Guerra Ruso-Marciana

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Cita3.png¡Comandante, le ordeno que baile!Cita4.png
Stalin a su alto mando.
Un enfrentamiento épico.
Cita3.pngDostoieski sálvame, joder.Cita4.png
Un camarada antes de su muerte
Cita3.png¡Muevan sus pies! ¡Que no decaiga el ritmo!Cita4.png
Stalin arengando a sus tropas.
Cita3.pngSi existió vida en Marte, seguro el capitalismo acabó con ella.Cita4.png
Hugo Chávez antes de esta guerra.

La Guerra Ruso-Marciana (1942 - 1944) fue un conflicto bélico que enfrentó a la Rusia estalinista contra los ejércitos de Marte. Habitualmente englobado en el gran esquema de la II Guerra Mundial, la mayor parte de la información acerca de este conflicto fue censurada por los países del Bloque Occidental para ocultar la existencia de los superpoderes de Stalin, que por supuesto constituyeron el principal detonante de la victoria rusa.

Preliminares de la guerra

Corría el año 1942 y la ofensiva alemana contra Rusia se consideraba ya un fracaso tras las contundentes derrotas nazis en Moscú, Stalingrado, Leningrado, Trotskigrado, Marxgrado, Avinagrado, Retrógrado y Fríogrado. El ejército rojo comenzó a reorganizar sus fuerzas preparando un demoledor contraataque que, según testimonios de la época, habría de barrer a los alemanes de vuelta a Berlín en unos cuarenta y dos días. Sin embargo, Hitler se negó a rendirse y decidió jugar su última carta: llamar a sus aliados secretos, los marcianos.

El ejército marciano contaba con potentes unidades expertas en sigilo, camuflaje e infiltración.

Contendientes

El ejército rojo, defensor de la madre Rusia, había sufrido notables pérdidas (tanto humanas como materiales) durante la infernal guerra relámpago orquestada por los alemanes. Por suerte para los rusos, la llegada del invierno congeló las municiones, suministros, combustibles y testículos de las tropas del III Reich. Ante la nueva e inminente amenaza alienígena, Stalin decidió hacer llamar a todas las divisiones de su ejército disponibles, incluyendo a su unidad de élite más letal: los mamuts lanudos asesinos. Incluso el propio padre de la patria rusa se vería obligado a acudir al frente en avanzadas fases del conflicto.

Por parte de los marcianos, los datos conservados son escasos y las reconstrucciones historiográficas posteriores ofrecen poco más que hipótesis acerca de la composición de sus fuerzas. Sin embargo, resultaría adecuado combinar conceptos de películas como Mars Attacks, Independence Day o La Guerra de los Mundos para hacerse una idea general sobre el poderoso enemigo al que se tuvieron que enfrentar los soviéticos.

Primera fase

El primer acto de la guerra se inició durante el otoño de 1942, mediante un ataque fulminante de platillos volantes contra diversas granjas colectivas en el sur de la Unión Soviética. Una vez neutralizados los treinta y tres esclavos camaradas obreros que defendían la zona, los marcianos establecieron allí su base de operaciones, con el plan de utilizarla luego como punto de partida para realizar incursiones en el resto de Rusia.

Las fuerzas rusas lanzaron un rápido contraataque que terminó en desastre, al quedarse varios destacamentos de cosacos sin reservas de vodka, elemento indispensable para motivar en combate a tan aguerridos soldados. Descoordinados y desilusionados en pleno intercambio de fuego, los cosacos decidieron dar media vuelta y salir corriendo, lo que provocó su captura y violación por parte de la tentaculina infantería alienígena. Reporteros japoneses que cubrían la información relacionada con la guerra informarían posteriormente a sus compatriotas de tales sucesos, lo cual terminaría originando el concepto de un peculiar estilo de hentai (aunque en ese caso son féminas las violadas por tentáculos, para no herir sensibilidades). En lo referente al conflicto, enterado Stalin de tan brillante actuación de sus soldados, los recompensó a todos con unas vacaciones perpetuas en el gulag más fresquito de Siberia.

Tras algunas escaramuzas menores, el ejército marciano inició una nueva ofensiva hacia el oeste, con el objetivo de abrirse paso hacia el Mar Negro y apoderarse de las cuantiosas reservas de caviar que Stalin tenía allí almacenadas para disfrute personal orgullo de la nación soviética.

Segunda fase

El ciclópeo Stalin guía al ejército rojo al frente mientras dispara rayos láser por los ojos. Instantánea tomada durante la II Batalla de Chiquitistán (febrero de 1944).

