Mitología japonesa
La mitología japonesa son las creencias en que se basa el pueblo japonés para atribuirse una historia no canónica un poco más creíble que la propuesta por los historiadores, los creacionistas y los científicos. El panteón Shinto tiene una colección de más de ocho millones de kamis, entre los que destacan Kamisama, Kira, y un montón más que tienen nombres dignos de userpage de un friki registrado en alguna enciclopedia virtual.
La historia japonesa acorde a su mitología intenta dar a entender la creación del mundo mediante cursilerías shaksperianas, criaturas del Final Fantasy, katanas, muchas katanas, y Godzilla como principal antagonista y destructor del universo. La creación del mismo está dividida en nueve actos, finalizando en el origen de la marcha familia imperial.
Creación de Japón
Los primeros dioses, cuyo nombre nadie se preocupó en inventar, tuvieron dos hijos por error y ausencia de profilácticos no vencidos, llamados Inazagi e Inagami. Arrojados a un cubo de basura después de su nacimiento, establecieron allí el primer planeta Tierra con la ayuda de un tenedor de plata con restos de espagueti, llamado Amenonuhoko. Agitando una botella de agua mineral con el tenedor, crean los océanos, siendo los restos de salsa y fideos el Japón y sus islas. Emocionados y a pesar de ser hermano y hermana, sucumbieron a los placeres de la carne iniciando una larga historia pornográfica que culminaría con el yaoi en el siglo XXI.
Sin embargo, tras tener a la isla número doscientos cuarenta y siete (porque no tenían hijos, tenían islas), Inagami murió debido a una excesiva cantidad de tierra incrustada en sus órganos sexuales. Enojado, Inazagi comenzó también la gran costumbre de crear tsunamis en Japón, hundiendo al neutro y asentimental islote que mató a su hermana, Kagutsuchi.
Yomi, la sociedad de almas
Plagiando una leyenda griega, Orfeo Inazagi se dirigió a Hades la Sociedad de Almas para rescatar a Eurídice su amada hermana Inagami. En la Sociedad de Almas los malditos no conocían ni siquiera la existencia del fuego, por lo que la oscuridad era eterna.
Cometiendo el mismo error que Orfeno, prendió un cigarro y con esa mínima luz pudo observar que su amada se había convertido en un miembro del elenco de The Walking Dead. Asustado, salió corriendo debido a su excesivo miedo hacia las series televisivas de los muertos vivos. Los shinigamis que cuidaban el lugar empezaron a perseguirlo, pero para proponerle ser parte de la serie junto a su esposa/hermana. Sin embargo, no cedió.
Isla del Sol, Isla de la Luna y huracanes generados por Mothra
Sintiéndose sucio por el contacto con los zombies y los shinigamis, Izanagi se tiró de bomba en el Océano Pacífico, con la potencia suficiente para crear las islas del Sol y de la Luna, en distancias tan lejanas como Bolivia, cuando aquel país tenía mar. Como necesitaba ponerles nombres raros e interesantes, les puso Amaterasu y Tsukuyomi, que los incas les pusieran el nombre que quisieran dentro de once mil años.
Misteriosamente, una sustancia blanca había llegado hacia él en lo que fue el caos del escape de Yomi. Sin querer queriendo, lo aspiró, solo para darse cuenta que eran escamas de Mothra, su mosca-mascota, quien estaba aburrida creando tornados y huracanes en el océano erróneamente nombrado. Estornudó, creando otra isla-deidad más, Susanowo, quien nació con graves problemas de adicción.
Amaterasu, Susanowo y noches de alcohol
Ambos hermanos, sin nada mejor que hacer, decidieron pelearse, no como el raro de su padre. Harta de que su hermano le tironease el pelo, Amaterasu decidió esconderse en un antro de mala muerte lleno de alcohólicos y drogadictos, mejor conocido como "prostíbulo", ocasionando una total oscuridad en el mundo.
Amaterasu estaba muy ocupada descubriendo su lesbianismo hasta que otra diosa salida de la nada con ayuda de Akira Toriyama, Ama No Uzume, hizo su aparición como bailarina con tal de que Amaterasu le permitiera tener de vuelta aquel bronceado que tanto extrañaba. Comenzó a bailar horriblemente, hasta que la diosa de la Isla del Sol decidió que si todas las mujeres iban a bailar así, prefería morir, por lo que salió corriendo hacia su hogar. Otro dios aparecido como experto de ninjitsu o relleno de animé se mostró para sellar aquel prostíbulo e impedir la entrada a las mujeres que no fueran bailarinas.
Fusionando a Zangetsu y la Espada Z
Lo hasta aquí explicado no tiene nada que ver con la creación de Japón, pero siguiendo la historia no canónica, aún hay más. Susanowo, enojado por que su hermana había regresado a su hogar, buscaba venganza. Finalmente encontró una familia, la cual le contó que su hija había sido devorada por Rodan, usando una identidad falsa conocida como Orochi.
Usando como cebo un cartel que ofrecía peleas gratis con Godzilla, Rodan finalmente llegó al lugar. Disfrazado de peine y con ayuda de un robot llamado MechaGodzilla (creado con ayuda de Isoroku Yamamoto, fanático de las cosas metálicas) con el cual el dragón se estaba entreteniendo, Susanowo emborrachó a Rodan, para luego cortarlo en pedazos. Con un pedazo de su cola hizo dos espadas, las cuales unió mediante el uso de la alquimia y kamikazes que estrellaban sus aviones para generar temperatura de fundición. Nacía así la espada Kusanagi, otro objeto con nombre raro.
Rey Ghidorah
Por cuestiones de presupuesto, no podemos encargarnos de mostrar todo el origen del mundo ya que se hace algo cansino y predecible. Tal tipo con nombre raro tuvo a tal, que a su vez tuvo a otro tal y que tuvieron a tal, pero que se emparentaron con otros tales que ni Dios sabe de dónde salieron.
Susanowo, mediante un pacto diabólico, se convirtió en algo bien cabrón como Ghidorah, el dragón de tres cabezas, o al menos lo intentó, ya que si iba a ser rey necesitaba una postura algo más llamativa. Sin embargo, el cosplay no era lo suyo. Un día, uno de sus descendientes del cual no tenía NPI apareció dispuesto a casarse con su hija, una princesa sin mejor plan que el que su potencial amado superara unas doscientas pruebas para tener su mano. Susanowo, en su forma cosplay, lo probó, muriendo su descendiente, llamado Onamuji, primero una vez, otra más, y otra más. En las tres ocasiones la madre lo salvó gracias a un artefacto no mencionado.
El imperio
Amaterasu, por su parte, estaba muy ocupada creando los Tesoros Imperiales de Japón, cosa que pone en jaque a los detractores de que todo esto es ridículo, ya que si una deidad y no una persona fue la creadora de aquellas cosas, con una existencia física, entonces el mundo fue creado según la mitología, y no por mediante algún acto raro posterior al Big Bang. Amaterasu legó todo eso a Nigini (no confundir con Nagini, por favor) para que gobernara Japón, hasta que finalmente, por alguna razón incomprensible, nació el primer emperador mortal de Japón.
Estableció el trono seis siglos antes del regreso de Cyberjesús al pasado, teniendo hijos con sus hermanas y hermanos, estableciendo una futura línea de incesto así como de marcar tendencias en el futuro japonés.
Véase también...
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