Lameculinoico (del español lameculos y paranoico). Se dice de la persona que es ponderada, sensata y razonable y, por lo tanto, se da cuenta de que los gobiernos, organizaciones y empresas son siempre buenísimos y nunca cometen fraudes ni conspiran.
Un chiflado lameculinoico piensa que los malvados conspiranoicos son todos unos malos ciudadanos, que, en vez de tragarse como buenos borregos las versiones oficiales, piensan en algo tan inaudito como que un gobierno mienta o planifique algo malo o delictivo. Además, los malvados conspiranoicos son capaces de desafiar las premisas de la vida pública en los Estados Unidos, lo que conducirá al Apocalipsis. Al Monesvol no le gustan los conspiranoicos y San Daniel Pipes nos alerta sobre una peligrosísima conspiración de conspiranoicos, que es la culpable del calentamiento global, los terremotos, la caries y la prepotencia de La Ladrona.
Un buen chiflado lameculinoico tiene siempre a punto una serie de slogans con el fin de ridiculizar refutar cualquier teoría conspirativa. Suelen ser los borregos ciudadanos preferidos por cualquier gobierno.
Citas de los lameculinoicos
San Daniel Pipes. Este chiflado lameculinoico nos alerta sobre una terrible conspiración que desafía las premisas de la vida pública en los Estados Unidos: una espantosa conspiración de conspiranoicos. Pero si los conspiranoicos conspiran para hacernos creer que existen las conspiraciones, hay al menos una conspiración y entonces...
¡Qué conspiranoicas esas pesadas de las Madres de la Plaza de Mayo! Con lo requetebueno que es nuestro amado
Presidente Jorge Rafael Videla, que es incapaz de hacerle daño a una mosca.
¡
Lunático! ¡
Paranoico! ¡
Magufo! ¡Conspiranoico!
Bueno, las conspiraciones en cierto modo existen pero no existen. Pero algunos creen que existen. Aunque reconozco que alguna existe, es malo creer que existen, como hacen los chiflados conspiranoicos. Y, ¿cuándo he dicho yo que no existan? Donde dije digo, digo Diego.
Bueno, ejem, algunas veces existen conspiraciones. Pero muy poquitas, ¿eh?, muy poquitas.
¿Qué pasaría si estos elementos disparatados compartieran creencias, unieran fuerzas, ganaran una audiencia mucho mayor, salieran de su gueto intelectual y político, y llegaran a ser capaces de
desafiar las premisas de la vida pública en los
Estados Unidos?. Ésta es la
espantosa perspectiva, soberbiamente plasmada por
Michael Barkun en su importante
libro, recién publicado, "A Culture of Conspiracy: Apocalyptic Vision in Contemporary America"(
University of
California Press, $24.95).
Tened cuidado porque hay una serie de
charlatanes (videntes, tarotistas, parapsicólogos, etc...) que os quieren engañar. En cambio, los
políticos son requetebuenos y jamás os
mentirán.
El auténtico enigma detrás de tanto delirio es quién ha
financiado la impresión y distribución de
El Jaque Mate y cuáles son sus objetivos, porque poner 175.000 ejemplares de un
periódico de 24 páginas en las calles del país ha tenido que costar muchos miles de
euros. Se dice en el espacio reservado a la identificación de la publicación que "ha sido sufragada por personas individuales, no por corporaciones ni Estados". Sea cierto o no, el tufillo antijudío del panfleto -que se asemeja en diseño a El País precolor- resulta preocupante, ya que en un primer vistazo puede comprobarse que no sólo culpa a los israelíes de los
atentados de
Nueva York, sino que también pone en duda la realidad del
Holocausto. ¿Quién paga tanta
mentira? ¿Con qué fines?
—
Luis Alfonso Gámez alarmado ante una conspiración de conspiranoicos. La cita es auténtica, comprobadlo
aquí.
Citas contra los lameculinoicos
Las Madres de la Plaza de Mayo son unas chifladas conspiranoicas. Y unas pesadas inoportunas. Tan pelmazas como los del Movimiento de la Verdad del
11-S. Pelmazos así son los que hacen el
mundo un poco mejor.