Mientras los alienígenas se preparaban para el ataque, los rusos reorganizaban a sus fuerzas. Sabiendo que contener a los platillos volantes y calamares gigantes de los marcianos en campo abierto iba a ser tarea harto complicada, los mandos soviéticos decidieron replegarse a la zona de arrozales de Chiquitistán, desde donde resultaría mucho más sencillo planificar una defensa eficaz.

El momento principal de este acto de la guerra tiene lugar en la colosal I Batalla de Chiquitistán (diciembre de 1942 - mayo de 1943). Mientras los calamares extraterrestres trataban de minar la resistencia comunista a base de continuos chorros de tinta y ondas de choque psíquicas, los rusos se afanaban en derribar platillos volantes con los modernos cañones que en su día habían robado a Napoleón. Todo esto, por supuesto, aplicando las eficientes tácticas de batalla que tan buen resultado habían dado en Stalingrado: un soldado llevaba el cañón, y otro las balas.

Finalmente, tras varios meses la artillería soviética fue capaz de derribar a todos los platillos (al quedarse sin combustible y estrellarse contra el suelo la tarea de acertarles un cañonazo se volvía un poco más sencilla) y las huestes de calamardos fueron finalmente derrotadas por los famosos mamuts lanudos asesinos, guardia personal del mismísimo Stalin.

Tercera fase

El primer enfrentamiento en Chiquitistán constituyó sin duda un punto de inflexión en el curso de la guerra, en tanto que la primera derrota contundente de las fuerzas alienígenas elevó la moral del ejército rojo y renovó las esperanzas de victoria del alto mando. Sin embargo, la euforia pasó factura a los soldados soviéticos de forma brutal: más de 1.000.000 de litros de vodka fueron consumidos durante las celebraciones inmediatas, provocando una resaca colectiva de varias semanas que los marcianos se afanaron en aprovechar.

Y en efecto, tras movilizar a todos los refuerzos disponibles desde sus naves nodriza (y alquilar un par de platillos de apoyo a los chinos), los marcianos lanzaron su demoledor ataque final. Este momento crítico pudo haber sido devastador para el bando ruso, con medio ejército todavía saliendo a rastras de la borrachera, de no ser por la intervención providencial del mismísimo Stalin.

Así, la II Batalla de Chiquitistán (enero - febrero de 1944) se caracterizó por un rápido avance inicial de los extraterrestres, tendencia rápidamente revertida una vez el Gran Camarada se unió a la lucha. El Stalin que hizo acto de presencia en el frente se parecía muy poco al hombrecito afable y regordete que los marcianos conocían a través de la triste propaganda occidental. En su lugar, se toparon con una sombra que cubría por entero el campo de batalla: un colosal guerrero capaz de derribar platillos volantes enteros con un único disparo de sus rayos láser oculares. Además, el ritmo impuesto por Stalin a la batalla fue demasiado como para que cualquier par de piernas (terrícolas o marcianas) pudieran resistirlo. Con todo su ejército aniquilado, la derrota para los alienígenas era total.

Consecuencias

Nadie quiso perderse las espectaculares celebraciones de la victoria en el Kremlin.
  • Aplastados por Stalin, los marcianos perdieron la fe en el capitalismo, se pasaron al comunismo y convirtieron su hogar en el planeta rojo.
  • Pese a su victoria contra los alienígenas, el gran esfuerzo de la guerra impidió a Stalin emplear todos sus recursos en la ofensiva contra Alemania. Esto permitió la supervivencia del régimen nazi, que continuó languideciendo hasta su derrota final en Viena, el 29 de junio de 2008.
  • Así mismo, Stalin tampoco pudo ayudar a los Estados Unidos durante la Guerra del Pacífico. Posteriormente, censurada cualquier tipo de información sobre la guerra en Occidente, se acusaría a Rusia de traidora por ello.
  • El guionista de cómics británico Alan Moore se inspiró notablemente en la estética del ejército marciano para su obra Watchmen.
  • El cineasta norteamericano Tim Burton se inspiró notablemente en la estética del ejército marciano para su película Mars Attacks.
  • El también cineasta norteamericano Steven Spielberg recogió cierto grado de inspiración de la última fase del conflicto para narrar un hipotético encuentro diplomático en su película Encuentros en la tercera fase o Encuentros cercanos con cualquier tipo, cuya banda sonora, a cargo de John Williams, ganó el oscar.

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