Incilibros/Guía para dejar de fumar
¿Son las ocho de la mañana y ya ha llenado todos los ceniceros de la casa? ¿Su mujer le ha dejado porque no puede ver la televisión entre tanto humo? ¿Son sus dedos más amarillos que los de Homer Simpson? ¿Ha salido huyendo por su propio pie la última mucosidad verde que ha escupido al W.C.? En ese caso, amigo, parece evidente que usted está necesitando como el comer esta Guía para Dejar de Fumar.
Primer Paso: Tomar conciencia del problema.
No se engañe. Usted está enganchado al pernicioso vicio del tabaco. Es usted un títere en manos de la industria tabaquera. Su mente se rebela ante tal posibilidad (como en Matrix), pero si no admite su problema, será imposible ponerle solución. A continuación le presentaremos un pequeño test diagnóstico para constatar empíricamente su grado de adicción. Anótese la puntuación correspondiente por cada ítem con el que se sienta identificado, y compruebe sus resultados.
- Su ropa apesta a tabaco por las noches (1 punto).
- El presupuesto familiar se ve seriamente afectado por el gasto en cigarrillos y puros. (2 puntos)
- Le han expulsado de la Biblioteca Municipal por sus emisiones incontroladas de esputos y toses (2 puntos).
- Le han expulsado de la Biblioteca Municipal por fumar (3 puntos).
- Enciende un cigarrillo tras realizar el acto sexual (medio punto).
- Escoge los restaurantes en función de la amplitud de la zona de fumadores (1 punto).
- Enciende un cigarrillo durante el acto sexual (3 puntos).
- Usted está fumando ahora mismo (1 punto).
- Fuma en la bañera (1 punto)
- Fuma en la ducha (3 puntos).
- Lee Guías para dejar de Fumar (1 punto).
- Está usted laringectomizado (4 puntos).
- Menos de ocho puntos
- Adicción Moderada. Aún no ha desarrollado un grado de intoxicación alarmante, pero todo se andará. Debe usted leerse esta Guía inmediatamente.
- Entre ocho y quince puntos
- Adicción Gorda: Es usted un completo adicto y corre un serio peligro de muerte por asfixia y/o cáncer en los próximos seis meses, por lo que debe leerse esta Guía inmediatamente.
- Más de 15 puntos
- Adicción Letal. Todo es inútil, no se moleste.
¿Cómo dice? De manera que ahora se da cuenta de que es un completo enfermo, ¿eh, malandrín? Bueno, bueno, no desespere, no llore. Aquí estamos para ayudarle. Siga paso a paso las instrucciones que a continuación se relatan y en un periquete estará usted más sano que un gusano sin manzana .
Segundo Paso: Motivación.
A la hora de afrontar una empresa de tamaña magnitud, es necesario pertrecharse de altas dosis de motivación a las que recurrir en los momentos de flaqueza (llegarán, delo por seguro). Comencemos redactando una lista de aspectos de su vida que mejorarán ostensiblemente una vez haya abandonado el pernicioso cigarrillo. Estas son algunas muestras, pero usted deberá confeccionar su propia lista personalizada en virtud de sus particularidades personales e intransferibles.
- Usted olerá mejor. No se engañe, esos chicles mentolados ni siquiera disimulan someramente su penetrante halitosis. Actualmente, usted es un cenicero con patas, y eso no gusta nada a las mujeres, por mucho que las compañías tabaqueras se obstinen en presentarnos al vaquero de Marlboro como un símbolo de masculinidad copuladora.
- Libertad de movimientos. ¡Se acabó el acudir al trabajo caminando bajo la lluvia para evitar las restricciones tabaquiles del transporte público! ¡Nada de esas furtivas escapaditas al lavabo para apurar unas apresuradas caladas en mitad de una reunión! ¡Basta de aquellas incómodas salidas del hogar a horas intempestivas para acudir al bar de la esquina a reponer sus mermadas reservas de tabaco! Usted tendrá tiempo para dedicarse a otros menesteres tales como el punto de cruz, los puzzles de seis mil piezas o la siempre reconfortante numismática.
