Inmortalidad cuántica
Si alguna vez te has preguntado por qué ese camión no te atropelló para irte a un isekai, por qué sobreviviste a esa gripe aviar o por qué sigues leyendo esto a pesar de tener el colesterol de un cetáceo, la respuesta no es la dieta, es la física. La Inmortalidad cuántica es la teoría que sugiere que el universo conspira, no para hacerte feliz, sino para impedirte la salida.
A diferencia del suicidio cuántico (que es el método para probarlo si estás aburrido), la Inmortalidad cuántica es el estado pasivo y terrorífico de no poder morir nunca, ya sea por una bala, un resbalón en la ducha o la simple y llana vejez. Básicamente, eres el Deus ex machina de tu propia película: el guionista (la mecánica cuántica) se niega a matarte porque la película es en primera persona.
Fundamentos
Para entender por qué vas a vivir para siempre (lo sentimos mucho), primero tienes que entender que el universo es un indeciso patológico.
Según la Interpretación de los muchos mundos, cada vez que ocurre un evento aleatorio con varios resultados posibles, el universo no elige uno; elige todos y se divide como una ameba gigante.
La trampa lógica es la siguiente:
- Estar muerto implica un cese de la consciencia (pantalla en negro, créditos, fin).
- Tú, como observador subjetivo, solo puedes experimentar realidades donde tienes consciencia.
- Por lo tanto, tu consciencia saltará obligatoriamente a la rama de la realidad donde el camión frenó, la bala falló o el cáncer entró en remisión espontánea.
Ergo, desde tu punto de vista egoísta y solipsista, nunca mueres. Tus amigos te verán morir en sus universos, te enterrarán y bailarán sobre tu tumba, pero tú seguirás en una línea temporal cada vez más improbable preguntándote cómo demonios sigues vivo.
La inmortalidad cotidiana
Mucha gente confunde la inmortalidad cuántica con ponerse una pistola en la sien (suicidio cuántico). Eso es de novatos. La verdadera inmortalidad cuántica actúa en silencio, en el "Modo Automático" de la vida diaria.
Accidentes y estupidez humana
- Artículo principal: Accidentes Causados por la Estupidez Humana
Imagina que cruzas la calle mirando memes en el móvil.
- Universo A (99.9% de probabilidad): El autobús te convierte en una calcomanía del asfalto. Fin de la historia para ese tú.
- Universo B (0.01% de probabilidad): El conductor del autobús sufre un calambre repentino, gira el volante y se estrella contra una tienda de colchones. Tú sigues caminando, ileso, pensando "uau, qué suerte".
No es suerte. Es que no podías estar en el Universo A porque ahí ya no hay "tú" para observarlo. Estás condenado a sobrevivir a tus propias imprudencias.
La decrepitud infinita
Aquí entra el verdadero terror. La inmortalidad cuántica no promete salud, belleza ni juventud. Solo promete consciencia. Si tienes una enfermedad terminal, morirás en la mayoría de los universos. Pero siempre habrá una fluctuación estadística absurda, un error médico, o una mutación milagrosa que mantenga tu cerebro funcionando un día más. Y otro. Y otro. Podrías llegar a tener 200 años, siendo una pasa arrugada conectada a máquinas, deseando el dulce abrazo de la parca, pero la estadística cuántica dirá: "¡No, señor! ¡Aquí hay una probabilidad de 0.0000001% de que esa neurona siga disparando! ¡Seguimos en el aire!".
El efecto "Destino Final"
El problema surge cuando sobrevives a un evento con una probabilidad de muerte absurdamente alta (digamos, saltar a un volcán activo y que justo el volcán se apague). En ese momento, se crean dos universos. El Universo A, donde eres ceniza volcánica (el resultado lógico y pesado), y el Universo B, donde estás vivo y chamuscado (el resultado improbable y ligero).
Normalmente, estos dos universos deberían separarse y seguir sus caminos. Pero como tu supervivencia fue una aberración estadística tan grande, el Universo B no tiene suficiente "energía de realidad" para despegarse del Universo A. El resultado es que ambas realidades se quedan superpuestas, vibrando en una frecuencia peligrosa, como dos emisoras de radio sonando a la vez. El "Tú Muerto" del otro lado empieza a ejercer una fuerza gravitatoria sobre el "Tú Vivo".
