  • EEUU: los yankis se encontraban en una situación compleja. Si bien el tratado de la OLA (Organización de Lameculos de América) los obligaba a aliarse con Argentina, el tratado de la OHI (Organización de los que Hablan Inglés) los obligaba a aliarse con los británicos. Lo lógico habría sido permanecer neutrales, pero sin embargo prefirieron apoyar a los británicos, demostrando una vez más el profundo amor y respeto que sienten por sus aliados latinoamericanos.


Cita3.png¡Oh, Thatcher! ¡Oh, Thatcher! ¡Oh Maggie, I love you!Cita4.png
Augusto Pinochet cuando acepto darle apoyo a Margaret Thatcher
Momento de tristeza de Pinochet al conocer la derrota de sus vecinos
  • Chile: el generalísimo Pinocho I del sur no dudó en apoyar a Inglaterra. Si bien hay quien piensa que esto tiene algo que ver con un conflicto limítrofe ocurrido con Argentina pocos años antes, lo cierto es que Pinochet quería tener el record de disidentes torturados y asesinados por una dictadura, y si los dictadores argentinos no caían pronto, iba a ser imposible alcanzarlos. También se habla de un romance oculto entre la dama de hierro y el muñeco de madera, propiciado por un medicamento dado por su amigo José Toribio Merino.
  • Perú: los peruanos fueron los únicos latinoamericanos que apoyaron a Argentina. Se cree que esto se debe a que el gobierno de Galtieri prometió enviar a Lima doce mil cajas de alfajores de chocolate de la marca Jorgito (que se creía que sería la preferida por los peruanos), pero esta hipótesis aún está por confirmar. Memen agradeció años más tarde dicho apoyo vendiéndole armas a Ecuador en la Guerra del Cenepa.
  • Francia: si bien vendieron misiles a los argentinos, tras las amenazas de la Thatcher a su líder Miterrand (se dice que lo amenazó con meterse desnuda en su cama), decidieron no enseñar a los técnicos argentinos cómo usar dichos misiles. Sin embargo, éstos consiguieron deducir la forma de uso (se cree que lanzaron la siguiente instrucción: se los tiramos con todo a los barcos ingleses, y a ver qué pasa) y los misiles resultaron útiles de todas maneras.
  • Tuvalu Ulterior: la célebre micronación envió varios diplomáticos para intentar negociar una salida pacífica al conflicto. Desgraciadamente, y debido a un error logístico, enviaron los diplomáticos a Suiza, que hacía varios siglos que no se metía en ninguna guerra. Los diplomáticos, pensando que habían tenido éxito antes de comenzar, se dedicaron a comprar chocolate, navajas y relojes.
  • Israel: este incomprendido país ayudó secretamente a Argentina con armas y falafel, bajo la condición de no decirle ni una palabra de ello a los yanquis. El pueblo argentino les agradecería haciendo volar la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), 12 años más tarde.

Consecuencias de la guerra

  • Los ingleses capturan el 67% del armamento argentino,bailan durante

3 dias y 4 noches obligando a la dictadura a firmar un acta en la cual incluia:Entregar el ano de galtieri,15 tetras de mermal,una mapache azul capturada por el gobierno en el 57 y 15.000 vacas gordas

  • Leopoldo Galtieri tuvo que dejar el gobierno. Lo que no dejó fue la bebida. Eso no lo dejaba ni muerto.
  • La dictadura argentina se debilitó aún más, y como ya no había mundiales de fútbol ni guerras que pudieran mejorar su popularidad, terminó cayendo.
  • El gobierno inglés recuperó la popularidad perdida, y en medio de la euforia por la victoria pudo agregar un nuevo impuesto por tomar el té (esta vez para los días pares) sin que nadie se diera cuenta.
  • El comercio de truffles y mate cocido entre ingleses y argentinos se redujo en un 98%.
  • El jefe de la diplomacia de Tuvalu Ulterior se compró un mapamundi.
  • Los pingüinos de la zona aprendieron a hablar inglés.
  • Cuatro años después, la venganza argentina llegó de la mano de Dios y los pies de Maradona.


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Hasta D10S y el Messias están orgullosos de él, ché.

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