- Satisfacción personal. Usted estará muy satisfecho consigo mismo por haber abandonado el vicio, no como esos fracasados de sus amigotes. Podrá divertirse mostrándoles fotografías de enfisemas y cánceres de pulmón avanzados y observando sus caras de estupor. Regocíjese con comentarios crueles acerca de la merma en la esperanza de vida del fumador medio. ¡Si usted no puede disfrutar con el tabaco, también puede impedir que sus amigos lo hagan!
- Indudables mejoras en la salud. Esos tres escalones del portal de su casa ya no serán un obstáculo insalvable. Su esposa no le volverá a introducir un calcetín en la boca durante la noche para aplacar sus ronquidos. Incluso sus dientes pueden recobrar una tonalidad amarillenta menos desagradable. ¡Ya no le tendrá que pedir al Nuevo Año "mucha salud y tabaco gratis". ¡Usted ya dispondrá de una salud de hierro! Sin duda, toda una bendición del Señor.
- Lo más importante: La Pasta. Calcule lo que se gasta al mes en tan volátil afición, y piense en los caprichos que se podría dar con tal cantidad de dinero. ¡Usted podría ser millonario, amigo mío! Un yate, un chalé, un bono del videoclub... ¡Todo eso son placeres actualmente vedados para usted! Consiga una hucha con forma de chanchito donde ir acumulando el dinero otrora dedicado al vil fumeteo, para regodearse achuchándola en sus momentos de debilidad. ¡Mano de santo, oiga!
Tercer Paso: Manos a la Obra
Todo está preparado: Usted es un pobre enfermo, pero quiere cambiar. Sólo necesita que le digan cómo. No podrá agradecernos suficientemente lo que vamos a hacer por usted. A continuación le mostraremos una infalibles técnicas para acabar de una vez por todas con el lastre que viene arrastrando desde que birlara a hurtadillas aquel Ducados del bolso de su madre. Las técnicas para dejar de fumar son muchas y variadas, y muchas de ellas incompatibles y contradictorias entre sí. Pero el ser humano es de por sí contradictorio en su naturaleza, así que le recomendamos que haga uso de cuantas considere necesario hasta alcanzar el ansiado objetivo.
Terapias sustitutivas
Conocido método consistente en sustituir la nicotina del cigarrillo por otra cosa. Esa otra cosa puede tomar varias formas. Veamos:
- Chicles de Nicotina. Mala idea. Usted no está abandonando el vicio; simplemente está modificando la vía de administración. En cualquier caso, y por si se decide por esta opción, le diremos que lo más probable es que comience compatibilizando chicles y cigarrillos, después abandonará los cigarrillos y se limitará a los chicles, a continuación intentará fumarse los chicles y masticar algún que otro cigarrillo, y finalmente simultaneará ambas acciones y elementos sin distinción alguna. Además, los efectos laxantes de este tipo de masticables le acarrearán molestos efectos secundarios. Usted no quiere eso. Mejor decídase por otros métodos menos traumáticos.
- Ingesta Compulsiva de Alimentos de Alto Contenido Calórico: ¡Nuevo error! Sin duda, usted intentará distraer su atención mediante este tipo de entretenimientos, pero debe saber que las consecuencias pueden ser desastrosas. Los sanatorios mentales están repletos de ex fumadores obesos con trastornos de la conducta alimentaria intentando evadirse para conseguir cigarrillos. Acabar así sería muy triste y poco recomendable. Intente limitar al máximo la ingesta de golosinas, pasteles y productos similares o lo lamentará.
- Heroína: Vamos mejorando. De todos es sabido que esta droga estiliza la figura, por lo que puede ser una opción recomendable en el caso de que haya cometido el error de utilizar el método anterior. No obstante, hay quien dice que esta sustancia también puede generar cierta adicción; no se lo podemos confirmar, pero por si acaso, obre con cautela.
Terapias Aversivas
Se caracterizan por ser las más divertidas de aplicar. Hay multitud, pero en este momento sólo nos acordamos de estas tres:
- Método de saciación: Usted deberá fumar constantemente y sin descanso durante veinticuatro horas. No podrá comer, no podrá dormir, y no podrá hacer sus necesidades hasta pasado este tiempo. Seguramente tampoco lo podrá hacer pasado este tiempo, porque habrá muerto víctima de un infarto de miocardio agudo. Método drástico, pero efectivo.