Si la anomalía (tú) no se corrige, es decir, si no mueres para que ambas funciones de onda vuelvan a sincronizarse en un estado de equilibrio (la nada), la fricción entre ambos mundos generará un colapso de vacío. Básicamente, tu insistencia en seguir respirando contra todo pronóstico está provocando que el sistema operativo del cosmos se sobrecaliente. Las "coincidencias" mortales que experimentas no son intentos de asesinato, son los chispazos de dos realidades frotándose violentamente, tratando de fusionarse en una sola línea temporal coherente donde, lamentablemente para ti, el resultado final debe ser tu obituario para evitar un Pantallazo azul de la muerte a nivel galáctico.
El experimento de verificación
Si no tienes paciencia para esperar a ver si eres inmortal por causas naturales, existe el método manual, popularizado por Max Tegmark. Advertencia: Inciclopedia no recomienda esto. Si fallas (o sea, si aciertas y mueres), no podrás venir a editar este artículo para quejarte.
El kit requiere: Una máquina que mida el espín de una partícula y un arma letal conectada a ella.
| UNIVERSO A (Perspectiva de tu madre) |
UNIVERSO B (Tu perspectiva subjetiva) |
|---|---|
| El Evento: La partícula dice "Mátalo".
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El Evento: La partícula dice "Sálvalo".
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| IR AL SUBARTÍCULO: ESTÁS MUERTO (No puedes leerlo, estás criando malvas) |
IR AL SUBARTÍCULO: ERES INMORTAL (Prepárate para sufrir eternamente) |
Si repites esto 50 veces, te sentirás un Dios. Para el observador externo, eres un cadáver en el primer intento. Para ti, eres el tipo con más suerte del multiverso.
La horrible realidad de vivir para siempre
Como dijimos, esto no es Highlander. No hay premios, no hay rayos saliendo de tu cuerpo, y no hay banda sonora de Queen.
A medida que sobrevives a cosas que deberían matarte, tu línea temporal se vuelve cada vez más "rara" y divergente de la normalidad.
Tus amigos mueren de viejos. Tu familia muere. Tú sigues ahí.
Lev Vaidman sugiere que terminarás siendo el ser más solitario del cosmos. Estarás en una realidad donde la civilización probablemente se ha extinguido, el sol se está apagando, y tú sigues flotando en el vacío porque hay una probabilidad infinitesimal de que una fluctuación del vacío cuántico te dé oxígeno. ¡Qué divertido!
Críticas de gente aguafiestas
Por supuesto, siempre hay científicos serios que vienen a arruinar la fiesta con "lógica", "ética" y "matemáticas".
- David Deutsch: Dice que las probabilidades disminuyen tanto que llega un punto en que la "medida" de tu existencia es tan pequeña que prácticamente no existes. Vamos, que te vas desvaneciendo como la carrera de un actor infantil.
- Sean Carroll: Argumenta que tus "yoes" futuros no son tú. Si el universo se divide, el tipo que sobrevive en la rama B es otra persona distinta que casualmente tiene tus recuerdos. Así que técnicamente, le estás pasando el marrón de tu inmortalidad a un extraño que se parece a ti.
- El sentido común: Sugiere que si te pegas un tiro, te mueres y punto. Pero el sentido común nunca se llevó bien con la mecánica cuántica.
Aplicaciones prácticas (No lo intenten en casa)
Si decides ignorar las advertencias y abrazar tu destino, aquí hay algunas cosas que podrías intentar bajo el amparo de la inmortalidad cuántica (Inciclopedia se lava las manos):
- Jugar a la Ruleta rusa por dinero: Ganarás siempre en tu realidad. El problema es encontrar a alguien que quiera jugar contra alguien que lleva 500 victorias seguidas.
- Deportes de riesgo sin paracaídas: La adrenalina es máxima cuando sabes que el suelo cuántico se apartará para no matarte (aunque te romperás las 206 huesos del cuerpo, recuerda: inmortalidad no es invulnerabilidad).