- Aversión gustativa: Antes de encender el cigarrillo, báñelo en una sustancia que le resulte desagradable, como el agua del retrete o las lentejas de su mujer. Obviamente, no podrá encenderlo, pero su mujer le perseguirá por toda la casa golpeándole en la cabeza con una sartén, cosa que asociará al acto de fumar y se le quitarán las ganas durante un tiempo. Método adecuado como complemento de otros de mayor calado.
- Electroshocks: Sólo para casos graves. Adquiera un equipo de electroshocks en su punto de venta habitual y conécteselo distintos puntos de su cuerpo. Use su imaginación: cuanto más doloroso resulte, mejor. Cuando le asalten las ansias de llevarse un cigarrillo a la boca, propínese una buena descarga. Tras ello, puede intentar relajar los músculos fumándose un cigarrillo.
Terapias Psicológicas
- Grupos de autoayuda: Diversión asegurada. Doce tipos nerviosos e irritables encerrados en una sala y pasando el mono nicotínico sólo puede terminar con la lapidación inmisericorde del terapeuta de turno. A lo mejor no deja de fumar, pero podrá dar rienda suelta a su agresividad sobre otros seres humanos. Recomendable en las primeras fases del tratamiento.
- Hipnosis: Seguramente usted ha visto esos carteles por las calles convocándole a una reunión donde podrá dejar de fumar en una tarde mediante este método a cambio de una pequeña contribución. Desheche la idea. Lo más probable es que se despierte a la mañana siguiente en la cola del estanco creyendo estar desnudo y cacareando como una gallina clueca.
- Sectas: Integrarse en una secta siempre es una opción a tener en cuenta, independientemente de que exista o no una adicción al tabaco. Probablemente allí pueda sublimar sus necesidades derivadas de una fijación oral canalizándolas hacia otras actividades menos perjudiciales para la psique. O quizá no.
Otras técnicas
- Pedir ayuda a sus congéneres: Se ha dado cuenta de que tiene menos fuerza de voluntad que un mono en una tienda de bananas. Es el momento de pedir a familiares y amigos que le escondan el tabaco y no se lo devuelvan por mucho que clame, jure, amenace o lloriquee como una niña. ADVERTENCIA: Este método puede resultar muy nocivo para las relaciones personales. Aplíquese sólo en casos extremos. De todas formas, usted siempre puede ocultar algunos cartones de nada en lugares oportunamente diseminados por la casa, como la cisterna del retrete o el bombo de la lavadora.
- Rendirse a la evidencia: Usted no va a dejar de fumar. Nunca lo hará. Su última voluntad será un cigarrito de despedida. Eso no lo va a poder cambiar. Pero sí puede hacer algo al respecto para paliar los daños. Un recurso clásico de los fumadores de largo recorrido es, si no dejar de fumar, sí dejar de comprar tabaco. Puede parecer difícil mantener la afición nicotínica sin financiarle el chalé a la estanquera de la esquina, pero verá cómo no es así. Miles de fumadores gorrones llevan años practicando este método. No hay más que decir algo parecido a esto: "¿Me podría usted dar un cigarrillo de nada? Es que lo estoy dejando, así que no llevo encima...". Aquí, se lo aseguramos, los resultados están garantizados.
Conclusión
Amigo, si ha llegado hasta aquí, ya está preparado para emprender esa extraordinaria aventura que supone el abandonar el pernicioso vicio del tabaco. Cuando lo consiga, no olvide mencionar a todos sus allegados que la Inciclopedia le salvó la vida. Ahora forma usted parte del saludable colectivo de fumadores pasivos, y puede comenzar a entrenarse para realizar el sueño de su vida y superar las pruebas físicas de acceso a una plaza de Guardia Civil de tráfico. Un mundo diáfano, limpio y novedoso se le ofrece ante sus ojos en todo su esplendor. Pero no se confíe: el fantasma del cigarrillo le acompañará hasta el fin de sus días, y deberá fortalecer su compromiso diariamente. Suerte que, por si acaso, guarda usted un paquetito de nada en el fondo del armario... Ya sabe, sólo por si acaso.
Artículo destacado Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular. Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos |